"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 17 de junio de 2022

Libro III. Episodio 149. El primer Carreño universitario


   Tras la marcha del tío Luis, el matrimonio Carreño comenta lo que ha estado contado el jurídico.

   -De lo que nos ha dicho el tío hay algunos datos que me han hecho pensar –comenta Julio-. Por lo que he entendido, si el chico ingresara en la Escuela Naval a partir de ese momento todos sus gastos los sufragaría la Armada, por lo que nos ahorraríamos lo que costarían los estudios universitarios. Y otro punto interesante es que el chico pasaría a ser funcionario del estado y tendría el sueldo asegurado de por vida, algo que, tal como vienen los tiempos, vale su peso en oro.

   -Julio, ¡por Dios!, solo te fijas en los aspectos materiales.

   -De eso nada, solo trato de ser realista. ¿Has pensado en lo que nos va a costar la educación de los chicos el año que viene?, y no te digo nada de lo que tendremos que apoquinar en los años venideros si queremos que todos los chicos estudien, una morterada de guita.

   -Eso no te lo niego, pero recuerda lo que siempre decía tu  madre, que la mayor herencia que podemos dar a los hijos es una buena formación y si va acompañada de alguna carrera, mejor que mejor. Y para mí esa meta es intocable, y para ti también debe serlo.

   -Yo no he dicho lo contrario. Lo que digo es que si Álvaro ingresara en la Escuela Naval eso que llevaríamos adelantado. Y  como no se lo hemos preguntado, se impone hacerlo.

   Los padres llaman al primogénito y le plantean la propuesta del tío.

   -Hijo, no debes hacer mucho caso de lo que ha dicho el tío Luis. Lo único que verdaderamente cuenta es lo que a ti te gustaría hacer cuando acabes el bachillerato –le plantea Julia.

   El chico vacila, pero se ve que alguna de las explicaciones de su tío-abuelo ha hecho mella en su ánimo.

   -Aunque se lo he preguntado varias veces, el tío no ha acabado de explicarme qué hace un marino de guerra y sin saberlo es difícil pronunciarse…, pero ha dicho algunas cosas que me han hecho pensar… Lo de que siendo marino viajaré por el mundo me ha gustado y otra cosa que también me ha parecido bien es que tendré un sueldo para toda la vida. Más que nada por vosotros, sé lo mucho que trabajáis y si yo, que soy el mayor y que debo dar ejemplo a los demás hermanos, puedo ayudar a la familia, es algo que me viene de cara –Los padres miran orgullosos a su hijo, el hecho de que afirme que lo primero en lo qué piensa es que está dispuesto a ayudar a la familia les demuestra que tantos años predicando que la familia es lo primero ha terminado por enraizar.

   -Bueno –zanja el padre-, como estamos hablando de algo que no se producirá hasta que acabes el curso, vamos a despreocuparnos y, cuando llegue el momento, tanto tu madre como yo apoyaremos la decisión que tomes, sea la que sea. 

   A todo eso, 1921 se ha despedido y el nuevo año va a ser cardinal para la familia Carreño porque son varias las resoluciones que han de tomar: la decisión de Álvaro sobre su futuro, Pilar debe pensar qué estudiará después del bachillerato, Julián terminará la primaria y debe confirmar si acepta matricularse en la academia Magister, y Jesús tendrá que hacer el ingreso de bachillerato para luego marcharse a la residencia cacereña junto con sus hermanos. En el ámbito laboral, Julia debe decidir qué hacer con Interplás, la empresa ha bajado mucho su facturación y ella, con tantos niños y teniendo que regentar ambas tiendas, no le puede prestar la atención debida.

     En el casino, Liaño cuenta a sus contertulios que el gobierno español negocia con Abd el-Krim el rescate de prisioneros del Desastre de Annual, pero lo que realmente encandila a los tertulianos es la noticia que les cuenta el doctor Lavilla.

   -En el aeródromo de Getafe, el ingeniero Juan de la Cierva ha conseguido realizar el primer vuelo en autogiro. Es una especie de avión, pero se diferencia de las aeronaves corrientes que tiene las alas fijadas a un rotor que es el que lo impulsa hacia arriba. ¡Nada menos que ha conseguido elevarse veinticinco metros del suelo durante tres minutos!

  En marzo, el Partido Comunista de España celebra su primer congreso y a principios de abril, en Moscú, Iósif Stalin se convierte en el primer Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética. El doctor Lavilla, que es quien ha contado la noticia, es interrogado sobre el tal Stalin.

   -¿Y ese Stalin va a tener mucho recorrido? –se interesa Julio.

   -En un régimen como el soviético nunca se sabe. Y cambiando de país otra noticia de muy diferente calado: en la India, un independentista llamado Majatma Gandhi ha sido arrestado y condenado a seis años de cárcel. Lo curioso es que el tal Gandhi practica la desobediencia civil no violenta y es un pacifista convencido.

   -¿Y cree que con la desobediencia no violenta va a convencer a los ingleses de que otorguen la independencia a su país? Pues a buena parte ha tocado, los ingleses en cuanto le ponen la zarpa a un territorio no lo sueltan sino es a base de cañonazos. Ahí los tiene en Gibraltar, que antes viajará el hombre a la luna, que soltarán el Peñón –augura Liaño.

   El curso 21-22 ha concluido y Álvaro vuelve a casa con su flamante título de bachiller. Y con ello, se plantea la gran pregunta.

   -Hijo, no tengo palabras para decirte lo orgulloso que estamos tu madre y yo, eres el primer Carreño que se ha hecho bachiller. Y dicho esto, tenemos que volver a peguntarte: ¿ya has decidido qué quieres hacer?

   Ante la sorpresa del matrimonio Carreño, la respuesta de su primogénito no es la que deseaban.

   -Lo siento, papás, este último año algo se me han aclarado las ideas, pero no de manera definitiva. Dudo entre exactas, física o química, aunque la que más me tira son las matemáticas puras. Y me han dicho que en Sevilla existe una Facultad de Ciencias Exactas, en la que, al parecer, hay muy buen profesorado.

   -Y lo del tío Luis de hacerte marino de guerra, ¿has llegado a considerarlo? –pregunta Julio.

   -Pues sí que lo he pensado, pero a mí es que eso de los militares…, todo el día dando y recibiendo órdenes a troche y moche, no sé qué quieres que te diga…

   Los Carreño comentan entre sí la sugerencia de su primogénito de estudiar matemáticas en Sevilla.

   -Yo habría preferido que hubiese estudiado para médico, ingeniero o abogado, pero eso de las ciencias exactas no sé... Porque me parece que esa carrera no tiene más salida que la enseñanza –en el tono de Julia trasciende la decepción.

  Tras mucho cavilar y preguntar a unos y a otros, y con la anuencia del chico, antes de irse de veraneo Julio matricula a su primogénito en el primer año de Ciencias Exactas en la Universidad de Sevilla.

   La familia Carreño ha cambiado su lugar de vacaciones, se han cansado de Punta Umbría. Alguien les ha contado que en la provincia de Cádiz hay playas tan o más tranquilas que las onubenses. Tras preguntar a amigos y conocidos, acaban optando por las playas de Conil de la Frontera. Un fin de semana aparece Julio en la playa sin previo aviso.

   -Marido, ¿ocurre algo?, no te esperábamos hasta fin de mes.

  -Tranquila, no pasa nada. He venido porque el domingo el Rey estará en Cádiz para despedir al buque-escuela de la Armada, el Nautilus, que parte para realizar la vuelta al mundo en viaje de instrucción. El comandante Liaño me ha contado que es una escena inolvidable y que, aunque solo sea una vez en la vida, vale la pena contemplarla. 

   Han de preguntar varias veces para llegar al muelle donde está fondeado el Nautilus. Cuando arriban, la ceremonia de despedida ha concluido, pero todavía pueden ver la corbeta, con las velas recogidas, camino de la bocana con la ayuda de un remolcador. La estampa es realmente espectacular y queda grabada en la imaginación de la chiquillería.

   Llega agosto y los Carreño se desplazan, como todos los años, a Pinkety. En esta ocasión regresan antes porque hay que preparar el equipaje del primogénito. Es su padre quien le acompaña a Sevilla. A su vuelta, todos quieren saber más detalles de cómo es la ciudad y con qué ánimo se ha quedado Álvaro.  

   -Preguntad de uno en uno, por favor. Os prometo que en la primera ocasión que tenga haremos un viaje para que veáis a vuestro hermano y conozcáis la ciudad. En cuanto a cómo se ha quedado Álvaro, yo diría que bien, en los dos días que he estado allí se ha mostrado muy animoso en todo momento.

      El curso 22-23 ya ha comenzado y la chiquillería Carreño se reintegra a sus respectivos centros docentes. Hay dos hechos que destacan: que Julián comienza sus estudios en la academia Magister, y que Jesús inicia el bachillerato y se marcha a Cáceres en compañía de Pilar. Recordando lo que años antes hizo Julián, los padres encarecen a su hija mayor que los primeros días no pierda de vista a su hermano, hasta que se aclimate.

   -No paséis miedo, papás, lo tendré vigilado pero no creo que haga falta, Jesús no es de la misma pasta que Julián, no se va a escapar.

   Sin avisar llega la Navidad y los Carreño ausentes retornan a la casa familiar. Los que llegan desde Cáceres vienen sin ningún problema a cuestas, pero ese no parece ser el caso de Álvaro, está un tanto alicaído y cuando sus padres le preguntan su respuesta es que no le pasa nada, que está bien. Julia sabe que, aunque aparentemente se lleven mal, con el único miembro de la familia con el que a veces el primogénito se desahoga es con Pilar. Lo que la lleva a hablar con su hija mayor y presionarla para que le cuente porqué su hermano está mustio y como ido. Después de un tira y afloja, Pilar le dice que se lo contará, siempre que le prometa que no le dirá a Álvaro que es ella la que se ha chivado.

   -El problema del tato es simple: no le gustan las mates que enseñan en la facultad sevillana de Exactas.

   -¿Qué quiere decir eso de que no le gustan las matemáticas que enseñan en la facultad? –Julia no acaba de entenderlo.

 

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro III, Los hijos, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 150. El benjamín