"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 6 de junio de 2014

4.14. Cartas marcadas

   La resolución del consejo de administración de BACHSA de no vender el enorme stock de suelo que atesora la compañía genera como efecto inevitable la necesidad de inyectar capital a la empresa para hacer frente a las nuevas inversiones que ha de afrontar si quiere proseguir construyendo al mismo ritmo que hasta el presente y, lo que también es importante, segar la hierba bajo los pies de la competencia.
   Fechas después los cuatro socios que conforman el núcleo duro del consejo centran el debate en el dilema de hacer una ampliación de capital y llevarla a bolsa o buscar nuevos socios y ofrecerles buena parte del nuevo paquete de acciones antes de la salida a bolsa. Cardona, con el asesoramiento de los departamentos financiero y jurídico, es quien ha diseñado el posible trayecto de ambas opciones que expone al directorio antes de llevarlo al plenario:
- Lo primero que debe quedar sentado es que la ampliación de capital es inevitable. La segunda premisa es que el paquete accionarial mayoritario lo sigamos manteniendo en nuestro poder. Aceptadas ambas proposiciones el problema se traslada al modo de ejecutar la ampliación. Tenemos dos opciones: la llevamos a bolsa a ver cómo responde el mercado o antes de la salida buscamos nuevos socios. Cada una de estas opciones tiene pros y contras. ¿Preguntas?
- ¡Coño, Juan Antonio! – exclama un siempre impaciente Bricart - ¿qué preguntas quieres que hagamos si antes no nos explicas los pros y los contras?
- A eso iba, Oriol – contesta Cardona sin perder la paciencia -. Salir a bolsa sin antes haber precocinado la salida es como aquello que dice la mamá de Forrest Gump: la vida es como una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar. Pueden ocurrir muchas variantes, desde que el nuevo paquete accionarial se diluya en un mar de pequeñas participaciones,  que sería lo que más nos convendría, hasta que la mayoría de la ampliación quede en manos de algún inversor que exigiera un sillón en el consejo de administración. En este supuesto, y en función de la estrategia de ese hipotético inversor, podría tanto facilitarnos como torpedear nuestros proyectos presentes y, sobre todo, futuros.
- Mientras tengamos la mayoría en nuestras manos me importa una higa que las nuevas acciones las tenga fulano o mengano. Si conseguimos eso nadie nos podrá echar un órdago pues – afirma rotundamente Arechabaleta.
- No estés tan seguro, Íñigo – responde Bricart -. Estoy más de acuerdo con la postura de Juan Antonio que con la tuya. No es lo mismo tener a unos socios que a otros.
   La discusión se enquista hasta que el consejero delegado decide precipitar el fin del debate:
- Acabemos de una vez. A ver, Cardona – Bricart cuando se irrita suele llamarle por el apellido en vez de por el nombre como acostumbra -, dinos de una jodida vez cuál es tu opinión sobre la dichosa ampliación.
- Mi opinión la tengo formada hace tiempo, pero no he querido darla para no condicionar el debate – es la respuesta de Cardona, quien añade -. Llegados a este punto, y como pide nuestro buen amigo Bricart – Juan Antonio le devuelve la pelota de no citarle por su nombre -, mi propuesta es que la opción menos peligrosa para nuestros intereses es que antes de salir al mercado busquemos nuevos socios. Lo mejor sería un grupo o un fondo, preferentemente extranjero, que quisiera diversificar su cartera y entrar en el mercado inmobiliario español.
Lo más importante de esta opción es conocer bien a quien metemos en casa no sea que el nuevo huésped vaya a resultarnos incómodo.
   Tras escuchar la opinión del miembro más joven del directorio la discusión se acelera. Bricart apoya decididamente la opción elegida por Cardona, mientras Arechabaleta y Huguet dudan. Tras un breve receso, Arechabaleta termina inclinando la balanza al pasarse al bando de quienes propugnan buscar nuevos socios antes de la salida al parqué. Ahora el problema se reduce a saber quiénes podrían ser los mejores socios posibles. De común acuerdo resuelven darse un plazo de cuarenta y ocho horas para traer propuestas concretas.

   Dos días después, el directorio vuelve a reunirse. Comienza un debate en el que es frecuente que haya consejeros que jueguen con cartas marcadas, en esta ocasión un par de ellos lo hace. Encima de la mesa solo hay dos propuestas de nuevos socios. Una está apadrinada por Bricart, se trata de un grupo inversor italiano denominado Società di Gestione Grazzi, cuya sede social radica en Palmi, pequeña ciudad calabresa sita en la misma puntera de la bota italiana. A favor de esta opción, añade Bricart, está el hecho de que los transalpinos tienen un gran flujo de liquidez y necesitan drenarla, al tiempo que diversificar sus inversiones; también cuentan con gran experiencia en el blanqueo de capitales con lo que matarían dos pájaros de un tiro, además de aportar capital fresco podrían resolver el problema de como lavar el dinero negro. Bricart responde de la capacidad financiera de los italianos pues dice conocer a dos de los principales socios del grupo. La otra propuesta la ha presentado Cardona, en este caso es un hedge fund con sede en Singapur, Presslor Investment, pero gestionado por un banco de inversión radicado en la City londinense. Presenta la ventaja de su contrastada experiencia y capacidad financiera y puede ser un socio fundamental en el plan de expansión internacional que BACHSA tiene en estudio, especialmente en el prometedor mercado del extremo oriente.
   La pelea entre los consejeros que patrocinan ambas propuestas es a cara de perro, casi llegan a personalizar la discusión. Ninguno de ambos cede en sus planteamientos. Huguet, hombre conciliador donde los haya, trata de armonizar las posturas de sus compañeros de consejo:
- ¿A ver qué os parece esto? Propongo una tercera vía como solución, que ambas firmas se repartan al cincuenta por ciento el nuevo paquete de acciones y nadie gana, pero tampoco nadie pierde.
- Apoyo la moción de Rodrigo – se apresura a decir Arechabaleta -, a ver si de una jodida vez acabamos con esto.
   Ni por esas, tanto Bricart como Cardona siguen insistiendo en que su propuesta es la buena y que no elegirla sería un fiasco para el futuro de BACHSA. Como parece que han llegado a un callejón sin salida, el consejero delegado resuelve que es mejor tomarse un receso, refrescar las ideas y retomar el debate.
   Cardona aprovecha la pausa para encerrarse en uno de los despachos vacíos y hacer una llamada a un teléfono de Londres. Pide que le pasen con míster Ellingworth. La respuesta es que no está el despacho. Hace otra llamada con su móvil, nadie contesta y después de varios tonos salta el buzón de voz en el que deja un mensaje: Christopher, I´m Juan Antonio Cardona, tell your partners that I haven´t been able yet to make that shareholder package yours, but I'm on it. I'll call you again with news. Bye.

   Mientras Cardona está intentado localizar al gestor londinense del hedge fund que patrocina, Bricart, que se ha quedado en la sala de juntas, presiona a los otros miembros del directorio.
- No podéis seguir llamándoos andana en esta controversia. Mi apuesta es la mejor y la más segura. Esa gente de Presslor ¿quiénes son? No lo sabemos, ¿qué pretenden? Vaya usted a saber. En cambio los Grazzi son gente de carne y hueso. Y han colaborado con mi amigo Junquera la tira de tiempo sin ningún problema. No quería sacar esto a colación, pero no me queda otra. Rodrigo – dice dirigiéndose a Huguet – te recuerdo que si no fuera por mí seguirías siendo un constructor de tres al cuarto del Puerto de Sagunto. En cuanto a ti, Íñigo – volviéndose a Arechabaleta -, ¿es necesario que te recuerde quien fue el que te acogió, empresarialmente hablando, cuando te negaste a seguir pagando el impuesto revolucionario a los etarras y tuviste que salir por piernas del País Vasco? Repito que no me gusta recordar los favores hechos, pero vosotros veréis.
   Cuando Cardona vuelve de hacer las llamadas, intuye inmediatamente que ha cometido un error táctico garrafal al dejar a Bricart a solas con los otros dos socios, pero ya no tiene remedio. Lo que sucede a continuación confirma sus temores: hay tres votos a favor de que el nuevo socio sea la Società di Gestione Grazzi.
   En cuanto Bricart se queda solo se apresura a llamar a un teléfono de Palmi donde un contestador recoge su mensaje dicho en un aceptable italiano: Mio caro Stefano, io sono tuo amico spagnolo, la materia è fatta. Domani vi darà tutti i dettagli. Ciao.