"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

martes, 16 de junio de 2020

*** Post info 10. Cambio de formato

   Como comprobarán los lectores, la presentación de los episodios de la novela Los Carreño ha cambiado de formato. El cambio se debe una decisión general de Blogspot, por lo que a los usuarios solo nos queda aceptarlo.

   Espero y deseo que el nuevo formato, que opino que es más gráfico, claro y hasta más didáctico, les guste. Vale.

Libro I. Episodio 42. ¿Por qué es tan conocida Mallorca?


   Al preguntar Julio que son los turistas, Chimo decide dar una pequeña lección a su amigo.

   -Carreño, eres bastante leído pero en determinados aspectos estás totalmente verde. Y lo estás porque tienes una gama de intereses quizá demasiado específicos, y fuera de ellos te interesan pocas cosas. A ello sumo que el francés que estudiaste en el bachillerato, por lo que veo, no has debido tocarlo desde entonces. Digo esto porque turista es un vocablo cada vez más usado por ingleses, franceses, italianos y demás extranjeros.

   Y el morellano se lanza a explicar que, según les contó el profesor de las clases de inglés de la Cámara, la voz turista viene del inglés tourist, que a su vez procede del francés tour. Comenzaron a usarla los británicos pudientes cuando pusieron de moda, a partir del siglo XIX, hacer una gran vuelta o tour por Europa para visitar países continentales. Y que desde entonces, y cada vez más, se aplica a toda persona que viaja por placer, por conocer nuevos lugares o por simple entretenimiento.

   -¿Y aquí vienen muchos turistas? –pregunta Julio.

   -Comienzan a venir y, en opinión de Amengual, vendrán todavía más en el futuro. 

   -¿Y eso por qué? No veo que Mallorca tenga algo que no tengan otros lugares de España.

   -¿Pero tú conoces bien la isla?

   -La verdad es que no, lo más lejos que he ido ha sido a Portopí.

   -Pues no sabes lo que te pierdes. Mallorca tiene rincones preciosos y pueblos pintorescos. Y en cuanto a las costas, las tiene para todos los gustos. La isla está plagada de calas y playas que son una verdadera gozada para la vista y no te digo para bañarse o tumbarse a la bartola.

   -¿Y tú has estado en todos esos lugares?, ¿cómo lo has hecho, me refiero a cómo has ido?

   -Si no en todos, sí en muchos. El año pasado, muchos sábados y domingos, recorrí gran parte de la isla con una bicicleta que sacaba, y sigo sacando, a escondidas del servicio de mensajería.

   -¿Y no tienes miedo de que te pillen al cogerla o al devolverla?

   -¡Qué va! Los carteros, al igual que los mensajeros, entramos y salimos de La Almudaina con total libertad. Los sábados salgo por una de las puertas secundarias montado en la bici con toda naturalidad, y como la guardia sabe que soy cartero no me dice ni pío. Y los lunes, a primera hora, entro con la bici como si viniera ya de algún reparto y hasta el día de hoy nadie me ha llamado la atención. Y así tengo la bici para mí todo el fin de semana. Eso es lo que me ha permitido viajar por la mayor parte de la isla. Salvo los sitios más alejados de Palma, como las bahías de Alcudia o Pollensa y la zona de Artá y Capdepera, he recorrido prácticamente toda la isla.

   -Sabía que te gustaba recorrer Palma, pero no que también lo hicieras del resto de la isla.

   -Pues sí, y ese es uno de los motivos que me han metido en la cabeza la idea de quedarme en esta tierra cuando acabe la mili. Además, según nos ha contado Amengual, Mallorca cuenta con una importante ventaja adicional: es muy conocida en el resto de Europa, mucho más que otras regiones españolas, quizá con la excepción de Andalucía y un poco de Cataluña.

   -¿Y por qué es tan conocida Mallorca?

   El morellano le cuenta que, como les ha explicado el profesor de la Cámara en alguna ocasión, la isla ya era bastante conocida en ciertos ambientes europeos desde mediados del siglo XVIII, pero cuando se dio a conocer de forma generalizada, sobre todo en Europa, fue a raíz de la llegada a Mallorca en 1838 de George Sand, seudónimo de Amandine Aurore Dudevant, destacada escritora, periodista y revolucionaria francesa. La franchuta llegó a la isla en compañía de su amante Federico Chopin, compositor y virtuoso pianista polaco, ​​​​considerado uno de los más importantes de la historia y uno de los mayores representantes del Romanticismo musical. Aunque la francesa solo estuvo poco más de tres meses en la isla le sirvió para escribir un libro, Un invierno en Mallorca, un cuaderno de viaje autobiográfico que se editó en 1842. Dada la popularidad de la autora y de su amante, la obra tuvo una gran repercusión en Europa y se hicieron rápidamente múltiples ediciones. Años más tarde, en las últimas décadas del XIX, la isla tuvo otro gran valedor que hizo que su nombre se popularizara todavía más entre la nobleza y la alta burguesía europea que naturalmente eran los que más viajaban. Ese valedor fue el archiduque de Austria, Luis Salvador de Habsburgo-Lorena, que se enamoró de las Baleares nada más conocerlas, y acabó fijando su residencia en Mallorca  donde adquirió fincas en los municipios de Valldemosa y Deyá, entre otros. El archiduque fue el auténtico precursor del turismo en las Baleares, pues escribió una monumental obra de varios tomos en la que describió la incomparable belleza de un archipiélago todavía virgen al que solo llegaban viajeros ocasionales… y Chimo acaba afirmando:

   -Desde entonces, Mallorca aparece en la mayoría de listados de lugares turísticos a visitar para los que viajan por placer, y que forman parte de ese concepto que tú no conocías, el turismo –remacha el valenciano.

   -Y a pesar de que para llegar a las islas forzosamente hay que coger un barco, ¿hay gente que todavía le apetece venir? –El extremeño entiende las explicaciones de su amigo, pero le cuesta aceptar que haya personas que viajen solo por el placer de ver nuevos paisajes y que encima hayan de cruzar el mar, con lo peligroso que puede ser eso.

   -Verás, Carreño, los dos somos de secano. Yo la primera vez que vi el mar fue en Vinaroz cuando tenía doce años, y supongo que tú debes haberlo visto cuando viniste a Mallorca –ante la negación del mañego, el de Morella rectifica-. Bueno, aunque lo vieras antes, pero ambos somos de tierra adentro. Para la gente como nosotros lo de cruzar el mar siempre nos parece una peligrosa aventura porque no estamos ni acostumbrados ni viajados, pero para la gente de otros países, o de la misma España, que viven en la costa o que han viajado mucho, lo de embarcarse les parece tan natural como a nosotros viajar en carro. Todo es cuestión de costumbres.

   El pensamiento de Julio viaja por otros caminos, sus palabras lo confirman.

   -No viene nada a cuento, pero estoy pensando que si aprendes inglés podrás ligar fácilmente con toda esa legión de turistas que llegan a la isla.

   -Posiblemente, pero eso será cuando lo sepa, de momento solo soy capaz de decir algunas palabras y frases sueltas.

   -Bueno, pues con tus cuatro palabras de inglés y otras cuatro mías de francés podríamos convertirnos en los mayores ligones de Capitanía.

   -¡Pero, Carreño, no me habías dicho que no quieres tener más líos con mujeres, que para ti solo existe la novia del pueblo!

   -Y lo mantengo, pero no estoy hablando de mujeres, lo hago de las turistas; o lo que es lo mismo, de extranjeras.

   -¡Vaya razonamiento!, no sé si lo dices en serio o en broma. ¿Qué pasa, que las extranjeras no son mujeres?

   -Claro que lo son, pero no como las de aquí que todas quieren casarse. Imagino que las turistas, o sea las extranjeras, tienen una gran ventaja sobre las españolas y es que supongo que no sueñan en casarse con un español. Probablemente, terminen emparejándose pero con alguien de su país. Supongo que vendrán, estarán unos días o unas semanas como mucho, y luego volverán a su patria.

   -Un par de precisiones. Una es que también puede haber turistas españolas; es decir, mujeres de otras regiones de España que vengan a la isla a pasar una temporada. Otra es que una extranjera puede enamorarse de un español, ¿por qué no?

   -Supongo que enamorarse sí, pero casarse…, que quieres que te diga ¿Te imaginas a cualquiera de los dos casado con una extranjera a la que no se le entienda ni palote? Y que vaya usted a saber qué clase de vida ha podido llevar.

   -Carreño, yo creía que era muy pueblerino, pero la verdad es que tú me das sopas con honda.

   -¿Y eso, en cristiano qué quiere decir?, lo de las sopas con honda.

   -En cristiano quiere decir que a pueblerino me das ciento y raya.

   -Que manía tienes de hablar con frases hechas. Parece que sacas la mayoría de frases de un manual de esos de aprenda castellano en un mes.

   -¿Y cómo crees que lo aprendí?, el castellano me refiero.

   -¡No jodas!, ¿aprendiste castellano en un libro?

   -En uno no, en muchos. Te lo tengo que explicar para que lo entiendas. En Morella, todos hablamos en valenciano. Puede haber poco más de una docena y media de personas que hablen en castellano, generalmente gente de fuera como el boticario, el señor juez o el notario. La primera vez que me hablaron en castellano fue cuando a los seis años entré en la escuela del pueblo. El maestro nos enseñaba en castellano y teníamos que responderle en esa lengua, pero en cuanto salíamos al recreo o se terminaba la clase todos los niños volvíamos a usar el valenciano. Cuando tenías la edad de dejar la escuela ya no volvías a manejar el castellano, por lo que en poco tiempo olvidabas la mayoría de lo que habías aprendido. A mí no me pasó porque como me gustaba mucho leer lo hacía continuamente, naturalmente con libros en castellano. Ahí es donde de verdad aprendí la que para ti es tu lengua materna. Al no aprender de las personas sino de los libros por eso uso tantas frases hechas o dichos, refranes, proverbios y modismos. Tú y los que sois castellanoparlantes desde el nacimiento lo habláis con toda naturalidad. En cambio, yo lo hablo como lo aprendí en los textos, por eso lo hago como lo hago.

   -Me maravillas, Chimo, por el esfuerzo que ha debido costarte lo que para mí ha sido tan fácil. Desde ahora te respeto mucho más. Eres un tío cojonudo porque al final resulta que sabes más de la lengua castellana que yo. Por poner un ejemplo, yo no sé en qué se diferencia una frase hecha, un refrán, un proverbio o un modismo. Explícamelo, por favor.

   -¿Julio, no te cansas de preguntar? Entre lo de los turistas, la explicación sobre Mallorca y ahora con lo del castellano me tienes frito. Lo de ejercer de profesor es pesadísimo, mejor lo dejamos para otro día.

PD.- Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro I de Los Carreño, publicaré el episodio

43. Lo que estás haciendo con el mañego es una marraná