"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 17 de febrero de 2017

Capítulo 21. La CIA se apunta al sarao.- 106. Las preguntas empiezan a tener respuestas



   Grandal, en principio, no se planteó contar a sus jubilados amigos la conversación que sostuvo con Blanchard en la que analizaron las dos últimas novedades relativas al Caso Inca. Tras mucho pensarlo, decide hacerlo. Es grande la confianza que tiene en la capacidad analítica de sus tres compañeros del dominó, a pesar de su avanzada edad.
- El pasado sábado estuve hablando con los Sacapuntas – opta por no contarles que solo habló con Blanchard – y me contaron los últimos datos relacionados con el robo del tesoro y que, realmente, son sorprendentes.
- Del caso del robo a mí no me sorprende nada – asegura Álvarez que parece estar de buen humor -. Me recuerda a aquel viejo chiste en el que un aficionado a los toros contaba a otro, con la intención de tomarle el pelo, que aquella tarde iban a torear en la Monumental el Ministro de Industria, el Embajador de Inglaterra y el Arzobispo de Madrid. La respuesta del embromado fue: ¿y de que divisa son los toros? Pues yo, lo mismo. Cuentes lo que cuentes, esa sería mi pregunta: ¿de qué ganadería son los toros?
   Grandal cuenta a sus atentos oyentes los hechos en cuestión. El primero, la oferta hecha por un miembro de los servicios cubanos de inteligencia a un agente del CNI de que si el gobierno español, aunque estuviera en funciones, seguía apoyando decididamente las conversaciones de La Habana podría devolverse a España unas joyas que le pertenecían, presuntamente las piezas quimbayas robadas. El segundo, la instrucción emanada de la cúpula policial de que se parasen las investigaciones sobre el caso hasta nueva orden.
- Y ahora os pregunto: ¿qué análisis hacéis de estas dos noticias?
   Transcurren bastantes minutos mientras el trío digiere la información, hasta que el decano del grupo se arranca.
- Poniendo sobre el tapete el mensaje de los cubanos y la orden de parar las investigaciones, tenemos a cuatro posibles candidatos como presuntos autores del robo: las FARC, los gobiernos colombiano y cubano, y un hipotético cártel del narcotráfico – y Ponte repite los argumentos contados por el propio Grandal para descartar los tres primeros -…, por consiguiente, estoy de acuerdo contigo que ese desconocido cártel de narcos es quien tiene más papeletas de ser el autor del robo, perpetrado directamente por su gente o encargado a otra banda. Esto, a su vez, lo ligo con el tiroteo de Fuenlabrada sobre el que el amigo del CNI de Atienza contó que existía una alianza entre una empresa china del polígono, la familia gitana de los Corrochanos y uno de los cárteles más agresivos que quedan actualmente en Colombia, el llamado clan de los Varelas. Entonces… - y Ponte deja en el aire la frase.
- Entonces – Álvarez es quien recoge la tácita invitación de Ponte -, son los Varelas los que tienen más probabilidades de ser los autores del robo. ¿No es ahí adónde querías llegar?
   Aunque lo único que ha hecho Ponte es reproducir el razonamiento que hizo el propio Grandal, este le jalea:
- Manolo, te felicito. Creo que tu razonamiento es impecable. Y aceptando esa teoría, opino que tendríamos que extraerle todo el jugo posible. Supongamos que son los narcos quienes perpetraron el robo. Hay un dato que podría avalarlo: los que secuestraron a la profesora Martín-Rebollo para que autentificara unas piezas quimbayas eran latinoamericanos. Ahora bien, ¿cuál puede ser la conexión entre los narcotraficantes y la inteligencia cubana? Otros interrogantes: ¿qué sacan los narcos de que España apoye las conversaciones de La Habana?, ¿pueden estar los narcotraficantes conchabados con las FARC?, porque no creo que el gobierno colombiano esté también metido en el ajo y, pensándolo bien, tampoco el cubano aunque sean sus servicios de inteligencia los que hayan hecho llegar el mensaje al CNI – concluye el excomisario.
   Ballarín mete baza en el coloquio.
- Metidos en esa espiral de hipótesis, vamos a fabular sobre lo que podría haber ocurrido mezclando lo que sabemos con lo que imaginamos. Es conocido que las FARC se valen de algunos clanes de narcotraficantes para vender la coca que se cultiva en las áreas que dominan y en las que cobran el llamado Impuesto al Gramaje a otros grupos de narcos y de cocaleros. Ahí tenemos una interesada conexión entre la guerrilla y los narcos. Podría ser, podría ser – repite – que las FARC hubieran pedido a una banda de narcos que robaran el Tesoro Quimbaya, no para venderlo sino para presionar a España de que mediara ante el gobierno colombiano en el sentido de que las conversaciones que se mantienen en La Habana alcancen un resultado positivo. Y si eso ocurre, sean cuales fueren las cláusulas del acuerdo de paz, siempre supondrá un triunfo de los guerrilleros. Si aceptamos este argumento, se convierte en la respuesta a la segunda pregunta de Jacinto sobre ¿qué sacan los narcos de que España apoye las conversaciones de La Habana?
- Brillante, Amador – le felicita Álvarez -. Y si se me permite trataré de contestar al tercer interrogante de Jacinto. ¿Pueden estar los narcos conchabados con las FARC? La respuesta también está en la argumentación de Amador. El hilo que conecta a ambos grupos es el común negocio de la coca. Guerrilleros y narcos tienen negocios comunes que pueden verse alterados si el gobierno colombiano en lugar de optar por la paz, cediendo ante los narcoguerrilleros, decide seguir una política de exterminación de cualquier grupo armado que opere en su territorio. Las FARC se juegan que no se les tenga en cuenta los miles de muertos que llevan a sus espaldas y los narcos poder seguir con su fabuloso negocio. Resumiendo, narcos y FARC están conchabados.
- Luis, tu argumentación no tiene que envidiar nada a la mía – aplaude Ballarín.
- ¡Jo, macho!, esto parece un concurso de pelotas, pero como nadie ha contestado al primero de mis interrogantes voy a hacerlo yo – dice Grandal -. Preguntaba: ¿cuál puede ser la conexión entre los narcos y la inteligencia cubana? Por lo que he leído en internet, los contactos de las FARC con sucesivos gobiernos colombianos se remontan a principios de mil novecientos ochenta. Incluso se llegaron a firmar pactos, como “Los acuerdos de La Uribe”, rotos más tarde. Luego, a lo largo de la década de los noventa, durante la presidencia de Andrés Pastrana, el gobierno colombiano mantuvo continuas conversaciones con la guerrilla para logar un acuerdo de paz. Representantes de ambas parte llegaron a reunirse en varios países europeos. En esa época, incluso llegaron a entrevistarse el presidente Pastrana y Manuel Marulanda, el jefe histórico de las FARC. Hubo múltiples acuerdos que acabaron siendo rotos por una u otra parte, siendo la guerrilla la más activa en los rompimientos. Durante todos esos años fueron muchos los organismos internaciones que actuaron como mediadores en el conflicto, la OEA, la UE, el gobierno estadounidense, el Grupo de Río, etcétera, pero por unas u otras causas nunca se logró un acuerdo que fuera respetado por ambas parte – Grandal toma un buche de café que ya se quedó frío y prosigue -. En dos mil dos, es elegido presidente de Colombia Álvaro Uribe, decidido partidario de combatir frontalmente a los grupos violentos. La actividad de las guerrillas, entre las que también había que contar con las AUC o Autodefensas Unidas de Colombia, se incrementó, así como la conexión de los grupos guerrilleros con los narcotraficantes. A finales de la primera década del dos mil hubo fuertes tensiones entre Venezuela y Colombia, al acusar el gobierno de este país a Hugo Chávez, presidente venezolano, de amparar a las FARC. Todo siguió más o menos igual hasta la llegada al poder del actual presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que ya en el dos mil once manifestó a la guerrilla su intención de retomar las discusiones para lograr una paz duradera. Ello dio lugar al establecimiento de reuniones presenciales en Cuba de ambas partes en conflicto. Conversaciones que a fecha de hoy siguen manteniéndose y que, al parecer, tienen traza de llegar a buen puerto.
   Aprovechando que Grandal apura su segunda taza de café, Ponte le interpela.
- Jacinto, no te lo tomes a mal, pero la lección que nos estás dando sobre los problemas colombianos más o menos ya la sabemos, ¿por qué no das directamente la respuesta a tu primera pregunta?
- Tienes toda la razón. ¿Qué conexión puede haber entre las FARC y los cubanos? Para mí es evidente. El gobierno de los hermanos Castro es el más fuerte valedor de la guerrilla colombiana que siempre ha alardeado de su marxismo y que tiene a Cuba como referente de esa doctrina política en el continente americano. Un triunfo de las FARC es tanto como un triunfo de la política cubana. Esa es la conexión.
- Entonces, solo nos falta cerrar el círculo que ha iniciado Jacinto con sus preguntas – afirma Ponte -. ¿Quién empieza a cerrarlo?