"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

martes, 16 de septiembre de 2014

4.38. Poderoso caballero es Don Dinero


   El caso Tornasol se ha convertido en un sumario interminable. Como ocurre en otros macroprocesos, la justicia española muestra su escasa cintura y flexibilidad y, sobre manera, su penuria en medios humanos y en recursos tecnológicos. Los legajos, por una parte, y los archivos electrónicos, por otra, se acumulan en los armarios y en los obsoletos ordenadores del Juzgado Central de Instrucción nº 2 de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. El magistrado Rafael Correa, titular de dicho juzgado, lleva al mismo tiempo que el caso Tornasol otros mediáticos procesos. El juez tiene fama de ser muy trabajador, pero la acumulación de sumarios es superior a sus fuerzas. Todo ello contribuye a que la conclusión del caso se diluya en el tiempo.
   Mientras la instrucción prosigue su inacabable camino, el juez instructor, el fiscal anticorrupción, las acusaciones particulares y los abogados defensores se recriminan unos a otros de ser los autores de las filtraciones de datos del proceso, lo que genera que el caso no desaparezca de las primeras planas de los periódicos y de los informativos de radio y televisión. Lo que ocurre con los medios y su forma de tratar el caso Tornasol es un claro exponente de la politización de la prensa pues según sea la tendencia política del medio así se presenta el caso. Los que se autoproclaman progresistas apuntan a que Tornasol solo es otro síntoma más de la corrupción en que están enfangadas las fuerzas políticas de la derecha. La prensa y televisión conservadoras dan información sobre el caso, pero acompañada siempre de otras noticias alusivas a casos de corrupción de partidos de la izquierda. Y los medios sensacionalistas reparten estopa, más o menos equitativamente entre todos. De lo que se trata es que no decaiga el interés por el culebrón procesal porque, para los medios, lo primero y más importante es seguir vendiendo periódicos o sumar puntos en la cuota de pantalla. 
   Otra consecuencia del inabarcable proceso es la suerte que corren los distintos protagonistas del mismo. Para empezar, Rafael Correa ha reforzado más si cabe su papel de juez-estrella, cuando sale o entra en la sede de su juzgado siempre hay una o varias cámaras que siguen sus pasos y los reporteros intentan por todos los medios lograr sus declaraciones. El fiscal intenta emularle, pero al ser considerado como una terminal del gobierno la prensa le presta escasa atención. Las acusaciones particulares consiguen sus cinco minutos de gloria cuando logran colocar alguna de sus denuncias en un medio de prestigio. Y los abogados defensores intentan boicotear a todos los anteriores al paso que engrosan su currículum al salir una y otra vez en la tele.

   Bien diferente es la suerte que corre la legión de testigos, imputados y acusados. Los que más salen en los medios, puesto que han pasado a ser los más conocidos, son los miembros del directorio de BACHSA. Han estado en prisión preventiva, pero están a punto de ser excarcelados. Sus abogados han conseguido crear un estado de opinión contra la medida argumentando que es contraria al principio del estado de inocencia, que pena a los acusados antes de que se haya demostrado su culpabilidad y que es poco menos que imposible reparar el daño que se les cause en el supuesto de que fueran declarados inocentes. Sin embargo la justicia, a la que se representa como una matrona con los ojos vendados, les va a excarcelar no por lo que diga la opinión publicada sino porque ha expirado el plazo máximo de dos años para mantenerlos en prisión preventiva, y el magistrado Correa estima que ya no hay riesgo de fuga ni de que puedan alterar o destruir pruebas. En el transcurso de ese lapso de tiempo, la empresa BACHSA ha presentado suspensión de pagos. Tiene un enorme capital invertido en bienes raíces, sobre todo inmuebles y solares, pero acusa una notable falta de liquidez. Por el momento esa suspensión es una situación concursal temporal mientras se llega a un acuerdo, bajo supervisión judicial, entre la empresa y los acreedores sobre el modo en que se pagarán las deudas. Esa decisión ha provocado el enésimo enfrentamiento entre los miembros del consejo de administración, a los que el tiempo transcurrido en prisión ha pasado factura, ahora están en la posición del sálvese quien pueda, algo que el consejero delegado reprocha a sus socios:
- Ahora no podemos estar a ver quién sale mejor parado de esta encerrona. Aquí vamos todos en el mismo barco, por tanto o nos salvamos juntos o nos iremos todos a la mierda – Oriol Bricart no se molesta en usar un lenguaje políticamente correcto.
- Una vez que que estamos en la calle lo que hemos de hacer es intentar reflotar la empresa. Primero, porque hemos invertido en ella la mayor parte de nuestro capital. Segundo, porque vamos a necesitar mucho dinero para sufragar los gastos de un proceso que presumo que será largo y complejo – opina Juan Antonio Cardona.
- Estoy de acuerdo con Juan Antonio, y por eso me preocupan las jodidas comisiones rogatorias que el cabrón del Correa ha mandado a medio mundo. Como empiecen a detectar las cuentas que tenemos repartidas por ahí nos pueden hacer un roto del carajo – afirma contundente Íñigo Arechabaleta.
- Estoy con vosotros en todo – tercia Rodrigo Huguet -. Cualquier cosa antes de volver a la trena. Y a todo esto, ¿qué pasa con los italianos? De momento son los únicos que se han salido de rositas.
- Y esperemos que sigan así, porque como les llame el juez vamos a tener otro frente del que preocuparnos – asegura Bricart.

   En el ámbito político, el macroproceso también ha provocado bajas. Los partidos con afiliados incursos en el caso Tornasol no han tenido más remedio que al final tomar medidas drásticas. Durante mucho tiempo estuvieron especulando en que una cosa era estar imputado y otra muy distinta ser acusado. Así, mientras los miembros del partido solo fueron imputados, la dirección nacional, tanto del PP como del PSOE, los mantuvieron en sus filas y en sus cargos. Cuando el magistrado Correa les pasó a la condición de acusados el curso de la situación cambió radicalmente. Ambas fuerzas políticas les dieron de baja en el partido y asimismo les pidieron que renunciaran a sus cargos. Alguno se resistió, pero al final ante la falta de apoyos no tuvieron otra que abandonar escaños y canonjías. Hubo una excepción: el consejero autonómico del Territorio aceptó dimitir de la consejería, pero se negó tajantemente a dejar su escaño como diputado autonómico.
   En el ciclo de conferencias populares que el profesor Pascual Tormo está dando en Senillar, uno de los asistentes cuenta que ha escuchado en la tele lo del consejero y pregunta a Tormo el porqué del proceder del político.
- Los últimos motivos que pueda tener el ex consejero no los conozco, pero lo más probable es que quiera continuar siendo diputado porque así mantendrá la condición de aforado – contesta Pascual.
- ¿Y eso de aforado qué es? – la pregunta era previsible en un auditorio tan escasamente culto.
- Es aforada aquella persona o cargo que goza de algún fuero, privilegio o derecho en materia de jurisdicción y … - Tormo se para, se acaba de dar cuenta de que ese no es el camino para que sus pueblerinos alumnos le entiendan y cambia su explicación a un modo más coloquial -. Mientras el ex consejero sea diputado tendrá el derecho a que le juzgue el tribunal superior de justicia de la comunidad, formado por varios magistrados,  y no el juez que está entendiendo ahora del proceso, tiene ese privilegio porque es aforado.
- ¿Y eso qué supone, que ese tribunal será más benévolo? – quiere saber otro.
   Antes de que Tormo tenga ocasión de responder, interviene otro de los asistentes:
- Lo que supone eso está más claro que el agua clara, si te juzga un solo juez puedes encontrarte con un digno de los que aplica la ley a rajatabla y te puede amargar la vida, pero si te juzgan varios siempre habrá alguno o algunos a los que se pueda untar o, por lo menos que sean fácilmente bizcochables.
- Ahora lo entiendo. Poderoso caballero es Don Dinero.