Se acabó el veraneo para mí. He dejado las
tranquilas y escasamente pobladas playas de Torrenostra en el Mediterráneo
valenciano y he vuelto a Madrid. He encontrado la ciudad como siempre: mucho
sol, las aceras atestadas de viandantes, la almendra central de la ciudad
repleta de extranjeros que se lo quieren comprar todo, y los viales saturados
de automóviles. Parece que nada ha cambiado, hasta seguimos sin gobierno, algo
que a los ciudadanos no parece quitarles el sueño; a mí tampoco.
Tengo noticias que darles. No me acostumbro
a tutear a mis lectores, al fin y al cabo no les conozco y me educaron para
tratar de usted a los desconocidos. A lo que iba, Una playa demasiado tranquila está llegando a su fin. Quedan por
publicar 10 episodios, lo que supone 10 semanas. Por tanto, el 15.11.19 colgaré en este blog el último episodio de la novela y conoceremos el desenlace del enigma
de la muerte de Curro Salazar, verdadero protagonista de la novela tanto
mientras vivió como después de haber fallecido. Jacinto Grandal, el
coprotagonista junto a la panda de sus jubilados amigos, nos revelará lo
realmente que ocurrió en la habitación del antiguo sindicalista el día de 15 de
agosto de 2016.
Y reitero otro anuncio que he ido haciendo
en los últimos posts informativos que he ido colgando: tras el episodio final
de Una playa demasiado tranquila y sin
solución de continuidad comenzaré a publicar, también los viernes, las primeras
entregas de mi próxima novela por episodios
cuyo título provisional, que quizá termine siendo definitivo, es Los Carreño, también a razón de un
episodio por semana.
Los Carreño es una novela totalmente diferente de la
actual, por temática, por unos escenarios que no tienen nada que ver con las
playas mediterráneas y por el espacio temporal en que discurre.
Los Carreño es la crónica de una saga familiar, que
responde a dicho apellido, y que discurre de 1889 a 1949. Sesenta años de
historia de una España agitada por cruciales acontecimientos que influirán, de
muy diversas maneras, en la vida de los miembros de la saga. Una España que
lleva un considerable atraso respecto a los demás países europeos,
prácticamente en todos los terrenos. Es revelador el dato que en el año (1889),
en que comienza la novela, en el país no hay sufragio universal. Hablamos del
sufragio masculino, pues las mujeres tendrán que esperar hasta 1931, cuando la
Constitución de la II República reconozca el acceso femenino al voto. Otro dato,
que revela la dramática situación de un amplio sector del pueblo español es que
hasta 1904 no se legisla el descanso de los domingos para los obreros.
En
una España arcaica, donde impera la tradición, un país empobrecido, con unas
instituciones políticas minadas por la corrupción y el caciquismo, los
fundadores de la saga han de luchar a brazo partido para que sus hijos puedan
formar parte de la pequeña burguesía que comienza a emerger en el país. En ese
contexto se desarrolla la primera parte de la novela, o Libro I, que se titula Un mañego enamorado.
Amor, odio, amistad, aversión, heroísmo,
cobardía, fidelidad, deslealtad, confianza, celos, astucia, ingenuidad,
tenacidad, inconstancia son algunos de los sentimientos que experimentan y
sufren los personajes de la obra durante esos años de finales del siglo XIX y
primer tercio del XX.