"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 16 de diciembre de 2016

88. ¿Y ahora qué?



   La portada de El País del tres de marzo lleva como principal titular: El debate aleja toda esperanza de una investidura de Sánchez. Y en tres subtitulares explica los entresijos de la sesión de investidura en el congreso de diputados. PSOE y Ciudadanos no consiguen más votos para su acuerdo de gobierno. El segundo resume la posición del PP: Rajoy renuncia a cualquier intento de aproximación y califica de “farsa” la sesión. El último describe la postura del nuevo partido izquierdista: Iglesias rompe los puentes con los socialistas con una andanada de duros ataques.
   Un gráfico muestra el resultado de la votación de la candidatura de Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, para ser investido Presidente del Gobierno: 130 votos a favor, 219 en contra. Ponte se queda solo en los titulares, no le interesa la letra pequeña, y cuando está a punto de cerrar la web otro titular en el faldón le llama la atención, reza así: Nadie puede frenar a Donald Trump. La noticia suscita su curiosidad y lee el breve texto en el que se explica que el Supermartes consolida al millonario, el cual se perfila como el candidato republicano con más opciones para optar a la presidencia estadounidense en las elecciones de noviembre. Vaya, piensa Ponte, un tipo insólito para un país que no deja nunca de sorprenderme. Y ahora, sí cierra el portátil.
   Otras son las preocupaciones de los inspectores del Caso Inca. Van cerrando pistas, la última y que aún está calentita es la declaración de Adolfo Martínez confesando que fue quien manipuló las cámaras de seguridad de la entrada del Museo de América el día del robo. Van cerrando pistas, pero siguen sin avanzar demasiado en la investigación. Por eso, han resuelto dedicar la mañana a realizar una puesta en común sobre lo que saben del caso y llevar a cabo un debate sobre ello. En la sala de la Brigada de Patrimonio que les sirve de estado mayor pinchan en el portapapeles un nuevo folio en blanco en el que Atienza escribe:
 Lo que sabemos:
1. Obdulio Romero y Adolfo Martínez fueron los dos cómplices de los ladrones en el interior del museo.
2. El dinero con el que se pagaba a las agencias que vigilaron a Martínez procedía de una compañía con sede en Panamá, lo que da a entender que los organizadores del robo es gente adinerada.
3. La pista de Panamá junto con el atracador que amenazó a Ponte el día del robo y el desconocido que captó a Martínez como cómplice sugieren que los organizadores pueden ser de nacionalidad/origen colombiano.
4. Las fotografías del museo tomadas durante el tiempo en que las piezas quimbayas estuvieron prestadas inducen a creer que las obras robadas son las originales.
5. Según la confesión de Martínez, los ladrones conocían la fecha exacta de la llegada del tesoro a Madrid, pese al secreto con el que se planeó su envío. Lo que es indicio de que tenían contactos en los museos, españoles o franceses, que les facilitaron tal información.
6. Las autoridades concernidas, tanto españolas como francesas, siguen sin dar muestras de gran interés por el resultado de las investigaciones.
7. Puede haber algún tipo de conexión entre los ladrones, el clan gitano de los Corrochanos y la empresa china del Polígono Cobo Calleja que blanquea capitales ilícitos. Este es el dato más dudoso.
- Esto es cuanto sabemos. Con plena certeza en unos puntos y en los que no, con una probabilidad del noventa y tantos por ciento de que sean ciertos – sintetiza Atienza -. Estos ítems tienen que ser el fundamento sobre el que sustentar las nuevas líneas investigadoras.
- Y esos ítems descartan muchas de las hipótesis que durante meses hemos estado barajando, tales como si las piezas robadas eran copias, si los ladrones lo sabían o no, si habían utilizado o no internet, etcétera, etcétera – precisa Bernal.
- Bien, ¿y ahora qué? – Es la pregunta recurrente que usa Blanchard cuando la investigación llega a lo que parece un punto muerto.
   La respuesta de Atienza es encogerse de hombros. La de Bernal, mirar con cara de pocos amigos al francés, mientras piensa que el gabacho sigue siendo un aguafiestas.
   Blanchard, como si hubiera leído el pensamiento de su colega hispano, añade:
- Soy consciente de que con esa pregunta hago el desagradecido papel de cenizo, pero alguien tiene que hacerlo. Conocemos los datos que Juan Carlos, de manera impecable, acaba de transcribir y que arrojan luz sobre muchas de las hipótesis que hemos manejado durante tanto tiempo y que Eusebio ha sintetizado certeramente – El galo pretende congraciarse con sus compañeros a base de adjetivos elogiosos -. De acuerdo, pero vuelvo a la pregunta de antes: ¿y ahora qué? Y para evitar suspicacias, aclaro que la pregunta no os la hago solamente a vosotros, también me la hago a mí. Porque… - Blanchard se calla, alguien está llamando a la puerta de la sala de operaciones.
   Atienza es quien se levanta, abre la puerta y saluda a Grandal.
- Buenos días, comisario, te estaba esperando – y volviéndose a sus colegas dice -. Se me había olvidado comentaros que para la puesta en común de esta mañana, me he permitido invitar al comisario del que, como en anteriores ocasiones, espero que nos pueda ayudar desde su amplia experiencia.
   Si Bernal y Blanchard se creen o no el supuesto olvido de Atienza no lo dan a entender. El saludo de ambos al excomisario es si no efusivo si correcto y en el caso del francés hasta cordial. El inspector de Patrimonio resume a Grandal el contenido del folio, los posteriores comentarios y el interrogante que ha lanzado el inspector galo.
- Y en esas andamos. ¿Qué opinas?
   Grandal se lo piensa antes de responder.
- Creo que vuestro resumen es intachable y por mi parte no añadiría más. Pienso que de ahí lo mejor que en estos momentos se puede extraer es una nueva hipótesis de trabajo como forma de seguir avanzando en la investigación.
- ¿Qué clase de hipótesis? – formula Blanchard, claramente interesado ante la propuesta del excomisario.
- Michel, creo que eres un fan de las frases coloquiales del español, pues bien hay una que no sé si conoces y es la de aquí te pillo, aquí te mato. Lo digo en tono jocoso porque es más o menos lo que me pides. Una cosa es que haya formulado una sugerencia y otra muy distinta es que conozca la respuesta adecuada. Eso es algo que hay que meditar detenidamente, al menos por mi parte. Mis neuronas no son ni tan rápidas, ni tan flexibles, ni tan jóvenes como las vuestras. Lo mejor que puedo hacer, siempre que estéis de acuerdo, es copiar vuestro resumen, llevármelo conmigo y echarle un pensament como suele decir un amigo catalán. 
   Y en eso quedan. En cuanto llega a casa, Grandal echa mano del móvil para llamar a sus jubilados amigos. Tiene tajo para ellos. Al día siguiente, en el saloncito del modesto piso del excomisario se reúnen los cuatro compañeros. Sobre la mesa el folio en el que Grandal copió los ítems de los Sacapuntas sobre el estado actual de la investigación del robo del Tesoro Quimbaya.
- Ahí tenéis el resumen de lo que saben mis jóvenes colegas sobre el robo y que en algunos casos ha sido posible probarlos gracias a vuestras pesquisas.
- Bueno, Jefe, para ser precisos tendrías que haber dicho nuestras y no vuestras – le rectifica un sonriente Ballarín.
- Amadeo, eres un pelota – le acusa, también de buen humor, Álvarez.
- Dejaros de coñas – les reprende un bien humorado Ponte, que dirigiéndose a Grandal pregunta -. ¿Y qué quieres que hagamos con eso?
- Algo que soléis hacer muy bien, pensar – es la amable respuesta del excomisario.
- Así a bote pronto ya lo pienso, pero no se me ocurre nada. Posiblemente sea porque no nos has invitado ni a un café. Cada día eres más rácano, Jacinto – Lo que podría ser una reprimenda no parece tal dado el risueño semblante y el tonillo guasón de Álvarez.
   Grandal, que ha estado estrujándose el magín previamente, les explica lo que ha pensado para sacar algún resultado de los datos transcritos. Harán una especie de tormenta de ideas, como ya la hicieron en anteriores ocasiones, sobre cada uno de los siete ítems, y a ver los resultados que obtienen.
- ¿Y quieres que lo hagamos aquí y ahora? – pregunta Álvarez.
   Ante la respuesta afirmativa de Grandal, Ponte formula una propuesta diferente.
- Eso es mucho tomate para hacerlo hic et nunc, como diría mi profe de latín en aquellos lejanos años que estudiaba el bachillerato. Creo que será más eficaz que cada uno se lleve una copia a casa, que nos volvamos a reunir mañana y así tendremos más tiempo para reflexionar.
   La propuesta del decano es aceptada por unanimidad. Mañana lo debatirán.