"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 10 de febrero de 2023

Libro III. Episodio 182. El crac del 29

   Antes de embarcar en el Juan Sebastián de Elcano, Álvaro se despide de su familia en el muelle, pero antes ha de responder a la última pregunta que le dirige el pequeño Froilán.

   -Tato, ¿por qué llevas en la manga ese redondelito?

   -Porque soy alférez de fragata. Y el redondelito se llama coca.

   El niño no sabe qué es un alférez, pero como ve que los marineros que pasan al lado del grupo familiar le hacen a su hermano el saludo reglamentario piensa que su tato debe de mandar mucho. Como también sucedió la pasada vez, se acerca al grupo familiar Santiago Andrade que le recuerda a Pilar que, puesto que sigue considerándola su madrina de singladura, le volverá a remitir postales contándole sus impresiones de la travesía así como de las ciudades en las que fondeen. Pilar, que sabe por su hermano que le hace tilín al gallego, coquetea con Andrade prometiéndole que leerá encantada sus postales y que las guardará junto a las del pasado año. El silbato del contramaestre pone en alerta a los guardiamarinas. Se acaban las despedidas y todos se apresuran a subir al buque para ocupar los puestos que tienen asignados en la operación de partida. Se recoge la pasarela, se sueltan las amarras y dos transbordadores empujan al Elcano para ponerlo aproado a la bocana. El buque, con todo el velamen recogido y acompañado por decenas de pequeñas embarcaciones que hacen sonar las sirenas, va cruzando el fondeadero hasta más allá de la bocana. Un destructor y un torpedero le acompañarán hasta el límite de las aguas territoriales españolas. En el muelle, los Carreño dicen adiós a su hijo y hermano.

   Al día siguiente, Pilar vuelve a la farmacia Guerrero y sufre la primera reprimenda del boticario titular.

   -Bien hallada, doña Pilar –le dice, sarcástico, Cristóbal-. ¿Se puede saber dónde has estado los dos últimos días? –Y sin darle tiempo a contestarle, prosigue-. Este no es un trabajo en el que puedes desaparecer cuando te apetezca. Los clientes merecen un respeto y el farmacéutico tiene el deber de estar al pie del cañón todos los días, sin faltar ni uno. ¿Se puede saber por qué no has venido?

   Pilar, a quien no le ha gustado ni pizca que Cristóbal la riña de malos modos, le explica el motivo de su ausencia y que, debido a la premura con la que tuvieron que partir a Cádiz a despedir a su hermano, no tuvo tiempo de decírselo, aunque reconoce que podría haberle llamado por teléfono o haberle enviado una nota. Al oír la explicación, el boticario aminora su irritación.

   -Ves, ese es un motivo más que justificado para faltar, de todos modos que sea la última vez que ocurre. Cuando tengas que faltar por el motivo que sea te pido que previamente me lo hagas saber. Porque lo que me ha molestado no es que hayas faltado, sino que me hayas dejado mal ante los empleados, pues cuando me preguntaron que por qué no habías venido no supe qué decirles. Y el jefe debe tener siempre una respuesta que ofrecer a sus subordinados. ¿Aclarado?, pues hala, ponte la bata y a despachar.

   Acostumbrada como está a atender a los clientes en las tiendas de la familia, Pilar se hace rápidamente a la diaria rutina de la farmacia. Echa mano de su saber estar, su aplomo y su intuición para saber cómo tratar a los clientes, la mayoría de los cuales son gente de escasas letras por lo que lo primero que aprende es que debe explicarles las recetas puesto que la mayoría de médicos, de una caligrafía endiablada, las expenden sin dar ninguna explicación. También les aconseja cuándo y cómo tomar los medicamentos e incluso donde guardarlos. Entre los clientes abundan los viejos con los que muestra una paciencia poco habitual en un dependiente; les da toda clase de explicaciones, les conforta con palabras alentadoras y una sonrisa de complicidad. Como los productos farmacéuticos son necesarios, los mancebos y hasta el propio Cristóbal no se toman molestia alguna en ser amables y atentos con los clientes, por eso el talante que muestra Pilar todavía resalta más. Pronto se corre la voz de que en la farmacia Guerrero hay una nueva boticaria que es la amabilidad personificada y que te lo explica todo de pe a pa, por lo que comienza a haber gente que al preguntarles los otros mancebos qué quieren su respuesta es:

   -Nada, gracias. Esperaré a doña Pilar.

   Algo de tan poca importancia despierta los celos de Cristóbal ya que hasta el presente no le había ocurrido que alguien prefiriera que le atendiera una novata antes que él. En cambio, los empleados están encantados pues la popularidad de Pilar de rechazo origina que tengan menos trabajo. Y aunque al principio recibieron a la novata con el natural recelo, enseguida comprendieron que Pilar era un ave de paso y no suponía ningún peligro para sus puestos. A ello se suma que la joven farmacéutica se los ha ganado por su sencillez y carencia de sentido de clase, y así se lo ha hecho saber.

   -Cuando esté delante Cristóbal tendréis que hablarme de usted y llamarme doña Pilar, como él quiere, pero cuando estemos solos, por favor, tuteadme y llamadme Pilar a secas. No soporto los ringorrangos.

   A medida que han ido pasando las semanas y viendo que Pilar va afianzándose en su cometido, Cristóbal va dejando la farmacia en manos de la joven cuando se ausenta. Al parecer, el boticario ha heredado algunas de las aficiones de su difunto padre y es muy dado a las partidas de cartas, las tertulias y a otros ratos de ocio menos honorables. En la farmacia trabajan Graciano, el empleado más veterano y dos chicas jóvenes y de buen parecer pues el titular opina que una cara bonita vende más que una anodina. De esas caras bonitas, un día Pilar descubre que Cristóbal abusa de ellas; al menos de una, pues una tarde que estaba trasteando en la rebotica oyó unos jadeos en un pequeño cuarto al final de la estancia. Le picó la curiosidad y abrió un poco la puerta, topándose con la procaz escena de que una de las mancebas, Fina de nombre, estaba haciéndole una felatio al boticario. La chica, arrodillada y de espaldas a la puerta, y el bigardo con los ojos cerrados y jadeando, no se dieron cuenta de que la puerta se había entreabierto. Inmediatamente, y procurando no hacer ruido, Pilar se retiró. Unos minutos después aparecieron en la sala Cristóbal, con cara satisfecha, y Fina con rostro avergonzado. Pilar se dio cuenta de que Graciano miró al patrón meneando la cabeza, como si mentalmente le estuviera reconviniendo. La recién licenciada sabe que no es infrecuente que los patronos abusen de sus empleados, pero hasta ahora no lo había visto con sus propios ojos. La situación le pareció repulsiva y le sirvió para calibrar la falta de ética profesional de su mentor.

   En casa de los Carreño, los padres han aceptado como buena la declaración de Jesús de querer opositar a vista de aduanas, así se lo han hecho saber, pero han puesto una condición.

   -Hijo, a mamá y a mí nos parece bien que quieras ser aduanero. Te apoyaremos en todo lo que esté en nuestras manos, pero hay un problema. En estos momentos, y como ya os contamos, no andamos muy boyantes de dinero, por lo que enviarte a Madrid para que prepares la oposición es algo que por ahora está fuera de nuestro alcance. Lo que sí podemos hacer es que pidas el temario, que por supuesto te lo pagaremos, y vas estudiando en casa hasta que podamos resolver los apuros que estamos pasando y estemos en condiciones de mandarte a la capital. De todas maneras, hasta el año que viene no cumplirás los dieciocho, edad imprescindible para acceder a funcionario del Estado.

   A Jesús le desagrada la noticia por lo que pueda suponer que tardará más en ir a Madrid ciudad de la que guarda un grato recuerdo del año que pasó en el piso de la calle don Quijote, ya que disfrutó de una libertad como no había conocido hasta entonces, y encima podía ir al estadio Metropolitano a ver los partidos del Atlético de Madrid, club del que se hizo fan siguiendo la estela de su hermano Álvaro. Como buen Carreño sabe que antes que nada es la familia, y si sus padres dicen que ahora no pueden no hay más que hablar.

   El 24 de octubre se produce un suceso –que pasará a la historia como el crac del 29 o el martes negro- que, dado que ocurre en la bolsa de Wall Street y que afecta especialmente a los valores cotizados, no parece que vaya a repercutir en la economía española, un país básicamente agrario y con un pobre nivel de transacciones financieras. Pero el mundo se va globalizando y las repercusiones que hunden la economía estadounidense también terminan dañando a la española. El primer efecto de la crisis es la depreciación de la peseta, pasa de un cambio de 5,85 por dólar en 1928 a 7,25 en diciembre de1929. Los problemas endémicos de la economía española se agravan: un altísimo nivel de paro, endeudamiento familiar, cierre de empresas y elevado déficit del Estado son algunas de las consecuencias del derrumbe de Wall Street. Todo ello agravado por la falta de una cobertura social que proteja a los desempleados y una inestabilidad política que corroe a la Dictablanda de Primo de Rivera.

   En la tertulia del casino, a la que ahora Julio asiste cada vez menos, analizan las posibles causas del desmoronamiento del régimen dictatorial de Primo que en principio contó con la anuencia real. El droguero, que hoy si asiste a la tertulia, está interesado en conocer porqué la dictadura comienza a perder los soportes que la auparon y para ello se impone preguntar.

   -Doctor Lavilla, usted que sabe tanto, ¿por qué se está yendo a pique la dictadura de Primo?

  -Son varias las causas que están provocando que los sectores sociales y políticos que inicialmente habían prestado su apoyo a Primo se lo estén retirando. En primer lugar los nacionalismos periféricos porque la Dictadura está incumpliendo lo prometido sobre la descentralización. Las organizaciones empresariales están descontentas por las injerencias de la UGT en sus empresas. Los sectores intelectuales y universitarios van abandonando su benévola expectativa, desengañado por su regeneracionismo conservador. Y los diversos grupos sociales y políticos liberales, que ven cómo la Dictadura pretende perpetuarse en el poder, porque está incumpliendo su promesa de ser un régimen temporal.

   -¿Y el Rey qué papel juega en esa pérdida de confianza? –quiere saber Julio.

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro III, La segunda generación, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 183. Los consejos del tío Luis