"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 24 de noviembre de 2023

Libro IV. Episodio 23. Buenas y malas noticias

 De acuerdo a lo ordenado por el mando, Álvaro toma posesión del torpedero número 9, apresado por los nacionales en el puerto guipuzcoano de Pasajes. Comprueba, satisfecho, que el buque está artillado con tres cañones Vickers y lleva tres montajes de torpedos Whitehead. Siguiendo órdenes del Estado Mayor, sale inmediatamente hacia la ensenada de Cariño para desde allí vigilar la boca de la ría ferrolana. Realizando dicho servicio se entera que en la Armada nacional se ha producido un hecho importante: la incorporación del crucero pesado Canarias, noticia que se apresura a compartir con sus oficiales.

   -Al producirse el alzamiento, el buque se encontraba en el arsenal ferrolano sin haber completado su armamento. Se le equipó provisionalmente y se le dotó de una tripulación de voluntarios. El crucero es muy superior a los gubernamentales más modernos, tanto en alcance como en capacidad de fuego. Cuenta con cañones de 203 mm, que tienen un alcance de 20000 metros. Al mando está el capitán de navío Francisco Bastarreche que, pese a su apellido que parece vasco, es un gaditano de pro.

A mediados de septiembre, el Estado Mayor de la Armada nacional remite a los comandantes de la flota, y entre ellos a Álvaro, un telegrama, clasificado como confidencial, en el que les informa que la República ha enviado al Cantábrico a su escuadra con el propósito de impedir el avance de los nacionales por la costa vasca. Solamente cinco destructores quedan a cargo del bloqueo del Estrecho. Álvaro comenta con su segundo la noticia.

   -Esta sería una ocasión pintiparada para tratar de adueñarse del Estrecho. Si el almirante Moreno enviara a un par de nuestros cruceros, que tienen mayor potencia de fuego que los destructores, podríamos apoderarnos del Estrecho.

El alto mando de la Armada nacional, como si hubiese oído a quien no es más que un alférez de navío, envía a la zona del Estrecho a los cruceros Canarias y Almirante Cervera. Más tarde Álvaro contará a sus oficiales el resultado de la aparición de los dos buques nacionales en la zona.

   -Los dos cruceros llegaron al Estrecho el 29 de septiembre. Cuando el Canarias avistó al destructor republicano Almirante Ferrándiz abrió fuego que dejó al buque inmovilizado y se hundió en pocos minutos. Por su parte, el Almirante Cervera logró dos impactos en el destructor Gravina, lo que le hizo refugiarse en el puerto de Casablanca. Esta decisiva batalla del Cabo Espartel nos permitirá controlar el Estrecho de Gibraltar y a partir de ahora los convoyes de Marruecos podrán atravesarlo con regularidad. Ha sido un garrafal error estratégico del Estado Mayor republicano.

Un poco antes de la  batalla del Cabo Espartel llegan nuevas órdenes al torpedero capitaneado por Álvaro: abandonar la vigilancia de la ría de Ferrol y partir para La Coruña a recoger el petrolero Badalona al que convoya hasta Vigo. Días después vigilan el desembarco de presos, del buque de transporte Contramaestre Casado al lazareto de San Simón de la ría de Vigo que, al estar vacío, lo han convertido en cárcel. 

Sin tener la menor idea de que la carrera de su primogénito marcha viento en popa, Julio sigue reuniéndose con sus amigos en la trastienda de Ramírez, a quien hoy encuentran muy quejoso pues las ventas se han desplomado como si, de pronto, oler bien se hubiese convertido en una moda del pasado.

   -No pensarás, querido Damián, que a esas milicianas que se tocan con gorro cuartelero, vestidas con mono, con pañuelo rojo al cuello y pistola al cinto, les importa mucho oler a agua de rosas –le dice Infantes con sorna.

Julio, para no ahondar en las quejas del perfumista, da un giro a la conversación.

   -¿Y qué sabéis de nuestros amigos del café Comercial?, desde que empezó el follón no he vuelto a saber de ellos.

   -Hay buenas y malas noticias. Las buenas son que a Avelino Hernández le han confiscado su tienda de ultramarinos, ahora forma parte de los economatos de la CNT; a Lisardo Valdés, a pesar de que tiene carné de la UGT, le han quitado la jefatura de negociado, y al que suscribe le ha pasado tres cuartos de lo mismo. Ah, y debéis saber que vosotros formáis parte del paquete de las buenas noticias ya que, de momento, no os ha pasado nada. ¿Sabéis quién ha sacado mejor partido de la situación? Pues Rufino Iglesias, que ha cerrado la frutería porque su partido le ha nombrado Jefe de abastos de Madrid-norte con lo cual, si alguna vez llegáis a pasar hambre, ya sabéis a quién tenéis que recurrir.

   -Y si esas son las buenas noticias, ¿cuáles son las malas? –pregunta, con sorna, Julio.

   -Son buenas porque todos los citados seguimos vivos, lo que en los tiempos que corren no es ninguna tontería. Las malas son que a Ricardo Gutiérrez, fueron a buscarle una madrugada y desde entonces su familia no ha vuelto a saber de él, les han dicho que si está en la checa de La Guindalera. La peor parte se la ha llevado Magín Chaves, al que acusaron de ser sastre de los burgueses del barrio de Salamanca, también se lo llevaron y días después su cadáver apareció en las tapias del cementerio de La Almudena.  

   -¿Y qué ha sido de Rúas?

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 24.La fallida conquista de Mallorca

 

viernes, 17 de noviembre de 2023

Libro IV. Episodio 22. La rojigualda

 Julia, al saber que su amigo Guillermo va a abrir la consulta, sin pensarlo dos veces, se planta en casa de los Bermejillo para hablar con el dermatólogo.

-Guillermo, enhorabuena por la consulta. Una pregunta: ¿necesitas una recepcionista o alguien que te ayude a llevar la agenda de pacientes o las cuentas? Te lo pregunto porque, como estoy mano sobre mano, te podría ayudar. En cuanto al salario no habrá problema, me conformaré con lo que buenamente puedas pagarme.

   -Gracias, Julia, pero la realidad es muy distinta. He abierto la consulta, pero los pacientes me vienen a cuentagotas, ten en cuenta que Suances tiene poco más de dos mil vecinos y pacientes de mi especialidad hay pocos. Además, la mayoría de ellos me pagan con productos de la tierra. Por consiguiente, ni necesito recepcionista ni ayudante. De hecho, estoy haciendo gestiones a ver si en Santander me pueden coger en alguna clínica. Lo que sí haré, porque supongo que lo estáis pasando tan mal como nosotros, es pasarte de vez en cuando algo de las hortalizas, frutas y legumbres que son los productos que me suelen dar los paisanos como pago.

En Madrid, los Carreño que allí han quedado no tienen tantos problemas para subsistir puesto que la farmacia sigue teniendo clientes. Lo que sí ocurre es que comienzan a escasear muchos medicamentos, pues la mayoría de los laboratorios están en Cataluña y, con la guerra por medio, el transporte se ha vuelto complicado. Además, tienen otros problemas: cada vez con más frecuencia acuden milicianos que se llevan medicinas y que, en lugar de pagarlas, les dan unos vales. Han intentado convertir esos vales en dinero, pero no lo han conseguido, con lo que esas ventas se convierten en auténticas confiscaciones. La única forma que encuentran de parar esa sangría es esconder en la cueva los productos más caros y con menos existencias en el mercado y venderlos solo a los clientes habituales.

Julio continúa siguiendo al día la marcha de la guerra y sus reuniones con Ramírez e Infantes se han hecho casi diarias. El trío, con la finalidad de tener un conocimiento cabal de la marcha de la contienda, ha llegado al acuerdo de repartirse las fuentes informativas: Infantes, que tiene el aparato más potente, escucha Radio Sevilla; Ramírez hace lo mismo con Radio Castilla de Burgos, que se ha convertido en la principal emisora del bando nacional; y Carreño escucha Unión Radio de Madrid, el más significado portavoz del gobierno republicano. Cuando se reúnen contrastan sus informaciones y así logran una fotografía lo más cercana posible a la realidad, pues ambos bandos están utilizando los medios para manipular las informaciones. Esta tarde de finales de agosto es Infantes quien describe las últimas informaciones.

   -Las fuerzas de Yagüe han reemprendido el avance hacia Madrid y han alcanzado el valle del Tajo, con lo que tienen el camino abierto hacia la capital. Las fuerzas republicanas, al mando del general Riquelme, han presentado batalla aunque solo han conseguido retrasar el avance.

Mientras eso ocurre en tierra, en el mar también están sucediendo importantes acciones. En el torpedero en el que va embarcado Álvaro se está al corriente de lo que sucede en ambas flotas y así conocen que, en represalia por el paso del convoy del 5 de agosto, días después los acorazados Jaime I y Libertad atacan las baterías costeras y el Eduardo Dato, dejando a este inutilizado así como al Uad Kert. Con lo que el control del paso del Estrecho vuelve a manos gubernamentales.

Para Álvaro, el final de agosto supone un paso de gigante en su carrera militar. El 23 es nombrado comandante del remolcador Cartagenero, que es también utilizado como patrullero, y cuyo armamento se reduce a un Nordenfelt a proa. Se trata de su primera comandancia y es uno de los primeros de su promoción en alcanzar tal rango. El placentino piensa en lo orgullosos que estarían sus padres y hermanos si pudieran enterarse. La primera vez que el oficial de puente, saludándole en posición de firmes, le dijo: A sus órdenes, mi comandante, una vaharada de orgullo y satisfacción le corrió como un calambrazo de la cabeza a los pies.

El mismo día de su toma de posesión, Álvaro preside un solemne acto en honor de la que, en adelante, será enseña de las fuerzas nacionales. La bandera tricolor horizontal, de rojo, amarillo y morado, que ha sido el emblema de la II república, y que hasta ahora ha ondeado en los buques de la Armada, ha sido sustituida por la rojigualda. Al parecer, tras las presiones de sectores monárquicos y la necesidad de identificar en los distintos frentes a las fuerzas nacionales, se restablece la bandera bicolor, roja y gualda, y se sustituye el escudo con la corona mural por el escudo con el águila de San Juan y la divisa Una, Grande y Libre. Con toda la tripulación formada en cubierta y tras ser arriada la bandera de la República, un marinero iza la rojigualda, mientras el corneta de órdenes ataca, con más voluntad que acierto, los compases del Himno nacional, que ya no es el de Riego sino la Marcha Real que se ha convertido en el himno oficial de los nacionales. Izada la nueva bandera, Álvaro la saluda en posición de firmes y volviéndose a la dotación profiere los tres gritos de rigor en la España nacionalista.

   -¡España! –Grita, a lo que la tripulación contesta con un sonoro-. ¡Una!

   -¡España! –Repite, a lo que la dotación responde-. ¡Grande!

   -¡España! –Reitera-. ¡Libre!

   -¡Viva España! –Dice finalmente, grito que es respondido con un rotundo-. ¡Viva!

El mando del remolcador le dura a Álvaro una semana, pues el 30 de agosto, por necesidades del servicio, es nombrado comandante del torpedero número 9. Otro peldaño más en su carrera.

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 23. Buenas y malas noticias

viernes, 10 de noviembre de 2023

Libro IV. Episodio 21. Los problemas de Julia

 En Madrid, Infantes cuenta a Carreño y Ramírez que se ha enterado a través de Radio Sevilla de que, tras llegar los refuerzos que han cruzado el Estrecho, Franco ha ordenado que tres columnas inicien su avance desde el norte de la provincia de Sevilla hacia Madrid, vía Extremadura.

   -Las columnas están bajo el mando superior de Yagüe. Las órdenes recibidas son no detenerse hasta llegar a Madrid. Las fuerzas de infantería de las columnas están formadas inicialmente por dos banderas legionarias y dos tabores de regulares apoyados por dos baterías de artillería, con vehículos requisados a toda prisa y sin apenas cobertura aérea. Las columnas ni son fuertes en número de soldados ni en armamento, pero tienen la ventaja de que están mandadas por fogueados oficiales africanistas, y la tropa de a pie también está curtida en la guerra de África. Ahora la pregunta del millón es, ¿qué fuerzas republicanas los van a detener? Les hacen frente milicianos que no tienen ninguna formación militar, están pobremente armados y carecen de cobertura aérea y artillería. Para tratar de frenar el rápido avance de los nacionales, dos diputados del PSOE encabezan sendas columnas de milicias a las que se van uniendo hombres que huyen de las fuerzas de Yagüe, lo que no mejora su eficacia militar, pero sí su sed de venganza que a veces descargan sobre las personas de derechas que encuentran en los pueblos que aún no han caído en poder de los sublevados. El rápido avance por Extremadura lo hace visible Infantes al cambiar las chinchetas del mapa de Ramírez.

   -Tras recorrer unos 200 kilómetros en menos de una semana, los nuestros han llegado a Mérida. Ahora se dirigen a Badajoz.

Días después es Ramírez, que lo ha escuchado en Radio Burgos, quien cuenta que la Legión lanzó un primer asalto contra Badajoz, que fue rechazado, pero en un segundo intento logró penetrar en el casco antiguo y continuó avanzando hasta alcanzar el centro de la ciudad. Y Julio, que ha estado oyendo a Unión Radio, añade:

   -La radio portuguesa ha dicho que, tras la conquista, ha habido una dura represión por parte de los nacionales, quedando la ciudad sembrada de cadáveres. No sé si habrá sido así o exageran.

   -La toma de Badajoz ha supuesto un hito importante en la marcha de la guerra –afirma Infantes y se explica-, porque significa el cierre definitivo de la frontera portuguesa a la República.

Cambiando de tema, Infantes relata a sus amigos una historia increíble sobre el Alcázar de Toledo.

   -Hacia el veintitantos de julio se recibió en el Alcázar una llamada telefónica del jefe de milicias de Toledo, quién conminó a Moscardó a rendirse advirtiéndole que, de no hacerlo, su hijo Luis, que había sido detenido, sería fusilado. La respuesta de Moscardó, tras hablar con su hijo para comprobar que era cierta su detención, fue que podían ahorrarse los diez minutos de plazo que le habían dado para el fusilamiento de su hijo, ya que de ninguna manera se rendiría el Alcázar.

En Suances, por el momento la vida discurre con cierta placidez pues las luchas suceden en escenarios lejanos, pese a ello el devenir de los acontecimientos bélicos también interesa a Julia, pero su mayor preocupación sigue siendo cómo va a poder alimentar a sus hijos si la guerra dura más que el dinero que tiene y que, en principio, solo era para pasar el verano. De momento ha logrado solucionar uno de sus muchos problemas, ha hablado con el dueño de la casita que arrendó y le ha pedido que si puede devolverle la mensualidad que le pagó por adelantado con la promesa de que se la reintegrará en cuanto acabe la contienda. El casero no le ha puesto ningún inconveniente con lo que Julia incrementa el peculio del que dispone. Y cuando pregunta, a aquellas personas que pueden tener mejor información, cuánto puede durar lo que claramente ya es una guerra civil, solamente recibe respuestas escasamente fiables; desde los que opinan que puede durar unas semanas hasta los que temen que el asunto puede alargarse meses. De momento, y como medida cautelar, comienza a gastar menos, se acabaron los chuches para los niños, las visitas a una pastelería que hace las delicias de la chiquillería, reduce las raciones y decide comprar carne una vez a la semana que la reserva para los niños, pues ella ni la prueba. Pero la cruda realidad es que, peseta a peseta, se le van yendo los caudales y se dice que no va a tener más remedio que adoptar medidas radicales para evitar quedarse sin un duro antes de que los nacionales puedan tomar Madrid, pues ha oído comentar que en cuanto la capital caiga la guerra terminará. Lo primero que se plantea es buscar una ocupación, pero la localidad es pequeña y la oferta de puestos de trabajo casi inexistente. Encima, se ha complicado la compra de alimentos, sobre todo los que provenían de otras regiones, con lo cual los menús cotidianos comienzan a ser repetitivos. No solamente sufren los Carreño, lo mismo ocurre a la pequeña colonia de veraneantes que han quedado atrapados en el pueblo; entre ellos está otra familia madrileña, los Bermejillo, que son de los pocos amigos de los Carreño. Guillermo Bermejillo es dermatólogo y tiene la consulta en la Gran Vía. A los Bermejillo les ocurre lo mismo, se están quedando sin metálico y el médico piensa lo que Julia, buscar trabajo. En el chalé que tienen alquilado monta una especie de consulta y, como tiene fama de ser un buen especialista, pronto comienzan a llegarle pacientes. Julia, que conoce a los Bermejillo desde el primer verano a través de Pilar, al saber lo de la consulta piensa que ahí podría tener una posibilidad de trabajo.

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 22. La rojigualda

viernes, 3 de noviembre de 2023

Libro IV. Episodio 20. El paso del Estrecho

 Los tertulianos de la perfumería siguen contándose las noticias que han escuchado en las distintas emisoras.

   -Ayer me topé con una emisora portuguesa emitiendo en español, Radio Club Portugués, que informaba que el primer gran objetivo de los nacionales es Madrid. Con ese fin, Mola ha formado tres columnas, pero han quedado frenadas en el lado norte del Sistema Central donde los rojos se han hecho fuertes.

   -Damián, las posiciones de este mapa hay que modificarlas –indica Infantes-. Nuestras tropas han sobrepasado el norte de Andalucía y se dirigen hacia Extremadura. Los alemanes han proporcionado aviones de transporte para trasladar a Sevilla fuerzas de choque de África. Y, cuando se pueda cruzar el Estrecho por mar, su número aumentará, algo que de momento no es factible porque las dotaciones de la mayoría de los barcos de guerra se han rebelado contra sus oficiales y los rojos controlan el Estrecho, por lo que el grueso del ejército del Protectorado sigue sin poder pasar.

   -¿Y cómo se las va a arreglar Franco, que es quien dirige el Ejército de África, para traer tropas hasta la península?

   -La primera solución para superar el bloqueo ha sido organizar un limitado puente aéreo con los hidros de la base naval de Cádiz y algunos Fokker, pero esa solución aporta poco –sigue explicando Infantes que, por lo que parece, está bien informado.

Por su parte, Álvaro, continúa embarcado en el torpedero, vigilando la entrada a la ría de Ferrol para prevenir un posible ataque por parte de la flota republicana muy superior en buques y potencia de fuego, aunque sabe que ésta tiene varios hándicaps: carece de oficiales con suficiente experiencia, los que han quedado en zona roja a menudo no se confía en ellos y tienen que hacer frente al poder de los comités de los barcos, y la flota republicana solo cuenta con una base naval, la de Cartagena, que no dispone de un dique seco donde reparar los buques y su puerto natural y la dársena interior son pequeños. La diferencia entre ambas flotas podrá nivelarse algo en cuanto se termine de artillar el crucero pesado Canarias y se acabe de construir su gemelo Baleares en los astilleros de Ferrol.

El limitado contingente de tropas de los sublevados cambia cuando el 5 de agosto sucede una acción en la que la imperiosa necesidad de transportar más tropas a la península y el arrojo de unos marinos experimentados se enfrentan a una flota superior en potencia de fuego, pero con mandos de baja graduación y carentes de experiencia. En el torpedero, en el que Álvaro es segundo comandante, se habla de la gesta con admiración.

   -La BBC ha descrito el combate con todo lujo de detalles –afirma el comandante del buque-. El general Franco, frustrado por solo poder llevar tropas a la península a través del puente aéreo, planeó la operación de mandar un convoy desde Ceuta a Algeciras transportando hombres y municiones. La maniobra era en principio descabellada por la falta de escoltas navales, ya que en la zona los nuestros solo contaban con el cañonero Eduardo Dato, armado únicamente con cuatro cañones, el guardacostas Uad Kert y el viejo torpedero T-19. Frente a estos tres buques, el gobierno republicano tenía en las cercanías el acorazado Jaime I, los cruceros Cervantes y Libertad, siete destructores y cinco submarinos; casi toda la flota republicana con una potencia de fuego descomunal comparada con la de nuestros buques.

   -Desde luego, adjetivar la acción como descabellada le pega –comenta un contramaestre.

   -Hasta cierto punto –replica el comandante-. Nuestro estado mayor contaba con la impericia de las dotaciones republicanas que navegan en zigzag y huyen en cuanto son atacadas. A título de ejemplo, os diré que el destructor Alcalá Galiano, que debería mandar un capitán de corbeta, lo comanda un alférez de navío. Además, se escogió el momento en que la mayor parte de la flota roja estaba alejada del Estrecho. Se preguntarán: ¿cómo siendo inferiores en buques y potencia de fuego los nuestros lograron eludir la flota roja? Pues ordenando la vigilancia aérea. Y así fue como nuestros aviones detectaron al destructor Lepanto que recibió el impacto de una bomba que causó algunas bajas, por lo que se vio obligado a entrar en Gibraltar para desembarcar a los heridos, pero, como no le dejaron enterrar al muerto, puso rumbo a Málaga.

   -¿Y qué ocurrió luego? –el contramaestre no ha podido contenerse.

   -A primera hora hubo un intento de salida, pero se abortó  debido a la presencia repentina del destructor Churruca. Por la tarde, al no ver enemigos, se dio orden de levar anclas. Se hicieron a la mar el Uad Kert, el Dato, el T-19 y dos remolcadores, seguidos de los mercantes que llevaban la tropa. El Alcalá Galiano avistó el convoy y puso rumbo a él. En ese momento el Dato detectó al destructor que se acercaba disparando. El Dato viró para interponerse entre el destructor y el convoy, a la vez que abría fuego. El Uad Kert intentó aliviar al Dato y abrió fuego con su única pieza, junto al T-19, que también disparó. El Alcalá Galiano, tras sufrir algún impacto y ser atacado de improviso por dos Dornier, dejó de disparar al agotársele las municiones antiaéreas y puso rumbo a Málaga. Y así, han podido pasar unos 3000 hombres y gran cantidad de municiones. Toda una hazaña naval –concluye el comandante.

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 21.  Los problemas de Julia