"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

martes, 26 de enero de 2016

10.12. Está a punto de partir palletes con su mujer



   Martín Esteller levanta la cabeza al oír la campanilla que suena cuando la puerta de la barbería se abre. Para su sorpresa quien acaba de entrar es el veterinario.
- Buenas tardes, don Alfonso, ¿cómo usted por aquí? – le saluda el barbero.
- Buenas tardes, Martín y la compaña. He venido a que me corte el pelo.
- No tenía por qué haber venido, ya se lo cortaré mañana cuando vaya a afeitarle.
- Mañana no estaré, me voy de viaje.
- Si es así, en cuanto termine con el señor Eugenio me pongo con usted. Solo van a ser unos minutos.
   En cuanto Grau ocupa el sillón del rapabarbas, Esteller comienza a darle palique siguiendo su inveterada costumbre.
- Así que de viaje, eh… – El barbero está a punto de preguntar que adónde, pero se contiene. El veterinario es uno de sus más distinguidos clientes y no es cuestión de incomodarlo.
   Grau, que le conoce bien, ha percibido la indecisión del fígaro y opta por complacerle. Al fin y al cabo, su viaje no pasará inadvertido y sabe, por experiencia, lo que disfruta el peluquero enterándose de los chismorreos más nimios.
- Voy a Faura – Ante el gesto de ignorancia de Esteller, completa la información -. Es un pueblo que está en la comarca del Campo de Morvedre, al lado de Sagunto.
   Por un momento, Grau está tentado de explicarle también al barbero el motivo de su viaje, pero en última instancia decide que será más prudente no contar más, sobre todo por si su plan no cuaja. Ha dicho una verdad a medias. Se desplaza a esa localidad y al contiguo pueblo de Benifairó de les Valls, a conocerlos y a hablar con las autoridades, porque ha quedado libre la plaza de veterinario, cuya demarcación abarca ambas localidades, y ha pensado solicitarla. Son pueblos más pequeños que Senillar, pero tienen la gran ventaja para él de que están cerca de Puzol, que es donde ahora viven los padres de Beatriz. Ha convencido a su novia para que pida la excedencia y prosiga los estudios de Filosofía y Letras en Valencia. Lo que aún no le ha confesado, pero tiene en mente, es que en cuanto se haya instalado, si es que consigue la plaza, va a pedirle que se casen. Interrumpe su soliloquio al percatarse de que Esteller está preguntándole algo.
- Perdone, Martín, pero estaba distraído. ¿Qué me preguntaba?
- Me refería a lo de la ONU. ¿Qué le parece? Se lo pregunto porque es una de las pocas personas con quien puedo hablar de esos poblemas. Aquí no creo que se haya enterado nadie de que han admitido a España, y además por goleada, y si lo saben seguro que les importa una higa porque el asunto no va con ellos.
- Es natural, bastante tienen con sus propios problemas y con los del resto del país, que no son pocos.
- Ciertos son los toros. En España hay problemas – Esteller es rápido aprendiendo a mejorar su léxico - para dar y tomar y aquí también tenemos los nuestros, pero al menos en el pueblo no escasea la comida ni el trabajo. Y cambiando de tercio, ¿ahora que se va a ir Gimeno, quién cree que tomará las riendas del carro?
- Martín, le recuerdo que el experto en cuestiones locales es usted, yo solo sigo siendo un forastero.
   Al barbero le ha encantado la respuesta de su cliente. Y se lanza a exponer su opinión sobre el posible devenir del futuro. En el pueblo está a punto de ocurrir un cambio capital: la desaparición de quien durante años ha sido el cacique local. Lo que no está muy claro es quien le va a suceder, porque a un cacique solo le sucede otro. Ese aparente e importante vuelco político y el tiempo transcurrido desde que terminó la guerra civil tendrían que haber producido cambios relevantes en la sociedad senillense, sin embargo da la impresión de que todo sigue como siempre.
- O sea, que una vez más parece que va a cumplirse la máxima lampedusiana: es necesario que todo cambie para que todo permanezca igual – sentencia el veterinario.
   Esteller está en un tris de preguntar qué demonios quiere decir eso de lampedusiana, pero prefiere dar un nuevo giro a la charla.
- ¿Y qué me dice de cómo está creciendo el turismo? Sin ir más lejos, tanto en Albalat como en Benialcaide cada estío hay más veraneantes, hasta extranjeros y todo se ven. Se están construyendo apartamentos y hoteles a toda pastilla.  Y todo eso va a suponer un río de dinero para nuestros vecinos. En cambio aquí, ya ve, nadie mueve un dedo para meter a nuestra Marina en el negocio turístico.
- Pues si sus paisanos no se despabilan mal asunto. Hay una vieja máxima que dice: o crece o muere.
- Pues aquí de crecer poquito, poquito o, si me apura, más bien nada.
- Siendo bien pensados, Martín, quizá lo que ocurra es que la mayoría de sus convecinos opinen que no merece la pena crecer. ¿Para qué se dirán? Si están convencidos de que viven en la millor terreta del mon como suelen repetir con frecuencia.
- Eso, como usted sabe mejor que yo, es una chorrada y en el mejor de los casos solo propaganda. Es como cuando dicen eso de Madrid al cielo. No son más que frases hechas para que las repitan los simplones que son los que más abundan en este pueblo; bueno, aquí y en todas partes. Aunque le acepto, don Alfonso, que hay mucha gente que cree que esto es poco menos que el paraíso terrenal, pero luego de atar los perros con longanizas na de na. Aquí, como en toda tierra de garbanzos, o doblas el lomo o nadie te lleva el pan a casa.
- Martín, siempre he pensado que la filosofía ha perdido con usted a todo un pensador – comenta Grau con gesto grave para que el peluquero no se mosquee. A un hombre con una navaja barbera en la mano es mejor no importunarle.
- Perdone que se lo diga, don Alfonso, pero usted es un bromista. Filósofo yo que solo soy un barbero de pueblo. Y volviendo al asunto anterior, ¿qué opina de la marcha de José Vicente Gimeno?
- Pues que quiere que le diga – Grau que conoce a sus clásicos no quiere meterse en el charco de la política local, no obstante decide recoger el envite pero dando una respuesta de tipo más personal que política -. Eso un asunto de índole particular y si a Gimeno le han ofrecido un puesto, como se rumorea, que es mucho mejor que la secretaría de la cooperativa lo natural es que lo acepte – y añade pensando en sí mismo -. Todo el mundo desea progresar, es lo más natural del mundo. Por cierto, ¿se confirma que lo nombran para el Sindicato de Hostelería?
- Sí señor, parece que será el jerarca del Sindicato de Hostelería y Similares, que ese es su nombre completo. Y ya ve usted lo que es la vida. Cuando ese hombre comienza una nueva carrera y que parece que todo le va de dulce va a tener que tragarse el sapo de estar a punto de partir palletes con su mujer.
- ¿Qué es eso de partir palletes con su mujer? – pregunta Grau.
- Así es como llamamos aquí a romper una relación – aclara el rapabarbas -. No me diga que no sabía usted que José Vicente y Lola están a punto de romper, eso si no lo han hecho ya.
- Es la primera noticia que tengo y, si fuera cierta, bien sabe Dios que lo sentiría, por ambos, porque son una pareja a la que aprecio – La tristeza de Grau ante la noticia parece auténtica -. ¿No será un calentón de esos que te pillan de improviso, pero que al final terminan solucionándose? Porque todos los matrimonios atraviesan por malos momentos.
- Según se cuenta en todos los corrillos no se trata de una situación de esas de pelillos a la mar que aquí no ha pasado nada, parece que la cosa es mucho más grave. Claro que solución tiene, todo es cuestión de apechugar con los cuernos.
- ¿Apechugar con los cuernos, pero que me dice?