"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 5 de enero de 2018

Capítulo 9. A Curro se lo rifan 34. A buon intenditor poche parole



   La llamada telefónica de un desconocido, que le ha interpelado por su verdadero nombre, ha dejado atónito a Salazar que no es capaz de reaccionar hasta que su interlocutor le dice que no corre peligro y que tienen que hablar.
-¿De qué tenemos que hablar? No te conosco y no me gusta hablar con desconosidos -El nerviosismo ha hecho que le salga su innato seseo.
-Me llamo Carlos Espinosa y como acabo de decirte no soy policía ni tengo nada que ver con la judicatura. Y sí, es cierto que no me conoces, pero el nombre de Eduardo Gálvez ¿te suena?
   Claro que le suena. Personalmente no ha hablado con el empresario, pero conoce su reputación de ser un hombre sin escrúpulos para conseguir cuanto se propone, así es como ha amasado la millonaria fortuna que según dicen posee. “Pues si este fulano representa a Gálvez –se dice- mejor será que le escuche”. El hecho de que el forastero asegura no ser policía ni tener nada que ver con los de las togas acaba por tranquilizarle.
-Bueno, tú dirás.
-Lo que tengo que hablar contigo es personal y no para contarlo por teléfono. Dime dónde y cuándo podemos vernos y allí estaré.
-No sé, estos días estoy muy liado –Lo que le pide el cuerpo a Curro es enviar al forastero a tomar viento, pero nuevamente el nombre de Gálvez le impulsa a rectificar-. Quisás mañana…
   Le corta Espinosa.
-Se me ocurre que podríamos almorzar juntos. ¿Qué te parece mañana a las dos? En cuanto al restorán he ojeado la Guía Michelín y uno de los más recomendados de la zona es Can Roig que está cerca de Torrenostra. Yo me encargo de hacer la reserva. ¿Paso a recogerte o vas por tu cuenta?
   Curro se dice aquello de que los malos tragos mejor pasarlos cuanto antes y acepta. Se verán en el restorán. Cuando el exsindicalista llega a Can Roig y pregunta por una reserva a nombre de Carlos Espinosa, la camarera le señala una mesa en la que hay una persona. Lo primero que salta a la vista del forastero es que se trata de un dandi. Lleva un pantalón de Armani de liviano lino color canela, con un polo a juego de Ralph Lauren, mocasines Callaghan que no desentonan y en su muñeca luce lo que parece ser un Cartier de oro. “Desde luego este figurín –piensa Curro- no puede ser de la pasma, demasiado relamido. Tendría que haberme puesto algo más aparente, a su lado parezco un costalero”. Tras los protocolarios saludos, Espinosa inicia inmediatamente el intento de congraciarse con Curro.
-¿Tomamos unos güisquis o hacemos honor a nuestra tierra y pedimos unos finos?
   Después, Espinosa comienza una charla informal preguntándole sobre los encantos de Torrenostra como medio de romper el hielo. A lo que Salazar corta por lo sano:
-Perdona Espinosa, pero es mejor que vayamos al grano y me cuentes lo que tengas que decirme, tengo una cita a las cuatro –El que Curro haya dejado de sesear es señal de que ha superado el nerviosismo inicial.
-Se nota que eres un experto en el arte de negociar –le adula Espinosa-. Tengo un amigo del Cuerpo de Carabinieri que veranea en Marbella que cuando alguien se enrolla suele decir lo de a buon intenditor poche parole.
-No entiendo italiano, pero en Cádiz decimos que lo breve, si bueno, dos veces bueno.
-De acuerdo. Pues lo primero es recordar tu situación procesal. Doy por descontado que sabes que el juzgado de instrucción número seis de Sevilla, el que entiende del mal llamado caso ERE, ha dictado una orden de busca y captura contra ti y…
-Perdona Carlos, te puedo tutear, ¿verdad? –Que Curro pregunte si puede tutearle, cuando ya lo están haciendo, es señal de que la mera mención del caso ERE ha vuelto a poner de los nervios al exsindicalista-. No me habrás invitado para contarme algo que ya sé. Si es así lo podríamos haber arreglado por teléfono.
-Por supuesto que no se trata de eso. Estoy aquí para ofrecerte una solución que resolverá de un plumazo todos tus problemas con la justicia. Verás…
   Espinosa lleva bien preparado el argumentario sobre el pacto que ha de proponer a Salazar. Le cuenta que representa a un grupo de hombres de negocios andaluces que están muy preocupados por el rumbo que ha tomado el proceso sobre el caso ERE. Se apresura a especificar que ninguno de ellos está imputado en el caso, pero que el terremoto político y la alarma social que ha generado el proceso está afectando muy negativamente a la marcha de sus empresas, algo que sus patrocinadores están dispuestos a atajarlo en la medida que esté a su alcance. No quieren involucrarse en las controversias políticas que ha causado el caso, pero sí están dispuestos a que se calme la tempestad social y económica levantada por el escándalo judicial sobre los expedientes de regulación de empleo que, en algunos casos, se han producido en varias de sus empresas. Según saben de fuentes absolutamente fiables Salazar se ha convertido, posiblemente sin pretenderlo, en una figura clave en el caso por lo mucho que sabe y, al parecer, por la documentación que atesora. Más pronto que tarde le encontrará la policía lo que supondrá que volverá a ingresar en prisión de la que es más que posible que tarde muchos años en salir, quizá décadas.
-Para que veas que te hablo con total sinceridad, te confieso que el hecho de que estés libre o encarcelado no es algo que preocupe a las personas que me envían. Lo que si les quita el sueño es que cuando declares ante el tribunal puedas involucrar a gente que no está imputada y, sobre todo, que tu deposición pueda ser altamente perjudicial para el normal desarrollo de algunas de sus empresas. Ya sabes cómo son los ricos, pueden tragarse lo que sea, pero no les toques un solo euro porque entonces se ponen como tigres.
   Espinosa hace una mínima pausa que es aprovechada por Curro para soltarle un rejonazo:
-Lo de la brevedad lo admites pero no lo practicas.
-Eso es un golpe bajo –acepta Espinosa con una sonrisa-, pero me lo he ganado a pulso. Al grano.
   Le explica lo que quieren sus patrocinadores. Primero, que eluda la cárcel, lo que ya es todo un premio. Con ello no tendrá que declarar ni poner en peligro a otras personas ni se abrirán nuevas instrucciones. Por tanto, la mejor solución es eludir la acción de la justicia y eso solo se puede lograr de una manera: marcharse de España y trasladarse a un país que no tenga tratado de extradición con el estado español hasta que termine el proceso y se calme el turbio ambiente que lo acompaña.
-No tendrás que preocuparte por nada. Todos los gastos correrán a cargo de mis patrocinadores que además te pasarán una cantidad mensual para que puedas vivir como un marqués en el país que elijas. Por poner un ejemplo: ¿Te imaginas lo que debe ser estar tumbado en la cubana playa de Varadero teniendo al lado una mulata de esas que tienen un culo capaz de resucitar a un muerto?
-¿Por qué ha de ser en la playa de Varadero?
   Al oír la inesperada pregunta de Curro, Salazar la interpreta en el sentido de que al exsindicalista no le parece mal su propuesta y está a punto de exclamar ¡eureka!, pero se contiene aunque sí piensa que la conclusión del pacto está al alcance de sus manos.
-Lo he dicho a guisa de ejemplo, pero no tiene que ser necesariamente Cuba, podrás instalarte en el país que te pete. Únicamente deberá tener el requisito de no tener tratado de extradición con España para que las garras de los jueces no puedan alcanzarte….
-¿Y qué países son esos?
-Pues los hay en casi todos los continentes. En este momento no tengo la lista completa, pero en cuanto entre en internet te la puedo facilitar. Si no recuerdo mal están, entre otros, Cuba; Nicaragua y Honduras en América; Singapur, Qatar, Indonesia o Birmania en Asia y en África hay un montón: Gambia, Nigeria, Burundi…, hasta los hay en las antípodas, es el caso de Nueva Zelanda. Tienes mucho donde elegir.
-Y si saliera de España, como estoy fichado, ¿no me detendrían en la frontera?
-Por tu salida del país no te preocupes, eso está solucionado. Como dentro de la Unión Europea no es necesario enseñar el pasaporte y las fronteras son casi inexistentes, te llevaremos en coche a Francia o a Portugal y allí coges un vuelo hacia el país que previamente hayas elegido.
-¿Y quién me garantiza que una vez que me haya largado seguiré recibiendo una paga mensual?
-Hombre, Salazar, ¿o prefieres que te llame Curro? –La pregunta no tiene respuesta por lo que Espinosa prosigue su exposición-. Como comprenderás lo que estamos negociando no es algo que se pueda plasmar en un documento, pero mis patrocinadores son los más interesados en que la justicia no te ponga las manos encima, entonces por la cuenta que les trae no te van a fallar en lo que te prometen. Además, si es por dinero no te preocupes. Otra cosa no tendrán, pero guita la tienen por pecado. ¿Cerramos el trato? No hará falta firmar nada, me basta tu palabra.
-Mi abuela, que era muy refranera, decía que buenas palabras y malos hechos, acaban con los buenos.
-Y ese aforismo, ¿cómo debo entenderlo?
-En que tenemos que seguir hablando.

PD.- Hasta el próximo viernes