"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 15 de junio de 2018

Capítulo 14. La fiesta de la Asunción de la Virgen.- 57. El hombre propone y el destino dispone


   Curro Salazar va reponiéndose poco a poco. Se va sintiendo más animado, con ganas de charlar y de hacer algo más que ver la tele. Como Anca es la persona que más tiempo pasa a su lado también se ha convertido en su interlocutora imprescindible. Tantas horas pasadas juntos han provocado que el exsindicalista, que en su etapa de fugitivo ha ido derivando hacia la introversión, se vaya abriendo paulatinamente y, aunque sigue sin revelar a la joven rumana su auténtica identidad, si le está contado muchas páginas de su vida alterándolas a su antojo para quedar siempre como el chico bueno de las películas. Hoy le está relatando historias de la niñez en su pueblo natal.
-Entonces, naciste en la provincia de Cádiz. Yo creía que eras sevillano –comenta Anca.
-En Sevilla he vivido buena parte de mi vida, pero sí, soy gaditano, exactamente de un pueblecito que se llama Zahara de los Atunes, una pedanía que pertenece al municipio de Barbate y que está muy cerquita del estrecho de Gibraltar.
-Zahara, que nombre tan curioso. ¿Y por qué se llama de los Atunes?
-Porque en su costa están las almadrabas que son las redes o cercos con que se pescan atunes.
-¿Y cómo son las almadrabas? –A Anca la pesca del atún le importa un bledo, pero se ha dado cuenta de que hablar de sus orígenes es algo que le da vidilla a Curro.
-Como te he dicho, la almadraba es un arte para la pesca del atún. La más simple es situar dos barcos a cierta distancia entre los que se cala una red sujetada con un palangre en la que se recogen atunes y otros peces. Cuando la red está llena, los pescadores bajan a la misma y seleccionan los atunes más grandes que pueden pesar hasta doscientos kilos y tras desangrarlos los suben a los barcos.
-¿Y por qué atunes y no otra clase de peces?
-Porque los atunes emigran anualmente desde el Polo Norte hasta el Mediterráneo por lo que tienen que pasar obligatoriamente por el estrecho de Gibraltar. Por eso en la zona del estrecho es donde están la mayoría de las almadrabas, en pueblos como Zahara, Barbate, Chiclana de la Frontera, Tarifa, Rota, Conil de la Frontera, La Línea y hasta el mismo Cádiz.
-Ya que hablas de los pueblos de esa comarca, ¿también está por allí Jerez de la Frontera?
-Así es, chiquilla. Muy cerquita de la zona de la que hablo está la ciudad que tiene en el vino, el caballo y el flamenco sus tres señas de identidad. Ah, y en los últimos años se ha añadido otra: la pasión por las motos debida a su mundialmente conocido circuito donde se corre una de las carreras del Campeonato Mundial de Motociclismo.
-Eso ya lo sabía, Vicentín me llevó allí una vez. Lo que quería preguntarte es ¿por qué hay tantos pueblos en esa parte de Andalucía que se apellidan de la Frontera?
-Eso viene porque aquel territorio fue durante mucho tiempo la frontera entre el último reino moro en España, el de Granada, y la Corona de Castilla. Hasta que los Reyes Católicos en 1492 conquistaron la ciudad granadina.
-Cuanto sabes, Curro. Da gusto hablar contigo, tienes respuesta para todo. 
   Curro sonríe halagado, cada vez está más encariñado con la joven y aunque no ha vuelto a catarla sigue atrayéndole más que nunca.
-Cuéntame más cosas de tu pueblo, anda –pide mimosa la joven.
-¿Qué más quieres que te cuente?
-Yo que sé, ¿cómo es de grande Zahara, cómo Torreblanca?
-Quía, mucho más pequeño. Debe tener unos mil habitantes, aunque en verano se llena de turistas porque tiene una playa estupenda, mucho mejor que la de aquí, eso sí el agua no es tan cálida como la de estas playas.
-¿Y por qué?
-Porque el mar que lo baña es el océano Atlántico.
-¿Cómo que el Atlántico? ¿Zahara no está al lado la Costa del Sol que tiene fama de tener unas aguas muy templadas?
   Aunque el bagaje cultural de Curro no es gran cosa, en la escuela primaria de su pueblo le enseñaron la suficiente geografía como para ser un erudito en comparación con la supina ignorancia que en temas geográficos tiene la mayor parte de la juventud de nuestros días. Se arma de paciencia y le explica a la joven camarera que el estrecho de Gibraltar es la divisoria entre dos mares, al oeste el Atlántico y al este el Mediterráneo. Y como la provincia de Cádiz está al oeste del estrecho sus costas las baña el océano.
-Lo que yo decía, cuanto sabes. Oye, tengo curiosidad, me he fijado que alguna vez se te escapan palabras en las que hay ces pero que las pronuncias como eses y lo mismo hace tu hijo. ¿En Andalucía habláis todos así?
   Salazar le cuenta que en Andalucía, con algunas excepciones, en general cecean en la costa y sesean en el interior. Y antes de que Anca pregunte en qué consiste la diferencia se la explica.
-El ceceo consiste en pronunciar el sonido de la zeta o la ce ante i y e en lugar de la ese. En cambio, el seseo es pronunciar el sonido de la ese en lugar de la zeta o de la ce ante la e y la i. Yo debería cecear porque es el modo de hablar de mi pueblo, pero en lugar de eso seseo porque mi madre no era zahareña sino sevillana y en Sevilla-ciudad se sesea. Además, me críe en Cádiz y en la ciudad, a diferencia del resto de su provincia, también se sesea.
-Realmente curioso.
-Si alguna vez te llevo a mi pueblo –Curro lo ha dicho sin pensarlo y cuando se da cuenta de sus palabras un ramalazo de lo que quizá podría ser le llena de melancolía sin saber por qué-, verías lo curiosa que es su habla. Yo creo que al principio ni entenderías muchas palabras No solo cecean sino que sustituyen la ele por la ere. En vez de decir alma dicen arma o gorpe en lugar de golpe. Se comen las eses al final de las palabras que la llevan y la jota y la ge no se distinguen. Te hará gracia cuando escuches que dicen ustedes en lugar de vosotros, por ejemplo dicen ustedes sois de Zahara, o venirse a mi casa en vez de veniros a mi casa. También se comen la d, dicen mirao, planchao, cansao, caena… Ya te digo, al principio te costará entenderlos, pero también te digo otra cosa: son buena gente y si haces un amigo lo es para toda la vida.
-Aquí ocurre algo parecido con la c. La gente del pueblo que mayoritariamente habla el valenciano y que no se defiende bien en castellano cuando lo habla tiende a pronunciar las palabras que tienen la ce y la ci como se y si.
-Ya me he dado cuenta de que aquí hay bastante gente que le da cada patada al diccionario que tiembla el misterio. Por cierto, lo que no te he dicho es que en Zahara nació Paquirri, el famoso torero de los ojos verdes y al que cuerneó un toro en Pozoblanco.
-¡Ahí va, el que fue el marido de Carmen Ordóñez! –La cultura de las revistas del corazón, a la que es muy aficionada Anca, sale a relucir.
   Y así es como discurren las horas más plácidas de Curro, en charlas banales y sosegadas con Anca. En muchas ocasiones los relatos se quedan a medias porque la muchacha ha de atender a sus otras tareas y ello hace que Curro piense más en su niñez y adolescencia de lo que lo haya hecho jamás. Su mejoría es patente, el día anterior ya se aventuró a salir de la habitación. Lo hizo a la caída de la tarde cuando el sol ya no apretaba y no fue mucho más allá de darse un pequeño paseo por el espigón que hay enfrente del hostal y cuya dársena meridional sirve de fondeadero al medio centenar de pequeñas embarcaciones que integran lo que pomposamente llaman Club Náutico Torreblanca. Se quedó asombrado del aluvión de gente que registraba el paseo marítimo y de la cantidad de coches aparcados allí donde había un hueco, incluso la terraza del hostal se encontraba hasta los topes. Preguntó a Anca por esa inesperada riada de gente en una playa tan tranquila como aquella.
-Es por el puente de la Mare de Déu d´Agost como le llaman aquí. Todos los años pasa lo mismo, Curro –La muchacha le ha llamado por su nombre de pila porque están solos, cuando hay gente delante le trata de señor Martínez.
-Ah, claro. En Sevilla –le explica Curro- el día quince de agosto se celebra el rito más popular del verano. Sacan en procesión a la Virgen de los Reyes que es la patrona de la ciudad, sale de la Puerta de los Palos de la Catedral y la pasean alrededor del perímetro de la Seo. Para los devotos es un día grande. Antes de sacarla, las camareras de la Virgen la visten cuidadosamente eligiendo uno de los cinco mantos que cuenta el ajuar procesional. Sale de la Catedral a las ocho en punto, tal es así que la gente dice que en Sevilla solo hay dos cosas que se hacen puntualmente: la salida de la Virgen y el comienzo de las corridas en la plaza de La Maestranza.
-¿Y cómo sabes tanto de esa procesión? No te hacía un meapilas –pregunta con retintín Anca.
-Si te digo la verdad, yo nunca he asistido a la procesión ni como espectador, pero mi exmujer era una devota de la Virgen y no se perdía ni una sola de esas salidas.
-¿Tu exmujer?, ¿te refieres a la madre de Francisco José?
-La misma, todo lo que tenía de santurrona lo tenía de sosaina en la cama –y como no es un tema del que le guste hablar, Curro cambia de asunto- Oye, ¿y hasta cuándo durará todo este gentío?
-El puente acaba hoy. Mañana, martes, esto estará como siempre, más tranquilo que una balsa de aceite.
-Pues hoy no habrá paseo, tanto gentío me incomoda. Hasta el atardecer no salgo de la habitación –Curro no lo sabe, pero aquí valdría lo del dicho popular: el hombre propone y el destino dispone.

PD.- Hasta el próximo viernes