El lunes, veintisiete de junio, tal como
habían quedado, los cuatro jubilados se reúnen por la tarde en casa de Grandal.
Presentan sus respetos a Chelo como si fuera la señora de la casa pues si no lo
es de iure si de facto, al menos los lunes, y luego alrededor de la mesa del
comedorcito se disponen a comentar el resultado electoral del día anterior.
Quedaron en que cada uno traería un periódico para ver qué dice lo que se
conoce como la opinión publicada.
-A ver,
Amadeo, tú has traído El País, ¿no?, pues adelante –le insta Grandal.
Ballarín engola la voz y lee los titulares
de portada:
-A cinco
columnas, el titular es “El PP se
refuerza y el bloque de izquierdas pierde terreno”. Y debajo lleva un
gráfico de cómo ha quedado el parlamento: 137 diputados el PP, 85 el PSOE, 75
Unidos Podemos y 32 Ciudadanos. Y luego el puñado de escaños que sacan los
partidos nacionalistas catalanes y vascos.
-Luis, a ver
qué cuenta El Mundo.
-Primero
trae dos gráficos con los datos de escaños nacionales y por provincias. Su titular
principal, también a cinco columnas, es muy diferente del que acaba de leer Amadeo.
Dice: Rajoy quiere gobernar con Pedro
Sánchez.
-¿Y eso qué es, una noticia, un rumor o un deseo? –pregunta Ponte.
-Vete a
saber –responde Ballarín.
-Hombre, si
ese titular se confirmara no sería mala noticia. Una grosse koalition, al estilo de lo que hacen los alemanes, no le
vendría nada mal al país. Sería la mejor manera de poner en su sitio, de una
vez por todas, a los nacionalistas catalanes y vascos que siguen empeñados en
romper una nación que tiene más de quinientos años de historia –opina Grandal.
-Bueno –es
el turno de Ponte-, ahora me toca a mí y al ABC. Su portada gráfica trae una
foto del presidente del PP con su esposa saludando a los seguidores que le
jalean y el titular principal es: España
quiere que gobierne Rajoy.
-Ya sabemos
lo que cuenta y hasta lo que opina la prensa, ahora viene el turno de uno que
no ha votado –apunta Grandal-. Si sumáis los resultados veréis que España sigue
partida en dos, por un lado las derechas, por otro las izquierdas. PP más
Ciudadanos suman ciento sesenta y nueve diputados. PSOE y Podemos Unidos
cuentan con ciento cincuenta y seis, a lo que habría que añadir los diputados
nacionalistas que se declaran de izquierdas. Este panorama me recuerda aquella
especie de maldición que versificó el poeta:
Españolito
que vienes
al mundo te
guarde Dios.
Una de las
dos Españas
ha de
helarte el corazón.
Cien años
después de que Machado escribiera el poema seguimos con la tragedia de las dos
Españas
-Y lo que te
rondaré, morena –remacha Ponte que puntualiza-. Otro que tampoco ha votado
piensa que dado el resultado habrá que hacer coaliciones, ¿pero cuáles?: ¿el PP
más PSOE?, ¿el PP más Ciudadanos, más un tercer partido?, ¿el PSOE, más Podemos,
más otro partido?
-También
podría gobernar un solo partido en minoría –comenta Ballarín.
-Eso solo lo
podría hacer el PP que es, con diferencia, el partido que ha sacado más votos y
escaños –puntualiza Álvarez.
-En resumen,
que estamos más o menos como estábamos en la elección de diciembre del dos mil
quince –resume Grandal-. Podríamos decir aquello de que para este viaje no
hacían falta alforjas. Nuestros políticos se han pasado medio año mareando la
perdiz sin ser capaz de pactar entre ellos y los ciudadanos han tenido que ir a
las urnas dos veces. Todo ello para volver a estar como antes. Desde luego, a
estos politicastros que tenemos habría que mandarlos a picar piedra porque no
creo que sirvan para mucho más.
Lejos de Madrid, Curro Salazar, que ya está
en Torrenostra, ha seguido el desarrollo electoral con mucho mayor interés que
el cuarteto de jubilados. Tiene motivos, ha sido un sindicalista politizado y
sigue teniendo muchos conocidos en las listas electorales que el PSOE, su
partido, presentó por las provincias andaluzas. En la terraza del hostal donde
se hospeda después del almuerzo se suelen formar dos tertulias. En una juegan
al dominó y ha estado tentado en acercarse, pero no le ha parecido oportuno,
piensa que ya tendrá tiempo para ello. En la segunda tertulia, que está al lado
de su mesa, se habla del tema del día: el resultado electoral. No entiende casi
nada de lo que dicen porque los tertulianos, todo gente mayor, hablan en
valenciano. Vaya broma se dice, me voy de Portugal porque no les entendía y con
lo grande que es España aterrizo en un lugar donde tampoco los entiendo. Es que
no doy una a derechas. En ese momento, a la tertulia política se le suman dos
nuevos miembros y, ¡oh sorpresa!, los integrantes dejan de hablar en valenciano
y pasan al castellano aunque alguno de ellos le arrea cada zapatazo al
diccionario de la RAE que tiembla el misterio. Uno de los recién llegados,
alto, dotado de una prominente nariz y con el pelo encanecido está sentando
cátedra sobre el resultado electoral.
-Han ganado
los que tenían que ganar, pero sin sacar los diputados que tendrían que haber
sacado. El PP es el único partido que puede conseguir que España salga de la
crisis. Todos esos que se llaman a sí mismo progresistas no conseguirán más que
aumente el paro, que se incremente la deuda pública y que vascos y catalanes
sigan en sus trece de dividir el país –Sus argumentos pueden resultar
peregrinos, pero nadie parece llevarle la contraria.
El desconocido continúa desgranando las bondades
del PP y despotricando sobre las funestas consecuencias que afectarán al país
como los partidos de izquierdas logren formar un gobierno de ese signo. Hasta
que llega un momento en que Curro, desoyendo a su otro yo que le susurra que no
se meta en camisa de once varas, se levanta de su mesa y se sienta en una de
las sillas vacías de la tertulia para dar su opinión sobre lo que deberían
hacer los partidos políticos tras el resultado electoral, pero antes de que
pueda hablar, otro de los tertulianos dueño de una potente voz de bajo echa su
cuarto a espadas:
-Discrepo frontalmente
de la opinión de Miguel. Es cierto que el PP ha logrado la mayoría minoritaria
de diputados, pero si se suman a todos los partidos de izquierdas estos han
sacado más votos y más diputados que los de la derecha porque la mayoría social
de este país sigue siendo de izquierdas, digan lo que digan los periódicos y
los paniaguados de la tele. Y como la mayoría de la gente es progresista, el
que gobierne debe ser un partido de progreso, como ocurre aquí. Porque a ver:
¿quién manda en este pueblo?, pues una coalición de partidos progresistas como
son el PSOE y Compromís.
-Te has
olvidado de los concejales expulsados de Ciudadanos y que también se han unido
a la coalición. ¿Esos también son progresistas? –pregunta un tertuliano.
El partidario de los populares parece que no
se ha tomado a mal que se le lleve la contraria porque con tono pausado y
cortésmente pregunta:
-Entonces,
Alberto, según tú, ¿qué debería ocurrir después del resultado de ayer?
-Lo que
tienen que hacer ahora los partidos es un pacto de progreso para que no sigan
mandando los amigos de los capitalistas sino los de los trabajadores. Porque
vamos a ver, ¿cuántos capitalistas hay aquí? Que yo sepa, ninguno. En cambio,
¿cuántos trabajadores?
Lo somos todos
o, al menos, lo hemos sido –matiza al ver que la mayoría de los contertulios
deben haber alcanzado la edad de la jubilación-. O sea, que como los que curramos
somos más nos deben gobernar los que nos representan.
-Oye Alberto
–pregunta uno de los oyentes con un cerrado acento valenciano-, ¿y quiénes son
los que nos representan?
-Eso es tan
claro como el agua clara. Los que nos representan son los partidos de la clase
obrera. En cabeza el PSOE al que debe juntarse Unidos Podemos.
-Pero con
eso no se llega a la mayoría absoluta –objeta alguien.
-Lo sé, pero
seguro que los socialistas convencerán a Ciudadanos para que también se una al
pacto de progreso y entonces habrá ochenta y cinco diputados socialistas,
setenta y uno de Podemos, más treinta dos de Ciudadanos, lo que suman ciento
ochenta y nueve votos, muchos más de la mayoría absoluta que son ciento setenta
y seis. Ese ha de ser el nuevo gobierno que el país necesita.
-¡Sí, señor,
bien dicho! –exclama uno de los oyentes que se ha enardecido con las
explicaciones del llamado Alberto.
Es oír que jalean al que parece ser de su
cuerda cuando Curro comprende que menuda metedura de pata si llega a
intervenir, ese no es el papel de un fugitivo. Si pretende pasar desapercibido
en su nuevo refugio tendrá que reprimir sus impulsos. En ese momento, alguien
que debe estar cansado del tema político le da una larga cambiada a la
conversación echando mano de un tema que siempre triunfa en las tertulias de
los varones españoles.
-Hablando de
otro tema más interesante, ¿vosotros creéis que el Barcelona ha merecido ganar
la liga?
PD. Hasta el
próximo viernes