En la denuncia presentada sobre presuntas
irregularidades en el proceso urbanizador de Senillar la acusación es por
defraudaciones y maquinaciones para alterar el precio de las cosas con grave
perjuicio patrimonial para un número indeterminado de empresas e individuos
particulares. La denuncia también recoge la existencia de presuntas
infracciones de especial trascendencia al ser cometidas por funcionarios públicos
en el ejercicio de sus cargos.
A la vista de todo lo anterior, la denuncia
es admitida a trámite por la Fiscalía Anticorrupción que asume la
investigación. Los
primeros indicios apuntan a graves delitos tales como blanqueo de capitales, fraude
fiscal, cohecho y tráfico de influencias. La tercera entrega de documentos
publicados por el diario El Mundo complica mucho más la situación procesal,
puesto que parece confirmar la implicación en la presunta trama delictiva de
una serie de funcionarios públicos y de políticos de distintos lugares del
país.
La primera reacción de los diversos
personajes que, de un modo u otro, pueden estar afectados por las
investigaciones de la Fiscalía es muy variada. Los empresarios parecen más
preocupados por el recurso contencioso-administrativo presentado por los
ecologistas que, aún sin haber sido resuelto, ha conseguido parar por el
momento las obras en la Marina.
- ¿Qué recorrido
puede tener esa investigación? ¿Lo has hablado ya con los de la asesoría
jurídica? – pregunta el consejero delegado de BACHSA a su socio Juan Antonio
Cardona.
- Por ahora, el
resultado es incierto. Dicen los letrados que dependerá mucho del fiscal que se
encargue de la instrucción y de los indicios que encuentre – responde Cardona.
- En Italia pasa lo
mismo – afirma il signore Montofarni,
quien añade - I giudici sono corrotti.
- ¿Y crees qué pueden
encontrar indicios inculpatorios? – inquiere Huguet.
- No creo, salvo que haya
por ahí algún majara que esté dispuesto a incriminarse – puntualiza Cardona.
- Pero lo cierto es
que hemos untado a un montón de gente, entre otros a los del Ministerio, las
Consellerías de Medio Ambiente y Territorio y a los del Ayuntamiento, el actual
y el anterior – reconoce candorosamente Huguet.
- Amigo Rodrigo, si a
todos los colegas que andan metidos en la construcción, y que han tenido que
engrasar a los políticos para recalificar terrenos u obtener con rapidez
permisos de obras, les hubiesen investigado, el gremio de constructores estaría
en cuadro, quedarían cuatro mal contados en todo el país pues – pontifica
Arechabaleta echando mano de su peculiar ironía.
Los políticos también están, aparentemente,
tranquilos, salvo los del ámbito municipal que, quizá por su falta de
experiencia en las lides judiciales, sienten un cierto temor ante la
intervención de la justicia. Los implicados locales en el proceso urbanizador
mantienen una reunión para intercambiar informaciones.
Falta uno de los
convocados: Agustín Badenes. Es por quien primero preguntan los asistentes:
- ¿Y Agustín, por qué
no está? – inquiere Amador Garcés.
- No sé nada de él –
responde José Ramón Arbós -- No he podido ponerme en contacto. No contesta al
móvil y su esposa dice que no sabe nada ni quiere saberlo. En cuanto a sus
compañeros de Cajaeuropa solo me han informado que la caja le ha dado una baja
temporal y no saben más. En todo caso, con Badenes o sin él aquí de lo que se
trata es de ver como salimos de ésta.
- A mí no me llega la
camisa al cuerpo – confiesa atribulado el alcalde.
- Tranqui, Javier –
le anima su correligionario Arbós -, en este puñetero país si hay algo que no
funciona son los tribunales. Ya lo dijo aquél que fue alcalde de Jerez, que la
justicia es un cachondeo – Lo que no cuenta Arbós, ni siquiera lo ha hecho a su
socio Garcés, es que, siguiendo el consejo de su familia, ha abierto cuentas
bancarias, tanto en Andorra como en Suiza, donde ha puesto a buen recaudo gran
parte de su fortuna.
- Pues yo no las
tengo todas conmigo – asegura el concejal de urbanismo -. De momento lo de la
Marina está parado y eso se nota. En mi restaurante estamos sirviendo menos de
la mitad de los menús que hace unas semanas. Mucho cachondeo con la justicia,
pero a quienes nos están tocando los huevos es a nosotros.
- Que se metan los
tribunales por el medio nunca es bueno. Recordad la maldición de la gitana:
pleitos tengas y los ganes – afirma Garcés.
La seguridad de que parecen hacer gala los
constructores se desvanece como un azucarillo en un vaso de agua, al tiempo que
los iniciales temores de los ediles se confirman. Ya en la primera fase de la
instrucción, la Fiscalía descubre indicios de que no se trata de una acción
individual, aislada de un funcionario determinado, sino que se trata de un
grupo organizado que produce o puede producir grave perjuicio patrimonial,
tanto a una generalidad de personas como a empresas y a la Hacienda Pública. Y
no solo en la Comunidad Valenciana y comunidades limítrofes, sino en otros
ámbitos del territorio nacional. Por ello, la Fiscalía Anticorrupción pasa el
caso a la Audiencia Nacional, dándole cuenta de las actuaciones ya practicadas.
Admitido el caso por
la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, por el sistema de reparto, y no
deja de ser una sospechosa coincidencia, el expediente es adjudicado al Juzgado
Central de Instrucción nº 2, encomendado al magistrado Rafael Correa, uno de
los jueces estrella que brilla con luz propia en dicho tribunal y que es más
conocido por su continua aparición en los medios que por la solidez de sus
instrucciones.
Definitivamente parece que el melón está
abierto y que se abrirá todavía más. Las actuaciones judiciales se precipitan. Al
parecer, la Fiscalía cuenta con un misterioso testigo, cuya identidad protege
celosamente, que está proporcionando
un torrente de nueva y candente información. Como consecuencia de ello, la
Policía Nacional se persona en la sede de BACHSA y registra sus oficinas en una
operación abierta por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF). Al
día siguiente, el mismo equipo policial registra las dependencias del Ayuntamiento de Senillar por su probable
implicación en el caso. También se registran varias empresas de la localidad.
Según informan los medios parece que los registros se están centrando en el
área de urbanismo.
Naturalmente, el registro efectuado por la
policía, tanto en las oficinas de BACHSA como en las dependencias del
Ayuntamiento de Senillar y en algunas empresas locales, provoca un alud de
informaciones, bulos, exageraciones, medias verdades… El caso está en boca de
todos. Los periódicos lo convierten en noticia de primera plana y los
informativos, tanto televisivos como radiofónicos, ofrecen toda clase de programas en los que mezclan
la información con la opinión, el dato riguroso con el comentario a vuela
micrófono sobre la suerte que pueden correr los presuntos implicados en lo que
ya es un escándalo mediático, urbanístico, político y lleva también visos de
serlo judicial.
En un pueblo como Senillar, en el que de
ordinario ocurren escasos sucesos, un acontecimiento del fuste de la operación
policial ordenada por la Audiencia Nacional sobre la, todavía, supuesta trama
de corrupción se convierte en la diana a la que disparan todos los chafarderos
locales y hasta los que no lo son. En
el tajo donde curra Sergio naturalmente también se chismorrea sobre el caso. De
hecho, más que en otros sectores pues, aunque son ajenos al caso, sus efectos les pueden alcanzar de lleno.
- Estudiante, tú que
tienes letras, al follón del choriceo de las recalificaciones y que lleva ese
juez que sale tanto en la tele, ¿por qué le han puesto el nombre de Tornasol? –
quiere saber uno de los peones.
Sergio, por toda respuesta, se encoge de
hombros y niega con la cabeza. No está para muchas historias, lleva varios días
sin pillar una mala papelina y está descompuesto. Es Dimas quien da cumplida
respuesta:
- Cuando la policía
comienza una investigación de cierto calado suele ponerle un nombre que,
necesariamente, no es preciso que guarde alguna relación con lo que investiga.
En este caso le han puesto operación Tornasol. ¿Por qué? Vaya a usted a saber,
habría que preguntarlo a los maderos – sentencia.
Lo que el capataz jefe desconoce es que la
denominación no es tan fortuita como podría creerse, guarda alguna relación,
aunque circunstancial, con los hechos que se investigan, pues al parecer en un
hotel del mismo nombre fue donde el desconocido informante, cuya identidad
sigue sin ser facilitada, comenzó a proporcionar a la UDEF las informaciones
más reveladoras.