"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

domingo, 31 de agosto de 2014

*** Vuelve septiembre


Se acabó agosto y llega septiembre. Eso supone el fin del período estival para muchos europeos. Aunque en general continúa luciendo un sol de justicia, los rigores veraniegos ya son más llevaderos especialmente a orillas del Mediterráneo que es donde sigo estando.
En cuanto al blog, proseguiré colgando los dos episodios semanales (martes y viernes) hasta el final de Apartamento con vistas al mar. Tengo escritas entradas hasta el día 16 y, pese a que confieso una vez más que me está costando, trataré que la novela finalice antes de octubre.

La nueva narración, La pertinaz sequía, está esperando ver la luz en internet.

jueves, 28 de agosto de 2014

4.33. Se acabaron los días de vino y rosas

   Los padres de Sergio aprovechan el fin de semana para viajar a Senillar y hablar con su hijo para ver como solucionan los problemas económicos del chico y de su pareja. Se reúnen en la casa del abuelo. Sergio prefiere que no esté presente Lorena para que no vean como la ha estropeado la droga y como el apartamento se ha convertido en un muladar.
- ¿A cuánto asciende lo que debes? – inquiere el padre.
   Sergio da la cifra de las letras de la hipoteca que están sin pagar. Puesto que es una cantidad relativamente modesta, el padre saca el talonario y firma un cheque a nombre de Sergio que lo recibe con una mezcla de gratitud y vergüenza.
- Gracias, papá. Gracias, mamá. No sabéis el peso que me quitáis de encima.
   Naturalmente, los padres quieren saber más. ¿Cómo es posible que con el sueldazo que tiene no lleguen a fin de mes? Sergio no se atreve a contarles la verdad. Habla de mala administración, de haber prestado dinero a amigos que no lo han devuelto y cuantos subterfugios se le ocurren. En su explicación algo hay que no le cuadra a la madre. Cuando el matrimonio se queda a solas Lola expresa sus sospechas:
- No sé si el chico nos lo ha contado todo, para mí que algo se guarda.
- ¿Tú crees? – pregunta el marido.
- Estoy convencida. Ya sabía que la Lorena es de las que tienen un agujero en cada mano, pero no que fuera tan manirrota hasta el extremo de que antes de que acabe el mes ya se han pulido todo el dineral que gana nuestro hijo. Tiene que haber algo más. Le he preguntado a mi padre, sin embargo no me ha dicho nada en limpio, pero como me llamo Lola la Punchenta que no me vuelvo a Madrid sin averiguar lo que pasa.
   Dicho y hecho. Lola recurre a Rosario la Maicalles quien, al principio, se hace la remolona, pero que en cuanto la Punchenta le aprieta las tuercas termina soltándolo todo. Su chico y su nuera se han convertido en unos drogatas que, según cuentan, se meten todo lo que pillan. Y no solo se gastan cuánto gana Sergio, están malvendiendo el ajuar, deben dinero a muchos amigos, se les han llevado el coche por impago y lo último que se rumorea de ellos es que tampoco pagan las letras del apartamento por lo que en cualquier momento los desahuciarán.

   Cuando Lola le refiere a su marido lo que le ha contado la Maicalles, al bueno de Lorenzo el mundo se le viene encima. Ahora entiende el porqué de los apuros económicos de su hijo.
- Ya sabía yo que esa bruja iba a llevar a la ruina a nuestro hijo. Lo supe desde el primer día que la conocí – recuerda Lola echándose a llorar desconsoladamente.
- No llores, Lola, por Dios. Mi pena es tan grande como la tuya, no me la aumentes poniéndote así. Lo que hemos de hacer es serenarnos y pensar cómo podemos ayudar a ese par de locos para reconducir la situación.
- Pues, mira – responde la mujer mientras trata de contener sus sollozos -, lo primero que tendríamos que conseguir es que el chico deje a esa golfa. Estoy convencida de que en cuanto la abandone volverá al buen camino. La Maicalles me comentó que mucha gente en el pueblo cree que ha sido ella la que lo ha metido en el mundo de la droga. Lo que tenemos que hacer es hablar con él. Bueno – Lola hace un inciso, se le acaba de ocurrir algo -, creo que será mejor que le hables solamente tú. Una charla, no entre padre e hijo sino de hombre a hombre. Inténtalo, marido, por favor.
   Lorenzo lo intenta, pero Sergio ni siquiera le deja que exponga sus argumentos, se niega tajantemente a dejar a Lorena, más ahora que es consciente de cuanto le necesita.

   Han pasado unos meses y las noticias que llegan desde Senillar de la evolución de la pareja respecto a la droga y a sus problemas económicos siguen siendo muy negativas. El agravamiento de la situación motiva un nuevo viaje al pueblo de los padres de Sergio. En la casa del abuelo Andrés se reúnen el matrimonio Martín-Roca con el resto del clan de los Punchent. Tratan entre todos de encontrar algún tipo de salida a los graves problemas que tienen Sergio y su chica. Cada uno expone su opinión, pero abundan más los lamentos que las propuestas constructivas, hasta que el hermano mayor de Lola toma la palabra:
- A ver si nos centramos. Está claro que lo de la droga es terrible, pero por lo que sé no es algo que se pueda dejar de un día para otro. Desintoxicarse lleva su tiempo. Admito que es el problema más grave, pero el más urgente es el desahucio que se les viene encima. Eso es lo primero que deberíamos solucionar. Es de cajón que o pagan los plazos hipotecarios o se quedan en la calle. Respecto a la hipoteca, Lorenzo, ¿de cuánto dinero estamos hablando?
   Cuando el padre de Sergio da la cifra, su cuñado lanza un silbido.
- Eso es mucha pasta.
- ¿Les podéis dar el dinero mensual para que paguen las letras? – pregunta la  hermana pequeña de Lola.
- De darles dinero en mano, ni se os ocurra – vuelve a intervenir el mayor de los Punchent -. Si están pillados con la droga lo que harán será gastárselo en comprarla y no en pagar las letras. La solución que se me antoja más práctica, aunque a priori pueda parecer dura, es dejar que les desahucien. Luego arrendar un piso modesto, cuyo alquiler esté dentro de vuestras posibilidades, y pagarlo vosotros directamente. Al menos, tendrán un techo donde guarecerse. Y, por supuesto, no hacer eso hasta tener la promesa solemne de que dejarán la droga. Si no se desenganchan habría que plantearse qué otros caminos tomar.
- Creo que tienes razón, cuñado – admite Lorenzo y dirigiéndose a su esposa añade -. Hoy mismo nos ponemos a buscar un piso para los chicos.
- No tengas demasiada prisa, Lorenzo. Deja que los echen a la calle y que se vean en la necesidad de pedir ayuda. Será entonces cuando la valorarán más.

   La salida propuesta por el mayor de los Punchent es aceptada por los padres de Sergio. No queda demasiado tiempo, la caja ya ha presentado la demanda ejecutiva por impago en el juzgado, acto que se le ha notificado a Sergio y se le ha dado un plazo, bien para que pague, bien para que se oponga a la demanda. En esta ocasión Sergio ni siquiera se atreve a volver a pedir dinero a sus padres. Puesto que no cumple con el requerimiento de pago, el proceso pasa a la fase de ejecución hipotecaria. El inmueble sale a subasta, como ésta queda desierta la caja se queda con la vivienda. Se le da a la pareja un plazo para que abandonen el apartamento. Puesto que no tienen donde ir continúan en la casa hasta que un mal día aparecen los funcionarios judiciales auxiliados por la policía municipal para llevar a cabo el desalojo. Se produce el drama que acompaña siempre a los desahucios. Se arremolinan los curiosos al ver a la policía, desde las terrazas de otros apartamentos de la finca los que hasta hoy eran sus vecinos se asoman para contemplar el espectáculo. Algunos de los amigos de Lorena, a quien le ha dado un ataque de nervios agravado por el principio de mono que sufre pues hace días que no se inyecta, han venido a echarles una mano para llevarse la ropa y los objetos y enseres que se puedan salvar. Sergio ha de pasar por el trago de tener que pedirle a su abuelo que los acoja en su casa. El viejo Punchent cumple lo acordado con su hija Lola:
- Hijo, ya sabes que mi casa también es la tuya, pero solo podré acogerte por poco tiempo hasta que encuentres otro acomodo. Tus tíos, que son copropietarios, así me lo han hecho saber.

   La pérdida del apartamento de sus sueños supone un tremendo palo para Sergio, y para Lorena significa un golpe devastador. Sergio se vuelve a tragar el orgullo y, otra vez, pide ayuda a sus padres que se apresuran a socorrerlos, no sin antes exigir de su hijo la promesa de que dejarán la droga. Los padres alquilan un viejo y pequeño piso ubicado en uno de los barrios más antiguos y pobres del pueblo, pero que tiene un alquiler asumible, y lo ceden a la pareja.
   Sergio fue sincero cuando prometió a sus padres que iban a intentar desengancharse de la heroína, pero la promesa apenas duró días. En cuanto Lorena comenzó a notar los primeros síntomas del síndrome de abstinencia, el joven supo que sería incapaz de mantener la promesa.
- Tendrías que salir – pide la mujer con voz quebrada – a ver si encuentras algo de material. Estoy que no me tengo, pero antes de irte hazme un café igual me pone a tono.
- Churri – contesta Sergio mirando con pena a su demacrada pareja -, no queda café y en cuanto a lo de pillar algo lo tenemos chungo. Me temo que se acabaron los días de vino y rosas.

domingo, 24 de agosto de 2014

*** El rey ha muerto, viva el rey


Ese es el grito que se empleaba como expresión ritual en la sucesión de algunas monarquías europeas. Lo traigo a colación porque en este blog también está a punto de producirse un hecho sucesorio y que, a imitación del lema monárquico, podríamos traducir como: La novela ha muerto, viva la novela.
¿A cuento de qué viene esto? Pues porque “Apartamento con vistas al mar” termina en septiembre, aún no sé la fecha exacta, pero en todo caso acaba en dicho mes.
¿Y por qué lo de viva la novela?, porque comienzo otra. Se titula “La pertinaz sequía” y tiene una temática distinta y distante de “Apartamento”. Ambas narraciones solo tienen un punto en común: se desarrollan en el mismo entorno, Senillar, pero con sesenta años de diferencia.
En el nuevo relato no hay empresarios corruptores ni políticos corrompidos, tampoco hay bancarios cuasi mafiosos ni intermediarios que juegan con dos barajas. No aparecen jóvenes que se endiosaron con el boom inmobiliario y fueron destrozados por la posterior crisis y las drogas.
Es una novela centrada esencialmente en las personas, en hombres y mujeres corrientes, en sus amistades y desencuentros, sus amores y desengaños, sus sueños y decepciones. Y todo ello en un entorno muy peculiar. ¿Cuál?, hablaremos del mismo en el próximo post.

jueves, 21 de agosto de 2014

4.32. Comienza la operación Tornasol

   En la denuncia presentada sobre presuntas irregularidades en el proceso urbanizador de Senillar la acusación es por defraudaciones y maquinaciones para alterar el precio de las cosas con grave perjuicio patrimonial para un número indeterminado de empresas e individuos particulares. La denuncia también recoge la existencia de presuntas infracciones de especial trascendencia al ser cometidas por funcionarios públicos en el ejercicio de sus cargos.
   A la vista de todo lo anterior, la denuncia es admitida a trámite por la Fiscalía Anticorrupción que asume la investigación. Los primeros indicios apuntan a graves delitos tales como blanqueo de capitales, fraude fiscal, cohecho y tráfico de influencias. La tercera entrega de documentos publicados por el diario El Mundo complica mucho más la situación procesal, puesto que parece confirmar la implicación en la presunta trama delictiva de una serie de funcionarios públicos y de políticos de distintos lugares del país.

   La primera reacción de los diversos personajes que, de un modo u otro, pueden estar afectados por las investigaciones de la Fiscalía es muy variada. Los empresarios parecen más preocupados por el recurso contencioso-administrativo presentado por los ecologistas que, aún sin haber sido resuelto, ha conseguido parar por el momento las obras en la Marina.
- ¿Qué recorrido puede tener esa investigación? ¿Lo has hablado ya con los de la asesoría jurídica? – pregunta el consejero delegado de BACHSA a su socio Juan Antonio Cardona.
- Por ahora, el resultado es incierto. Dicen los letrados que dependerá mucho del fiscal que se encargue de la instrucción y de los indicios que encuentre – responde Cardona.
- En Italia pasa lo mismo – afirma il signore Montofarni, quien añade - I giudici sono corrotti.
- ¿Y crees qué pueden encontrar indicios inculpatorios? – inquiere Huguet.
- No creo, salvo que haya por ahí algún majara que esté dispuesto a incriminarse – puntualiza Cardona.
- Pero lo cierto es que hemos untado a un montón de gente, entre otros a los del Ministerio, las Consellerías de Medio Ambiente y Territorio y a los del Ayuntamiento, el actual y el anterior – reconoce candorosamente Huguet.
- Amigo Rodrigo, si a todos los colegas que andan metidos en la construcción, y que han tenido que engrasar a los políticos para recalificar terrenos u obtener con rapidez permisos de obras, les hubiesen investigado, el gremio de constructores estaría en cuadro, quedarían cuatro mal contados en todo el país pues – pontifica Arechabaleta echando mano de su peculiar ironía.

   Los políticos también están, aparentemente, tranquilos, salvo los del ámbito municipal que, quizá por su falta de experiencia en las lides judiciales, sienten un cierto temor ante la intervención de la justicia. Los implicados locales en el proceso urbanizador mantienen una reunión para intercambiar informaciones.
Falta uno de los convocados: Agustín Badenes. Es por quien primero preguntan los asistentes:
- ¿Y Agustín, por qué no está? – inquiere Amador Garcés.
- No sé nada de él – responde José Ramón Arbós -- No he podido ponerme en contacto. No contesta al móvil y su esposa dice que no sabe nada ni quiere saberlo. En cuanto a sus compañeros de Cajaeuropa solo me han informado que la caja le ha dado una baja temporal y no saben más. En todo caso, con Badenes o sin él aquí de lo que se trata es de ver como salimos de ésta.
- A mí no me llega la camisa al cuerpo – confiesa atribulado el alcalde.
- Tranqui, Javier – le anima su correligionario Arbós -, en este puñetero país si hay algo que no funciona son los tribunales. Ya lo dijo aquél que fue alcalde de Jerez, que la justicia es un cachondeo – Lo que no cuenta Arbós, ni siquiera lo ha hecho a su socio Garcés, es que, siguiendo el consejo de su familia, ha abierto cuentas bancarias, tanto en Andorra como en Suiza, donde ha puesto a buen recaudo gran parte de su fortuna.
- Pues yo no las tengo todas conmigo – asegura el concejal de urbanismo -. De momento lo de la Marina está parado y eso se nota. En mi restaurante estamos sirviendo menos de la mitad de los menús que hace unas semanas. Mucho cachondeo con la justicia, pero a quienes nos están tocando los huevos es a nosotros.
- Que se metan los tribunales por el medio nunca es bueno. Recordad la maldición de la gitana: pleitos tengas y los ganes – afirma Garcés.

   La seguridad de que parecen hacer gala los constructores se desvanece como un azucarillo en un vaso de agua, al tiempo que los iniciales temores de los ediles se confirman. Ya en la primera fase de la instrucción, la Fiscalía descubre indicios de que no se trata de una acción individual, aislada de un funcionario determinado, sino que se trata de un grupo organizado que produce o puede producir grave perjuicio patrimonial, tanto a una generalidad de personas como a empresas y a la Hacienda Pública. Y no solo en la Comunidad Valenciana y comunidades limítrofes, sino en otros ámbitos del territorio nacional. Por ello, la Fiscalía Anticorrupción pasa el caso a la Audiencia Nacional, dándole cuenta de las actuaciones ya practicadas.
   Admitido el caso por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, por el sistema de reparto, y no deja de ser una sospechosa coincidencia, el expediente es adjudicado al Juzgado Central de Instrucción nº 2, encomendado al magistrado Rafael Correa, uno de los jueces estrella que brilla con luz propia en dicho tribunal y que es más conocido por su continua aparición en los medios que por la solidez de sus instrucciones.

   Definitivamente parece que el melón está abierto y que se abrirá todavía más. Las actuaciones judiciales se precipitan. Al parecer, la Fiscalía cuenta con un misterioso testigo, cuya identidad protege celosamente, que está proporcionando un torrente de nueva y candente información. Como consecuencia de ello, la Policía Nacional se persona en la sede de BACHSA y registra sus oficinas en una operación abierta por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF). Al día siguiente, el mismo equipo policial registra las dependencias del Ayuntamiento de Senillar por su probable implicación en el caso. También se registran varias empresas de la localidad. Según informan los medios parece que los registros se están centrando en el área de urbanismo.
   Naturalmente, el registro efectuado por la policía, tanto en las oficinas de BACHSA como en las dependencias del Ayuntamiento de Senillar y en algunas empresas locales, provoca un alud de informaciones, bulos, exageraciones, medias verdades… El caso está en boca de todos. Los periódicos lo convierten en noticia de primera plana y los informativos, tanto televisivos como radiofónicos,  ofrecen toda clase de programas en los que mezclan la información con la opinión, el dato riguroso con el comentario a vuela micrófono sobre la suerte que pueden correr los presuntos implicados en lo que ya es un escándalo mediático, urbanístico, político y lleva también visos de serlo judicial. 

   En un pueblo como Senillar, en el que de ordinario ocurren escasos sucesos, un acontecimiento del fuste de la operación policial ordenada por la Audiencia Nacional sobre la, todavía, supuesta trama de corrupción se convierte en la diana a la que disparan todos los chafarderos locales y hasta los que no lo son.   En el tajo donde curra Sergio naturalmente también se chismorrea sobre el caso. De hecho, más que en otros sectores pues, aunque son ajenos al caso,  sus efectos les pueden alcanzar de lleno.
- Estudiante, tú que tienes letras, al follón del choriceo de las recalificaciones y que lleva ese juez que sale tanto en la tele, ¿por qué le han puesto el nombre de Tornasol? – quiere saber uno de los peones.
   Sergio, por toda respuesta, se encoge de hombros y niega con la cabeza. No está para muchas historias, lleva varios días sin pillar una mala papelina y está descompuesto. Es Dimas quien da cumplida respuesta:
- Cuando la policía comienza una investigación de cierto calado suele ponerle un nombre que, necesariamente, no es preciso que guarde alguna relación con lo que investiga. En este caso le han puesto operación Tornasol. ¿Por qué? Vaya a usted a saber, habría que preguntarlo a los maderos – sentencia.
   Lo que el capataz jefe desconoce es que la denominación no es tan fortuita como podría creerse, guarda alguna relación, aunque circunstancial, con los hechos que se investigan, pues al parecer en un hotel del mismo nombre fue donde el desconocido informante, cuya identidad sigue sin ser facilitada, comenzó a proporcionar a la UDEF las informaciones más reveladoras.

domingo, 17 de agosto de 2014

*** Visitas al blog por continentes


Según datos de la página de estadísticas de Google Chrome, a fecha de hoy, el blog ha sido visitado desde 44 países que distribuidos por continentes se agrupan así:
Europa: España, Rusia, Reino Unido, Países Bajos, Ucrania, Suiza, Alemania, Hungría, Polonia, Chipre, Portugal, Dinamarca, Francia, Italia, Bielorrusia, Serbia, Grecia, Bélgica y Suecia. En total, 19 países europeos.
América: Estados Unidos, Brasil, Canadá. El Salvador, Venezuela, Uruguay, Colombia, Argentina, Chile, Costa Rica, México, Perú, República Dominicana y Guatemala. Son 14 los países americanos desde los que se ha visitado el blog.
Asia: India, Indonesia, Japón, Tailandia, Corea del Sur, China, Malasia, Turquía, Vietnam y Singapur. Un total de 10 países asiáticos han accedido al blog.
Oceanía: Australia.
Ningún país africano.

jueves, 14 de agosto de 2014

4.31. El dinero importa cuando no se tiene

   Los fines de semana de Sergio y Lorena se han convertido en orgías de alcohol y drogas. La joven hace tiempo que dejó de trabajar regularmente, ahora lo hace a salto de mata cuando el salario de Sergio no alcanza para adquirir el material, como llaman a la droga. Él lo tiene más complicado porque sigue trabajando en la empresa de montajes eléctricos del señor Francisco, pero el desempeño de su puesto de capataz se resiente, especialmente los lunes dado que aún le duran los coletazos del desenfreno de los días anteriores. Ha tenido que llegar a un acuerdo con su primer oficial para que éste cubra sus cada vez más frecuentes demoras a la hora de incorporarse al tajo. El pacto con el operario tiene contrapartidas: éste roba material eléctrico y de cualquier otra clase que pueda afanar, lo hace en pequeñas cantidades para que los hurtos apenas se noten. Todo tiene su fin. Llega un momento en que Dimas, el capataz jefe, descubre los hurtos y al ladrón. No puede probar los hechos por lo que se limita a despedir al operario. Duda sí también echar a Sergio por haberse mostrado incapaz de controlar a su gente, pero éste proclama su inocencia y además tiene la suerte de que el ladrón no ha delatado su connivencia. Puesto que están agobiados de trabajo, al final Dimas no despide a Sergio, pero le pone una cruz. Desde ahora será un hombre a vigilar. Lo ocurrido es la causa de que durante una breve temporada Sergio reduzca el consumo de heroína los fines de semana y, sobre todo, procura no mezclarlo con el alcohol. Ha descubierto que la mezcla de ambas sustancias es explosiva. 

   La pareja tiene más problemas y uno de ellos, cada vez más acuciante, es el dinero. La adicción a la heroína es un vicio caro. Pronto el salario de Sergio no da lo suficiente para comprar el material que necesitan.
- ¡Cómo que no te queda pasta! Pues la pintas, pero yo necesito cinco talegos para un par de papelinas. Ya sabes que El Perchas no le fía ni a su madre – exige Lorena que, al ver el gesto de contrariedad de Sergio, añade -. Y si no, pide un adelanto.
- En administración ya me han dicho que se acabaron los adelantos. Esa fuente no da más agua.
- Pégale un sablazo a alguno de tus amigos – propone la joven.
- Mis amigos son los tuyos y ya sabes como están, a verlas venir.
- No me refería a esos amigos, sino a los que trabajan contigo. Siguen ganando sus buenos duros.
- Debo dinero a varios compañeros y como no he devuelto una peseta se ha corrido la voz. Nadie me prestará un duro. Tendremos que aguantarnos.
- Se aguantará tu puta madre – grita encolerizada Lorena.
- A mi madre ni mentarla o te parto la boca – amenaza Sergio, en una reacción que a él mismo asombra. Jamás había hablado así a una mujer.

   Lorena sabe que una mujer que precisa dinero o, en su caso, unas papelinas siempre tiene el fácil remedio de recurrir al sexo para conseguirlo. Así lo hizo tiempo atrás en alguna ocasión, pero una mezcla de pereza y de una cierta lealtad para con su pareja no la llevan, de momento, por ese camino. Recurre a otra medio. Comienza a malvender algunos de los cachivaches que ha ido atesorando en los tiempos de vino y rosas. En especial, los electrodomésticos tienen fácil salida. El primer aparato del que se deshace es el arcón congelador que, salvo en los primeros días, apenas si lo han usado. Sin embargo, los problemas económicos no han hecho más que empezar. Como su cuenta corriente está en números rojos frecuentemente, el banco devuelve impagados los cargos de las hipotecas del apartamento y de las letras del BMW. El coche es la primera baja.
- Los de la financiera se han llevado el carro – informa un desolado Sergio.
- ¡Qué se vayan a la mierda! Compraremos otro – es la respuesta de una colocada Lorena.
- ¿Comprar otro? Ya me dirás con qué.
- Pues a plazos, como compramos el BMW.
 - A plazos no podemos comprar ni un cucurucho de cacahuetes. Estamos en el RAI – comenta el joven que, al ver el gesto de ignorancia de su pareja, explica –. Es el Registro de Aceptaciones Impagadas, donde aparecen los morosos que no pagan cuando deben, como nosotros.

   El problema más acuciante les alcanza inmediatamente, también se devuelven impagados los cargos de la hipoteca del apartamento, por lo que la caja incoa el procedimiento para proceder al desahucio de la vivienda.
- Churri, nos van a echar de la casa – Sergio está totalmente abatido.
- Nadie nos va a echar. De esta casa no me mueven ni aunque venga la Guardia Civil – Lorena se ha puesto brava -. Esta casa es nuestra, para eso la hemos pagado.
- No, bonita, no; ese es el problema, que todavía no hemos terminado de pagarla. De hecho, falta una pila de años para que acabemos de pagarla. Y como no podemos hacer frente a los plazos de la hipoteca nos van a desahuciar – le explica Sergio.
- No seas cagueta, hermoso. Pon la chola a currar y verás cómo se te ocurre algo. Para eso eres medio ingeniero.
- No digas memeces, bonita. Ni soy medio ingeniero ni es cuestión de encontrar remedios mágicos, que no los hay. Es cuestión de pasta, o se tiene o no se tiene, y nosotros estamos a dos velas.
- ¿De verdad está la cosa tan jodida? – inquiere la joven, que no acaba de entender cuál es la situación real. De pronto se le ilumina el rostro -. Ya sé, pide ayuda a tus viejos. Si les cuentas que nos van a echar, seguro que tus padres no consentirán que su hijito del alma se quede en la puta calle. Te prestarán lo que les pidas.
- No creas que no lo he pensado, pero me da una vergüenza tremenda. Sería tanto como admitir que he fracasado, que todos mis planes se han ido abajo.
- Ni vergüenza ni nada que se le parezca. El que necesita, busca, y nosotros estamos tan pelados que no podemos pagar la casa y, lo que es más jodido, ni podemos comprar una mísera papelina. Llámales, llórales un poco y verás cómo te sueltan la pasta.

   Sergio no tiene que pensarse demasiado lo que propone Lorena. Es la única solución que le queda. Se ha corrido la voz de en qué se gasta los cuartos la pareja y nadie se arriesga a dejarles un dinero que, probablemente, jamás devolverán. El penúltimo sablazo se lo dio a su abuelo, que no es la primera vez que le presta dinero, a quien jura y perjura que se lo devolverá, pero el viejo Punchent vive de una modesta pensión y las cantidades que le puede dar son siempre pequeñas y no alcanzan a cubrir ni una mínima parte de las necesidades de la pareja. Tendrá que tragarse la vergüenza y el orgullo y llamar a sus padres.
- Papá, ¿cómo estás?, y la mamá, ¿está bien? 
- Hijo, que sorpresa, no esperaba que me llamaras a la oficina. Y sí, estamos los dos estupendamente. Tendrías que haber llamado a casa, ya puedes imaginarte las ganas que tiene tu madre de hablar contigo.
- He preferido llamarte ahí porque tengo un grave problema y ya sabes cómo se pone mamá cuando os cuento algo que no va del todo bien.
- ¿Qué problema tienes?, igual lo puedo solucionar.
   El joven cree preferible plantear directamente la cuestión y no andarse con medias tintas:
- Necesito dinero, papá. Y lo necesito con cierta urgencia. Créeme que me ha costado mucho hacer esta petición, pero eres el único que me puede ayudar.
- Si solo es una cuestión de dinero me quitas un peso, hijo. Por un momento pensé que podía tratarse de cuestiones realmente importantes.
- ¿Crees que no es importante tener deudas y no ser capaz de pagarlas? – arguye Sergio.
- Por supuesto que lo es, pero los problemas de salud, de pareja o del trabajo, por citar algunos, son mucho más cruciales que los económicos. El dinero siempre es un valor relativo.
- Sí, papá, para el que lo tiene, para el que no, el dinero si importa.

jueves, 7 de agosto de 2014

4.30 Ya tenemos cortafuegos

   En Senillar los acontecimientos se precipitan y una mujer es la principal causante. La esposa de Agustín Badenes, el director de la agencia local de Cajaeuropa, ha ido leyendo los documentos que guardaba el bancario en la caja fuerte del domicilio conyugal. Aunque no es más que un ama de casa, tiene las suficientes luces para reconocer que algunos de los papeles pueden ser muy comprometedores para su adúltero consorte. Decide darles prioridad a la hora de entregarlos al bufete que, a su vez, se encarga de filtrarlos a la prensa. ¡Dios nos guarde de una mujer despechada!, piensa el socio principal del despacho de abogados al estudiar el contenido del legajo que acaba de recibir.
   Al mismo tiempo, y ya fuera del estricto ámbito local, ocurren más hechos relacionados con la movida procesal. Dos colectivos, curiosamente uno ubicado en la extrema izquierda y otro tildado como neofranquista y que se han hecho famosos por presentarse como parte en numerosas demandas judiciales, han presentado sendas denuncias ante la justicia sobre las presuntas irregularidades en el proceso urbanizador de Senillar.
   Hasta ahora las informaciones aparecidas en la prensa han apuntado, por una parte, al Ayuntamiento de la localidad y a ciertos organismos de la administración autonómica y, por otra, a la empresa constructora BACHSA, pero sin mencionar ningún nombre concreto. Eso ha cambiado, en la segunda entrega de documentos que publica El Mundo ya aparece un nombre y, ante la sorpresa de la mayoría, es el de Agustín Badenes. Antes de que, con su desesperante parsimonia, el juzgado o la fiscalía anticorrupción actúen, los primeros en reaccionar ante el nuevo giro que ha tomado la situación han sido los directivos de la caja. Llaman a capítulo a su empleado.

   Gaspar Moltó, director general adjunto de Cajaeuropa, está hondamente preocupado. La información aparecida, aunque no le cite, recoge algunas de las operaciones en las que, de manera encubierta, ha participado. No deja de ser el hombre que ha pilotado en la sombra la financiación del proyecto urbanizador en Senillar y del que ha obtenido, y obtiene, pingües beneficios gracias a su pacto, a espaldas de la caja, con los directivos de BACHSA. Teme que en la entidad se lleguen a conocer sus enjuagues y que el escándalo le salpique. Supondría con plena seguridad su salida de la caja por la puerta falsa y que su reputación quedara manchada, con lo que volver a encontrar un puesto directivo en el mundo de las finanzas se convertiría en algo imposible, y hasta es bastante posible que le imputaran más de un delito. Tras meditarlo detenidamente decide pedir consejo legal a Ernesto González-Castro, socio de uno de los más prestigiosos bufetes madrileños. El banquero y el letrado fueron antiguos compañeros de pupitre en el colegio San Estanislao de Kostka de Madrid y han mantenido su amistad más allá del período colegial. Por ello y porque tiene la máxima confianza en González-Castro, queda con él para sincerarse y contarle sus cuitas. Tras escuchar las confesiones de Moltó, el abogado emite una primera opinión:
- No quiero pecar de pesimista, Gaspar, pero tienes motivos más que suficientes para estar preocupado. Si esta tormenta va a más, puede que el oleaje te alcance. Y como esto llegue a la Audiencia Nacional, y tiene toda la pinta de que así será, te puedes encontrar metido en un buen fregado.
- Ya me lo temía, Ernesto, por eso estoy aquí. Lo que todavía no me explico es cómo han conseguido toda esa información sobre mí. Me he devanado los sesos y solo encuentro una explicación: la fuente ha tenido que ser Agustín Badenes. Se trata del director de nuestra sucursal en Senillar. Es el hombre que me abrió los ojos sobre las posibilidades turísticas y urbanísticas del pueblo y es conocedor de la mayoría de los entresijos de todo el proceso. Si alguien me puede poner en un brete es Badenes. Como verás, necesito como nunca tu apoyo y tu consejo, más como jurista que como amigo. ¿Qué debo hacer o, mejor, qué puedo hacer?
- Antes de emitir un dictamen tendría que estudiar a fondo todo lo publicado más la documentación que tú puedas tener en relación al caso.
- La documentación aquí la tienes – afirma Moltó poniendo encima de la mesa el portafolio que lleva consigo -. ¿Cuánto tiempo vas a necesitar para tu dictamen?
- Dame un par de semanas.
- No tengo ese tiempo, Ernesto. El consejero delegado ha citado para dentro de tres días a Agustín Badenes quien, como te he dicho, es el hombre que si se va de la lengua me puede involucrar en todo este embrollo.
- O sea, que tengo poco más de cuarenta y ocho horas. Difícil me lo pones, Gaspar, pero haré un esfuerzo. Una pregunta: al tal Badenes ¿quién o quiénes le van a interrogar?
- Todavía no está decidido. Posiblemente una terna formada por el director general, el jefe de la asesoría jurídica y yo mismo.
- Pues lo primero que has de conseguir es que quién entreviste a ese fulano seas únicamente tú. Mira, estamos ante una especie de partida de ajedrez. Si la primera pieza a mover depende de ti siempre llevarás un movimiento de ventaja. En cambio, si no lo logras tus posibilidades de conseguir jaque mate o, al menos, tablas se verán muy reducidas.

   Moltó, siguiendo el consejo del letrado, maniobra ante sus superiores para ser él quien entreviste a Badenes. Basa su petición en el hecho de que es el único directivo que conoce personalmente al bancario y que eso facilitará el desarrollo de una entrevista que se presume tensa. Posteriormente, y en función del resultado de la sesión, prepararía un segundo encuentro con el resto de dirigentes. Consigue convencerles. Para él es un alivio, más después de lo que González-Castro, tras una primera y apresurada lectura de la documentación que le entregó, le ha dicho:
- Como el tal Badenes cuente todo lo que sabe lo más seguro es que acabes imputado. Solo tenemos una baza en nuestras manos. Para jugarla, en la entrevista que vas a tener con él le has de convencer de que la única persona que lo puede salvar o, como poco, reducir notablemente su condena eres tú. Que para ello vas a conseguir dos cosas muy importantes. Una, que mi bufete se haga cargo de su defensa. Otra, que la caja no se presentará como parte acusadora. A cambio de ello le exigirás que cuente lo que quiera, pero que no te mencione. Se trata de atajar el incendio que acaba de iniciarse para que no te abrase y, en todo caso, buscar cabezas de turco por si al final hay que crucificar a alguien para zanjar el asunto.

   La primera sorpresa que se lleva Moltó cuando Badenes entra en su despacho es la impresión que produce su subordinado. Lo que era aplomo ahora es inseguridad, su facundia se ha trocado en laconismo, su empuje se ha tornado en cobardía. Es un hombre derrotado. El subdirector lo desconoce, pero el hundimiento anímico del bancario no se debe solamente al escándalo mediático o a su separación conyugal, lo que más tocado le ha dejado es que su joven pareja, en vista del revuelo armado, le ha dejado. Lo que sí sabe Moltó es que el hombre que está ante él se encuentra sin trabajo, la caja le ha relevado de la dirección en espera de ver qué hacen con él, sin esposa, apartado de su hogar y de sus hijos. Un ramalazo de optimismo le sacude, a un hombre tan hundido no ha de ser difícil convencerle.
- Agustín, estás en un gran aprieto. Como la fiscalía pueda probar la mitad de los hechos que se te atribuyen vas a pasar en la sombra una larga temporada. No es una opinión a humo de paja, es lo que me ha informado la asesoría jurídica. Por otra parte, es probable que el director general decida que se te abra expediente por administración desleal, y por ahí también te va a coger el toro.
   Es oír eso y el bancario se derrumba todavía más. Moltó era la persona en quien confiaba para poder salvarse y ahora ve que no es así. El directivo sigue jugando sus cartas al compás que le ha señalado su antiguo compañero de estudios.
- Pese a todo eso voy a hacer algo por ti porque siempre me caíste bien y porque has prestado buenos servicios a la caja. He consultado tu caso con González-Castro, que es con diferencia el mejor penalista que conozco. Ha de estudiar más a fondo la documentación, pero ya me ha adelantado que los cargos por los que puedes ser imputado son malversación, fraude, cohecho, falsedad, tráfico de influencias, delito fiscal… – Moltó no prosigue la enumeración, espera una respuesta de su subordinado, pero ésta no llega por lo que prosigue -. Pues bien, en un panorama penal tan negro todavía se vislumbra una débil luz de esperanza. Según Castro puedes tener una vía de escape para dar un quiebro a una posible pena que podría suponer una condena entre quince y veinte años de cárcel. La única manera de eludir, al menos en buena parte, el marrón que se te cae encima es negociar con la fiscalía.
   Como bien había supuesto Moltó, no le cuesta demasiado convencer a Badenes de que pactar con la justicia a cambio de contar lo que sabe, sin mencionarle en ningún momento, es su única salida. En cuanto termina la entrevista se apresura a llamar a González-Castro para contarle el resultado de su charla con Badenes.
- ¡Albricias, ya tenemos cortafuegos! – exclama el abogado.

domingo, 3 de agosto de 2014

*** El top ten por países de las páginas vistas


Google Chrome, en sus estadísticas de audiencias y a fecha de hoy, establece el siguiente ranking por países de páginas vistas de este blog:

Entrada
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España
1577
Estados Unidos
593
Rusia
228
Alemania
176
Reino Unido
173
Perú
170
Ucrania
110
Indonesia
66
Países Bajos
43
China
31


Hay 6 países europeos, 2 americanos y 2 asiáticos. España, dada la nacionalidad del autor y el entorno en el que se desarrolla la novela Apartamento con vistas al mar, es el país con mayor número de entradas, seguido a bastante distancia de los Estados Unido que, no olvidemos, es la segunda nación con mayor número de hispanohablantes; entre estos países destaca, asimismo, la imparable escalada de Perú.

viernes, 1 de agosto de 2014

*** Agosto: una entrada semanal

Como anuncié, hace veintitantos días, durante todo el mes de agosto me tomo unas semivacaciones. En vez de las dos entregas semanales del blog, donde publico la novela Apartamento con vistas al mar, solo colgaré una, los jueves. Por tanto, el blog aparecerá los días 7, 14, 21 y 28 de agosto. Cuando llegue septiembre reanudaré la entrega de dos episodios a la semana, martes y viernes.

Recuerdo asimismo que, como indiqué en mi anterior post, la novela está llegando a su término. En las últimas entregas se desvelarán las intrigas sobre las amenazas judiciales que se ciernen sobre la poderosa empresa constructora BACHSA, así como sobre todos los implicados en la supuesta trama corrupta del urbanismo en Senillar: empresarios, políticos, banqueros, correveidiles y gente de la más variada calaña. Por otra parte, descubriremos hasta qué extremo llega la degradación de Sergio y Lorena y si su vida, como seres humanos y como pareja, tiene un horizonte esperanzador o su bajada a los infiernos es irremediable. En cuanto pase agosto lo sabremos.