"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 8 de diciembre de 2017

Capítulo 8. Periplo Sevilla-Costa de Azahar.- 30. Torrenostra, fin de trayecto



   Los emisarios de las distintas camarillas sevillanas conjuradas para negociar o lo que se tercie con Curro Salazar organizan su viaje a la Costa de Azahar de muy diferentes maneras pues diferentes son los grupos que los envían así como sus posibilidades logísticas.
   Al hijo mayor de Curro, como tiene un presupuesto muy cortito, ni se le ocurre preguntar por los vuelos a Valencia que es la base aérea más cercana a Torrenostra, porque el aeropuerto de Vilanova d´Alcolea en la provincia de Castellón de momento solo recibe prácticamente vuelos chárter. Se dice que para el año 2017 las compañías Raynair, Iberia y Vueling tienen previsto poner en funcionamiento un vuelo Sevilla-Castellón, pero por el momento no hay enlace entre la ciudad de la Giralda y la capital de La Plana. Por el mismo motivo de administrar sus escasos dineros tampoco pregunta cuánto cuesta el viaje en AVE. Va directamente al medio de viajar más barato: el autobús. Ha conseguido el mejor precio en la compañía ALSA, acrónimo de Automóviles Luarca, S. A., empresa dedicada al transporte de viajeros por carretera que, desde su modesto origen en la villa asturiana del mismo nombre, ha devenido en una gran empresa multinacional y que por aquello de la globalidad pertenece actualmente al grupo británico National Express. Tiene plaza en el bus que hace el trayecto Sevilla-Castellón, con una duración de algo más de once horas y un coste de sesenta y tres euros.
   En una situación parecida a la de Salazar junior está la examante de Curro, Rocío Molina, también anda corta de fondos por lo que igualmente se ha decantado por viajar en autobús. Cuando pide billete para la ruta Sevilla-Castellón resulta que el bus está completo y no le queda más remedio que coger el que hace el trayecto Sevilla-Barcelona que también pasa por la capital de La Plana. El itinerario que recorre el bus discurre por Granada, Murcia, Alicante, Benidorm, Valencia y Castellón, ciudad en la que hace parada en la Estación de Autobuses de la calle del Pintor Oliet para luego seguir su camino hacia la Ciudad Condal.
   Jaime Sierra, antiguo director de IDEA, es el enviado por el grupo de Felipe Muñoz que fue el primero que acordó negociar con Curro Salazar. Viaja hacia Torrenostra en su Opel Cabrio descapotable que es el único bien de cierta consideración que le queda a su nombre. La ruta más corta por carretera hasta Castellón cubre una distancia de setecientos veintiocho kilómetros con una duración aproximada, dependiendo de las paradas, de siete horas. Coge la A-4 en dirección a Córdoba, luego entra en la provincia de Jaén y en uno de sus pueblos, Bailén, se para a tomar un café y repostar. Ya en la provincia de Ciudad Real, en Manzanares, toma la A-43, autovía que se diseñó para comunicar las regiones del este con las del oeste peninsular. Desde hace varios años funciona el tramo Ciudad Real-Valencia, pero el tramo entre Castilla La Mancha y Extremadura está inacabado. Al pasar por Argamasilla de Alba le viene a la mente que está atravesando los parajes más quijotescos de toda España. En Atalaya del Cañavate toma la A-3 en dirección a Valencia. A la altura de Motilla del Palancar vuelve a parar para desaguar y comer algo, hace un buen rato que el estómago le hace cosquillas. Prosigue camino hacia Valencia, donde toma la AP-7 que le conducirá hasta Castellón.
   A Pepillo Jiménez, más conocido como el Chato de Trebujena, comisionado por el grupo de Juan Antonio Almagro para darle una paliza a Curro y amenazarle con mayores violencias si no tiene la boca cerrada, le han organizado su viaje hasta la Costa de Azahar en tren. Toma el AVE hacia Madrid en Santa Justa, la principal estación ferroviaria de Sevilla, y tras parar en Córdoba, Puertollano y Ciudad Real arriba a la estación de Madrid-Puerta de Atocha donde hace transbordo en otro AVE dirección a Valencia. Al llegar a la ciudad del Turia, en la propia estación de Joaquín Sorolla recoge un coche de Avis que la camarilla de Almagro ha reservado on line después de buscar las mejores ofertas. Cuando está finalizando el recorrido del conocido como baipás valenciano se encuentra con tres salidas: la N-340, la A-7 y la AP-7. Pepillo sabe que AP quiere decir autopista de peaje por lo que coge la A-7, una autovía perteneciente a la Red de Carreteras del Estado, pero en la que el tramo Sagunto-Vilanova d´Alcolea es competencia de la Generalitat Valenciana. Así se ahorrará el peaje hasta Castellón, aunque una vez que está a la altura de Vall de Uixó piensa que la opción escogida ha sido una mala idea porque el tráfico es muy denso, sobre todo de camiones.
-Chato –se dice-, ya sabes, a la vuelta hay que apoquinar y volver por la de peaje.
   El ingeniero forestal Alfonso Pacheco, enviado por la camarilla de Gabriel Salcedo,  es Director de Prevención y Extinción de Incendios Forestales, unidad de la Dirección General del Medio Natural y Espacios Protegidos encuadrada a su vez en la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. El jefe de Pacheco, que también pertenece al mismo grupo, le ha buscado una excusa para el desplazamiento a Castellón: estudiar sobre el terreno como se lleva a cabo el Plan de Prevención y Extinción de Incendios Forestales en una zona orográficamente tan abrupta como es el Maestrazgo. Pacheco aprovecha el encargo de sus compañeros para, al mismo tiempo, brindarle a su mujer unos días de playa pues debido a la escalada de incendios forestales que se suceden este verano no le ha sido posible coger vacaciones. Opta por no contar a su esposa el verdadero motivo del viaje, tiene razones para ello.
-Macarena, tengo que ir a Castellón por cuestiones de trabajo, ¿te apetecería pasar unos días de playa?
-¿Qué me dises?, ¿qué si me apetesería? Que chica en su sano juisio le diría no a esa oferta. Escapar de los cuarenta grados de Sevilla. ¿Cuántos días vamos a estar?. Lo digo para ver que meto en las maletas.
-Tres o cuatro, estirándolo mucho, cinco.
-Sí que es poco, pero menos da una piedra. ¿Nos llevamos a los niños?
-A los niños lo mejor que podemos hacer es dejarlos donde están. Es un viaje de más de setecientos kilómetros, una paliza para ellos. Es preferible que se queden en Zahara con los abuelos. Otra cosa, ¿prefieres viajar en tren o cogemos el coche?
-En lo que tú quieras, mi rey, pero ya que vamos a Castellón como viene de paso me gustaría visitar Alicante, aunque fuera de pasada. Es la única siudad de Levante que no conosco.
-Entonces, hecho. Iremos en el coche.
   La pareja, a bordo de su Volvo V40 Cv Kinetic de cinco puertas, se encamina hacia la ciudad de La Plana. Cogen la autovía autonómica andaluza A-92 hasta Guadix, en la provincia de Granada, allí toman la A-91 hasta la murciana ciudad de Puerto Lumbreras en donde enlazan con la A-7 que les lleva hasta Murcia, ciudad en la que hacen un alto para repostar y almorzar. Después cogen la AP-7 que les lleva hasta Alicante. En el camino debaten sobre si visitar la ciudad alicantina ahora o a la vuelta. Puesto que Pacheco ignora el tiempo que le puede llevar convencer a Salazar piensa que quizá no haya tiempo al regreso para darse un paseo por la ciudad. Por ello, sugiere a su esposa que lo más sensato sería que hicieran ahora una visita a vista de pájaro de los lugares más emblemáticos de Alicante y que si cuando vuelvan tienen tiempo podrán visitarla más detenidamente. A la mujer le parece buena idea y así lo hacen. Recorren primero el casco antiguo, concretamente el barrio de Santa Cruz, luego suben hasta el Castillo de Santa Bárbara sito en lo alto del Monte Benacantil y desde el que se divisa un amplio panorama de la ciudad y del mar. Nuevamente en el centro de la ciudad, dan un paseo por la ancha playa del Postiguet y luego caminan por la Explanada de España. Finalmente, siguiendo la costa llegan al Parque Canalejas donde, cansados, se sientan un rato bajo la sombra de uno de los enormes ficus que lo engalanan. Como el día está vencido optan por quedarse en la ciudad y proseguir camino al día siguiente.
-Creo que no deberíamos haber parado en Alicante –comenta Pacheco más para sí que para su esposa-. Mañana voy a llegar tarde a la cita que tenía –En realidad lo que está queriendo decir es que quizá ese parón sea el causante de que no será el primero en entrevistarse con el antiguo Conseguidor.
-No te preocupes, cariño, mañana madrugamos y en un abrir y serrar de ojos estamos en Castellón –le consuela la mujer.
-Mucho tendremos que madrugar, porque hasta Castellón quedan doscientos cuarenta kilómetros.
   A todo eso, Curro sigue trabajándose a la joven camarera rumana de la que cada día está más encaprichado sin sospechar que por diversas rutas se acercan emisarios que tienen como fin de trayecto una playa que, al decir de algunos, es demasiado tranquila. ¿Será posible que los viajeros rompan esa aparente tranquilidad?