"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

martes, 26 de noviembre de 2013

2.27. De lo que hablemos, chitón

   Guillem Armengol, concejal de urbanismo, tiene que plantear al comité ejecutivo de su partido la propuesta presentada por los representantes de BACHSA de urbanizar el litoral de Senillar. Antes de tratarlo con sus correligionarios, le cuenta a su mujer la reunión mantenida con los empresarios. Tiene más fe en el olfato político de su costilla que en el de sus compañeros.
- … y esto es, en resumen, lo que nos han explicado. ¿Qué opinas?
- No sé qué decirte, Guillem, porque lo que acabas de contar parece un cuento de las mil y una noches. Lo único que parece claro es que se trata de un plan muy ambicioso en el que los millones se van a mover a paletadas y si andamos listos alguno se nos puede quedar en la mano.
- El problema es como presentarlo a mi gente y qué posición tomar. Si doy mi aprobación al plan siempre habrá algún cantamañanas, como Ibáñez, que saldrá diciendo que no somos más que los palmeros del PSOE, y si estoy en contra me acusarán de oponerme al progreso del pueblo. Total, que haga lo que haga me va a coger el toro.
- Haz una cosa. Preséntalo sin tomar partido y deja que los demás digan lo que piensan, pero déjate abiertas todas las opciones. Oye, y antes de que os reunáis ¿no podrías recabar más información para saber a qué atenerte?
- En la reunión, además de los promotores, el alcalde y yo, sólo estaban Arbós y Garcés. Del primero no puedes esperar que nos diga nada, si sabe más cosas a quien se las contará será a los del PP. Y el segundo, si conoce algo más sustancioso sobre el proyecto ya se lo habrá soltado a la comisión ejecutiva socialista. No puedo recurrir a nadie.
- Creo que nos olvidamos de alguien que, aunque no estaba en la reunión, seguro que está metido en el ajo. Me refiero a Agustín Badenes. Ya sabes que en el pueblo no se mueve un duro sin que él no tenga algo que ver.

   Siguiendo el consejo de su esposa, Armengol visita al director local de Cajaeuropa con quien mantiene buena relación. Agustín Badenes le saluda muy efusivamente.
- Hombre, Guillem, que caro te vendes. Vienes ni que caído del cielo porque tenía pensado hablar contigo para hacerte una propuesta que creo que te resultará muy interesante, pero primero cuéntame cual es el motivo de tu inesperada y grata visita – el bancario, siempre cauto, prefiere que primero hable su interlocutor.
- Verás, Agustín, vengo a pedirte consejo porque la verdad es que no sé cómo plantear al partido lo que voy a contarte.
- Sabes, Guillem, que me tienes a tu disposición para cuanto quieras, pero la política no es mi fuerte – se excusa Badenes.
- Es un problema político pero que tiene mucho que ver con la economía, por eso quiero saber tu opinión que siempre he valorado muchísimo porque eres la mejor cabeza que conozco en lo que se refiere a los números – aduce, adulador, el político -. Se trata del asunto de la urbanización de la costa, del que supongo que estarás al corriente.
- Me pides consejo, Guillem, y te lo voy a ofrecer gustosamente, pero con una condición: la de que no debes divulgar lo que te voy a contar. De entrada, te adelanto mi opinión: este proyecto será lo mejor que le ha ocurrido a Senillar en toda su historia. ¿En qué me baso para ser tan rotundo? En que se trata de un plan muy sólido y con una financiación por todo lo alto. No sólo están detrás del mismo unos empresarios que han acreditado su buen hacer en Benialcaide y en otros lugares, también lo está mi caja. Por ello, y estoy resumiendo mucho, la postura no puede ser otra que manifestarse a su favor sin ningún género de dudas.
- En principio estoy de acuerdo contigo – acepta Armengol para a continuación matizar su aprobación -, pero intento pensar no en el ahora sino a plazo más largo. Digamos que en una década. Imagínate que aquí comienza a construirse a troche y moche, en consecuencia esto se llenará de gente de fuera. Muchos de esos forasteros podrían terminar quedándose. En cuánto toda esa patulea entre en el censo municipal, ¿quién nos asegura qué es lo que votarán?, ¿qué pasará con partidos como el mío? Es el aspecto político el que me preocupa, no el económico.
- Veamos, Guillem. Te preocupa lo que pueda pasar en una década. Es una preocupación razonable, nadie puede garantizarte en ese plazo dónde estará tu partido, si tú seguirás siendo el secretario general, si os van a votar o no y si continuaréis formando parte del equipo de gobierno. Es una ecuación con demasiadas incógnitas por despejar. Dicho esto también te digo que, en tu piel, de lo que me preocuparía sería de las elecciones del próximo año. Si obtenéis representación municipal en el noventa y cinco y, además, sois la fuerza que desequilibra el fiel de la balanza no tendrás que volver a preocuparte de nada hasta el noventa y nueve. Y convendrás conmigo que para el año próximo, por muy rápido que vaya todo, el padrón del pueblo seguirá siendo el mismo que hoy.

   Armengol encuentra muy razonable la explicación de Badenes, pero sigue con las reservas que le suscita pensar en sus correligionarios.
- Eso último es cierto, pero insisto en que mi gente puede ver peligros en el proyecto a medio y largo plazo.
- Si mi información es correcta, el único que de vez en cuando se te enfrenta es Ibáñez, pero el resto de la directiva te come de la mano. No tendrás problema para convencerles y si alguien guarda alguna reserva desaparecerá cuando le expliques lo que puede suponer esta operación para vosotros.
- Agustín, tendrás que ser más claro porque esta última parrafada no acabo de entenderla.
- Lo que te voy a decir es una información que has de manejar con extremada prudencia. El proyecto va a suponer el movimiento de miles de millones y cuando se maneja dinero en tan ingentes cantidades es natural que todo aquel que tenga algo que ver con el mismo obtenga algún beneficio. Y no estoy hablando de nada ilegal sino de la praxis mercantil habitual. Un ejemplo para que lo entiendas mejor. Cuando un comercial te vende café, bebidas o lo que sea obtiene una determinada comisión. Es una de las formas de retribuir su trabajo. Pues bien, el concejal de urbanismo va a tener una descomunal tarea si el proyecto presentado sigue adelante. Por tanto, será correcto y hasta justo que obtenga su correspondiente comisión. ¿Me sigues?
- Sí, pero eso no va a bastar para los del comité. Soy el único del partido que está en el Ayuntamiento.
- Eso va a cambiar en unas semanas. En cuanto comience a concretarse el proyecto podrás colocar no sólo a tu comité en pleno, sino a más de la mitad de tus afiliados. Y todos tendrán su correspondiente momio.
- Agradezco de veras tu interés y es un favor que algún día te devolveré, lo que no sé es cómo podré montar un tinglado para colocar a tanta gente.
- Eso te lo solucionaré yo, también te explicaré como me podrás devolver el favor, pero de eso hablaremos otro día. Ahora lo que deberías hacer es reunir a tu gente, transmitirles lo que te he explicado, pero sin darles demasiados detalles, y convencerles que lo mejor que puede hacer el partido es apoyar decididamente el proyecto porque va a ser una eficaz manera de hacer país – el bancario utiliza a sabiendas una de las frases favoritas de la jerga nacionalista -. E idéntica postura deberás adoptar en el consistorio.
- Tengo mis dudas de que alguno de los cenutrios del comité no se ponga digno y me la líe parda – Armengol sigue mostrando su reserva respecto a la postura que puedan adoptar su conmilitones.
- Lo que debes hacer antes de reunirlos es hablar con cada uno de ellos en privado y explicarles que el proyecto les hará ricos, ya verás como a la hora de votar van a estar todos contigo.
- Menos Ibáñez.
- Bueno, el que haya un voto en contra no es mala cosa, lo puedes vender como ejemplo de lo bien que funciona la democracia en el partido. Y para terminar te hago un vaticinio: en tres o cuatro años vas a ser uno de los hombres más poderosos de Senillar. Ah, insisto, de lo que hablemos, chitón.