"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

lunes, 1 de octubre de 2018

*** ¿De dónde viene este río de gente?


   No sé si lo he contado en alguno de mis posts. En Madrid vivo en el chamberilero barrio de Gaztambide ubicado al oeste de la ciudad y lindante con la Ciudad Universitaria donde se emplazan los campus de la Universidad Complutense y de la Universidad Politécnica de Madrid. En esa zona se encuentra la antigua vía que antaño recorría el tranvía Moncloa-Paraninfo, hoy reconvertida en la llamada Ruta Verde por la que transitan paseantes y ciclistas.
   Este último domingo de septiembre paseaba por allí y al llegar a la Avenida Complutense, arteria principal del campus, me he topado con un enorme gentío, miles de personas sin exagerar que venían de la zona del Paraninfo en dirección hacia el centro de la ciudad. ¿De dónde viene este río de gente?, me he preguntado. Al instante mi memoria me ha dado la respuesta porque no es la primera vez que veo una multitud así que viene de la misma dirección y además en día festivo. Esta gente debe venir de alguna prueba selectiva de ingreso en algún cuerpo o para algún trabajo de la Administración Pública, me he dicho.
   Mi curiosidad por saber si acertaba ha podido más que la discreción y he preguntado a un joven: ¿De qué era la prueba? De Correos, me ha contestado. Algo más tarde, un trío de dos chicas y un chico que estaban charlando frente a la estación de metro de Ciudad Universitaria me ha dado más detalles. Correos (empresa estatal) había convocado 2.295 puestos fijos en 30 ciudades españolas y unas 116.000 personas optaban e ellos. En España el paro sigue siendo un problema lacerante sobre todo entre la juventud.
   Los aspirantes, armados únicamente con su DNI y un bolígrafo, se han enfrentado a un examen tipo test de 60 preguntas comunes para todos los candidatos y una prueba diferenciada para cada categoría que son las siguientes: tareas logísticas, de reparto en el ámbito rural y urbano (lo que llamamos carteros) y de atención al cliente en oficinas.
   ¿Dónde habéis hecho la prueba?, en la Facultad de Biología ha sido su respuesta. ¿Y sobre qué versa el examen?, he preguntado. Sobre materias relacionadas con productos, servicios y procesos de trabajo propios del servicio postal ha sido la respuesta. ¿Y ya está, si apruebas el examen ya ingresas en Correos?, he vuelto a preguntar. Me han dicho que ¡ojalá!, pero que luego hay una fase de méritos en la que se valoran la experiencia, los permisos de conducción y la formación. Lo de la experiencia me ha sorprendido, ¿quién puede tener experiencia de cartero?, he preguntado. Eso ha necesitado de una explicación complementaria. Al parecer Correos tiene alrededor de un 35 % de temporalidad en su plantilla y cerca de un 22 % de contratados a tiempo parcial y esos trabajadores, que casi todos se presentan al examen, son los que tienen experiencia que no era el caso de mis tres informantes.
   Al llegar aquí he intuido que los jóvenes se estaban cansando de las preguntas de un anciano demasiado curioso, por lo que les he dicho: una última pregunta y os dejo. ¿Qué pensáis hacer si no aprobáis? La respuesta de la chica que primero ha hablado ha sido, no sé si consecuente o sorprendente: seguramente, me casaré. Los otros dos me han dado la misma respuesta: seguir preparando el examen pues para el año que viene ya hay convocados cerca de 2.000 puestos fijos.
   Me he despedido del trío deseándoles suerte de una forma que he conseguido sacarles una sonrisa: ¡Ojalá el cartero que me felicite las próximas Navidades sea uno de vosotros!, pues antes me habían dicho que en Madrid hay 428 plazas.
   Y ya saben de dónde venía ese río de gente: de examinarse. Bueno, es lo suyo en un campus universitario.