"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 9 de julio de 2021

Libro II. Episodio 100. El vestido de noche

   Terminada la Navidad, Julia vuelve a Plasencia en compañía de su hermana y su marido. Durante el viaje Consuelo le cuenta más historias de los Granados de las que se ha ido enterando.

   -Cuentan que don Juan José ha sido un mujeriego y un viva la virgen, y si ahora no lo es tanto es porque no tiene con qué. De soltero era el que cerraba todos los garitos de mala nota de media Extremadura, tanto tablaos flamencos como casas de mala reputación. Vamos, que no tiene desperdicio. Cuando se casó con la heredera de los del Valle, una de las familias más ricas de Badajoz, se recogió algo pero al poco volvió a las andadas. Las malas lenguas aseguran que media región la tiene sembrada de bastardos suyos, aunque hijo legítimo solo tiene a Antonio Jesús. Su madre murió al poco de dar a luz y el crío se educó entre niñeras e institutrices. A los diez años lo metió en un internao de Sevilla y allí estuvo la criaturita hasta que cumplió los dieciocho.

   -¿Estudió algo?

   -Creo que el bachillerato.

   -Madre me contó que vinieron para conocerme, pues don Juan José anda buscando una mujer culta y educada para su hijo.

   -Madre, como siempre, dorando la píldora. Lo que está buscando el juerguista del padre es alguien con buena dote. Parece que están a dos velas y don Juan se ve que ha pensao que la única forma de volver a dar brillo a los blasones familiares es que su hijo se case con una heredera que apuntale su menguante hacienda. Julina, no te hagas ilusiones, no han venido por tu educación ni por tu palmito, sino a darle un zarpazo a los dineros que ha atesorao madre de los que saldrá tu dote. Y si encuentran a alguien con más cuartos lo más probable es que no vuelvas a verles.

   -Me quitas un peso de encima, Consuelo. Porque el chico no me pareció gran cosa. Apenas si dijo palabra y en una ocasión le pillé bostezando. Para mí que se estaba aburriendo.

   Días antes del fin de año, Julia recibe en la tienda la visita inesperada de su hermana mayor.

   -¿Dónde puedo hablar contigo a solas?

   -Sígueme –y Julia la lleva a la trastienda.

   -Tengo un encargo de madre. Ha mandao dinero para que te compre un traje de noche y lo que haga falta.

   -¡Qué me dices! ¿Y para qué quiero un traje de noche?

   -Ya te lo explicaré cuando vuelva de Cáceres. Voy allí a comprarlo porque aquí todo lo que he encontrao son vestidos pasaos de moda. Mañana estaré de vuelta y te lo cuento todo. Ahora dame tus medidas y qué número de zapatos calzas. Ah, y ve haciendo una selección de las cremas, coloretes y perfumes que más te gusten. No te preocupes por lo que cuesten, todo corre a cuenta de madre que está que lo tira, nunca la vi así de generosa.

   -Pero Consuelo, no puedes irte sin contarme lo que pasa.

   -No tengo tiempo o perderé el tren, voy muy justita de tiempo. Te prometo que mañana te lo cuento todo de pe a pa.

   Julia despide a su hermana, intrigada y hecha un mar de interrogantes. ¿Para que puede necesitar ella un vestido de noche? Nunca tuvo ninguno y no le hizo falta. ¿Qué estará tramando su madre para que de pronto se haya vuelto tan espléndida? Un vestido de gala, ¿para qué?, para ir a una fiesta o a un acto social de alto copete o quizá…; de pronto recuerda que en este final de año están vendiendo muchos artículos de la sección Pour la femme,  especialmente para la clientela de la alta burguesía y de las familias aristocráticas de la ciudad. Eso le proporciona una pista y cuando uno no sabe lo más rápido para salir de la ignorancia es preguntar.

   -Lupe, tú que eres de aquí, ¿se va a celebrar en los próximos días alguna fiesta o acto importante en el que las señoras deban ir con trajes de noche?

   -Naturaca –Lupe a veces se pone en plan de chulapa madrileña-, el día de Nochevieja, como todos los años, el Círculo Recreativo celebra su fiesta de fin de año y la entrá del Año Nuevo. Y los invitaos a la fiesta han de ponerse de tiros largos. ¿No te has dao cuenta la cantidad de potingues, coloretes y esencias que estamos despachando? Es pa el baile del Círculo.

   -¿Hay un baile? –Julia algo ha oído comentar a sus amigas sobre el cotillón de fin de año o baile de las doce uvas como también se lo conoce, pero prefiere que Lupe le dé más detalles.

   -Julina, sabrás mucho de cuentas, pero de la vida social de la ciudad no sabes na. En cosas como esta se nota que todavía no se te ha caído el pelo de la dehesa. Sigues siendo una pueblerina.

   Julia pasa por alto el comentario despectivo de su compañera y continúa preguntando, necesita más información para saber si el traje de noche que le va a comprar Consuelo es para el baile de marras.

   -¿Y cómo es la fiesta y el baile de fin de año?

   -Pos es uno de los actos que el mocerío de la gente bien de la ciudad espera con más ansia. Tos los asistentes se ponen de tiros largos y es costumbre que las jóvenes que asisten por primera vez al baile estrenen traje…

   -¿Un traje de noche?

   -Pos claro, no va a ser un traje pa ir de romería. Se cuenta que muchas familias que quieren lucir a sus hijas se desplazan a Cáceres, Badajoz y algunas hasta Madrid pa comprarles el vestido que lucirán esa noche. En el fondo se trata de dar la campaná y epatar a los demás.

   -¿Y quiénes asisten al baile, todos lo que quieren?

   -¡Quia! Na más pueden ir los socios del Círculo y un invitao o invitá más por socio. Y los que son socios de número pueden invitar hasta una familia completa, es decir padres e hijos. Hay puñalás pa que te inviten. Conozco gente de medio pelo que ha hecho mil diabluras pa ser invitaos y no han podido conseguirlo. En Plasencia solo eres alguien cuando puedes ir tos los años al cotillón de la Nochevieja.

   -No me digas. Entonces nosotras no somos nadie –comenta irónicamente Julia, con lo que da fin al interrogatorio.

   Bueno, se dice la joven, ya sé para que debe ser el traje de noche que me va a comprar Consuelo. Y si es así, ¿quién será el socio o la familia que me va a invitar? ¿Tendrá eso algo que ver con la visita que nos hicieron hace unos días los Granados? Aunque no lo creo, dudo que viviendo en Mérida sean socios del Círculo. Entonces, ¿quién puede ser el que pretende que vaya a ese baile? Y piensa: y digo pretende porque hasta ahora nadie ha pedido mi opinión sobre si me gustaría asistir al cotillón de fin de año, aunque parece que madre lo da por sentado, algo muy propio de ella.

   Al día siguiente, y antes de que Julia marche a la droguería, aparece Consuelo en casa de doña Pilar con unos paquetes.

   -Vengo a que te pruebes el vestido y los zapatos que te he comprao.

   -Consuelo, tengo que irme a la tienda, soy yo la que abro.

   -No sin antes probarte el traje. No sabes lo que me costó encontrar uno de tu talla. Y tuvieron que entrarlo un poco, ¡eres tan delgada! Le voy a decir a madre que una y no más santo Tomás; es la primera y última vez que me presto a uno de sus enjuagues. Conque vamos a tu habitación a ver cómo te sienta el maldito vestido y los puñeteros zapatitos.

  En el dormitorio de Julia, su hermana abre el paquete más grande. De una caja saca un vestido largo y asimétrico con volantes, sin mangas, con el cuerpo bordado con lentejuelas y parte de la espalda al aire. Nada más verlo, Julia se enamora del traje. Nunca ha tenido algo tan fascinante y chic. Y le da la impresión que el color de melocotón del vestido le sentará de maravilla a su blanca piel. El complemento perfecto son unos zapatos de tacón a juego con el color del traje. Mientras la joven se prueba el vestido y los zapatos, Consuelo le explica el motivo de todo ello. Resulta que al heredero de los Granados parece que Julia le hizo tilín y una manera de comenzar a conocerse es invitándola al cotillón del Círculo. Don Juan José ha tirado de los hilos oportunos para que, una de las familias más nobles, los Sotomayor, con los que está lejanamente emparentado y que son socios del Círculo inviten al baile a Antonio Jesús y a Julia. Más tarde recibirá un billete de los Sotomayor invitándola formalmente al baile y una nota del Granados joven indicándole que el treinta y uno sobre las nueve y media de la noche pasará a recogerla para acompañarla al Círculo. Que esté preparada.

   -¿Y a todo esto, alguien me ha preguntado si me gustaría ir al dichoso baile? –pregunta Julia, más por mantener el tipo que otra cosa.

   -Si no te peta no vayas, pero te anticipo que le darás a madre el mayor disgusto de su vida y, si me apuras, a todos los Manzano y Barrado. No veas lo ilusionados que están con que podamos emparentar con una de las familias de mayor alcurnia de toda Extremadura. Y por mi parte te diré que no sabes cómo te envidio, me hubiera chiflado que me invitaran al baile, pero a una vaquera no la invita nadie. Además, ten en cuenta que el hecho de que aceptes la invitación no te obliga a nada. Lo peor que te puede ocurrir es que Antonio Jesús sea un patoso bailando y te pise alguna que otra vez, pero si el rubito no te dice na, pues adiós muy buenas.

   No es el posible disgusto de su madre ni las razones alegadas por su hermana las que convencen a Julia, es el traje, le chifla. Sabe que posiblemente no tendrá otra oportunidad de lucir un vestido así y quiere experimentar que se siente enfundada en un vestido que le sienta como un guante que, por cierto, son otros de los complementos que Consuelo le ha traído de Cáceres. Por lo que le dice a su hermana que acepta la invitación, más por la familia que porque le haga la más mínima ilusión asistir al baile. Guarda los paquetes y se va a la droguería donde pasa la mañana sin prestar demasiada atención al trabajo. En cuanto llega a casa a mediodía y se junta con Pilar piensa que debe contarle lo que le ocurre, e incluso pedirle consejo.

   -Pilar, no puede imaginarse lo que acaba de pasarme –Y Julia le cuenta la invitación recibida para asistir al cotillón del Círculo, lo que también la obliga a explicarle el encuentro con los Granados y el motivo por el qué comieron con su familia el día después de Navidad, y termina pidiéndole consejo-: ¿Qué cree que debería hacer?

 

PD.- Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro II, Julia, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 101. Maquillaje