"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

martes, 11 de febrero de 2014

Libro III. EL APOGEO.- 3.1. Cambio de tercio

   Las elecciones autonómicas y municipales del veintiocho de mayo de mil novecientos noventa y cinco han supuesto un cambio de tercio, tan espectacular como inesperado, en algunas comunidades autónomas, entre ellas la valenciana.
   El socialista Joan Lerma accedió a la presidencia de la Generalidad en el ochenta y dos y revalidó su cargo en el ochenta y siete y el noventa y uno. Se esperaba una cuarta victoria del PSPV-PSOE, aunque fuera por mayoría relativa. Para ello los socialistas contaban de antemano con los votos de los representantes de Esquerra Unida-Els Verds. Sin embargo, las urnas han arrojado unos resultados que suponen el cambio de signo político en la comunidad. El Partido Popular, liderado por Eduardo Zaplana, obtiene cuarenta y dos diputados. Al sumar a ellos los cinco conseguidos por la coalición de Unión Valenciana, que comanda González Lizondo, las fuerzas del centro derecha consiguen, por primera vez, la mayoría absoluta en el parlamento autonómico. 

   El cambio de tendencia no ha sido únicamente autonómico, en el ámbito municipal se ha producido en muchas localidades un fenómeno similar. Senillar ha sido una excepción pues se ha vuelto a repetir el mismo resultado que en el noventa y uno: los socialistas han sido los más votados, pero han obtenido el mismo número de concejales que los populares, cinco. El undécimo escaño, el que rompe el empate entre la derecha y la izquierda, ha ido a parar otra vez a los nacionalistas de izquierdas.
   Visto el resultado de las elecciones, en Senillar todos dan por descontado que los nacionalistas pactarán con los socialistas para formar gobierno, como hicieron en la anterior legislatura. Sólo hay un nubarrón que ensombrece el panorama político poselectoral: la ruptura entre el PSOE y el UNES en las semanas anteriores al veredicto de las urnas. En cualquier caso, el partido que quiera gobernar con mayoría absoluta no va a tener más remedio que pactar con el UNES; en definitiva, con el único electo nacionalista que es Guillem Armengol, su secretario general.

   Los socialistas tienen un problema inicial para tratar con Armengol, éste y Jaume Pellicer, el secretario general del PSOE, se tiraron los trastos a la cabeza a raíz de la ruptura del pacto que los unía. Cada uno ha culpado al otro de haber incumplido el acuerdo. El enfrentamiento ha sido más sonado en los medios que en la realidad pero, como tantas veces sucede, la repercusión mediática de sus enfrentamientos ha terminado por personalizarse. En un periódico comarcal ambos políticos han hecho varias declaraciones que han ido subiendo de tono hasta llegar a toda suerte de reproches y acusaciones, más o menos veladas, de malas prácticas de gobierno. Del debate político se ha pasado al plano personal, derivada a la que es fácil de llegar en los pueblos, y rápidamente ha trascendido hasta el ámbito familiar. El hermano mayor de Armengol y un cuñado de Pellicer terminan a guantazo limpio una discusión que comenzó por un quítame allá esas pajas. Por eso, Pellicer, con buen criterio, se borra de la delegación socialista que se entrevistará con los del UNES para reeditar el pacto, bien de legislatura, bien de gobierno.

   La reunión entre las delegaciones del PSOE y del UNES comienza con mal pie. Los socialistas, desde la fuerza que les da haber obtenido el mayor número de votos y la gran diferencia de concejales entre ellos y los nacionalistas, pretenden que Armengol se abstenga o se vote a sí mismo en la elección de alcalde, y ello sin hacerle en principio ninguna concesión. A lo que el electo del UNES se niega en redondo. Es consciente de que su voto vale su peso en oro. Los socialistas sacan del capazo de las componendas una segunda propuesta:
- Te proponemos un pacto de gobierno en el que tendrás la concejalía que quieras, menos la de urbanismo que ya la tenemos comprometida. ¿Te parece bien?
- Ni harto de vino – es la chulesca respuesta de Armengol, que conoce mejor que nadie que urbanismo es la joya de la corona municipal.
- A ver si esto te parece adecuado: además de una concejalía, y sigue en vigor la salvedad anterior, serás segundo teniente alcalde.
   Armengol y los suyos siguen negándose.
- ¿Y si además de la concejalía que prefieras, siempre que no sea urbanismo, pasaras a ser el primer teniente alcalde?
   El no vuelve a ser rotundo. Pellicer está muy firme en su postura, y es porque guarda un as en la manga. En una reunión a puerta cerrada Agustín Badenes, el director local de la caja, le ha convencido de que entretenga a los socialistas mientras él tratará de conseguirle un mejor acuerdo con los populares. El cabeza de los comisionados socialistas, irritado ante la rocosa postura del nacionalista, le da un ultimátum:
- Dinos que es lo que quieres, Guillem, a ver si acabamos de una puta vez.
- Quiero la concejalía de urbanismo, ser primer teniente alcalde, varios puestos a concretar en el servicio de mantenimiento para los míos y que no se tome ninguna decisión importante sin contar con mi partido.
- ¡Coño. Sólo falta que pidas ser la reina madre! – exclama el negociador socialista y añade -. Eso no es asumible. Al fin y al cabo no tienes más que un voto.
- Sí, pero es el que decanta el fiel de la balanza.
   La discusión se encalla. Ni los socialistas están dispuestos a admitir las desproporcionadas ambiciones de Armengol, ni éste da su brazo a torcer. Acuerdan que mantendrán otra reunión para intentar conseguir un acuerdo que satisfaga a ambas partes.
   
   Cuando el propio Armengol le cuenta a Badenes el negativo resultado de la reunión, a éste le falta tiempo para pasarle la información a José Ramón Arbós, quien a su vez llama a Javier Blasco, presidente local del PP, y le explica que se les presenta una oportunidad única para ganar por la mano al PSOE.
- Javier, creo que la situación se nos está poniendo a huevos. O mucho me equivoco o tienes la vara de alcalde al alcance de la mano.
- Desde luego, tú eres de los que siempre ve la botella medio llena. Explícame cómo conseguirlo.
- Acordando un pacto de gobierno con los del UNES.
- ¿Tú crees que ese buitre de Armengol querrá pactar con nosotros? – recela Blasco a lo que añade una razón -. ¿Cómo vendería a su gente un acuerdo con lo que ellos llaman la derecha cavernaria?
- Fácil. Lo presentará como el sacrificio que hace para salvaguardar los intereses de la ciudadanía. Lo que a buen seguro apellidará como un pacto por la gobernabilidad.
- ¿Serás tú quién pacte con Armengol?
- No. Enviaré a alguien que no pertenezca al partido. De esa forma si la negociación se tuerce siempre podrás afirmar, sin faltar a la verdad, que el PP no ha negociado con los del UNES.
- ¿Estás pensando en alguien en concreto?
- En Amador.
- ¿En tu socio? – se extraña Blasco -. ¿Estás seguro de que no hará alguna jugarreta siendo un sociata?
- Tranquilo. Amador tiene claro que antes priman los intereses que las ideas. En otras palabras, que la pela es la pela.
- Entonces, ¿crees que Armengol tragará?
- ¿Qué si tragará? ¿Recuerdas lo que te dije?, sólo es cuestión de que le demos una peseta más, metafóricamente hablando, de lo que le ofrezcan los rojelios.