El nuevo relato que colgaré en el blog a
partir del 19 de mayo se titula “Una playa demasiado tranquila”. Es un thriller
que discurre dentro de unos marcos muy acotados. El temporal se circunscribe al
mes de agosto del dos mil dieciséis. El espacial a una playa en la que,
básicamente, se desarrolla la historia: un hombre aparece muerto con signos de
violencia, el primer análisis forense despeja cualquier duda, ha sido
asesinado.
Los protagonistas son la víctima, sus
posibles asesinos y los que investigan el suceso, de forma oficial la Policía Nacional
y la Guardia Civil, y de manera oficiosa un cuarteto de jubilados que, por puro
azar, están pasando el verano en la playa que han escogido, precisamente por su
paz. Los pensionistas solo tienen un mes para encontrar al asesino pues el
final de agosto también es el de sus vacaciones. Y todas sus pesquisas las han
de hacer sin apenas contar con ayuda de las autoridades y de las fuerzas de
seguridad.
El origen de la historia arranca con un
encausado en el caso ERE (Expediente de Regulación de Empleo) en Andalucía,
también llamado el escándalo de los ERE o caso del fondo de réptiles que es una
trama de corrupción política vinculada a la Junta de Andalucía que gobierna el
PSOE desde hace la friolera de treinta y siete años. La primera denuncia
presentada por la fiscalía fue en 2009, aunque la trama de corruptelas se
inició en el 2000. Posiblemente se trate del caso en que se ha defraudado mayor
volumen de dinero a las arcas públicas de la democracia española y que todavía
no ha concluido, aún está en los tribunales. Si algo caracteriza a la justicia
española es su exasperante lentitud y este caso es una prueba más.
La mayor parte de la historia transcurre en
esa playa demasiado tranquila, a la que alude el título de la novela, en la que
uno de los encausados en el caso ERE, que huye de la justicia y de quienes le
persiguen, se refugia porque cree que el lugar es lo suficientemente
desconocido como para que le encuentren. El problema surge cuando le descubren
y la tranquila playa deja de serlo.