Las elecciones
autonómicas y municipales de mayo de 1995 se aproximan y los aparatos de los
partidos se afanan en preparar sus estrategias de última hora. Les preocupa
especialmente el problema de los posibles pactos que, dada la singularidad de
la ley electoral, son imprescindibles en muchas ocasiones. En Senillar se
presentan a las elecciones cuatro partidos políticos: el PSOE, el PP y los
nacionalistas de izquierdas del UNES y los de derechas del BANS. Ante las
posibles sorpresas que puedan deparar las urnas las directivas de los partidos dedican
mucho tiempo a elucubrar sobre previsiones de resultados y de futuras alianzas.
Las reuniones para analizar los
posibles pactos poselectorales no sólo las llevan a cabo las ejecutivas de los partidos,
también las efectúan los poderes fácticos que tienen mucho que ganar o perder
según qué fuerza política vaya a gobernar el Ayuntamiento. Se trata de
controlar no sólo a las formaciones políticas sino también a sus militantes más
destacados, en especial a los que van de cabecera del cartel electoral. El
hecho de pertenecer a un determinado partido no es tan determinante como la
clase de pasta de que está hecho cada dirigente o, como suele decir sarcásticamente
Oriol Bricart, su proclividad a ser bizcochable.
Los directivos de BACHSA, el
nuevo poder fáctico emergente en la localidad, han instado a sus representantes
locales a que sigan muy de cerca la preparación y desarrollo de la campaña
electoral y el cabildeo de los pactos poselectorales si fueran necesarios.
Agustín Badenes, el director local de Cajaeuropa, se reúne con José Ramón Arbós
y Amador Garcés, ambos muñidores locales de los constructores, para debatir y
poner de acuerdo sus estrategias con que obtener réditos para sus intereses
sean cuales fueren los resultados electorales.
- Supongo que estaréis de acuerdo conmigo en que nuestro principal
objetivo debe de ser dejar atado lo del día después de las elecciones. No
podemos correr el albur de que salga un resultado imprevisto y nos reviente el
negocio, ahora que todo va viento en popa – pontifica el bancario.
- Por supuesto, Agustín, pero tranquilo que ya lo tenemos medio
encarrilado. Y aún en el peor de los casos no será la primera vez que le hemos
dado la vuelta a un resultado que no nos gustaba – se ufana Arbós.
-¿Qué pálpito tenéis sobre posibles resultados? – se interesa Badenes.
- Por lo que hemos estado husmeando por ahí creemos que puede haber un
empate entre PSOE y PP. Tampoco descartamos que uno de ambos saque un concejal
más, pero parece improbable que alguno de ellos obtenga la mayoría absoluta – Garcés
es quien responde.
- ¿Ese resultado significa qué los nacionalistas sacarán algún escaño? –
quiere saber Badenes.
- Es probable. Lo más parecido que tenemos aquí a una empresa que haga
encuestas sobre intención de voto es lo que barrunta el tío Chimo el Saurí, que
es un lince para tomar el pulso al ambiente. Anteayer hablé con él y me comentó
que es casi seguro que volverán a salir los del UNES y que hasta es posible que
puedan sacar un par de concejales – informa Garcés.
La información parece preocupar
a Badenes que vuelve a preguntar:
- ¿Eso presupone una nueva coalición PSOE-UNES?
- No creas que está tan claro. Por una parte dependerá del resultado y
por otra de lo que los nacionalistas exijan y de lo que el PSOE esté dispuesto
a ofrecerles – responde Arbós.
- Entonces, ¿qué estrategia tenéis pensada?- inquiere Badenes.
- Estamos en ello, pero va ser complicado, aunque de peores hoyos hemos
salido. Hemos analizado detenidamente los posibles escenarios que se pueden dar
tras las elecciones y, tras darle muchas vueltas, empezamos a vislumbrar
posibles salidas que no resulten excesivamente gravosas para nuestros intereses
– quien ahora responde es Garcés.
- ¿Y cuál es el escenario poselectoral más probable? – Badenes sigue
pidiendo más concreciones.
- El panorama que se vislumbra es el siguiente. Si se confirma, como
parece casi seguro, que ni PSOE ni PP logren la mayoría absoluta y que los del
UNES obtengan una o dos concejalías, las posibles combinaciones poselectorales
quedan reducidas a socialistas más nacionalistas o populares más nacionalistas
– explica Garcés.
- Luego los del UNES tendrán la llave de los pactos – resume Badenes y
añade -. Si esa conclusión es válida, ¿tenéis pensado cómo controlar a los
nacionalistas?
Arbós y Garcés se miran para
ver quien contesta. Lo hace José Ramón:
- Directamente no los controlaremos, pero esperamos hacerlo a través de
los pactos que el PSOE o el PP, esto último poco probable, acuerden con ellos.
Ésta, al menos, es mi opinión, aunque Amador discrepa.
- ¿Por qué discrepas? – pregunta Badenes dirigiéndose a Garcés.
- Si se cumplen los pronósticos de Chimo el Saurí – explica Garcés -, el
escenario PSOE más UNES es el que nos puede crear más quebraderos de cabeza por
la deriva que estoy detectando en la ejecutiva de mi partido y que se puede
resumir en que esta vez no piensan ceder la concejalía de urbanismo a los
nacionalistas. Si eso ocurre se puede llegar a una situación complicada y,
hasta cierto punto, ingobernable. Y lo que necesitamos es tener un gobierno
sólido, pero al mismo tiempo con la fragilidad que supone estar atado a una
alianza que siempre puede romperse. Por eso, y que lo proponga yo parece un
chiste, nuestra mejor estrategia sería conseguir un pacto, en principio contra
natura, entre el PP y los nacionalistas del UNES. Algo que, y también parece
una broma, José Ramón pone en cuarentena.
- Y lo pongo porque me parece una sandez – reprocha Arbós a su socio
-.Los del UNES jamás pactarán con nosotros aunque les ofreciéramos el oro y el
moro. Esos pájaros son más rojos que La Pasionaria.
- Serán todo lo de izquierdas que quieras, José Ramón, pero es quienes
mejor saben meter la mano en el cajón del pan – replica Garcés -. Por eso, si
el PP les hace una oferta que no puedan rechazar se meterán el izquierdismo en
el fondo de la faltriquera o donde hiciera falta.
- ¿Tienes datos para estar convencido de ello o sólo es un
presentimiento? – inquiere Badenes.
- Estoy razonablemente seguro y me apoyo en un hecho. Por primera vez la
gente del UNES ha podido paladear las mieles del poder y por eso creo que harán
lo imposible para seguir en el machito.
- ¿Aunque tengan que renunciar a sus convicciones? – pregunta un incrédulo
Arbós -. Eso les puede resultar muy duro.
- José Ramón, como dijo no sé quién, no hay nada más duro que estar en
la oposición – replica Garcés.
- En todo caso, será cuestión de probar lo que propone Amador, al fin y
a la postre todos tenemos un precio – dogmatiza Badenes.