"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 26 de diciembre de 2014

2.5. El que más chifle, capador



   La Comunidad de Regantes de la Marina de Senillar, que es el nombre con el que ha sido bautizada sindicalmente la entidad que agrupa a los arroceros, está que echa las muelas. Para mayo los campos deberían de estar listos para plantar el arroz, pero antes hay que prepararlos y para eso necesitan que por las acequias y canales discurra el agua, pero ¡no hay motorista! Julio Bosch, a quien han elegido vicepresidente de la comunidad, recibe el encargo de dar una especie de ultimátum a los dos prebostes locales que se disputan quién de sus patrocinados será el encargado del motor.
- No es por quitarme el muerto de encima, pero soy la persona menos indicada para esta embajada – se excusa Julio -. Con Gimeno no tengo ningún problema en hablar, pero con Vives es otra cosa. Tuvimos una fuerte agarrada el año pasado por culpa de un permiso de obras para ampliar mi almacén.
- Hagamos una cosa – dice el presidente de la comunidad -, tú hablas con José Vicente y yo lo haré con Paco, a ver si de una puta vez se ponen de acuerdo.
   Bosch va a visitar a Gimeno y, antes de que pueda abrir la boca, éste le ataja:  
- Julio, supongo que vienes a hablarme de lo del arroz, ¿no? Estoy del dichoso asunto del motorista hasta la coronilla.
- Pues no te puedes figurar como estamos los arroceros. Porque quienes nos jugamos los cuartos somos nosotros.
- Te recuerdo que también tengo una parcela.
- Sí, pero se nota poco. Mira, José Vicente, nos da igual que el motorista sea tu patrocinado, el de Vives o Perico de los Palotes, pero esto no puede continuar así. Ten en cuenta que el que más y el que menos ya contratamos los tractores y las caballerías para roturar los campos y algunos hasta apalabramos la compra de plantel. Hay muchos miles de pesetas en el alero y todo se puede ir al cuerno si Paco y tú no llegáis a un acuerdo. Algo que, si te he de ser sincero, no comprende nadie porque os comportáis como niños en vez de tíos que se visten por los pies.
- Julio, no me calientes los cascos. Otras veces he transigido, pero esta vez no me da la gana. Aquí, o jugamos todos o se rompe la baraja. He ofrecido que el motorista no sea mi candidato, estoy dispuesto a negociar otro nombre de consenso, pero el cabezota de Paco no se cansa de proclamar a los cuatro vientos que el motorista o es su apadrinado o no lo será nadie. Como comprenderás, así no hay negociación que valga. Y puestos a ser tercos, pues a ver quién es más.
- Pero, José Vicente, ¡por Dios y todos los santos! No puede ser que por una cabezonada, me da igual que sea de Paco que tuya, estéis dispuestos a causar un daño tan grande. Esto nos perjudicará, pero no solo a los arroceros, sino a todos y a los que más a vosotros dos.
- Pues así están las cosas. El que más chifle, capador.

   La entrevista del presidente de la comunidad de regantes con el alcalde discurre por parecidos derroteros, solo que es más bronca. Vives no da su brazo a torcer e insiste, una y otra vez, que la creación del coto arrocero ha sido idea suya y que, por consiguiente, debe de ser él quien decida la persona que será el motorista.
   Dándole vueltas al asunto los arroceros llegan a la conclusión de que el único camino que tienen para resolver el problema es recurrir al Gobierno Civil. Uno de los propietarios comenta que un pariente suyo conoce al Fiscal Jefe de la Audiencia Provincial, que fue compañero de facultad del Gobernador, por su mediación tratan de que el mandamás provincial les reciba. La gestión se salda con éxito parcial. El poncio no les recibirá, pero si cita, urgentemente y por separado, tanto al alcalde como al jefe de Falange.
   Esta vez Vives está convencido de que se va a llevar el gato al agua. El proyecto del coto arrocero ha sido realmente una iniciativa suya y tiene datos y documentos que así lo prueban. Además, Paco considera que la serie de obras que se han llevado a cabo en el pueblo durante su mandato es el mejor de sus avales y en ese sentido prepara la reunión con el Gobernador. Le hará un relato pormenorizado de todo lo realizado. El presentimiento que tiene Vives de que esta vez puede terminar con Gimeno se convierte en euforia cuando se entera de que el mandatario le va a recibir antes que a su adversario político.

   La reunión con el Gobernador discurre por unos cauces muy distintos a los que había previsto Vives, ni siquiera llega a abrir la cartera en la que guarda la documentación que acredita el amplio listado de obras efectuadas. La entrevista se tuerce desde el primer momento, el alcalde está empeñado en mostrar los documentos recopilados, en cambio el Gobernador solo quiere que le hable de cuál es la verdadera causa de su enfrentamiento con Gimeno.
   Al poncio no le entra en la cabeza que haya una pelea a cara de perro entre ambos políticos por decidir quién va a ser la persona que maneje un motor para regar unos campos de arroz. El gerifalte sabe que su experiencia sobre los avatares de la política local es nula, es su primer gobierno civil, pero el motivo le parece tan surrealista como poco creíble, de ahí su interés en desentrañar las auténticas raíces de la pugna. Paco termina haciéndose un lío intentando explicar lo del coto arrocero y el problema del motorista. Tras la entrevista, tan frustrante para Vives como desconcertante para el Gobernador, éste llega a la conclusión de que el alcalde no es más que un pueblerino con una verborrea confusa y con evidentes ganas de aplastar al que parece que es el origen de todos los males que afectan al pueblo: el jefe de Falange, de quien pide expresamente su cese fulminante. Habrá que ver si éste tiene mejor pinta porque en caso contrario piensa que lo mejor será cesarlos a ambos.

   Gimeno se ha tomado muy en serio la preparación de la entrevista con el Jefe Provincial, intuye que el resultado de la misma puede ser decisivo para su futuro político. Lleva lo que cree ser un comodín y que se lo facilitó Severino Borrás, el actual oficial mayor del Ayuntamiento, cuando en una charla se refirió de pasada a los antecedentes políticos de los dos candidatos a motorista. El Gobernador se encuentra con un hombre joven, que parece bastante preparado y con una habilidad dialéctica notable. José Vicente no le enseña documentos ni le expone los problemas del coto arrocero ni siquiera habla mal del alcalde; al contrario, lo califica como una buena persona, lleno de loables intenciones, y que si tiene que ponerle algún pero es que carece de tacto político y de sentido de la oportunidad histórica. Y Gimeno prosigue su exposición por donde menos podía esperar el poncio: por la senda de la política internacional.
- … y en un momento como el presente en que el mundo se debate en una guerra cuyos resultados pueden ser decisivos para nuestra Patria, ¿qué deberíamos de hacer los españoles?, ¿cómo enfrentarnos a problemas casi irresolubles? Tenemos dos opciones: una, tirando cada uno para un lado y no siguiendo las directrices que marca nuestro invicto Caudillo; la otra opción es unirse como una piña y seguir con fe ciega el camino que nos muestra el Generalísimo. Esa es la alternativa de la victoria segura y para seguir esa opción es absolutamente necesario que los hombres, que estamos comprometidos con el Movimiento, demos un paso al frente y seamos un ejemplo para el resto de los ciudadanos. Para ello lo primero es saber quiénes son los individuos comprometidos con la Causa más allá de la posesión de un carné…
   El Gobernador sigue la exposición de Gimeno cada vez más interesado. Piensa que allí tiene a un lugareño hablando de política internacional con el mismo desparpajo que si fuera Ministro de Asuntos Exteriores, pero lo que más le intriga es saber cómo diablos va a relacionar los problemas exteriores del país con una intrascendente lucha por el poder local, porque tiene claro que ese es el nudo gordiano del problema. ¿Por dónde saldrá?, tendrá que echarle imaginación. José Vicente, que ha intuido que se ha hecho con la atención de su jefe, prosigue su exposición, mientras el poncio se dice que por muchos años que esté en el Gobierno Civil nunca llegará a entender los intrincados vericuetos por los que transita la política de los pequeños municipios.