"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

martes, 12 de noviembre de 2013

2.23. El final de la mascletà

   Los consejeros de BACHSA, sus muñidores locales y dos de los regidores del Ayuntamiento de Senillar vuelven a reunirse para seguir tratando el asunto de la urbanización de diversos sectores del término municipal. Quien primero interviene es Guillem Armengol, concejal de urbanismo, que en la reunión anterior apenas abrió la boca.
- Si no recuerdo mal – el edil se dirige a Juan Antonio Cardona -, ayer dijiste que sería indispensable contar con la ayuda de la corporación. Esa ayuda, ¿en qué va a consistir?
- Hombre … - Cardona trata de recordar el nombre de su interlocutor -, Guillem, como sabes muy bien, puesto que llevas urbanismo, antes de empezar a poner un ladrillo hay que tener muchas bazas amarradas. Es indispensable contar con el necesario terreno para planificar un proyecto urbanístico tan colosal como el que hemos proyectado. Y no un terreno cualquiera, ha de ser suelo urbanizable. Para ello es imprescindible y necesario el decidido apoyo del consistorio.
- A lo que dice mi socio – es Rodrigo Huguet quien habla – quiero añadir que no solamente necesitamos al Ayuntamiento para la conversión de suelo rústico en urbano, su cooperación es imprescindible para el desarrollo de todo el proyecto – y poniendo más énfasis en su tono añade -. Quiero que esto quede bien claro: no invertiremos un duro, no compraremos un palmo de tierra, ni pondremos un ladrillo sin contar con el apoyo y beneplácito de la corporación municipal. Un proyecto de la magnitud que tiene el que hoy os presentamos no es posible llevarlo a cabo sin la colaboración y el acuerdo de todos los sectores implicados. Y el Ayuntamiento y quienes lo representan son miembros de primer orden en esa implicación.
- Antes de que sigamos adelante hay una cosa que tengo que hacer presente porque algún vecino me lo ha preguntado… – el alcalde hace una breve pausa y luego prosigue -. Por el pueblo corre el rumor de que queréis construir en el marjal y eso a la gente no le gusta un pelo.

   Los constructores hacen un esfuerzo para evitar mostrar su inquietud ante la salida a la palestra del tema del humedal. No les interesa en absoluto que en estos primeros contactos salga a la luz ninguna referencia a su proyecto estrella: la construcción de un puerto interior en los terrenos del marjal. Amador Garcés se da inmediatamente cuenta del peligro potencial que encierra la pregunta de Jaume Pellicer y se apresura a intervenir antes de que se enrede la madeja del marjal:
- Jaume, no te creas ni la mitad de lo que cuentan. La gente habla por hablar, pero al final todo es humo de paja. Lo que vale es lo que hablemos aquí. Y donde en principio piensa construir BACHSA es en las zonas de secano como en la partida del Torreón que, como sabes, es la más alejada del marjal y una de las más pobres del término municipal – Garcés ha citado el sector del Torreón porque sabe que el alcalde tiene allí una finca, no porque crea que la zona les interese excesivamente a los constructores.
- Partida en la que, por cierto, tienes un olivar – puntualiza José Ramón Arbós mirando al alcalde.
- Y tú otro y bastante más grande que el mío – replica Pellicer.
- Señores – interviene Huguet -, acaban de ponerme en bandeja el mejor ejemplo de las consecuencias que acarreará el proyecto que, con su ayuda, pretendemos llevar adelante. Las dos fincas que acaban de ser mencionadas, supongo que de secano, ¿cuánto deben valer hoy en día?, tirando por lo alto unos cientos de miles de duros. Pues bien, si ese sector se recalifica como suelo urbanizable, el valor de esas fincas se multiplicará por varios dígitos. Pasarán a valer millones. Los propietarios de esos terrenos se convertirán de la noche a la mañana en millonarios sin necesidad de haber dado un palo al agua. – pontifica el empresario, que añade -. Lo dicho es uno de los muchos ejemplos de la capacidad de crear riqueza que tiene el desarrollo urbanístico.
- Y ni siquiera es necesario – abunda Cardona -, que los terrenos estén catalogados como urbanizables. Basta con que exista la presunción de su probable recalificación para que su precio se dispare. Si el proyecto cuenta con el plácet del Ayuntamiento el cuerno de la abundancia derramará bienes y fortuna sin cuento sobre Senillar. Es más, me atrevo a afirmar de manera rotunda que en toda su historia el pueblo no ha tenido, ni posiblemente tendrá, una ocasión como ésta para situarse en la primera división de las localidades turísticas de la región.
- Desde luego – admite el alcalde, que parece ir convenciéndose de la bondad del proyecto -, reconozco que sabéis vender la burra. Oye, Guillem – pregunta, dirigiéndose a su concejal de urbanismo -, ¿y tú qué opinas? Porque hasta ahora apenas si has abierto el pico.
- Reconozco que la música suena bien, pero… habrá que esperar a ver lo que dice la letra, sobre todo la pequeña. Y en todo caso, antes de dar mi opinión, tendré que trasladar la propuesta de estos señores a la directiva del partido y oír al consejo político. Supongo, que tú también tendrás que hacerlo con los tuyos – apostilla Armengol dirigiéndose al alcalde.

   La comida termina amigablemente con el acuerdo de que en unos días volverán a reunirse para seguir concretando detalles. Nada más acabar de marcharse los munícipes, Huguet explota.
- La leche que les han dado, pues no son retorcidos ni nada estos politicastros. Después de estar mareando la perdiz más de tres horas al final salen con que tienen que hablar con sus ejecutivas. Si han de dar su opinión todos los órganos directivos y consultivos de ambos partidos esto puede convertirse en el cuento de nunca acabar.
- Tranquilo, Rodrigo – le calma Cardona -, ya sabes cómo reaccionan la mayoría de los políticos locales. Aunque tengan la sartén por el mango en sus respectivos órganos directivos, delante de forasteros como nosotros les gusta jugar a ser más demócratas que nadie y, por tanto, proclaman que han de consultar a unos y a otros. No deja de ser más que un paripé. Seguro que o no consultan a nadie o, si lo hacen, es para que el correspondiente órgano refrende lo que ellos hayan decidido previamente. No es más que una especie de vodevil político que me recuerda aquello que se decía del Consejo Nacional del Movimiento, en el que los consejeros se reunían para escuchar las resoluciones tomadas por aquél a quien debían de aconsejar.
   Al final interviene Garcés para tranquilizar a todos:
-  Estoy de acuerdo con lo expuesto por Juan Antonio. Creo que el plan no corre ningún peligro. A Pellicer le tengo prácticamente en el bolsillo y si le queda alguna brizna de duda ya me encargaré de arrancársela. En cuanto a lo que ha dicho el concejal de consultar a la directiva, coincido con lo dicho antes, no es más que una burda triquiñuela para encarecer su voto. Él es el secretario general de su partido y el resto de la directiva baila al son que marque Armengol. Dejad en nuestras manos – y mira a Arbós que asiente – el asunto de convencer al Ayuntamiento. Lo de hoy no ha sido más que el principio de la traca, esperar a que llegue el final de la mascletà.