La
sobremesa que mantuvieron constructores, políticos, lobistas y funcionarios para
tratar sobre nuevos planes de recalificación de terrenos tuvo que suspenderse
sin concluirla porque hubo una llamada urgente para el alcalde, se había
producido un incendio en los montes cercanos y el edil consideró que debía dar
prioridad a la emergencia. Unos días después retomaron la conversación donde la
habían dejado: el asunto de los marjales que para los constructores supone algo
así como la joya de la corona de su estrategia urbanística. El consejero
delegado de BACHSA es quien toma la palabra y lo hace, como acostumbra, yendo
directamente al grano:
- Lo que estábamos planteando el otro día,
alcalde, es que necesitamos nuevos terrenos para seguir construyendo y hemos
pensado en que una de las zonas más idóneas es la de los marjales.
Volver
a oír la palabra marjales y cambiarle la cara a Blasco es todo lo mismo.
Garcés, muy atento a las reacciones del alcalde, se da inmediatamente cuenta e
interviene antes de que el edil pueda decir algo de lo que luego tenga que
arrepentirse y de que Bricart, con sus intemperantes planteamientos, lo eche
todo a rodar.
- Si no estoy mal informado, más que de la marjalería propiamente dicha, en
principio deberíamos hablar de las zonas colindantes de la Marina, ¿no es eso,
Juan Antonio?
- En efecto, Amador – Cardona agradece con
un gesto la percha que le ha facilitado Garcés -. Es evidente que necesitamos
más suelo y que, como los del Torreón y de las demás partidas, pueda ser
recalificado de manera fácil y rápida. Y, además, que esté en la misma costa o
en sus proximidades. Esos terrenos todos sabemos dónde están ubicados. Sobre
todo en el extremo sur del término municipal, en la partida de la Marina.
Alcalde, como bien dice el amigo Amador, en principio no pensamos tocar el
humedal, sino solo las zonas contiguas. Todos somos conscientes de que los
marjales precisan de un tratamiento específico y, en su momento, presentaremos
un proyecto que así los trate, pero ahora estamos en otras cosas.
- Como expone mi socio – remacha Bricart -,
y para decirlo alto y claro, necesitamos suelo urbanizable y lo necesitamos ya.
- Hombre, es que la partida de la Marina es
algo muy especial para el pueblo y no digamos los marjales…
- Javier – le corta Arbós -, ya has oído lo
que acaba de decir Juan Antonio. Por ahora, los marjales ni tocarlos.
Uno
de los comensales que hasta el momento ha estado callado, el arquitecto
municipal, toma la palabra:
- Si se me permite opinar, el problema del
suelo desaparecería si se aprobara un Plan General de Ordenación Urbana que
convirtiera todo el término municipal en suelo urbanizable – Lo que no cuenta
el técnico es que la idea se la ha sugerido Badenes, el maquiavélico director
de la caja.
- Gregorio, ¿eso es posible? – pregunta el
alcalde dirigiéndose al funcionario.
- Naturalmente, Javier. Y no seríamos el
primer municipio ni, con toda seguridad, el último que lo lleve a cabo.
- Creo que Gregorio ha encontrado el ungüento
amarillo – Garcés apoya la propuesta del arquitecto, no en balde es otro de sus
patrocinadores junto con Badenes -. Si transformamos todo el suelo rústico en
urbanizable se acabaron los problemas en Senillar.
- Además – Arbós también echa su cuarto a
espadas -, ¿para qué coño sirven hoy las fincas, acaso se saca algo de ellas?
Lo sabéis igual que yo, no sacamos ni para pagar la contribución. Y sé de lo
que hablo. El mejor destino de nuestros huertos es convertirlos en solares.
La
corta pero rotunda intervención de Arbós parece calar en el ánimo de los
comensales, sobre todo en el del alcalde. Todos son conscientes de que el único
presente a quien se puede calificar de terrateniente es a José Ramón Arbós. Y
si está dispuesto a transformar sus fincas en solares por algo será. Los ricos
no suelen hablar a la ligera, sobre todo cuando se trata de sus propiedades.
- ¿Entonces el Ayuntamiento qué debería
hacer? – quiere saber el concejal de urbanismo.
- Pues lo mismo que hicimos con el PAI del
Torreón – contesta el arquitecto municipal, y cuando se lanza a describir el
procedimiento a llevar a cabo Bricart, haciendo gala tanto de sus malos modos
como de su falta de tacto, le interrumpe:
- Perdona, Gregorio, pero no creo que sea el
momento ni el lugar para explicarle al concejal el proceso de un PAI. Lo que
importa, Armengol, es que el Ayuntamiento tiene – ante la seña que le hace
Cardona, Bricart cambia de verbo -…, mejor dicho, debería tomar la resolución
de aprobar la recalificación de suelo rústico a suelo urbanizable de las
partidas de la Marina más alejadas del marjal. Y esa decisión tendría que
adoptarla lo antes posible porque, como ha dicho antes Juan Antonio, como
tengamos que parar el ritmo constructivo por falta de suelo urbanizable vamos a
tener unas pérdidas que no sé si estaremos en condiciones de soportar. Y como
nos vayamos de Senillar ya me dirás qué va a pasar con los ingresos del Ayuntamiento
y… con todo lo demás – las últimas palabras las dice mirando directamente al
alcalde.
El
alcalde no es tan lerdo como para no haber captado el mensaje.
- Claro, claro, por supuesto. La
construcción no debe pararse, sería también una ruina para el pueblo. Haremos
lo que haya que hacer, ¿no crees Guillem? – pregunta a su concejal.
- Naturalmente, Javier. Si los ciudadanos
nos han elegido es precisamente para que velemos por sus intereses. No os
preocupéis – asegura dirigiéndose a los promotores -, haremos lo necesario para
que todo siga igual como hasta ahora. De eso me encargo yo. Naturalmente, bajo
la supervisión del alcalde.
Unos meses después de la comida en la que confraternizaron políticos y
promotores, se publica en el Diario Oficial de la Comunitat Valenciana la
información de la alternativa técnica del programa de actuación integrada
correspondiente a los sectores números 7, 8, 9 y 10 de Senillar correspondientes
a la partida rural de la Marina.
En
la siguiente semana de la publicación en el DOCV del PAI de la Marina, el corresponsal en Senillar del periódico comarcal
El Pregoner inicia una serie de reportajes sobre el floreciente desarrollo
urbanístico en la localidad. En el primero informa de una reunión en el
Ayuntamiento entre el equipo de gobierno y representantes del accionariado de Mercantil
Urbanizadora de Senillar, que es el agente urbanizador. Comenta el reportero
que en la sesión de trabajo, donde se estudiaron los objetivos y previsiones
para la ejecución inminente del PAI de la Marina, se observaban semblantes de
satisfacción.
El
reportaje recoge asimismo las palabras de Rodrigo Huguet, consejero de la
empresa urbanizadora: “El nuevo proyecto inmobiliario supondrá una ingente
inversión y significará un enorme impulso para la economía local. Nuestros
objetivos, en cuanto se apruebe el programa de actuación integrada, son tener
la inscripción de la reparcelación cuanto antes, lo que nos dará la capacidad
financiera suficiente para comenzar las obras de urbanización, previa
licitación de las mismas. Asimismo, tenemos la intención de que podamos tener el
acta de replanteo e iniciar las obras cuanto antes”. A esta manifestación se
sumaba Gaspar Moltó, director general adjunto de Cajaeuropa, afirmando que
“estamos convencidos de que el proyecto de la Marina será para el pueblo de
Senillar la joya de la corona, ya que convergen muchos factores naturales en
este proyecto urbanístico que se va a ejecutar en primera línea de playa. El
proyecto, sin duda alguna, era una aspiración de todo el pueblo, que ahora se
va a hacer realidad gracias a la colaboración y el consenso de los partidos
políticos de la localidad y los grupos empresariales que nos hemos involucrado
en el plan”.