"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 26 de mayo de 2023

Libro III Episodio 197. Álvaro, alférez de navío

   El Gobierno Provisional de la II República ha tenido que enfrentarse a varios conflictos en el ámbito religioso: la quema de conventos en Andalucía y Madrid y la legislación sobre libertad religiosa y de cultos. La Iglesia Católica que, en general, ha reaccionado con moderación a los incendios de mayo, critica las medidas laicistas que toma el gobierno como la retirada de crucifijos de las aulas y, sobre todo, un decreto publicado en mayo que provoca la protesta del Nuncio, pues afirma que no es legal legislar sobre enseñanza religiosa sin tener en cuenta el Concordato vigente con la Santa Sede. El cardenal Segura, que estaba en Roma, vuelve a España y es detenido por orden del gobierno y expulsado del país. Julio lee la noticia en el ABC ilustrada con una foto, que da la vuelta al mundo, con el cardenal abandonando el convento de los Paúles de Guadalajara, rodeado de policías y guardias civiles.

   -¿Queréis más pruebas de la persecución que está padeciendo la Iglesia Católica en España? –pregunta el cabeza de familia cuando lee a sus hijos la información.

   Estos hechos provocan la hostilidad del clero y de los sectores católicos al nuevo régimen. En casa de los Carreño las diatribas del padre contra el régimen republicano forman parte de las sobremesas. Julio se está radicalizando, al igual que su familia, y cada vez se muestra más irascible contra el régimen republicano.  

   El 28 de junio se celebran elecciones legislativas en las que la coalición de republicanos y socialistas obtiene la mayoría. Las Cortes tendrán como misión fundamental la redacción de la nueva constitución.

   A primeros de julio, en la ENM de San Fernando, Álvaro realiza los exámenes de fin de carrera aprobando todas las asignaturas. El 30 de julio, el subdirector de la Escuela, don José María Sánchez, con el visto bueno del director, el capitán de navío don Juan Benavente, expide un certificado en el que se lee: En el día de la fecha, cesa en este Centro el alférez de fragata, don Álvaro Carreño Manzano, marchando en uso de licencia reglamentaria de fin de carrera. Hay un sello en tinta que dice: Escuela Naval Militar. Asimismo, se entrega al nuevo alférez copia de su hoja de servicios con un certificado en cuyo texto se lee: Que los anteriores datos son copia de la libreta del alumno, del oficial don Álvaro Carreño Manzano, a quien la presente hoja de servicios se contrae. Y para que conste, y en cumplimiento a lo ordenado, se cierra el presente historial, en San Fernando, a treinta de julio de mil novecientos treinta y uno. Días después, Álvaro es ascendido a alférez de navío. Ha terminado su proceso de formación.

   A primeros de agosto, Álvaro llega a Madrid, siendo recibido con todos los honores, como si fuera un general victorioso que retorna a la patria tras la guerra. Sus padres y hermanos le miran y remiran como si todavía no se lo creyeran, pero no es un sueño, es realidad, y ahí tienen al tato embutido en su flamante uniforme de alférez de navío, con un galón y una coca en la bocamanga. Después de que el primogénito les cuente cómo fueron sus últimos días en San Fernando y conteste al aluvión de preguntas que caen sobre él, la conversación deriva a lo qué van a hacer hasta que el uno de septiembre tenga que presentarse en el Polígono de tiro naval Janer de Marín para efectuar el cursillo reglamentario de dicha especialidad. Todos parecen tenerlo claro: ir a la costa, en lo que disienten es a cuál.

   -A mí me gustaría ir al Mediterráneo y muchos de mis amigos me dicen que hay playas maravillosas y que el agua es deliciosamente cálida –comenta Pilar.

   -Lo que hay que buscar en verano es un lugar donde se esté fresquito –rebate Álvaro-.     

   -Propongo pasar unos días en alguna playa del Cantábrico, es donde más frescos estaremos –mete baza el padre.

   La propuesta del marino derrota por goleada a la de su hermana. Y como nadie de la familia conoce la costa cantábrica piden a Álvaro que sugiera dónde podrían veranear. El marino parece tenerlo claro y señala a Suances, en la provincia de Santander, como un lugar ideal para pasar los días que vayan a tener de vacaciones veraniegas. En ese punto interviene Julio que, como es el que lleva las cuentas de la familia, es quien mejor sabe cómo está la economía familiar.

   -Creo que podéis estar unos quince días, pues nos hemos recuperado bastante. Las ventas de la farmacia marchan estupendamente y si a ello añadimos lo que gana Julián por las tardes en los almacenes SEPU y el sueldo de Eloísa los números de fin de mes son francamente esperanzadores.

   -Papá, permíteme decirte que, en ese aporte de todos a los fondos familiares, te has olvidado de mí. Desde el uno de agosto tengo el sueldo y complementos de alférez de navío, la mayor parte del cual pienso enviároslo, por lo que tendrás que sumarlo a lo anterior –explica Álvaro con su miaja de vanidad.

   -Gracias de corazón, hijo, pero no es necesario –responde Julio, henchido de orgullo por ver cómo responden sus hijos-. Como he dicho, por ahora los ingresos superan con mucho a los gastos e imagino que, al no estar en la Escuela donde lo tenías todo cubierto, tendrás muchos gastos.

   -No creas, papá, porque con la salvedad de los destinos en tierra, la Marina sigue cubriendo la mayoría de los gastos básicos de sus hombres. Por ejemplo, en septiembre me voy al Polígono Janer y estaremos en régimen de internado, con lo que la comida, el alojamiento y la vestimenta que son algunos de los conceptos en que más se gasta los tendré cubiertos. Y cuando embarque pasará tres de lo mismo. Por lo que enviaros buena parte del sueldo no me va a suponer ningún contratiempo –Como ya hizo en otra ocasión, Julio no responde, sino que abraza emocionado a su primogénito.

   Ahora solo resta saber quiénes van a ir a Suances y quiénes van a quedarse en Madrid porque, y es una decisión unánime, la farmacia seguirá abierta. Previamente, Pilar habla con el inspector de farmacia que lleva el distrito Centro y le pregunta si puede haber algún problema de que se vaya a la playa unos días –ha preferido no especificar el número-. La respuesta del funcionario es camaleónica: no, mientras no surja algún problema. Tras debatirlo, el resultado es que se irán a Suances: Julia, Álvaro, Pilar, Concha y los pequeños. Y se quedarán en Madrid: Julio, Julián que sigue en la mili, Jesús y Eloísa. En ese verano los Carreño descubren aspectos del veraneo diferentes a los que estaban acostumbrados en las playas de Punta Umbría y Los Caños de Meca. Uno es que la climatología del litoral cantábrico es impredecible, tan pronto luce un sol espléndido como el día amanece gris y nublado o con una fina llovizna que allí recibe el curioso nombre de chuvichuvi. Otra es que por las tardes la mayoría de los veraneantes, siguiendo las pautas locales, se visten de tiros largos para pasear o sentarse en alguna de las terrazas existentes en el Paseo Marítimo. Los dos Carreño mayores tienen una cálida acogida entre la población veraneante, lo que no es sorprendente teniendo en cuenta que los veinticinco años de Álvaro y los veintitrés de Pilar, unidos a su grácil figura les hacen atractivos. Si a ello se agrega que pronto es sabido que el joven es oficial de la Marina de guerra y ella farmacéutica, genera que rápidamente sean aceptados por la élite tanto local como veraneante. Ambos se aprovechan de ello y flirtean con todo el que se les pone a tiro.

   A mediados de agosto un nuevo incidente tensa, aún más si cabe, la pésima relación entre la Iglesia Católica y el Gobierno provisional. En la frontera hispano-francesa, la policía incauta al vicario de Vitoria, Justo Echeguren, unas instrucciones del Cardenal Segura a todas las diócesis en las que se faculta a los obispos para vender bienes eclesiásticos en caso de necesidad.​ La respuesta inmediata del Gobierno es la publicación de un decreto en el que se suspenden las facultades de venta y enajenación de los bienes y derechos de todo tipo de la Iglesia Católica y de las órdenes religiosas. Además, el decreto es acompañado por la suspensión de una decena de periódicos católicos de Las Vascongadas y Navarra que se han significado por sus proclamas antirrepublicanas. Toda la familia Carreño vuelve a sentirse concernida en el abierto enfrentamiento entre la República y la Iglesia.

   -A este paso no sé dónde vamos a parar –se lamenta Julia.

   -Dios no lo quiera, pero si la República sigue por el camino que ha emprendido todo puede pasar –vaticina Álvaro.

   El verano pasa pronto y en cuanto se termina agosto el primogénito Carreño se marcha a Marín a presentarse en el Polígono de tiro naval Janer. Y a primeros de septiembre, Jesús se matricula en la academia que prepara a los opositores para vistas de aduanas. Los demás miembros de la familia retoman sus ocupaciones habituales.

   El 9 de diciembre las Cortes aprueban la nueva Constitución en la que se define a España como una república democrática de trabajadores de todas las clases y como un estado unitario, pero con el reconocimiento de autonomía para los municipios y algunas regiones. Se garantiza la división de poderes: el legislativo en una Cámara, el Congreso de los Diputados elegidos por sufragio universal y, por primera vez, se reconoce el voto a las mujeres. El poder ejecutivo se encarna en el gobierno y el judicial en los tribunales. Los conflictos entre los poderes los resolverá el Tribunal de garantías constitucionales. El Estado se declara no confesional, se suprime la ayuda económica a la Iglesia, y a las órdenes religiosas se las prohíbe ejercer la enseñanza. Se proclama la libertad religiosa y se reconoce el matrimonio civil, además de los derechos individuales y sociales, como el derecho al trabajo, a la educación, a la salud y a una vivienda digna.

   -Ahora solo falta atar a los perros con longanizas -ironiza el patriarca de los Carreño.