"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 26 de febrero de 2021

Libro II. Episodio 81. Una conspiración de andar por casa

 

   Pilar está tremendamente disgustada, las dos personas que le son más queridas están enemistadas y no parece haber forma de que se reconcilien. Para ella se ha convertido en una obsesión lograr que ese antagonismo termine. Ha conversado por separado con ambos tratando de hacerles entrar en razón, solo Julia está predispuesta a la paz, su hijo no y es tajante.

   -No haré las paces mientras esa mocosa me siga robando clientes.

   La concisa razón que esgrime Julio le abre un portillo de esperanza, pues sabe que el primer paso para solucionar un problema es hallar sus raíces y su hijo acaba de decirle cuales son. Si el motivo de su inquina es meramente profesional, por ahí es por donde debe buscar la solución. Se estruja las meninges para encontrar una forma de que la competencia entre los negocios de ambos desaparezca o al menos se atempere. Tras mucho meditar encuentra un posible arreglo: la especialización. La idea básica es que cada tienda, en lugar de vender todo el amplio espectro de artículos de droguería, se especialice en determinados segmentos y deje el resto para la otra. Lo complicado es cómo articular ese quid pro quo. No encuentra la respuesta hasta que una conversación escuchada al desgaire en el mercado en que hace la compra le da una pista.

   -… pues en vez de polvos de arroz, irás mejor maquillada si vas a la droguería del Bisojo y le pides a la encargada que te recomiende una buena crema para la cara, así lograrás un maquillaje adecuado y que te puede favorecer mucho más.

   -¿Quién es la encargada?

   -Se llama Julia, y de maquillaje sabe lo que no está en los escritos.

   A partir de ahí, Pilar desarrolla su plan. Que ambas droguerías, en vez de hacerse una competencia despiadada, lleguen al acuerdo de no enfrentarse, de no tirar los precios, de respetar las temporadas de rebajas y, sobre todo, de que se especialicen en determinados productos en lugar de vender el amplio espectro que almacenan. Puesto que Julio, desde los tiempos en que alijaba medicinas a Portugal, se ha especializado en productos paramedicinales, que sea solo él quien los venda. A su vez, Julia que, con su francés elemental y su savoir faire, se lleva la palma en la venta de artículos pour la femme sea la única que los ofrezca. La facturación de ambos contingentes es similar, lo que comporta que lo que dejen de ganar por no vender los artículos que en exclusiva tiene el otro, lo recuperen por los que únicamente vendan ellos. No es que sea una solución perfecta, pero es la mejor que se le ocurre. Al llegar aquí se apercibe de otro problema: su hijo decide por sí mismo, pero Julia debe contar con el visto bueno de su patrón. Duda entre si hablar con el Bisojo o con Julia, al final opa por la joven y decide contárselo todo; tiene plena confianza en su madurez, su sentido común y en el hecho de que ha mostrado estar dispuesta a reconciliarse con su hijo.

   -Julia, sabes que para mí es un auténtico suplicio el hecho de que las dos personas que más quiero en el mundo estéis enemistadas. Para intentar solucionarlo he pensado un plan que no sé qué te parecerá. Como confío plenamente en tu sensatez y discreción eres la primera persona a quien se lo cuento. Verás… -Y la maestra le cuenta a su pupila el plan que ha urdido-. Y bien, ¿qué te parece?, ¿puedo contar con tu anuencia?

   Julia se da un tiempo para analizar lo que acaba de explicarle su mentora.

   -No me parece mal, doña Pilar pero será complicado llevarlo a cabo. No sabemos qué opinará Julio y, por otra parte, temo que el señor Elías se va a negar en redondo. El enfrentamiento con su hijo lo ha convertido en un problema personal.

   -Ya contaba con el escollo de tu patrón, por eso te pido que antes de dar el siguiente paso hables con él y le cuentes el plan, pero como si fuese idea tuya. Dado que te suele hacer caso es la única oportunidad que tenemos para que lo acepte. Lo dejo en tus manos y te ruego que hagas todo lo posible para convencerle.

   Julia piensa como presentar el plan al señor Elías para persuadirle de que es una buena idea. Las ventas han mejorado, pero no han recuperado los índices de cuando el Bisojo tenía la única droguería de la ciudad. Ahora siempre están a expensas de que Julio introduzca novedades en la explotación de su tienda que les fuerce a realizar nuevas y gravosas inversiones. Por eso Julia cambia el objetivo del plan de Pilar, en vez de ser un medio para el entendimiento entre Julio y ella, lo presenta como el instrumento para evitar futuros y peligrosos choques con la competencia y que, al mismo tiempo, servirá para dar estabilidad al negocio.

   -… y eso es lo que he ideado, señor Elías. Carreño sigue siendo un peligro para nosotros pues cuenta con un inversor que nosotros no tenemos. Sé por doña Pilar que el tío Bronchales le tiene prometido que puede contar con cualquier cantidad que necesite para ampliar su negocio. Y si decide ampliarlo, hacer más campañas de rebajas o tirar los precios no vamos a poder competir con él.

   -Te agradezco una vez más el interés que demuestras, algo que solo hace una persona leal y comprometida como tú. Sabes que todas tus propuestas las he hecho mías, pero este plan no me convence. Durante más de treinta años he sido el único droguero de la ciudad, en cambio el judas del Carreño no es más que un advenedizo. Si alguien tendría que dar el brazo a torcer debería ser él.

   -No hablo de cerrar ni una tienda ni la otra, hablo de convivir en paz, de no estar permanentemente con la angustia de lo qué vaya a pasar la próxima temporada. Mire, señor Elías, en el fondo el plan no es más que un cortafuego con el que evitar posibles incendios que quizá no podamos apagar.

   Lo que no ha conseguido Julia con sus razonamientos, sorprendentemente lo consigue con la metáfora del cortafuego. Al final, el Bisojo da su visto bueno para que negocie con Carreño, pero reservándose la última palabra. A la chinata le falta tiempo para contarle a su mentora el éxito de su embajada. Ahora Pilar deberá buscar un pretexto para reunir a ambos en un campo que sea neutral y en el que Julio se vea obligado a comportarse cortésmente. Cuando le cuenta a Etelvina el plan ideado, su vieja amiga le brinda una posible solución para la reunión.

   -Si buscas un campo neutral te ofrezco mi casa.

   -¿Pero y con qué motivo los reunimos allí?

   -Podemos inventar cualquier excusa…, por ejemplo, decir que es mi cumpleaños y con ese motivo puedo invitaros a los tres a comer o a merendar, lo que te parezca mejor.

   Pilar acepta pero con reparos.

   -Podría servir, pero sería mejor organizar una cena. A mediodía no tienen mucho tiempo libre y a la hora de merendar están en la tienda. Quizá una cena…, aunque como deberían tener tiempo para una sobremesa larga tampoco es el momento más adecuado.

   -Mi querida Pilar, a veces eres un saco de contradicciones. Has sido capaz de urdir un plan tan complejo y ahora te ahogas en un vaso de agua para encontrar el momento adecuado. Organicemos la comida un domingo, día en que ambos tienen todo el tiempo del mundo y así la sobremesa puede alargarse lo que haga falta.

   Ahora le resta a Pilar la empresa, que no es pequeña, de convencer a su hijo de que asista al falso cumpleaños de Etelvina; con Julia sabe que cuenta.

   -Etel, dame alguna idea para convencer al cabezota de mi hijo de que asista a la comida que estamos tramando.

   -Así a bote pronto no se me ocurre ninguna, pero con la imaginación que tienes a buen seguro que encontrarás como hacerlo. Ah, una cuestión que debes plantearte es si le dices a tu hijo que también estará Julia o se lo ocultas.

   -Mira me acabas de dar la solución. Lo que haremos es que a Julio le invitarás tú, te conoce desde crío y te tiene cariño. Y si te pregunta quienes más asistirán, dile la verdad, que también nos has invitado a Julia y a mí. Como además de tenerte cariño te respeta, no se atreverá a negarse.

   Como Pilar había pronosticado, su hijo no es capaz de negarse a la invitación de Etelvina aunque, cuando la comadrona le cuenta quienes serán los demás invitados, tuerce el gesto al oír el nombre de Julia. El día de la casera conspiración, Pilar insta a Julia que se acicale todo lo posible, que luzca sus mejores galas y que huela como las mismas rosas. Que se presente, más que como una competidora, como lo que es: una jovencita encantadora por quien suspiran un buen puñado de mozos. Y le aconseja que no lleve el peso de la conversación, que le dé carrete a Julio, y que no pierda los nervios diga lo que diga su hijo. El objetivo es convencerle y para ello hace falta tacto, saber escuchar y una buena dosis de paciencia.

   Etelvina, con la ayuda oculta de Pilar, se ha esmerado. Ha preparado una mesa modesta, pero en la que no falta detalle. En cuanto llegan los invitados, los lleva al saloncito, les ofrece un aperitivo para que vayan haciendo boca y luego se va.

   -Pilar, ¿me ayudas a terminar el primer plato, por favor?

   Ambos rivales quedan solos, pero siguen sin hablarse. Julio continúa mirando a la chinata con cara de pocos amigos. La joven mantiene el tipo y, como le aconsejó su maestra, trata de mostrarse paciente y dispuesta a escuchar.

   -Julio, por favor, tú que eres hombre de mundo, ¿qué vino será mejor para acompañar esta fuente de embutidos, el clarete del Burgo de Osma o el rioja?

   Lo de hombre de mundo ha complacido a Julio, aunque continúa sin desarrugar el ceño.

   -El clarete.

   -Y para acompañar las gambas, ¿cuál sería más indicado, el rueda o el pitarra?

   -Donde esté un rueda que se quite el pitarra.

   -Es fascinante, ¿dónde aprendiste tanto de vinos?

   Sin pensarlo, Julio se lanza a explicar todo lo que sabe de enología y las diferencias entre blancos y tintos, rosados y claretes, secos y dulces. Y poco a poco, explicación a explicación, su ceño comienza a desaparecer. Enfrascados en animada charla los encuentran Pilar y Etelvina que se miran y sonríen, su conspiración de andar por casa parece haber comenzado con buen pie.

 

PD.- Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro II, Julia, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 82. Llegar a un quid pro quo