La empresa de mercadotecnia que trabaja para
BACHSA ha terminado de diseñar el plan estratégico para contrarrestar las
posibles protestas y manifestaciones en contra de la urbanización de la Marina
y vuelve a presentarlo al consejo directivo. Hace la presentación del plan el
experto en marketing:
- En
primer lugar quiero contestar a las preguntas que formuló Arechabaleta en la
anterior reunión y que quedaron sin respuesta. Los logotipos que figurarán en
la muestra no serán los de BACHSA ni de MUCSA, sino los de la empresa que
organizará el evento. Logotipo que también lucirán las azafatas. Si alguien les
plantea una pregunta incómoda o comprometida se limitarán a responder, con la
mejor de sus sonrisas, que sus jefes solo les han facilitado información sobre
el contenido de la muestra, pero que toman buena nota de dichas cuestiones y
que la trasladarán al correspondiente departamento técnico que, en su momento,
se encargará de contestarlas; otra posible respuesta será que para una mayor
información tendrán que acudir a los organismos oficiales. No es que sean
soluciones que taponen todas las vías de agua que puedan surgir, pero son las
mejores que hemos ideado dado el escaso tiempo del que hemos dispuesto.
- Por
cierto – aporta Cardona -, ya que Bernabé cita a los organismos oficiales,
estamos haciendo gestiones en Valencia para que algún conseller o, al menos, el presidente de la Diputación inaugure la
muestra. Está en ello nuestro amigo Gaspar Moltó.
- Veo
una laguna en el plan que si no se esclarece no hará más que acrecentar los
bulos sobre nuestros proyectos. Me explico – abunda Huguet -. Imaginar que un tipo pregunta a la azafata
de turno quien ha contratado a su empresa para organizar la muestra. Si
contesta que no lo sabe, la gente empezará a sospechar la existencia de manos
negras, de intereses ocultos, de Dios sabe qué. Por supuesto, también
sospecharán que detrás de todo ello estamos nosotros y que si no damos la cara
es porque nuestras intenciones no son ni limpias ni honestas.
El consejo queda en silencio, el
planteamiento de Huguet ha sacado a la superficie uno de los muchos puntos
débiles del plan y por ese portillo se puede colar una turbamulta de sospechas,
temores y recelos. El mutismo se espesa, hasta el experto en mercados muestra
algún signo de desconcierto, y así se mantiene hasta que Arechabaleta lo corta:
- ¡Vaya
rejón que acabas de meter por todo lo alto, Rodrigo! Pues así, a bote pronto,
se me ocurre que ¿por qué no ponemos cómo promotor a los robaperas del Ayuntamiento?,
pues.
- Si
trasladamos el problema a los membrillos del Ayuntamiento podemos hacer un pan
como unas hostias – opina Bricart echando mano del lenguaje barriobajero al que
tan aficionado es.
-
Estoy de acuerdo con Oriol. ¿A ver qué os parece esta otra propuesta? Ponemos
como promotores de la muestra a la Asociación de Empresarios de Senillar –
tercia Cardona.
- Ah,
pero ¿existe esa asociación? – se sorprende el técnico.
- No,
pero si hace falta la creamos – responde rápido el autor de la propuesta.
- ¿Y
quiénes la dirigirán? Porque a quienes figuren como gerifaltes será a los que
plantearán las peguntas que o no tienen respuesta todavía o sí la tienen mejor
es no darla – precisa Huguet.
- A
ver. Estoy pensando en voz alta – confiesa Cardona -. Por tanto, coger lo que
digo con todas las reservas. Montamos esa asociación que se me acaba de ocurrir,
que por supuesto tendremos que financiarla aunque nos saldrá barata, y ponemos
al frente de ella a nuestros hombres en Senillar. Amador es mucho más listo que
todos los melones del Ayuntamiento y en cuanto a José Ramón, como de su familia
han salido los caciques del pueblo desde hace ni se sabe cuántas generaciones,
la gente le trata con cierto respeto. Garcés sabrá eludir o darle una larga
cambiada a las preguntas comprometidas. En cuanto a Arbós se lo pensarán dos
veces antes de ponerle en un aprieto. ¿Qué os parece?
Después de una amplia discusión, el consejo
acepta y aprueba la propuesta de Cardona y certifica el acta de nacimiento de
AESE, Asociación de Empresarios de Senillar. Su presidente será José Ramón
Arbós y el secretario general Amador Garcés. El experto en marketing lleva en cartera
otra propuesta:
-
Hablando de asociaciones, precisamente tenía pensado poner en marcha otra que
podría llamarse algo así como Asociación de Jóvenes Trabajadores de Senillar. Estaría
integrada por jóvenes del pueblo cuyo rasgo común sería precisamente ese, ser
trabajadores, se sobrentiende que manuales. Podría convertirse en una
formidable arma que contraponer a los chavales que protestan y que son casi
todos estudiantes. Esa asociación estaría, por supuesto, a favor de todos los
planes de desarrollo y urbanismo que se llevan a cabo en la localidad y que se
puedan acometer en el futuro. Naturalmente, como en el caso de la entidad
propuesta por Juan Antonio, esa agrupación estaría organizada, financiada y
teledirigida por nosotros. Como presumiblemente hay muchos más jóvenes en el
mundo laboral que en el de los estudios, el número estaría a nuestro favor. Y
no solo el número, la gente de los pueblos se inclina más a creer en las posturas
y propuestas de chicos que son como ellos, es decir trabajadores, que en las de
los que no lo son.
-
Estudiar también es un trabajo – puntualiza Huguet.
- Por
supuesto, pero en los pueblos, donde siempre ha primado el trabajo físico, lo
de estudiar sigue viéndose como algo propio de los hijos de las familias
pudientes, de los ricos de siempre, vamos. En cambio, un chico o una chica que
trabajen manualmente es algo que todos comprenden y consideran porque la
mayoría de los adultos en su día hicieron lo mismo.
Arechabaleta, que está haciendo gestos
negativos, pregunta:
- ¿Y
de dónde vamos a sacar a unos tíos que, además de currar, quieran pertenecer a
esa asociación?
- Eso
también está previsto, los sacaremos de las obras – es la respuesta del
experto.
-
¡Pues vaya negocio! ¿Nos estás proponiendo que saquemos a los chicos del tajo y
los metamos en esa especie de club revienta pelotas de los protestones? Manda
carallo, como diría el gallego de mi cuñado. Como todas tus ideas sean de ese
calibre vamos de culo – enfatiza Bricart con sus habituales malos modos.
- No
te subas a la parra tan pronto, Oriol, y deja a Bernabé que nos cuente todo el
plan – le amonesta Cardona.
- Por
descontado que los obreros seguirán en los tajos. Solo en ocasiones muy
puntuales cogeremos algunos para que hagan número y ruido o que sirvan para
nutrir una contramanifestación. Su ausencia en la obra, que modularemos
debidamente para que nunca se convierta en gravosa para vuestros costes, os
saldrá muy beneficiosa si mediante su colaboración conseguimos desactivar al
grupito de los revoltosos.
- Ah,
bueno, esa es otra historia – admite Bricart.
- Solo
habrá una excepción – concreta el experto -. Cuando veamos cómo funcionan
nuestros muchachos rompeprotestas, escogeremos un par de ellos, los más
inteligentes y astutos, para que sean los líderes de la asociación. Esos sí que
deberán dejar el tajo, mientras duren los problemas, y dedicarse full time al trabajo de la agrupación.
- O
sea que van a ser como los liberados sindicales, ¿no es eso? – apunta Huguet.
- Más
o menos, pero con la característica de que no serán los sindicatos quienes los
manejen, sino nosotros.
- Es
de lo más cojonudo que he oído últimamente. Bernabé, retiro mis palabras de antes,
tienes unas ideas del copón – aplaude Bricart.
Con la aprobación del consejo aparecen dos
nuevas asociaciones en el limitado mundo de las entidades cívicas de Senillar:
AESE y AJOTSE, ambas tienen el mismo padre e idéntico fin que no es otro que
salvarle el culo al poderoso mundo del ladrillo que únicamente teme a una
acción: la protesta social y su eco mediático.