"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 17 de noviembre de 2023

Libro IV. Episodio 22. La rojigualda

 Julia, al saber que su amigo Guillermo va a abrir la consulta, sin pensarlo dos veces, se planta en casa de los Bermejillo para hablar con el dermatólogo.

-Guillermo, enhorabuena por la consulta. Una pregunta: ¿necesitas una recepcionista o alguien que te ayude a llevar la agenda de pacientes o las cuentas? Te lo pregunto porque, como estoy mano sobre mano, te podría ayudar. En cuanto al salario no habrá problema, me conformaré con lo que buenamente puedas pagarme.

   -Gracias, Julia, pero la realidad es muy distinta. He abierto la consulta, pero los pacientes me vienen a cuentagotas, ten en cuenta que Suances tiene poco más de dos mil vecinos y pacientes de mi especialidad hay pocos. Además, la mayoría de ellos me pagan con productos de la tierra. Por consiguiente, ni necesito recepcionista ni ayudante. De hecho, estoy haciendo gestiones a ver si en Santander me pueden coger en alguna clínica. Lo que sí haré, porque supongo que lo estáis pasando tan mal como nosotros, es pasarte de vez en cuando algo de las hortalizas, frutas y legumbres que son los productos que me suelen dar los paisanos como pago.

En Madrid, los Carreño que allí han quedado no tienen tantos problemas para subsistir puesto que la farmacia sigue teniendo clientes. Lo que sí ocurre es que comienzan a escasear muchos medicamentos, pues la mayoría de los laboratorios están en Cataluña y, con la guerra por medio, el transporte se ha vuelto complicado. Además, tienen otros problemas: cada vez con más frecuencia acuden milicianos que se llevan medicinas y que, en lugar de pagarlas, les dan unos vales. Han intentado convertir esos vales en dinero, pero no lo han conseguido, con lo que esas ventas se convierten en auténticas confiscaciones. La única forma que encuentran de parar esa sangría es esconder en la cueva los productos más caros y con menos existencias en el mercado y venderlos solo a los clientes habituales.

Julio continúa siguiendo al día la marcha de la guerra y sus reuniones con Ramírez e Infantes se han hecho casi diarias. El trío, con la finalidad de tener un conocimiento cabal de la marcha de la contienda, ha llegado al acuerdo de repartirse las fuentes informativas: Infantes, que tiene el aparato más potente, escucha Radio Sevilla; Ramírez hace lo mismo con Radio Castilla de Burgos, que se ha convertido en la principal emisora del bando nacional; y Carreño escucha Unión Radio de Madrid, el más significado portavoz del gobierno republicano. Cuando se reúnen contrastan sus informaciones y así logran una fotografía lo más cercana posible a la realidad, pues ambos bandos están utilizando los medios para manipular las informaciones. Esta tarde de finales de agosto es Infantes quien describe las últimas informaciones.

   -Las fuerzas de Yagüe han reemprendido el avance hacia Madrid y han alcanzado el valle del Tajo, con lo que tienen el camino abierto hacia la capital. Las fuerzas republicanas, al mando del general Riquelme, han presentado batalla aunque solo han conseguido retrasar el avance.

Mientras eso ocurre en tierra, en el mar también están sucediendo importantes acciones. En el torpedero en el que va embarcado Álvaro se está al corriente de lo que sucede en ambas flotas y así conocen que, en represalia por el paso del convoy del 5 de agosto, días después los acorazados Jaime I y Libertad atacan las baterías costeras y el Eduardo Dato, dejando a este inutilizado así como al Uad Kert. Con lo que el control del paso del Estrecho vuelve a manos gubernamentales.

Para Álvaro, el final de agosto supone un paso de gigante en su carrera militar. El 23 es nombrado comandante del remolcador Cartagenero, que es también utilizado como patrullero, y cuyo armamento se reduce a un Nordenfelt a proa. Se trata de su primera comandancia y es uno de los primeros de su promoción en alcanzar tal rango. El placentino piensa en lo orgullosos que estarían sus padres y hermanos si pudieran enterarse. La primera vez que el oficial de puente, saludándole en posición de firmes, le dijo: A sus órdenes, mi comandante, una vaharada de orgullo y satisfacción le corrió como un calambrazo de la cabeza a los pies.

El mismo día de su toma de posesión, Álvaro preside un solemne acto en honor de la que, en adelante, será enseña de las fuerzas nacionales. La bandera tricolor horizontal, de rojo, amarillo y morado, que ha sido el emblema de la II república, y que hasta ahora ha ondeado en los buques de la Armada, ha sido sustituida por la rojigualda. Al parecer, tras las presiones de sectores monárquicos y la necesidad de identificar en los distintos frentes a las fuerzas nacionales, se restablece la bandera bicolor, roja y gualda, y se sustituye el escudo con la corona mural por el escudo con el águila de San Juan y la divisa Una, Grande y Libre. Con toda la tripulación formada en cubierta y tras ser arriada la bandera de la República, un marinero iza la rojigualda, mientras el corneta de órdenes ataca, con más voluntad que acierto, los compases del Himno nacional, que ya no es el de Riego sino la Marcha Real que se ha convertido en el himno oficial de los nacionales. Izada la nueva bandera, Álvaro la saluda en posición de firmes y volviéndose a la dotación profiere los tres gritos de rigor en la España nacionalista.

   -¡España! –Grita, a lo que la tripulación contesta con un sonoro-. ¡Una!

   -¡España! –Repite, a lo que la dotación responde-. ¡Grande!

   -¡España! –Reitera-. ¡Libre!

   -¡Viva España! –Dice finalmente, grito que es respondido con un rotundo-. ¡Viva!

El mando del remolcador le dura a Álvaro una semana, pues el 30 de agosto, por necesidades del servicio, es nombrado comandante del torpedero número 9. Otro peldaño más en su carrera.

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 23. Buenas y malas noticias