"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

martes, 10 de junio de 2014

4.15. La banda de los “pepes”

   Lorena y Sergio han terminado de poner el apartamento tal y como lo quería la joven, con ese motivo la pareja da una fiesta para celebrar con sus amigos la inauguración de su nuevo hogar. La celebración se convierte en una juerga por todo lo alto en la que no falta de nada: comida, bebida, música, maría y la gran reina del festejo, la coca. Hasta el momento, Sergio, que ya le da al canuto, se ha resistido al polvo blanco, pero en esta ocasión no puede. Es el anfitrión y no ha de quedar mal ante sus invitados que, como casi siempre, son los amigos de toda la vida de Lorena.
- Otra rayita, tronco, que este perico está de puta madre.
   Al principio, Sergio solo ha ido esnifando farlopa en las fiestas y saraos que monta la gente de la pandilla. Como casi todos ellos trabajan en la construcción, y ganan sus buenos dineros, la periodicidad de las juergas que organizan es cada vez más frecuente, con lo que la adicción a la coca se incrementa notablemente. La inmediata consecuencia de ello, de momento, es doble: buena parte de los ingresos de la pareja se van en la compra del polvo blanco; el otro efecto es que, tras una noche de alcohol y droga, Sergio suele levantarse con una resaca monumental y un mal cuerpo que si siguiera trabajando en la obra le impediría acudir en debidas condiciones a su curro de capataz. Afortunadamente ahora, dado su cambio de trabajo, no ha de acudir a ningún tajo.

   Desde hace unas semanas Sergio se dedica a su nueva ocupación: secretario general de la Asociación de Jóvenes Trabajadores de Senillar o AJOTSE. Un trabajo que, por el momento, no puede ser más cómodo y facilón y en el que no tiene que dar cuentas a nadie ni impartir órdenes a una cuadrilla de operarios puesto que su único compañero de brega es Maximino, quien también aparece en alguna que otra ocasión con evidentes muestras de haber abusado del alcohol y de alguna clase de droga.
   Tanto Sergio como el teórico presidente de la asociación se pasan todo el día haraganeando por la sede de la agrupación, que está en la bajera de una vieja casa del pueblo, y visitando los bares de los alrededores. Lo único que ha hecho Sergio, con la ayuda de Maximino, ha sido confeccionar una lista de jóvenes locales que están o podrían estar en las huestes de los que protestan contra la urbanización de la Marina. También han elaborado otra relación con los nombres de gente joven, indígenas y forasteros, que trabajan en la localidad siguiendo las indicaciones de Eliseo Lavilla, el experto en marketing que es quien teledirige la operación.

   La relación entre los dos jóvenes ha sido tirante al principio, más por parte de Sergio que de Maxi, a quien parece que casi todo le da igual. Las largas horas sin nada que hacer han sido una especie de lubricante que ha conseguido engrasar el trato entre ambos hombres. Acaban siendo clientes habituales de los bares y cafeterías aledañas donde matan el tiempo tomando cerveza y chupitos desde buenas horas de la mañana. También han ido entablando conversaciones cada vez con más frecuencia. Hablan de todo y de nada, pero ninguno de ambos se ha referido jamás a Lorena, parece que es un tema que ambos excluyen escrupulosamente, lo cual ha sido de gran ayuda para que Sergio vaya perdiendo la inicial animadversión que sentía por el antiguo exnovio de su pareja. Curiosamente, cuando le pareció oportuno que había llegado la hora de contarle a Lorena quién era su nuevo compañero de trabajo, ella no hizo el menor comentario, se limitó a encogerse de hombros. La noticia llegaba tarde, la joven ya lo sabía. Alguna de sus amigas se había apresurado a contárselo hacía tiempo.
- Loren, hay que ver la de vueltas que da la vida, quien iba a decir que Sergio y Maxi iban a ser compañeros de curro – le comentó un día Verónica.
   Lorena, que en ese momento no sabía nada, preguntó con un punto de inquietud en su voz:
- ¿Cómo que trabajan juntos, desde cuándo?
- Ah, ¿no lo sabías? Son los jefes de la banda de los “pepes” y curran en la oficina que han montado los mandamases de la obras.
- ¿Qué es eso de la banda de los “pepes”? – inquiere una Lorena cada vez más desconcertada. Es perfectamente conocedora de que su chico trabaja en AJOTSE, pero desconocía el nombrecito que le ha endosado el vecindario.
- Sí, mujer, están de jefes en esa cosa llamada la AJOTSE, y debido a su similitud con José la gente lo ha bautizado como la banda de los “pepes”. Lo que supongo que también sabrás es que los chismosos comentan que es como una especie de sindicato o algo parecido pagado por los constructores para enfrentarse a los muchachos esos de los Jóvenes Unidos por un Senillar Libre, y que son los que han llenado el pueblo de carteles y folletos protestando contra la urbanización de la Marina.

   Días después es Anabelén quien le va con el mismo cuento. Como Lorena ya está al corriente en esta ocasión puede dar la impresión de que lo sabe todo sobre el asunto.
- Oye, ¿y a Sergio le sale cuenta haber dejado el curro con el Francisco y haberse ido a esa – no sabe cómo calificar a la asociación – cosa?
- Ya lo creo que le sale. Fue el mismo Francisco quien le aconsejó que lo cogiera porque no es más que un curro provisional, cuando termine con ello volverá al tajo de las instalaciones. Y en cuanto al money solo te diré que gana algo así como el doble de lo que ganaba como capataz.
   Casi por las mismas fechas, Maribel también saca a colación el tema, pero lo hace con bastante peor idea.
- No te puedes imaginar, Lorena, lo mal pensada que es la gente. Las chafarderas del pueblo van contando por ahí que a tu chico le pagan los del ladrillo para que, si en algún momento, hay una huelga se ponga al frente de los esquiroles.
- Hay mucha gente atravesada, Maribel, que solo habla por hablar. De envidiosos y con mala leche está el pueblo lleno.
- Que verdad has dicho. Porque hay que tener malas entrañas para, además, contar que el Maxi está puesto ahí por si hay que partirle a alguien la cara y para que haga de guardaespaldas de Sergio que, según dicen, es quien da las órdenes. Qué curioso, verdad, que dos de tus chicos, tan diferentes ellos, hayan terminado currando juntos. ¿Qué tal lo llevan?
- Solo es un curro. Cuando acaba la jornada cada uno a su casa y hasta mañana Pastrana – es la anodina respuesta de Lorena dado fin a la charla.

   En la sede de AJOTSE reciben la visita de Eliseo Lavilla, que para Maxi y Sergio es el único jefe a quien tratan con alguna frecuencia y el que les da las órdenes. Hoy tiene algo que informarles:
- La próxima semana vais a comenzar a ganaros el sueldo. Vamos a inaugurar la exposición en la que se va a reunir toda la información sobre las nuevas urbanizaciones proyectadas en el pueblo, en especial la de la Marina.
- ¿Qué tenemos que hacer? – pregunta Sergio.
- En principio, vuestra tarea será muy discreta. Solo tendréis que estar atentos por si los chavales de la protesta se manifiestan o intentan boicotear la muestra. Si eso ocurriera entonces tendríais que hacerles frente y yugular de raíz cualquier signo de  crítica.
- Como sean muchos los que protestan no sé si voy a poder con todos, porque aquí al colega lo de darle a la lengua no se le da mal, pero en cuanto a lo de liarse a mamporros me parece que no le va mucho – comenta Maximino.
- Tranquilo, Maxi, si hay que pasar a la acción no estaréis solos – Lavilla ignora el menosprecio hacia Sergio mostrado por el postizo presidente -. Para eso está la relación que habéis elaborado, os enviaremos gente de esa lista y seréis tantos o más que los protestones. Aunque, ya os digo, por el momento solo debéis estar atentos al parche.
- Se hará lo que se pueda, jefe – afirma Maximino.