"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

martes, 18 de octubre de 2016

71. Un tiroteo suspende la tormenta


                                                                                     
   Atienza y Martín-Rebollo, coordinadores de la tormenta de ideas que se está celebrando en la Brigada de Patrimonio, al hacer el balance del debate coinciden en que ha suscitado más preguntas que respuestas. Discuten en si volver al planteamiento que María Victoria hizo en la presentación o tratar de encontrar una respuesta a la pregunta de: ¿por qué el Gobierno oculta que lo robado solo son réplicas de las piezas originales? Interrogante que no encontró una contestación que agradase a la mayoría del grupo. Tras un denso diálogo se inclinan por la segunda opción, pero añadiendo preguntas del tipo de: ¿cómo siendo tantas las personas que, presumiblemente, estarían al tanto del encubrimiento, la noticia no se ha filtrado a los medios? o ¿cómo respondería la opinión pública española ante la ocultación de la verdad? Y así es como, la moderadora comienza la nueva sesión:
- Caballeros, Juan Carlos y yo hemos decidido no pasar al tercer apartado antes de encontrar respuestas a las preguntas que no han sido contestadas. Ahí las tenéis. Vuestra es la palabra.
   Bernal levanta presto la mano.
- Si la señora moderadora me lo permite – dice con marcado retintín -, me gustaría comenzar con la pregunta de cómo respondería la opinión pública si supiera que lo robado son copias. Creo que eso a nosotros nos debe tener sin cuidado. Conociendo a nuestros paisanos, si hay cuarenta y tantos millones de españolitos habrá otros tantos millones de opiniones. Por tanto, creo que éste es otro ítem que se puede echar a la papelera.
- Yo, al revés que Eusebio, no conozco a todos los españoles – ironiza Blanchard -, pero os aseguro que si esto pasara en Francia se montaría un escándalo político de puta madre como decís aquí. Y pido disculpas a Mariví por el uso de un lenguaje tan barriobajero.
- Sin que sirva de precedente, tengo que decir que estoy de acuerdo con Eusebio – la moderadora trata de rehacer los puentes del buen entendimiento con el inspector de la Judicial -. Creo que esta cuestión puede eliminarse o quedarse para una segunda ronda. Opiniones al respecto.
   El debate es breve. Acuerdan por unanimidad dejar la pregunta para una hipotética segunda ronda de debate. Tras el acuerdo, Martín-Rebollo vuelve a tomar la palabra:
- Siguiendo el mismo criterio que para la pregunta que acabamos de postergar, opino que podíamos hacer lo mismo con el ítem de ¿cómo siendo tantas las personas que, presumiblemente, estarían al tanto del encubrimiento, la noticia no se ha filtrado a los medios? Aunque descubriéramos la respuesta correcta dudo mucho que eso nos condujera a alguna pista para el esclarecimiento del caso. ¿Qué pensáis al respecto?
   Todos están de acuerdo por lo que la pregunta va a la papelera virtual del debate. Con lo cual, la moderadora retoma la pregunta inicial.
- Bien, señores. Volvemos a la primera pregunta: ¿por qué el Gobierno oculta que lo robado solo son réplicas de las piezas originales? Recapitulo lo que se dijo ayer: según Juan Carlos, citando fuentes museísticas, se rumorea que no se ha hecho pública la verdad por un pacto entre nuestro Gobierno y el de Colombia. Motivo: los colombianos no quieren que el robo del Tesoro Quimbaya distraiga a sus ciudadanos del tratado de paz con las FARC. Michel alegó que la causa podía estar en que ahora tenemos un Gobierno en funciones, a lo que replicó Jacinto recordando que en la fecha del robo el Gobierno estaba en la plenitud de funciones. Eusebio puso en tela de juicio que encontrar la respuesta a la pregunta en cuestión pudiera servirnos de algo, opinión que yo rebatí. Hasta aquí, la sinopsis de lo que se dijo ayer.
   Hay un breve lapso de silencio hasta que Grandal levanta la mano. Les cuenta a sus compañeros de debate la reunión que mantuvo el día anterior con el trío de jubilados y las conclusiones a las que ellos habían llegado.
- O sea, que les vieillards vienen a opinar que lo hecho hasta hoy ha sido poco menos que perder el tiempo – es el resumen que hace Blanchard.
- Exactamente, lo que dijeron era que estábamos mareando la perdiz – contesta, socarrón, Grandal.
- Tantas opiniones me recuerdan lo que dice Clint Eastwood en una de sus pelis: las opiniones son como el agujero del culo, todos tenemos uno – La cinematográfica cita es obra de Bernal.
   La moderadora hace un gesto de desagrado ante el escatológico lenguaje del policía, pero prefiere continuar como si nada:
- Bien, hemos oído lo que opinan los amigos de Jacinto y lo que opina nuestro amigo Eusebio. ¿Continuamos? – su tono de voz muestra señales de que su paciencia está sufriendo una dura prueba.
   Atienza, que las caza al vuelo, intuye que la moral del grupo se está resquebrajando por momentos, por lo que propone un receso para que se remansen las aguas. Incluso, va más allá: en lugar de que les traigan las bebidas a la sala, sugiere que podrían acercarse al bar más próximo y de paso estiraban las piernas. Proposición que es inmediatamente aceptada. Martín-Rebollo se queda recogiendo sus notas. Grandal se le acerca.
- No sabes, Mariví, cuanto sentí que no pudiéramos hacer el viaje a Patones – se lamenta el excomisario.
- Pero bien que empleaste el día – es la seca respuesta de la profesora.
- ¿Te ha molestado que contara lo que me dijeron ayer mis amigos? – inquiere un sorprendido Grandal.
- Molestarme, no, pero a fuer de sincera si te digo que esas interrupciones, y es la segunda que protagonizas, en el desarrollo de la tormenta no hacen más que prolongar y embarullar el desenlace del debate. Esto se va pareciendo cada vez más al mito de Sísifo, cuando parece que hemos llegado a una conclusión sólida, llegas tú y lo echas todo a rodar. Y vuelta a empezar.
- Créeme que lo siento. No era mi intención torpedear el desarrollo del debate. Al contrario, lo que deseo es que todo este enredo se solucione de la mejor forma posible y cuanto antes.
- Te creo, pero lo que más rabia me da es que voy a tener que volverme a Zaragoza sin haber terminado esta maldita tormenta. Las fechas que tenía para lo del tribunal se han terminado y mis clases y alumnos me reclaman. Además, soy la directora del departamento y mi eventual sustituto es de los que se ahoga en un vaso de agua.
- Dentro, aproximadamente, de un mes tengo que ir a Zaragoza porque hay unos pequeños asuntos que he de resolver – Grandal está improvisando sobre la marcha. Ni tiene que ir a la ciudad de La Pilarica, ni tiene ningún asunto que resolver. Lo que si tiene es la necesidad de volver a ver a María Victoria. Es la primera vez que siente la exigencia de ver a una mujer desde hace un montón de años.
- ¡Estupendo! – exclama la profesora, sin disimular la alegría que le da la noticia -.¿Conoces la ciudad?
- Sí, pero de pasada.
- Entonces ya tienes guía para enseñarte todos los rincones zaragozanos. Tienes mi número. Llámame antes de venir y te prepararé unas rutas mejores que las de una agencia de viajes.
   El coloquio es interrumpido por un Atienza acalorado y nervioso.
- Mariví, Jacinto, tenemos que suspender la tormenta hasta nueva orden. Acaban de llamar de Jefatura. Se ha producido un tiroteo en el Polígono Cobo Calleja de Fuenlabrada. En principio, parece que podría tratarse de un enfrentamiento entre bandas, pero las noticias todavía son confusas. Eusebio y Michel han salido para Fuenlabrada. Yo he vuelto para contároslo y me voy para allá. Os agradezco, especialmente a ti Mariví, vuestra espléndida y desinteresada colaboración.
   Tanto a la profesora como al excomisario, la noticia de la suspensión les cae como un cubo de agua fría. Ambos tenían mucho interés en proseguir la tormenta por motivos que poco tenían que ver con la investigación del Caso Inca. Grandal, como expolicía, está habituado a cortes como éste en la labor policial, pero Martín-Rebollo no, por eso es ella la que pregunta:
- Juan Carlos, no acabo de entender porque un tiroteo, en lo que supongo que es un polígono industrial, ha de aplazar el desarrollo de un debate que estaba comenzando a dar frutos. ¿Qué tiene que ver eso con el robo del tesoro?
- Con los pocos datos que tengo no te lo puedo decir con exactitud, pero si os adelanto que, al parecer, algunos de los participantes en la refriega son gitanos del clan de los Corrochanos, familia de la que sospechamos que puede tener alguna conexión indirecta con la venta del furgón blindado. Me voy. Estaremos en contacto – y dicho esto, Atienza se marcha.
   La profesora y el excomisario quedan tan sorprendidos como desconcertados. Una pelea entre gitanos y chinos, ¿qué tendrá eso que ver con el robo del Tesoro Quimbaya?