"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 4 de diciembre de 2020

Libro II. Episodio 69. ¡Ojo con el viejo que no es un pendejo!

   Pilar y Julio dialogan sobre los posibles sucesores del Bisojo ante la eventualidad de que tenga que deshacerse de la droguería.

   -En estos momentos, madre, solo tengo cabeza para lo de Cuba.

   -Deja de pensar en la guerra que eso no te va a llevar a ninguna parte. Además, el enfrentamiento contra los estadounidenses no creo que dure mucho.

   -¿Y cómo lo sabes?, ¿tienes hilo directo con el Ministerio de la Guerra?

   -Menos sarcasmos, hijo. Para prever el resultado de esa guerra solo hay que saber algo de geografía e historia. Y este enfrentamiento con los norteamericanos me recuerda el episodio bíblico de David y Goliat, con la pequeña diferencia de que el David español ni siquiera tiene honda, por lo que el resultado está cantado.

   La metáfora de la maestra pronto se ve cumplida. En julio, el gobierno español pide al  norteamericano negociar la paz, y en agosto se firma el armisticio. Posteriormente, el Tratado de París del 10 de diciembre da por finalizada la guerra, en el que España se retira de Cuba, que declara su independencia; Filipinas es entregada a los Estados Unidos por veinte millones de dólares y Guam y Puerto Rico también quedan bajo el dominio norteamericano. La amenaza de una guerra prolongada contra los estadounidenses desaparece; Julio respira tranquilo y retorna a sus preocupaciones domésticas visitando a su patrón.

   -Señor Elías, hay algo que me inquieta desde hace tiempo y creo que lo mejor es que se lo plantee. Verá… -Ha preparado una especie de exordio, pero en última instancia desiste y va directamente al grano-, he pensado que sí, desafortunadamente, usted no puede volver a la tienda, ¿qué piensa hacer con ella?

   La pregunta parece pillar a contrapié al Bisojo. Su vacilación es patente.

   -No…, no he pensao na. ¿Por qué lo preguntas, es qué estás descontento? -Ahora, el que no sabe qué contestar es Julio. Lo de que a una pregunta suya se le conteste con otra nunca fue su fuerte.

   -No…, pero –después de tanto pensar resulta que no sabe qué decir al Bisojo, por lo que opta por desviar la charla hacia otros derroteros-…lo preguntaba por saber si hago los pedidos para la próxima sementera.

   -Pues claro, hombre, pero todavía es pronto pa hablar de posibles cantidades, espera a que pasen los calores.

   Julio sale de la entrevista enormemente enfadado, no tanto contra el viejo droguero sino contra sí mismo. Esperaba otra respuesta y no la que le ha dado el Bisojo, que al parecer no ha pensado nada, lo que puede suponer que su intención es que la situación siga como está: que continúe de dependiente con mismo  sueldo e idéntica comisión del doce y medio por ciento de los beneficios. Lo cierto es que con esas prestaciones, Julio debe de ser el dependiente mejor pagado de la ciudad, cualquiera se quedaría más que satisfecho con tales ingresos. Si a ello se añade lo que se embolsa de sus negocios con el Hurón, gana sus buenos dineros que están incrementando la cuenta que tiene abierta en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Badajoz. Debería bastarle, pero no es así. Cumplidos los 29, considera que con esa edad debería estar al frente de su propio negocio, ser su propio patrón y no un empleado. De ahí, su enojo por no haber sido más sutil, y al tiempo más categórico en su charla con el Bisojo. Le cuenta a su madre la frustrante conversación con el taimado droguero, en la que ha sido incapaz de sonsacarle lo que piensa hacer con la tienda.

   -El tío Elías no tiene intención de cambiar la situación actual. Lo que quiere es que todo siga igual. Y lo entiendo porque más que una tienda lo que tiene es un chollo, y ha sido gracias a mi esfuerzo. He conseguido que las ventas casi se dupliquen. He hecho crecer la cartera de clientes como nunca pudo imaginarse. Y además, he fidelizado a la mayoría de la clientela. Y con todo eso, ¿qué he conseguido? Que se quede con el 87,5 % de los beneficios sin aparecer por el negocio, mientras yo sigo siendo un triste empleado. Voy camino de los treinta y ninguno de mis sueños se ha visto cumplido.

   Pilar trata de remontar el abatimiento de su hijo.

   -No te amohínes, hijo, que no hay mal que cien años dure. Lo que debemos hacer es buscar una estrategia para forzar a Elías a que tome una resolución. Puesto que no tiene herederos naturales, nuestra meta debe ser conseguir que no tenga más salida que venderte o traspasarte la droguería. Y hablando de eso, ¿conoces a alguien del pueblo que pueda tener interés en comprar la tienda?

   -Hace tiempo se rumoreó que Manuel Galiana pretendía ampliar su ferretería con una sección de droguería, pero eso fue hace al menos cuatro años y desde entonces no he vuelto a oír nada al respecto.

   -¿Y algún terrateniente que quiera adquirirla como inversión o para buscarle un acomodo a alguno de sus hijos?

   -Madre, sabes tan bien como yo que los ricos de por aquí si compran algo son más fincas o más ganados, ¿pero una droguería?, lo dudo.

   -¿Podría comprarla alguna de las dependientas que tienes?

   -Lo preguntas en broma, ¿no? Entre las dos no alzan ni cien duros.

   -Entonces, si descartamos la existencia de otra persona que pueda estar interesada en la compra del negocio, y ante la ausencia de familiares que puedan hacerse cargo, solo resta un candidato, tú.

   -Esa parece la salida lógica, pero por lo visto el tío Elías no lo ve así. Su idea es que todo siga igual hasta su muerte, y cuando se abra su testamento ¡Dios sabe lo que puede ocurrir! Y no pienso esperar a que se muera para tener mi propio negocio. Y aunque bien no está, la artritis no es una enfermedad de muerte, puede durar muchos años.

   -De acuerdo, no le demos más vueltas. Lo que tenemos que hacer, desde ya mismo, es pensar una estrategia para forzar a Elías a que te venda el negocio.

   Mientras, en septiembre Julia Manzano ha comenzado sus estudios de cálculo y contabilidad con doña Pilar y se ha revelado como una alumna tan aplicada como cuando estudiaba bachillerato. Además de sus estudios, Pilar sigue empecinada en convertirla en una mujer modélica en todos los sentidos. Le ha pulido las destrezas que aprendió en su casa. Le ha costado convencerla, pero al fin ha logrado que la muchacha comprenda que lavar, fregar, planchar o coser se pueden hacer bien o mal, y que resulta más eficaz y rentable hacerlo bien que mal. Ahora le está enseñando a bordar y a coser a máquina. Además, le está transmitiendo un conjunto de habilidades que en su opinión toda mujer moderna debería conocer y, cuando llegue el caso, practicar. Le explica cómo debe vestirse, como conjuntar los colores y las distintas prendas, como debe  peinarse, más ahora que ha dicho adiós a sus trenzas de adolescente, y como debe comenzar a utilizar los primeros maquillajes de jovencita. Como la chiquilla tiene una cierta tendencia a cargarse de espaldas, le hace dar vueltas por la casa llevando un libro en la cabeza, lo que le obliga a caminar erguida. Y con la ayuda de su amiga Etelvina le está enseñando a cocinar, a preparar una mesa por si hay invitados de postín, a comprar y saber distinguir cuando un pescado es fresco o está pasado, a diferenciar las distintas clases de carnes…, un sinfín de enseñanzas que la maestra estima que, en los dos años que estará con ella, tendrá tiempo para enseñarle, sino todas sí la mayoría. Julia, que había comenzado con mal pie su relación con Pilar, ha terminado adorando a su maestra, y se ha convertido en cera blanda en manos de la aragonesa que hace con ella lo que hubiera hecho con la hija que no llegó a tener. Todo eso no le aparta de su meta principal que sigue siendo el futuro de su hijo.

   Tras mucho cavilar, madre e hijo intentan dar forma a un plan sobre cómo presionar al Bisojo para que se decida a vender la droguería a Julio.

   -Hemos de lograr que te venda o te traspase el negocio –reitera Pilar.

   -Eso habrá que matizarlo. Más teniendo en cuenta que el local de la tienda es de su propiedad.

   -¿Y eso qué supone?

   -En un traspaso se paga por los activos materiales e inmateriales, tanto del mobiliario, la decoración, las existencias, así como por los clientes que tenga el negocio, y el prestigio del establecimiento. Si Elías me traspasara la droguería habría que negociar todo ello más el alquiler del local.

   -¿Y crees que se avendría a traspasarte el negocio?

   -Lo que piensa el Bisojo es siempre un misterio, pero alguna posibilidad existe. Lo que veo más difícil es que acepte venderme el local. Sé que hace algunos años la familia Orellana pretendió comprárselo, pues ya son dueños de media manzana y necesitaban más metros de suelo porque pensaban construir un hotel. Y les dijo que nanay.

   -¿Los Orellana continúan con la idea del hotel?, lo pregunto porque si se enteran de lo mal que está el señor Elías quizá vuelvan a intentarlo.

   -No lo creo, en esa familia, como nadie ha doblado el lomo desde la Reconquista, se gasta más de lo que se ingresa y se rumorea que ahora están a dos velas.

   Pilar, mientras Julio le explica lo del traspaso, no hace más que dar vueltas a su magín sobre algo que cree que están haciendo mal.

   -De acuerdo con lo que dices, lo primero que deberíamos concretar es como logramos que Elías acceda a traspasarte el negocio –Repite una vez más y, aunque la droguería va a ser para el hijo, cuando tratan del asunto siempre hablan en primera persona del plural, como si fuera un negocio de ambos.

   -Ya lo he pensado, madre. Creo que la mejor opción que tenemos es amenazar al Bisojo conque o me vende el negocio o voy a montar por mi cuenta otra droguería y lo voy a arruinar. Porque la clientela, por decirlo de algún modo, es mía, no de él. Y si abriera tienda propia, estoy convencido de que la mayoría de los clientes se vendrían conmigo.

   -Esa opción me parece demasiado radical. No sabemos cómo puede responder Elías si lo pones entre la espada y la pared. Ten en cuenta que tiene muchos años y muchas mañas y te puede salir por donde menos lo esperas. O sea que, ¡ojo con el viejo que no es un pendejo! Vaya, me ha salido un pareado.

 

PD.- Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro II, Julia, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 70. El 98, un año de desastres