"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

martes, 24 de diciembre de 2013

2.35. Comienza la cuenta atrás

   La acusación del consejero delegado de BACHSA de que desde Cajaeuropa se ha filtrado la noticia del interés de la empresa en la urbanización del litoral de Senillar es rechazada de plano por el director general adjunto de la caja. Como Oriol Bricart no puede probar la imputación, su enfrentamiento con Gaspar Moltó queda en tablas. Ambos directivos hacen de la necesidad virtud y concluyen en que lo mejor para sus respectivas entidades es acortar los tiempos e impulsar los trabajos previos a la urbanización de la costa lo más rápidamente posible. Les urge iniciar la compra de terrenos antes de que los desconocidos compradores que se les han adelantado adquieran las mejores fincas y, al mismo tiempo, encarezcan notablemente el precio de las mismas.

   Rodrigo Huguet e Íñigo Arechabaleta son los dos directivos que la empresa constructora envía a Senillar con el encargo de poner inmediatamente en marcha la operación de compra de terrenos e iniciar los contactos previos para incoar el proceso de recalificación de los mismos. Los constructores se reúnen con sus representantes en la población, Amador Arbós y José Ramón Garcés.
- Supongo que tendréis preparao todo el operativo para la adquisición de terrenos, es así, ¿no? – ante el mudo asentimiento de sus comisionados, Arechabaleta les insta –. Explicarnos los detalles pues.
   Es Garcés quien le da cumplida respuesta:
- Hemos formado un equipo de cinco corredores de fincas, es como aquí se llama a los agentes de la propiedad inmobiliaria – aclara innecesariamente -, para que comiencen a ponerse en contacto con los propietarios de terrenos que se encuentren en la franja de un kilómetro y medio a partir de la línea costera.
- A ese equipo – añade Arbós -, que dirigirá Amador, me sumaré yo cuando haya algún propietario que se muestre especialmente reacio a vender. Por tanto vamos a ser siete personas las que nos dedicaremos a la compra de fincas.
   Interviene Huguet para conocer otros detalles que afectan al operativo:
- ¿Qué pasa con esos misteriosos compradores que se nos han adelantado, se han hecho con muchas fincas?
- No tantas cómo pretendían – informa Garcés -. En ello han sido decisivos los rumores que hice circular sembrando dudas entre la gente sobre la solvencia de unos compradores que siguen sin dar la cara. En los primeros días compraban con suma facilidad porque pagaban a tocateja, pero se ve que han tenido problemas de tesorería, pues en cuanto han dejado de poner los billetes encima de la mesa y han ofrecido pagar a plazos las ventas se han ralentizado considerablemente.
- ¡Una idea cojonuda lo de sembrar bulos! ¿Y a cuánto está ahora el metro cuadrao? – pregunta Arechabaleta.
- Empezó pagándose a quinientas el metro, eso duró unos días, luego comenzó a subir el precio y en este momento está estancado en mil pesetas, aunque temo que esa cota pronto quedará atrás – contesta Garcés.
- Pues hay que aplicarse en las compras antes que los propietarios se suban a la parra. Debéis comenzar comprando en la partida de El Torreón, será el primer sector en el que construiremos – informa Huguet, que añade-. Al estar algo más alejado de la costa y ser fincas de secano podréis adquirir los terrenos a precios más bajos.
- ¿Comprar en El Torreón? – pregunta un desconcertado Arbós -. Yo…, nosotros creíamos que lo que más os interesaba era la partida de La Marina, que es donde están los marjales.
- Por supuesto que nos interesa, y finca que se ponga a tiro en ese sector no hay que dejarla escapar, pero creo que hemos empezado mal. Lo primero que deberíamos haber hecho es contaros los principales acuerdos que aprobó hace unas fechas el consejo sobre la estrategia a seguir en Senillar. A ver, Íñigo, hazles un resumen a nuestros amigos.

   Arechabaleta hace una breve sinopsis de los acuerdos tomados por el consejo de BACHSA respecto a la urbanización del litoral:
- Como ha dicho Rodrigo, empezaremos a construir en la zona norte, en lo que aquí llamáis la partida de El Torreón. Además de lo que él ha contao, hay otro factor a tener en cuenta: según nuestros técnicos, ese es el sector que tiene más probabilidades de que la recalificación del suelo sea más fácil de conseguir. Respecto al humedal, de momento ni mencionarlo, no hay que levantar la liebre, aunque, como también ha dicho Rodrigo, comprar todos los marjales que os ofrezcan, pero sin pagar una peseta de más respecto a las ofertas que hagáis en otras zonas.
- Perdona que te interrumpa, Íñigo, - se excusa Garcés -, pero no creo que nos vendan una sola finca a menos de mil leandras el metro.
- Mil pesetas es un buen precio – admite Huguet -, apalancaros en esa cantidad todo el tiempo que podáis. Haced correr la especie de que no estamos dispuestos a pagar ni una peseta de más por encima de las mil. Y mientras sea posible aguantad el tirón.
- Bien, prosigo – continúa Arechabaleta -. Lo primero que construiremos serán urbanizaciones de bajo coste para poder vender a precios más baratos que en Albalat y, sobre, todo, que en Benialcaide. En una fase posterior, y cuando los figuras del marketing hayan lograo que el público sepa situar a Senillar en el mapa, edificaremos apartamentos de mejores calidades y emprenderemos igualmente la construcción de plazas hoteleras. Otra cuestión, las adquisiciones se harán a tocateja, lo cual os debería facilitar enormemente vuestra labor y de paso chafarles la guitarra a esos compradores desconocidos que nos han querido madrugar. ¿Entendido, pues? Rodrigo, ¿me he dejao algo en el tintero?
   Huguet toma el relevo de su socio en las explicaciones a sus representantes locales:
- Correcto, Íñigo, sólo añadir que, en principio, además del nombre de BACHSA, también aparecerá el de una empresa inmobiliaria, que acabamos de constituir, denominada Mercantil Urbanizadora Senillar, sociedad anónima, que será la encargada de urbanizar. Por cierto, su acrónimo es MUSSA, os lo digo para que os vayáis familiarizando con el nombre. Y hay otro asunto de la mayor trascendencia del que aún no hemos hablado: la cuestión de la recalificación de los terrenos. Tenéis que poneros en contacto inmediatamente con vuestros amigos del Ayuntamiento para instarles a que recalifiquen cuanto antes, sobre todo, los terrenos de la partida de El Torreón. Recordadles, en petit comité, que hay mucho dinero a ganar, e insistir en que habrá pasta para todos. Como sé que todo ello no siempre es fácil de manejar con la debida discreción, y no es que dude de vuestra capacidad, lo mejor será que nos organicéis una reunión con la gente del consistorio.
- Mejor que sea una comida, Rodrigo, con la panza llena es cuando se hacen los mejores negocios pues – sugiere Arechabaleta quien, dado el diámetro que tiene su cintura, tiene toda la pinta de ser un adicto a la buena mesa.

   Terminada la reunión, y una vez que se deshace de Garcés, lo primero que hace Arbós es llamar a Badenes:
- Agustín, me parece que nos hemos columpiado. ¿Sabes lo que nos acaban de confirmar los tíos de BACHSA?, pues que van a comenzar a construir en la partida de El Torreón.
- ¡No jorobes! Este es el segundo palo que nos dan en pocos días. Primero fueron los cagados del departamento de créditos de la central llamándome la atención por la cuenta de crédito que te concedí y obligándome a recortarla y ahora esto. También es mala suerte, con lo bien que iba todo.
- ¿Qué hacemos? – pregunta un Arbós al que la camisa no le llega al cuello.
- De momento, que no compren ni un marjal más, pero que sigan ofertando por fincas de la zona de El Torreón, siempre que la operación sea a plazos. El cash que nos queda en la cuenta ya es muy poco, pero tranquilo, José Ramón – el bancario intenta levantar la moral de su oculto socio -, que la cuenta atrás ya comenzó y verás cómo nos vamos a forrar.