"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 16 de agosto de 2019

Capítulo 28. Nada es lo que parece.- 117. En definitiva, ¿quién asesinó a Curro?


    Al volver de entrevistarse con Pacheco y Sierra, Grandal deja en Torrenostra a Ponte y, sin saludar al resto de sus amigos, se vuelve a Marina d´Or. Necesita estar solo para poner sus pensamientos en orden. Ha de analizar detenidamente todo cuanto sabe sobre la muerte de Curro Salazar y encajar las piezas de las que dispone hasta que el rompecabezas esté completo. Aunque lo prioritario es dirimir lo que incluya y lo que no en el informe para Bellido que, íntegro o con algún detalle más, terminará en la mesa de la jueza del Valle. De momento, no debería revelar que habló con Pacheco y Sierra, pero si ha de informar que ambos estuvieron en la habitación del gaditano la tarde de autos. El mayor problema lo tiene con la esposa de Pacheco, ¿qué hacer con ella? Tras darle muchas vueltas opta por decir que testigos fiables, por el momento sin dar nombres, vieron a ambos andaluces en el entorno del hostal. Espera que el exdirector de IDEA declare ante la jueza lo mismo que le contó a él, y que Pacheco no tenga más remedio que confesar que fue su riña con Salazar la que desencadenó el proceso que unas horas más tarde terminaría con la vida del antiguo sindicalista. Cuando lo tiene todo ahormado en su mente teclea el informe y llama al sargento.
-Bellido, tengo el informe de mis últimas investigaciones relativas al caso Pradera. Es urgente que lo leas y se lo remitas cuanto antes a la jueza. Estoy en mi apartamento de Marina d´Or, ¿puedes venir a por él o enviar a un guardia a que lo recoja?
-Gracias, comisario, lo haré personalmente, ¿pero no será mejor que nos veamos?
-Bien, en media hora en el lugar habitual.
   Puntual como un bancario de la City, llega el sargento a la cafetería en la que se reúnen. Grandal le está esperando.
-Aquí me tiene, comisario.
-Creo que este es el último informe que te entrego. Con él se termina mi participación en el caso Pradera. Gracias a tu amable invitación este mes me lo he pasado en grande.
-El agradecido soy yo, don Jacinto –Posiblemente, sea la primera vez que el suboficial no llama comisario a Grandal-. Gracias a su talento y maestría he podido presentar a la Juez Instructora unos minuciosos informes que revelarán lo que pasó en la habitación 16 de los Prados el día de La Asunción, ¿por qué ya no falta nada para completar el puzle, verdad?
-Faltan dos piezas que no están en mi mano conseguirlas. La declaración de Grigol Pakelia es una, la otra es el informe final del laboratorio de toxicología sobre esos restos de raticida del que hablaban en su primera entrega.
-Sobre la localización e identificación de Pakelia se están encargando los compañeros de la comandancia de Málaga. La última información es que siguen su rastro, pero parece que les lleva un paso por delante. Han tenido soplos de que se le ha visto en distintos lugares de la Costa del Sol, pero cuando llega nuestra gente ya se ha largado. Creo que no va a ser fácil echarle el guante. En cuanto al laboratorio de toxicología se espera que los resultados completos estén ultimados mañana o pasado lo más tarde.
-No sé si me dará tiempo a conocerlos, me vuelvo a Madrid pasado mañana.
-Para eso están los teléfonos e internet. Aunque no esté aquí le prometo que le mantendré informado… ¿Me permite hacerle una última pregunta? –Ante el asentimiento de Grandal, el sargento la formula-. En definitiva, ¿quién asesinó a Curro?
   El excomisario no responde de inmediato, se toma su tiempo.
-No estoy muy seguro si se puede hablar de asesinato, al menos hasta que no conozcamos esas dos informaciones que antes he mencionado. Lo que se puede asegurar es que la muerte de Curro Salazar se produjo por un encadenamiento de hechos que por sí solos probablemente no hubiesen sido suficientes para acabar con su vida, pero que el sumatorio de todos ellos desencadenó un proceso que terminó con el fatal desenlace. Algo así como que entre todos lo mataron y él solito se murió.
   La cara del sargento es todo un poema, una mezcla entre desconcierto, incredulidad y desazón.
-Entonces… ¿eso qué quiere decir?, ¿qué hubo varios asesinos o que al final murió por causas naturales?
-Es complicado concretarlo, Bellido. Este caso es como una de esas pinturas modernas no figurativas que permiten que el cuadro se pueda interpretar de muy diferentes maneras. También podríamos decir que es una pintura en la que nada es lo que parece.
-Para serle sincero, comisario, le confieso que no soy capaz de seguirle.
-No me extraña, Bellido, también yo estoy confuso. Entre tanto abstraccionismo también me pierdo. Todavía tengo que darle muchas más vueltas al caso hasta que reordene el puzle, pues creo que hay piezas que las he ubicado en un sitio que no les corresponden. Ahora lo que has de hacer, pues corre prisa, es mandar el informe a la Juez Instructora y te prometo que antes de irme tendremos una última reunión en la que te contaré las conclusiones a las que he llegado, si es que he conseguido descifrar el enigma de la muerte de Salazar. Y lo siento, Bellido, pero tengo una cita inaplazable. Nos volveremos a ver.
   La cita inaplazable de Grandal es con Chelo. Como es el último domingo de agosto le ha prometido a su novia salir a comer fuera. Ni siquiera ha tenido tiempo de reservar mesa, espera que Chelo lo haya hecho, sabe que le encanta hacer esas cosas por él. Se ha preguntado muchas veces como es posible que con la escasa formación que recibió Chelo, que no pasó de la escuela primaria de su pueblo, se maneje relativamente bien navegando por la red. Como si le hubiera leído el pensamiento, es lo primero que la mujer le pregunta.
-¿A qué no te has acordado de reservar?
-Eres bruja, me lees el pensamiento hasta a distancia. Viniendo hacia acá es lo que pensaba, pero déjame adivinarlo… ¿a qué lo has hecho tú? –pregunta con una sonrisa.
-Eres un pícaro y un vago. Igual te has acordado, pero has pensado que como lo haría yo, ¿para qué molestarse? ¡Ay, los hombres!, que poco detallistas sois.
-Palabrita del patrón de los policías que no me acordé. He tenido una mañana de lo más movida –y sucintamente, y sin entrar en detalles, le cuenta todas las gestiones que ha realizado a lo largo de la mañana.
-Bueno, basta de palabrería porque vamos a comer a las tantas. Para cambiar de tanto mar, he reservado mesa a las tres en el Mas de Roures. Es una masía que está en la Vall d´Alba, un pueblo del interior que se encuentra a unos veintiocho quilómetros.
   A Grandal maldita la gracia que le hace volver a meterse en el coche, pero después de las molestias que se ha tomado Chelo es incapaz de contradecirla. En cuanto pone los datos en el GPS la voz robotizada del aparato le informa que ha de salir a la nacional 340 y a un kilómetro y medio coger a la izquierda el Camino de les Foyes, y tras cruzar la CV-10 le conducirá hasta la Vall d´Alba. Luego han de atravesar el pueblo para tomar la CV-156 que les dejará en el Mas de Roures. El Camino de les Foyes tiene un principio aceptable, pero luego se transforma en una vía tercermundista. Afortunadamente, tras llegar a la CV-10 el camino tiene un pavimento algo menos malo.
   El restorán, que también funciona como casa rústica, está ubicado en una masía formada por varios edificios. El salón es pequeño y encima está abarrotado. Grandal piensa que para ese viaje no hacían falta alforjas, pero una vez más calla y pone buena cara. Resulta que Chelo al hacer la reserva hasta encargó el plato que quiere probar: cabritillo al horno, dado que su adecuada cocción requiere de al menos tres horas.
-¿Qué vas a pedir? –quiere saber Chelo al ver que su novio mira la carta con desgana-. Uno de los platos que más fama tiene aquí es el conejo a la brasa con alioli.
-¿El alioli no será demasiado fuerte?
-No, creo que el que sirven está rebajado, será más una mayonesa que un verdadero alioli.
-¿En qué se diferencian el alioli y la mayonesa? –pregunta Grandal a quien le importa una higa la cocina sea alta, baja o nouvelle. De lo que se trata es de tener un tema intrascendente del que charlar.
   Chelo, a quien si le apasiona la cocina y por eso lo que más ve en la televisión son los programas de cocineros y los concursos de Masterchef, se lanza a explicarle que el alioli, que en valenciano significa ajo y aceite, es una salsa típica mediterránea y está formada por la emulsión de aceite de oliva y ajo. Se prepara machacando mucho los ajos, para sacarles el jugo ya que es eso lo que liga con el aceite. Luego hay que ir añadiendo el aceite, casi gota a gota para que no se corte, a la vez que la masa se va removiendo con el mazo del mortero. Para suavizarlo se le puede añadir una yema de huevo crudo. En cambio, la mayonesa o mahonesa se prepara cascando un huevo en un vaso batidor, se agrega un chorrito de vinagre, sal y una buena cantidad de aceite, se introduce el brazo de la batidora hasta el fondo y se tritura sin levantar el aparato hasta que la mezcla emulsione.
-O sea, que son dos emulsiones diferenciadas en que en una hay ajo y en la otra no –resume Grandal.
-Pero que listo es mi rey –Y como se ha acercado la camarera, Chelo hace la comanda-. Encargué cabritillo al horno y el señor tomará conejo a la brasa con alioli. Jacin, ¿por qué no elijes tú los entrantes?
   Después de almorzar, cogen el coche para volver a Marina d´Or, pero Chelo todavía tiene otra propuesta que también ha descubierto en la red cuando buscó el restorán.
-¿Te gustaría ver un arco de cuando los romanos? Nos viene de paso.
-¿Un arco romano?, ¿y dónde está?
-Es un arco de triunfo romano construido en el siglo II después de Cristo. Está en un sitio llamado el Pla del Arc, a unos dos kilómetros y medio de un pueblo que se llama Cabanes, junto a la antigua Vía Augusta y la actual carretera CV-157. Lo he leído en internet –explica Chelo, toda ufana.
-¡Hay qué ver la de cosas que sabes, nunca dejas de asombrarme! –la jalea Grandal, pero realmente en lo que no deja de pensar es en la última pregunta de Bellido: En definitiva, ¿quién asesinó a Curro?

PD.- Hasta el próximo viernes en que publicaré el episodio 118. Me recuerdas a La Parrala de la copla