"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 19 de julio de 2013

1.18. ¡Cuán largo me lo fiáis!

   A los dos reporteros que acompañan a Tormo por los predios de Senillar les quedan todavía muchas preguntas en la recámara:
- ¿Queda todavía en activo alguno de los políticos que fueron imputados en la operación Tornasol? - se interesa el periodista.
- Creo que no. O salieron por la puerta de atrás o les dieron de baja en sus partidos. Tened en cuenta que parte de tres consistorios se pringaron hasta la coronilla y los cogieron con las manos en el carrito del helado. Y además de políticos de todos los colores, para que se vea que la mierda no hace distingos de ideologías.
- ¿Y todo esa cagada ha servido para algo?
- Está por ver. Personalmente, soy pesimista. De entrada, el proceso tardará años en sustanciarse. Todavía el juez instructor, el tercero por cierto, está buscando en diversos paraísos fiscales buena parte del dinero que se movió en sobornos. A esa pasta ya pueden echarle un galgo. Tengo yo más posibilidades de llegar a obispo que de que aparezca el dinero.
- Oye, y de los empresarios e intermediarios imputados ¿qué ha sido de ellos? – pregunta el fotógrafo.
- Hay de todo. Unos fueron encarcelados, pero pagaron la fianza y están en la calle. Otros están en busca y captura. De lo que no se sabe nada es de los millones que se movieron en sobornos y en dinero no declarado al fisco. Ya sabéis lo que ocurre en este desgraciado país, la gente no es tan renuente, como se suele creer, en asumir su responsabilidad, pero euro no se devuelve ni uno. Parece que la consigna es: si no hay más remedio iré a la cárcel, pero el dinero me lo quedo. Para allí, delante de ese bar, es al que suelo venir a tomar el aperitivo.

   En aquella hora de la media tarde el bar está prácticamente desierto. Mientras los periodistas se sientan, Tormo pasa por la barra a saludar al dueño y hacer la comanda. Aprovechando su ausencia, el fotógrafo comenta:
- Tomar el aperitivo. Yo creía que esa costumbre había pasado a la historia. Y otra cosa, vaya vocabulario que gasta el amigo Tormo, es más redicho que un académico. 
- Va de suyo. Da clases de lengua y literatura españolas en el CEU. En cuanto a tomar el aperitivo, ese lujo se lo permite por vivir en el pueblo.
- ¿Pero no has dicho que da clases en Valencia?
- Sí, pero donde vive es aquí. Ten en cuenta que por lo que le pagan si residiera en la ciudad no podría permitirse muchos caprichos. En cambio, viviendo aquí, no paga alquiler porque tiene casa propia y sólo ese ahorro le da para sus pequeños gastos. Los tres días que tiene clases coge el coche y en menos de una hora está en la facultad. Pascual es un tío más listo de lo que parece, ahí donde lo ves es doctor en filología  románica o como se llame ahora y se ha labrado toda una reputación como especialista en comunicación social.
- ¿Y tú qué crees, qué está a favor o en contra del pollo que se montó aquí? Lo digo porque parece tener una actitud ambivalente, a veces parece como que  detesta el urbanismo salvaje que se practicó durante aquellos años, en cambio hay momentos en que se diría que lo acepta.
- Es posible que ni siquiera lo tenga claro, puede ser el típico caso de que los árboles no te dejan ver el bosque.

   Tras volver Tormo retoman la conversación.
- Por cierto, y para tener una idea más clara de lo que habéis venido a buscar, ¿qué clase de reportaje pensáis hacer? – Es algo que siempre ha querido preguntar, pero que inexplicablemente no lo ha hecho hasta ahora.
   El periodista encargado de redactar el texto le cuenta que la revista para la que trabajan piensa publicar una serie de reportajes sobre las fastuosas obras de todo tipo que, debido a la crisis financiera y al estallido de la burbuja inmobiliaria, han quedado a medio construir o si se terminaron ahora son inservibles. Ya están preparándose sendos reportajes sobre la macro ampliación de Seseña, los aeropuertos de Ciudad Real, León, Lérida y Castellón y algún sonado despilfarro más como los del AVE o ciertas autopistas. También se han incluido en la serie proyectos menos conocidos como el fallido plan de la Marina de Senillar.
- Hombre, esto no tiene la magnitud de los ejemplos que has citado – precisa Tormo.
- Eso es evidente, pero en pequeño sí es que es un paradigma de la evolución de los últimos años del boom puesto que se dieron todas las connotaciones propias de lo que supuso el auge inmobiliario. Un urbanismo salvaje y descontrolado, una carrera sin freno para convertir suelo rústico en urbano, una escalada de precio de los terrenos que parecía no tener techo, una orgía en la adjudicación de hipotecas sin contar con ninguna clase de control y para rematar el pastel la guinda de un sonado proceso en el que la corrupción, el cohecho, los delitos fiscales y un largo etcétera han sido sonados.
- Aunque pueda aceptar muchas de las cosas que dices, el caso de Senillar sigue siendo diferente – Da la impresión de que a Tormo no le gusta que hablen mal de su pueblo. Es el primero en reconocer los desaguisados ocurridos en su patria chica, pero que los difundan otros no es plato de su agrado.
- ¿Y dónde está la diferencia? Yo no la veo.
- La diferencia está en el factor tiempo. Cuanto has dicho es cierto, pero también lo es que todo eso ya forma parte de la historia, es pasado. Y ahora miremos al futuro. Cuando la crisis termine, y algún día lo hará, puedes apostar que Senillar renacerá porque su potencial de crecimiento sigue ahí, quizá larvado, pero intacto. En cambio, algunos de los ejemplos que has mencionado no tienen presente, pero es que tampoco creo que tengan futuro.
- ¿Y tú crees que Senillar si lo tiene?
- Cuando el pueblo tenga políticos que miren por el interés público, no por el privado, y que sean conscientes de que el dinero no crece en los árboles sino que sale del bolsillo de los contribuyentes, ese día Senillar renacerá.
- Buf – resopla el periodista y, en un tono a medio camino entre el escepticismo y la ironía, sentencia - ¡Cuán largo me lo fiáis!