"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

martes, 4 de abril de 2017

119. Una propina de veinte euros



   El viernes por la mañana se reúne el cuarteto de jubilados en casa Grandal que les cuenta que un antiguo amigo del Cuerpo, prefiere no revelar que ha sido Blanchard, le ha enviado la ficha de la policía colombiana sobre Efraím Gomes Restrepo. Su historial revela una afición que quizá pueda servirles para poder localizarlo: es un fan del béisbol. En función de lo que hayan descubierto en internet sobre la implantación de ese deporte en España esa podría ser una pista más efectiva que buscarlo en bares, restoranes y otros sitios donde se concentren los colombianos residentes en Madrid. Álvarez es quien ha conseguido la mayor información. Antes de entrar a hablar del béisbol español, sus amigos tienen que soportar que les cuente algunas historias de cuando fue jugador de rugby universitario en el equipo del Colegio Mayor Ximénez de Cisneros.
- …  y el primer equipo del colegio fue el líder indiscutible durante un montón de años de la competición de Colegios Mayores de Madrid, así como del torneo Alfonso XIII de la Universidad Complutense. ¡Aquellos sí que fueron buenos años! – recuerda con emoción -. Precisamente fue entonces cuando conocí a otros universitarios que jugaban al béisbol. Si no recuerdo mal eran de los primeros beisbolistas que hubo en España.
- Luis, y yo que creía que lo tuyo era el fútbol y ahora nos sales con el rugby – ironiza Ponte.
- Bueno, caballeros, que nos estamos desviando del objetivo prefijado. Centrémonos en lo que habéis averiguado sobre el béisbol en nuestro país.
- De acuerdo – Álvarez ordena unas hojas en las que ha imprimido la información de la red sobre el béisbol español -. Aunque el béisbol es un deporte que no goza de gran popularidad entre los españoles, lo primero a destacar es que a nivel competitivo la selección de béisbol de España es la tercera potencia europea, lo que tampoco supone tanto puesto que en Europa la afición a ese deporte es también muy minoritaria. Existe una liga española de béisbol regida por la Real Federación Española de Béisbol y Sóftbol y que funciona desde mil novecientos cincuenta y ocho, pero no es hasta mil novecientos ochenta cuando se establecen las actuales divisiones: la División de Honor y la Primera División A.
- Háblanos del béisbol en Madrid que es lo que nos interesa – le apremia Grandal.
- El año pasado eran ocho los equipos que militaban en la División de Honor y ninguno de ellos era de Madrid, aunque si hay clubes madrileños que juegan en la Primera División.
- Por curiosidad – le interrumpe Ponte -, ¿en qué lugares juegan equipos de los de la División de Honor?
- En sitios tan distintos como Navarra, Valencia, Cataluña, Bilbao y Tenerife – responde Alvarez tras lo que retoma el hilo de su exposición -. En nuestra comunidad hay varios clubes: el Club de Béisbol y Sóftbol Rivas-Vaciamadrid, el Villalbilla Béisbol Club, el Club Béisbol Gatos de Madrid y la Escuela Municipal de Béisbol de Madrid, que radica en la capital pero que solo juega en las categorías de alevines y cadetes. Además está el Centro Deportivo Municipal La Elipa que cuenta con un campo de béisbol, pero sin ningún equipo federado. Ah, otra cuestión, en algunos clubes se juega indistintamente al béisbol y al sóftbol.
- ¿Y qué coño es eso de sóftbol? – inquiere Ponte.
- Es un deporte hermano del béisbol. Difieren en las reglas, pero comparten la esencia del juego: batear la pelota lanzada por el pitcher. Se puede decir que el sóftbol es una derivación suave del béisbol. Y no es un juego cualquiera, fue deporte olímpico en Atlanta y volverá a serlo en la Olimpiada de Tokio en el dos mil veinte.
- O sea que en Madrid solo hay un club donde se juegue regularmente al béisbol, ¿no es eso? – pregunta Grandal.
- Lo que hay es todo lo que he encontrado en la red, te lo puede confirmar Amadeo con quien he coordinado la navegación – contesta Álvarez -. He intentado recordar el nombre de algunos de aquellos pioneros del béisbol español de los sesenta por si me podían facilitar más información, pero mi memoria parece que ha borrado esos recuerdos.
- Bueno, pues si eso es cuánto hay tenemos el campo de investigación muy acotado. Ahora es cuestión de hacerse con el calendario de la competición y del emplazamiento de los terrenos de juego de los cuatro clubes madrileños que juegan al béisbol – comenta Grandal.
- De todo eso se ha encargado Amadeo – informa Álvarez.
   Ballarín abre su inseparable cartera de mano y saca unas fichas que coloca ordenadamente encima de la mesa. En la primera ficha está el calendario de competición de la Liga Nacional de Primera División de Béisbol. Luego hay otras fichas, una para cada uno de los clubes madrileños que juegan. El Club de Béisbol y Sóftbol Rivas que en la actualidad tiene equipos en todas las categorías. El campo de juego está en el Polideportivo Cerro del Telégrafo en Rivas-Vaciamadrid, ciudad sita al este de Madrid y de la que dista unos quince kilómetros. Otra ficha es del Club Villalbilla Béisbol Club, que juega en el Campo Municipal de Béisbol, Urbanización El Zulema de Villalbilla. La última ficha recoge los datos del Club Béisbol Gatos de Madrid y que es la más escueta, solo pone que su equipo juega en el Polideportivo Municipal de La Elipa que se encuentra en el parque del mismo nombre dentro del barrio de La Elipa.
- Bien, pues ahora es cuestión, de acuerdo con el calendario de partidos, de organizar las visitas a Rivas-Vaciamadrid, Villalbilla y al Polideportivo de La Elipa – sintetiza Grandal.
- Yo ofrezco mi coche para los desplazamientos fuera de Madrid. Es lo suficientemente grande para que quepamos los cuatro cómodamente – ofrece Ballarín.     
   Resulta que en el calendario de la Liga Nacional de Béisbol de 1ª División hay años en que solo participa el Club de Béisbol y Sóftbol Rivas y que en los demás la previsión de las competiciones es bastante aleatoria. Al final lo que deciden es olvidarse de cualquier clase de competición y simplemente visitar los distintos terrenos de juego. Como les explica Álvarez, todo eso ocurre porque en Europa no hay prácticamente béisbol profesional y España no es una excepción.
   El primer campo que visita el cuarteto es el del Polideportivo Cerro del Telégrafo en Rivas-Vaciamadrid, donde tiene sus reales el que parece el club más potente de la comunidad. No descubren ningún rastro de Efraím, aunque si hay un dato prometedor: entre sus jugadores alevines y cadetes se adivinan por sus rasgos muchos chavales procedentes de allende el Atlántico Sur. Una vez más es Álvarez quienes les explica el motivo: en muchos países latinoamericanos el béisbol tiene una fuerte implantación. Lo único positivo que sacan del viaje es saber algo más de Rivas-Vaciamadrid, población que ha crecido vertiginosamente desde los 500 vecinos de 1980 a los 80.000 de la actualidad, dando lugar a un asentamiento de aluvión que es considerado como el de mayor expansión demográfica de Europa.
   En Villalbilla visitan el campo de béisbol de la Urbanización El Zulema. El resultado es el mismo, ni rastro del narco colombiano, pero si aprenden más cosas del pueblo, municipio de la Comunidad de Madrid próximo a Alcalá de Henares y que cuenta con una población de once mil habitantes.
   La última visita es al Polideportivo de La Elipa. Lo que ven allí es más una escuela para la formación de futuros beisbolistas que otra cosa. Los practicantes son casi todos niños y adolescentes. Sin embargo, es en La Elipa donde se enteran de un dato prometedor. El que atiende el bar, entre café y café, les comenta que de uvas a peras, cuando el campo tiene horas libres, se reúne un grupo de latinoamericanos, todos ellos acérrimos aficionados al béisbol, para batear unas bolas y cuando hay quórum a veces terminan organizando un partido entre amigos.
- ¿Y hay colombianos entre ellos? – pregunta Grandal.
- Hay de todas partes, desde argentinos y chilenos hasta cubanos y mejicanos y, por supuesto, también hay colombianos. Lo mejorcito de cada casa, vamos.
- No parece que le caigan muy simpáticos – apunta Álvarez.
- Ni simpáticos ni antipáticos, lo que pasa es que dejan unas propinas de puta pena, eso cuando las dejan.
- ¿La próxima vez que se reúnan querrá llamar a este teléfono? – pide Grandal al del bar dejándole de propina un billete de veinte euros en el que ha garabateado un número.

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