"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

lunes, 29 de julio de 2019

*** Post info 2. Nueva novela basada en hechos reales


   Como decía en un post anterior, estoy trabajando en la fase de recopilación de material para una nueva novela. Para mí será nueva en varios sentidos, por citar uno: mi siguiente narración va a ser una historia basada en hechos reales. Eso ya la diferencia sustancialmente de las últimas novelas que he publicado, incluida la que aún estoy colgando en este blog, Una playa demasiado tranquila, que es de la cruz a la raya puramente imaginaria, salvo las localizaciones geográficas que son todas reales.
   Trabajar con hechos que han ocurrido y con personas que fueron de carne y hueso supone un importante reto para el novelista. Por un lado no tienes que exigirle tanto a tu inventiva, por otro te ves constreñido a ceñirte a lo que sabes e investigas de los personajes y de sus vidas. Por eso, en una novela basada en hechos reales la documentación es fundamental. Tienes la libertad de recrear diálogos, escenas, sucesos, actos pero siempre que nunca se aparten excesivamente de lo que realmente pasó. En definitiva, no debes falsear la historia. En el nuevo relato, todavía hay un formidable obstáculo añadido, y es que su inicio se remonta a 1889 para terminar en 1949. Sesenta años en los que en España, país en el que se desarrolla la historia, ocurrió de todo y ese entorno siempre efervescente condicionó sustancialmente a los personajes que vivieron en dicha época.
   No me habría atrevido a relatar la historia sino hubiera sido porque algunos de los familiares, de la tercera generación de la familia protagonista, me han ayudado muchísimo con la información que me han aportado, con el relato de sus recuerdos e incluso con los documentos y fotografías que me han hecho llegar. Y me guardo para el final el dato que más ha contribuido al conocimiento de los protagonistas de la historia: conocí y traté personalmente a toda la segunda generación de la familia, cuya vida novelaré, y que son los auténticos protagonistas de la segunda y tercera parte de la obra.
   Porque la novela, ya es momento de explicarlo, constará de tres partes o libros. En el primero narraré la vida de los padres que crean la saga familiar. Aparentemente, será la que tenga menos acción porque los años en que se desarrolla son relativamente tranquilos, aunque la vida de los protagonistas es de todo menos tranquila. En el segundo libro o parte, la acción se multiplica porque el entorno familiar se ve sacudido por una serie de sucesos de un país que se ha embarcado en un estado convulso y pseudorrevolucionario. En el tercer libro o parte, la vorágine de la desgarradora Guerra civil española, en la que por cierto hubo una importante participación italiana, genera que la acción se convierta en el elemento quizá más importante del relato.
   Desde que escribí y publiqué mis dos primeras novelas, Las dos guerras de Aurelio Ríos y La pertinaz sequía, ambas archivadas en este blog, no había vuelto a plantearme volver a narrar una historia basada en hechos reales y sospecho que en esta ocasión el empeño pueda ser superior a mis fuerzas ya menguadas por el peso de los años. Pero he decidido echarle valor y ampararme en lo que dice el refrán: el que no se moja, no cruza el río. Y estoy dispuesto a mojarme y a pasar el río para contar una historia tan sugestiva, única e irrepetible que estoy convencido de que el empeño valdrá la pena.