"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 13 de mayo de 2022

Libro III. Episodio 144. ¿Tú qué quieres ser de mayor?

   En cuanto los invitados del cumpleaños de la abuela Soledad se van, y una vez que Julia y Paca acuestan a los niños, el matrimonio Carreño comenta la celebración.

   -¿Crees que mis hermanos se han ido satisfechos?

   -Ya lo creo. La comida ha sido espléndida y todo ha estado a la altura de las circunstancias. Y lo que es tu madre creo que ha quedado más que satisfecha, seguro que en sus setenta años de vida nunca disfrutó de un cumpleaños así.

   Cuando han terminado de repasar los acontecimientos del día, Julio, que continúa inquieto desde que su concuñado le interrogó sobre la posibilidad de que su hija curse el bachillerato, refiere a su esposa la conversación y su falta de respuesta ante la pregunta de si las mujeres deberían estudiar.

   … y la verdad es que no he sabido contestarle. Nunca me he planteado si Pilar debería completar el bachillerato o es suficiente con que haga los tres cursos del ciclo elemental. Como estoy convencido que tú si lo has pensado, dime tu opinión.

   Julia se demora un poco como si quisiera reordenar sus ideas para dar una respuesta cabal.

   -Tu madre, Dios la tenga en su santa gloria, mantenía al respecto que las mujeres tenemos las mismas capacidades que vosotros y por tanto podemos llegar a lo que cualquier hombre. Como opino lo mismo que tu madre creo que Pilar debería llegar a lo máximo que pueda alcanzar. Dicho de otra forma y yendo al grano, la niña debería estudiar el bachillerato completo.

   -¿Es lo qué quiere?

   -Ahí me has pillado. No lo he hablado con ella.

   -¿No crees qué se lo deberíamos preguntar? –plantea Julio.

   -Por supuesto, ¿cuál de los dos lo hace?

   -Tú te entiendes mejor con ella…

   -Se lo preguntaré, pero… todavía es  muy chica. ¿Por qué no lo dejamos para el año que viene y que mientras complete el primer ciclo? ¿Qué te parece?

   -Pues que es una buena idea. Démosle un año de plazo.   

   Una vez pasados los Reyes Magos, los Carreño retoman su vida habitual. Álvaro y Pilar son los primeros en hacer las maletas, pues deben volver a Cáceres y, al despedirse de sus hermanos, le dicen a Julián:

   -Julianillo, ve preparándote, en septiembre te vendrás con nosotros.

   -No iré ni aunque me lleven los civiles –El niño se mantiene en sus trece de que no quiere cursar el bachillerato.

   -Los civiles no, pero papá con una garrota dalo por descontado –le augura Pilar, tan poco diplomática como acostumbra.

   A mediados de enero del nuevo año de 1920, don Romualdo, que se está especializando en noticias sobre los Estados Unidos, informa a sus contertulios de que en Norteamérica se acaba de aprobar una ley que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas, y a la que la prensa ha bautizado cómo la Ley Seca.

   -Pues como aquí hagan lo mismo, ¿qué vamos a hacer con los cántaros de pitarra que el que más y el que menos guarda en su bodeguilla? –Quien formula la retórica interrogación es don Eduardo con fama de tener una de las mejores y más surtidas bodegas de la región.

  -Estos yanquis es que no dan una a derechas, se les ocurren unas patochadas como para partirse de risa. Es un país que, a pesar de que cuentan que es muy rico, nunca llegará a ninguna parte haciendo gilipolleces como esa –profetiza don Mauricio.

   Ahora, los fines de semana Julio ya no los pasa en los pueblos donde vende, sino que vuelve a Plasencia para pasarlos con la familia. Y en esos días no puede faltar su visita al casino donde los compañeros de tertulia continúan despotricando de todo, especialmente de la política y si es de la nacional, mejor. Hoy es Liaño quien les está leyendo un suelto que trae la prensa sobre una noticia no importante pero si curiosa: el gobierno ha publicado un decreto por el que se crea una nueva unidad militar armada con la denominación de Tercio de Extranjeros. Y el comandante amplía la escueta nota de prensa.

   -Esta es una idea a la que llevaba tiempo dándole vueltas mi colega de infantería Millán-Astray. La unidad se dividirá en tercios y estará formada por soldados profesionales y no de reemplazo. En el fondo no es más que una copia de la Legión Extranjera francesa.

   -Y ahora que ya no tenemos colonias, ¿para qué coño queremos más tropas? –pregunta don Mauricio.

   -Tener una unidad de soldados profesionales nunca viene mal. Tenga en cuenta que los soldaditos de reemplazo en cuanto oyen un tiro se cagan en los calzones. Y los moros siguen dándonos problemas y más que nos pueden dar como no se les pacifique –augura el comandante.

   Mientras, Julio no deja de darle vueltas a la pregunta que le hizo su concuñado Arturo y a la que no supo responder. Incluso, después de charlar sobre ello con su mujer continúa sin tenerlo claro. Y por asociación de ideas, piensa que tampoco le ha preguntado a su hijo mayor si le gustaría seguir estudiando. Desde el momento que Álvaro aprobó el ingreso del bachillerato ha dado por sentado que terminaría ese ciclo de estudios, pero no se ha planteado qué hará después. Conociendo a su esposa se malicia que ella si debe haberse estrujado las meninges al respecto, por lo que se dice que cuanto antes se lo pregunte antes saldrá de dudas, pero escoge un momento inoportuno, Julia tiene un mal día.

   -Julia, tú que le das tantas vueltas a todo, a buen seguro que habrás pensado más de una vez sobre si Álvaro piensa seguir estudiando después de hacerse bachiller. Cuéntame lo que has rumiado al respecto.

   -Cariño, rumiar lo hacen los rumiantes y tu mujer no pertenece a ese suborden de animales.

   -Huy, que picajosa estás. Seguro que tienes la regla. Decía lo de rumiar en su sentido de pensar detenidamente una cosa.

   -Ah, bueno, haber empezado por ahí –Julia se hace la desentendida--. Pues sí, alguna que otra vez lo he pensado.

   -Bueno, ¿y se puede saber qué diantres has pensado? –Julio está comenzando a mosquearse, sabe que cuando su mujer se pone en ese plan no es nada fácil dialogar con ella.

   -Precisamente estas vacaciones de Navidad le volví a preguntar, porque ya lo había hecho antes, si sabía que querría ser de mayor –Y hasta ahí llega la explicación de Julia.

   -¿Y qué coño te contestó el chico?

   -Que no lo sabía.

   Julio desiste de continuar el diálogo, hoy es uno de esos días, que por fas o por nefas, Julia no está por la labor y mejor desistir que seguir interrogándola, pero se dice que cuando vuelva Álvaro para las vacaciones de Semana Santa ha de tener una larga conversación con él, de hombre a hombre.

   A finales de febrero, don Enrique Lavilla, cada vez más aficionado a los asuntos europeos, informa a sus contertulios que Adolf Hitler, el líder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán también conocido como partido nazi, ha dado su primer mitin multitudinario.

   -¿Y quién es ese Hitler?, nunca había oído hablar de él –arguye don Mauricio.

   -Pues es posible que lo oirá más veces porque en Alemania es el fenómeno político del momento. Y podrá ser un bluf, pero también puede tomar la fuerza que está cogiendo Mussolini en Italia –afirma Liaño.

   -¿Pero cuál es la ideología que tienen esos nazis? –repregunta el abogado.

   -Por ahora los discursos de Hitler tienen un poco de todo. Utiliza el término socialismo para intentar atraerse a la clase obrera y así alejarla del comunismo y la socialdemocracia, al tiempo que se llama nacionalista para atraerse a los sectores derechistas y conservadores –explica el médico.

   Es finales de marzo y la Semana Santa está a punto de comenzar, exactamente el veintiocho de ese mes que será domingo de Ramos. Un par de días antes, llegan de Cáceres Álvaro y Pilar dispuestos a pasar las vacaciones del segundo trimestre escolar. En cuanto Julio tiene la primera ocasión se encara con su primogénito y le pregunta a bocajarro:

   -Hijo, ¿tú qué quieres ser de mayor?

   El chaval se muestra indeciso ante la pregunta, da la impresión de que no sabe qué responder o de que no quiere, pero su padre le apremia.

   -Alguna idea tendrás de lo qué te gustaría hacer cuando seas todo un hombre.

   -No sé, papá, no lo he pensado mucho.

   -Pero, vamos a ver, te voy a decir algunas de las profesiones que tienen mis amigos de la tertulia: el señor Liaño es militar, don Enrique médico, don Mauricio abogado, don Romualdo juez, el señor Galiana ferretero, don Eduardo…, bueno don Eduardo no es nada, solo rico.

   -De todos los que has dicho a lo mejor me gustaría ser juez, como don Romualdo.

   -Entonces tendrás que estudiar Derecho, hay que ser abogado para ser juez.

   -Eso no lo sabía, y por lo que me han dicho el Derecho es algo para lo que hay que tener un memorión y a mí no me gusta mucho memorizar.

   -¿Entonces?..., algo habrá que te gustaría hacer.

   -Pues…, viajar, de mayor me gustaría viajar.

   -Pero ser viajero no es una profesión.

   -Pues no sé, papá.

   Tras el interrogatorio, Julio se queda como antes, sin tener ni idea de lo que vaya a estudiar su primogénito. Y la Semana Santa acaba y Álvaro y Pilar retornan a Cáceres, y Julio se dice que en verano tendrá que volver a repreguntar a su hijo a ver si mientras tanto le pica el gusanillo de alguna vocación. Se acaba el curso 1919-1920 y, pese a lo que habían pensado de hacer recortes, la familia Carreño vuelve a irse en julio a Punta Umbría y el droguero le pide a su esposa que sondee a Álvaro sobre qué le gustaría ser y a Julián a ver si continúa en sus trece de no querer ir a Cáceres a cursar el bachillerato. Cuando la familia vuelve de la playa la decepción del cabeza de familia es grande, ni el primogénito sabe que le gustaría ser ni Julián da su brazo a torcer, dice que si le envían a la residencia de Cáceres se escapará en cuanto pueda. En agosto, los Carreño se marchan a Pinkety y lo de saber qué quieren ser de mayores sigue en el limbo.

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro III, Los hijos, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 145. El telegrama