No sé si lo he contado en alguno de mis posts. En Madrid vivo en el
chamberilero barrio de Gaztambide ubicado al oeste de la ciudad y lindante con
la Ciudad Universitaria donde se emplazan los campus de la Universidad
Complutense y de la Universidad Politécnica de Madrid. En esa zona se encuentra
la antigua vía que antaño recorría el tranvía Moncloa-Paraninfo, hoy
reconvertida en la llamada Ruta Verde por la que transitan paseantes y
ciclistas.
Este último domingo de septiembre paseaba
por allí y al llegar a la Avenida Complutense, arteria principal del campus, me
he topado con un enorme gentío, miles de personas sin exagerar que venían de la
zona del Paraninfo en dirección hacia el centro de la ciudad. ¿De dónde viene
este río de gente?, me he preguntado. Al instante mi memoria me ha dado la
respuesta porque no es la primera vez que veo una multitud así que viene de
la misma dirección y además en día festivo. Esta gente debe venir de alguna
prueba selectiva de ingreso en algún cuerpo o para algún trabajo de la
Administración Pública, me he dicho.
Mi curiosidad por saber si acertaba ha
podido más que la discreción y he preguntado a un joven: ¿De qué era la prueba?
De Correos, me ha contestado. Algo más tarde, un trío de dos chicas y un chico
que estaban charlando frente a la estación de metro de Ciudad Universitaria me
ha dado más detalles. Correos (empresa estatal) había convocado 2.295 puestos
fijos en 30 ciudades españolas y unas 116.000 personas optaban e ellos. En
España el paro sigue siendo un problema lacerante sobre todo entre la juventud.
Los aspirantes, armados únicamente con su DNI y un bolígrafo, se han enfrentado
a un examen tipo test de 60 preguntas comunes para todos los candidatos y una
prueba diferenciada para cada categoría que son las siguientes: tareas
logísticas, de reparto en el ámbito rural y urbano (lo que llamamos carteros) y
de atención al cliente en oficinas.
¿Dónde habéis hecho la prueba?, en la
Facultad de Biología ha sido su respuesta. ¿Y sobre qué
versa el examen?, he preguntado. Sobre materias relacionadas con productos,
servicios y procesos de trabajo propios del servicio postal ha sido la
respuesta. ¿Y ya está, si apruebas el examen ya ingresas en Correos?, he vuelto
a preguntar. Me han dicho que ¡ojalá!, pero que luego hay una fase de méritos
en la que se valoran la experiencia, los permisos de conducción y la formación.
Lo de la experiencia me ha sorprendido, ¿quién puede tener experiencia de
cartero?, he preguntado. Eso ha necesitado de una explicación
complementaria. Al parecer Correos tiene alrededor de un 35 % de temporalidad
en su plantilla y cerca de un 22 % de contratados a tiempo parcial y esos
trabajadores, que casi todos se presentan al examen, son los que tienen
experiencia que no era el caso de mis tres informantes.
Al llegar aquí he intuido que los jóvenes se
estaban cansando de las preguntas de un anciano demasiado curioso, por lo que les
he dicho: una última pregunta y os dejo. ¿Qué pensáis hacer si no aprobáis? La
respuesta de la chica que primero ha hablado ha sido, no sé si consecuente o
sorprendente: seguramente, me casaré. Los otros dos me han dado la misma
respuesta: seguir preparando el examen pues para el año que viene ya hay
convocados cerca de 2.000 puestos fijos.
Me he despedido del trío deseándoles suerte
de una forma que he conseguido sacarles una sonrisa: ¡Ojalá el cartero
que me felicite las próximas Navidades sea uno de vosotros!, pues antes me habían
dicho que en Madrid hay 428 plazas.
Y ya saben de dónde venía ese río de gente:
de examinarse. Bueno, es lo suyo en un campus universitario.