El estudio hecho
por la empresa norteamericana sobre la planificación urbanística del litoral de
Senillar no ha gustado a la mayoría del consejo de administración de BACHSA que
termina rechazándolo. La siguiente decisión que toma es encargar el trabajo a
un viejo conocido, el arquitecto Manolo Toresano.
Los técnicos del
estudio se ponen manos a la obra. En cuanto tienen el primer diseño lo
presentan al núcleo duro del directorio de la empresa. La primera medida que
proponen es ordenar el proyecto en dos fases. En la primera los esfuerzos de la
empresa se centrarán en la construcción de urbanizaciones de bajo coste y, por
ende, de regular calidad. La principal finalidad será poder vender los apartamentos a precios que
sean competitivos con los de las urbanizaciones de Albalat y Benialcaide que se
benefician de los muchos años que llevan en el mercado inmobiliario y de que
las localidades en que se asientan tienen unas señas de identidad ampliamente
conocidas.
- Si construimos viviendas de bajo coste sólo podemos esperar que
los compradores también sean de menor poder adquisitivo y eso, de alguna
manera, puede influir en el devenir de la globalidad del proceso urbanizador.
El hecho de que los primeros vecinos de estas urbanizaciones sean de una clase
socioeconómica u otra posiblemente condicionará la evolución de lo que
construyamos después – augura Cardona.
- Es posible, pero de lo que en principio se trata es de construir
rápido y con costes que no repercutan excesivamente en el precio final. Es la
manera más efectiva de hacer caja para poder afrentar otros retos de mayor
enjundia pues – explica Arechabaleta.
- Además, cuanto antes nos liberemos de las leoninas
condiciones de Cajaeuropa mejor cuadraremos las cuentas. Esos cabrones de la
caja como te descuides te sacan hasta las entrañas – acusa Bricart.
- Antes de pasar al siguiente punto tengo una pregunta – formula Huguet
-, el plan presentado sólo habla de apartamentos, pero ¿acaso no vamos a
construir hoteles? Sabéis mejor que yo que sin plazas hoteleras no podremos
consolidar una clientela vacacional de un cierto pedigrí, y digo esto
haciéndome eco de la anterior queja expresada por Juan Antonio.
.- La construcción de establecimientos hoteleros está prevista para una
fase ulterior – aclara el arquitecto Manolo Toresano que es quien presenta el
plan.
La segunda
propuesta de los técnicos que encabeza Toresano es comenzar a construir en la
zona norte de la costa. Es el sector en el que, al estar algo más alejado del
mar y ser tierras de secano, el precio del terreno será mucho más barato y,
sobre todo, tiene más probabilidades de que la conversión de suelo rústico en
urbanizable se logre con mayor facilidad. El consejo de administración también
acepta la propuesta.
- ¿Esa zona tiene algún nombre concreto? – pregunta
Arechabaleta.
- Se denomina la partida de el Torreón – informa Toresano -,
así llamada porque hay restos de una torre vigía medieval. Está ubicada en la
costa norte del pueblo y conformada, en su mayor parte, por fincas de secano en
las que se alternan campos de almendros, olivos y algarrobos, también hay
terrenos que están en barbecho.
- Habrá que comunicar a nuestros apoderaos en el pueblo que
comiencen a comprar terrenos ya mismo, antes siquiera de que los mendrugos del
Ayuntamiento lo recalifiquen pues – apunta Arechabaleta.
- Sin prisas, Íñigo, - le calma Cardona que es la cabeza
financiera del equipo -. No hay que invertir un duro hasta que el flujo de
crédito de la caja sea una realidad.
- Toresano – interviene Huguet, dirigiéndose al arquitecto
-, creo que tienes una última propuesta, ¿no?
- En efecto, la última. Dejar para una fase posterior la
consecución de que el Ayuntamiento elabore un Plan General de Ordenación Urbana
para facilitar la conversión del suelo de todo el término municipal.
- El gabinete jurídico – interviene Cardona – también ha
presentado algunas recomendaciones. Sugiere que sería oportuno constituir una Agrupación de Interés Urbanístico y hasta
proponen un nombre para la misma: la AIU El Torreón de Senillar que,
posteriormente, inscribirán en el Registro de Entidades Urbanísticas
Colaboradoras. Asimismo, considera imprescindible crear una nueva
empresa inmobiliaria a la que, a reserva de nuestra aprobación, la ha
denominado: Mercantil Urbanizadora Senillar, SA.
- ¿Y por qué llamar a la Agrupación de Interés Urbanístico El
Torreón? Basta con denominarla de Senillar pues, o mejor aún de El Marjal –
sugiere Arechabaleta.
- Íñigo, cuanto menos hablemos del marjal mucho mejor nos
irá. Una cosa es urbanizar fincas de secano que apenas valen algo y otra muy
distinta es pretender construir en un humedal. Por tanto, creo que lo de el
Torreón nos vale por ahora – replica Huguet.
El directorio
aprueba por unanimidad todas las propuestas.
Oriol Bricart, como
consejero delegado, se pone en contacto con Gaspar Moltó, el flamante director
general adjunto de Cajaeuropa, para transmitirle los acuerdos tomados por el
consejo y mantener una reunión más para terminar de precisar los flecos que han
quedado en el aire en el pacto entre BACHSA y la caja. No tienen mayores
problemas para cerrar el acuerdo. La caja financiará tanto la compra de suelo como la construcción
de las primeras urbanizaciones y también será la que conceda los préstamos
hipotecarios a los futuros compradores. La reunión es menos complicada de lo que
preveía Bricart porque en lo que más interesado está el banquero es precisar
las condiciones de su bonus, el que arrancó a los constructores al inicio de
las conversaciones para formar la alianza entre la empresa constructora y la
caja.
Moltó comunica
inmediatamente al director local de la caja que el acuerdo, a falta de algunos
pequeños detalles, está cerrado, aunque no le explicita todos los aspectos de
lo tratado. A Badenes le falta tiempo para ponerse en contacto con Arbós:
- José Ramón, la cosa está hecha. Nuestra empresa tapadera debe
comenzar a comprar terrenos. Ni que decir tiene que deberá hacerse todo de la
forma más discreta posible. Si llegara a descubrirse que ambos estamos detrás
sería nuestra ruina. Por tanto, insístele al gerente que toda discreción será
poca y que si alguien pregunta la respuesta es que se trata de unos inversores
de Madrid cuyos nombres tiene prohibido hacer públicos y punto.
- Tranquilo, Agustín, que lo tengo todo muy controlado. Otra
cuestión, como habíamos quedado las compras serán a tocateja, ¿no?
- Por descontado, con lo desconfiados que son tus paisanos a
buena hora iban a vender a unos desconocidos sin que previamente vieran los
billetes encima de la mesa – comenta Badenes con ironía.
- Oye, ¿y hasta que límite ordeno comprar?, me refiero al
monto total de las adquisiciones.
- Por eso de momento no te preocupes, con el crédito que he
puesto a tu disposición, y teniendo en cuenta al precio que está ahora la fanecà, vas a poder comprar medio
término municipal.
A continuación,
Badenes llama a Garcés:
- Amador, me dicen de la central que el acuerdo final entre
la caja y los constructores es cuestión de días. Comienza a reclutar corredores
puesto que en cualquier momento tendrán que estar operativos.
- ¿Empezamos a comprar fincas?
- Espera a que los de BACHSA nos den luz verde, aunque Moltó
dice que pueden dar el okey de un día para otro.
- Es que si comenzamos ahora - insiste Garcés – podremos
comprar mucho terreno por cuatro perras y ganaríamos un pastizal.
- ¿Y con qué dinero íbamos a comprar sin acceder a la línea
de crédito que la caja abrirá a BACHSA?
- La caja podría dar un crédito blando a ARBOGAR que…
Badenes le
interrumpe:
- Amador, no tengo capacidad para eso, la central aún no me
ha otorgado poderes para dar créditos de la cuantía que sería necesaria para
las compras.
- No estoy hablando de mucho dinero – reitera machaconamente
Garcés -, se podría dar una señal y cerrar las operaciones en cuanto te den el
visto bueno para…
- No insistas, Amador – vuelve a cortarle Badenes -, lo que
no puede ser, no puede ser. Ya sé que vamos a dejar de ganar bastante dinero,
pero con las fenomenales perspectivas que tenemos por delante no podemos
desbaratarlas por hacer unas operaciones antes de tiempo que iban a cantar
mucho. Como te he dicho, es cuestión de días. Paciencia, que para nosotros el
santo advenimiento está al llegar.