Los
integrantes de la ejecutiva local del PSOE tienen pocas dudas sobre los
resultados de la inminente consulta electoral. Llevan gobernando cuatro
legislaturas, ¿por qué no cinco?
- Deberíamos estudiar cual sería nuestro
mejor aliado si no sacamos mayoría absoluta – plantea Jaume Pellicer que,
además de secretario general del partido, es el actual alcalde.
- ¡Coño, Jaume, que pesimista te has
levantado hoy! Claro que la vamos a sacar, como la última vez y la anterior de
la anterior – objeta el optimista antropológico del grupo.
- Ojo, que no todo el monte es orégano –
matiza otro -, que en las últimas ganamos a los fachas del PP por un puñado de
votos y, al final, tuvimos que recurrir a esas sanguijuelas de los
nacionalistas para poder seguir gobernando.
- A mí me parece bien que discutamos lo que
plantea Jaume, pero es que las opciones que tenemos para posibles alianzas sobran
dedos en la mano para contarlas – precisa otro miembro de la ejecutiva -. A la
hora de la verdad no hay más que una: la gente de Armengol. ¿No opinas eso,
Jaume?
- Por supuesto. Si necesitásemos conformar
una mayoría de gobierno de progreso, es evidente que nuestros aliados naturales
son la gente del UNES, pues aunque nacionalistas también son de izquierdas.
Ahora bien, en su caso yo no descartaría a los del Bloc. En el supuesto de que obtuviesen
un concejal que fuera quien deshiciera un posible empate – puntualiza Pellicer.
- De esos fantoches del BANS olvídate,
Jaume. Esos son más carcas que los populares y no pactarían con nosotros aunque
les ofreciéramos las Torres de Quart, el Micalet y la playa de la Malvarrosa en
el mismo envoltorio.
- No creas, se mueren de ganas por rascar
poder. Como tengan la más mínima oportunidad de tocar pelo les veo capaces de
venderse por lo que vale un cucurucho de altramuces – replica Pellicer.
- De todas formas – insiste otro de los
miembros -, creo que deberíamos esperar al día después y a la vista de los
resultados ponernos en contacto con Armengol que, en mi opinión, es quien tiene
más posibilidades de sacar algo de provecho en estas elecciones. Aunque ya
veréis como, al final de la traca, vamos a revalidar la mayoría.
- Pues no estés tan seguro – matiza el
secretario general -, en el comité regional no lo tienen tan claro. Las encuestas
que les pasan no son muy favorables ni mucho menos. Hay varias que pronostican
una suerte de empate técnico entre el PP y nosotros, al menos a nivel de la
comunidad.
- ¿Qué nos cuentas? En las declaraciones que
hizo Lerma ayer mismo en Canal Nou insistió en que, a nivel autonómico, vamos a
repetir la mayoría absoluta.
- Esas manifestaciones son para no desanimar
a los afiliados y simpatizantes, pero en Blanquerías no las tienen todas
consigo. Lo que os cuento no es para que lo vayáis largando por ahí, eh –
recomienda Pellicer.
- Menuda putada sería que, ahora que parece
que ha llegado el cuerno de la abundancia al pueblo, perdiéramos las elecciones
– se lamenta el pesimista del grupo.
- Tranquilo, no creo que vayamos a
perderlas. Es más, estoy seguro que vamos a ganarlas – Pellicer intenta
remontar la moral de su gente que parece como si de pronto se hubiese
desfondado -. Otra cosa distinta será la clase de mayoría que vayamos a sacar.
- Lo que sea sonará. De todas maneras,
Jaume, quizá convenga que le des un toque a Armengol – pide el más precavido
del comité.
- Ya se lo di. Y me contestó que hablaríamos
el día después y que no cree que haya ningún problema en volver a reeditar el
pacto del noventa y uno.
Apenas pasadas veinticuatro horas, los miembros de la comisión ejecutiva
socialista son convocados a la mayor urgencia. El secretario general, con gesto
cariacontecido, es quien les da la noticia:
- Esta mañana, el UNES ha roto el pacto de
gobierno que tenía con nosotros y se ha pasado a la oposición.
- ¿Qué nos cuentas? – pregunta aquel que ha
sido el primero en recuperarse de la sorpresa que ha supuesto la noticia.
- De esos carroñeros me espero cualquier
putada – asegura otro.
- ¿Y a dónde quiere ir a parar ese fantoche
de Armengol sin nosotros? – inquiere un tercero.
- Danos más detalles, Jaume. Cabe suponer
que habrán dado alguna justificación del porqué de una acción tan inesperada,
sobre todo teniendo en cuenta que las elecciones están a la vuelta de la
esquina.
- El motivo que han dado para denunciar el
pacto, más bien una miserable excusa – explica un irritado Pellicer -, es que,
como recordaréis, en el último pleno municipal Armengol presentó una moción
para adherirnos a un manifiesto, que circula por ahí, para que el cántico que
musicó Serrano deje de ser el himno oficial del País Valencià y sea sustituido por la Muixeranga. La moción no
prosperó porque el PP votó en contra y nosotros nos abstuvimos, la verdad es
que no recuerdo por qué. Pues bien, de aquella chorrada Armengol ha hecho causa
para denunciar el pacto de progreso y dejarnos como un gobierno que tendrá que
afrontar en minoría las pocas semanas que restan para las elecciones. Nos
esperan unos últimos plenos que serán como transitar por un campo minado.
- Me parece, Jaume, que ahí está la
explicación, en que falta un suspiro para las elecciones.
- Has dado en la diana – reconoce Pellicer -.
El listo de Armengol quiere dar la impresión de que al desligarse de nosotros
representa una política diferente y así presentarse ante las urnas como una
opción diferenciada.
- ¿Y qué hacemos? – inquiere uno verbalizando
la pregunta que todos tienen en mente.
- La verdad es que no podemos hacer demasiado. Esperar y ver qué pasa en
las elecciones. Y como el resultado nos salga medianamente bien hacerles tragar
a los del UNES su propia medicina. Se van a enterar esos nacionalistas de
pacotilla de lo que vale un peine – remacha el secretario general.
La última y castiza frase de Pellicer ha
sido celebrada con risotadas por la mayoría de los miembros de la ejecutiva,
pero hay al menos un par de ellos que siguen dándole vueltas a la noticia que
les ha facilitado su secretario general.
- Oye, Jaume, y si no sacamos mayoría absoluta y pasa como
en la última elección que empatamos a concejales con los peperos, ¿tienes
pensada alguna solución para un escenario como ese? Lo digo porque con la
espantada de los del UNES, no sé hasta qué punto estarán conformes de volver a
aliarse con nosotros.
- Si empatamos a escaños con el PP, pero obtenemos más
sufragios que ellos, algo que es probable, siempre podríamos gobernar en minoría
aunque ello supondría tener que negociar cada propuesta que presentáramos al
pleno, lo cual no deja de ser un incordio, pero saldremos adelante, en peores
garitas hemos hecho guardia – Pellicer sigue tratando de tranquilizar a su
hueste, por eso no duda en profetizar -. Eso en el peor de los supuestos, pero
a pesar de la jugarreta que acaban de gastarnos nuestros ex socios creo que no
llegará la sangre al río y que al final habrá pacto con ellos; eso sí, nos
costará más caro.