"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 2 de agosto de 2013

1.22. Una historia de suspense

    Los dos informadores y Pascual Tormo entran en un bar del pueblo para tomar café, mientras se lo sirven el periodista que va a redactar el reportaje le apremia a que concluya lo que les contaba sobre la especulación inmobiliaria en Senillar:
- ¿Cómo terminó lo de la especulación?
- Pues como dicen por estos pagos, com el ball de Torrent.
- ¿Lo traduces, please? - ruega el reportero.
- En una traducción libre sería algo así que acabó como el rosario de la aurora. Lo que se construyó en los primeros años se vendió casi todo, pero el proyecto de urbanización global de la totalidad del término municipal comenzó a complicarse cuando comenzaron a tocarse los marjales.
- Ya he querido preguntártelo en más de una ocasión, ¿qué es eso de los marjales? - el fotógrafo también es muy curioso.
- Los marjales son campos de cultivo arrancados al humedal que ocupa una buena parte de la franja costera del pueblo y que, en su conjunto, llamamos la marjalería, aunque también se le ha llamado el prado pantanoso. En esencia son franjas largas y estrechas de terreno limitadas por dos o más acequias originadas al extraer la tierra que sirve de base al marjal y que lo sitúa por encima de la cota freática del humedal; las acequias sirven asimismo como conductos de drenaje y para suministrar agua para regarlos. Fueron muy útiles hasta que se mecanizó la extracción en los pozos.

   El periodista tiene otra pregunta más sobre la marjalería:
- ¿Y a quién pertenece, al estado o al municipio?
- Salvo una parte, que es el humedal propiamente dicho y cuyo propietario es el municipio, el resto pertenece a particulares, casi todos del pueblo. Como apunte histórico he de añadir que, en los años negros de la posguerra, los marjales mitigaron mucha hambre porque se pueden regar fácilmente a mano y la mayoría de la gente tenía uno en el que sembrar toda clase de hortalizas, legumbres y frutales. A medida que la economía de subsistencia fue desapareciendo, la gente dejó de cultivarlos y terminaron casi todos abandonados.
- ¿Y qué tiene de particular el marjal de aquí?
- Las marjalerías, como todos los humedales próximos al mar, han sufrido una fuerte presión urbanística, especialmente en nuestra comunidad, con el peligro medioambiental que puede suponer la desaparición de las mismas. En Benialcaide que también tenían una pequeña zona de marjales las urbanizaciones se los zamparon y nadie dijo ni pío. Aquí, como el humedal es mucho más grande y siempre ha sido una modesta estación de paso en la migración de las aves entre el norte de Europa y África, los promotores fueron al principio con pies de plomo. Comenzaron a comprar marjales de manera muy discreta, pero cuando el precio de los terrenos se disparó ocurrió lo mismo con los de los marjales, especialmente cuando se hizo público el proyecto que los promotores habían diseñado para el humedal y…

El reportero le interrumpe:
- Perdona, Pascual, ¿te refieres al proyecto de La Marina?
- En efecto. El plan era construir en el humedal un puerto deportivo interior y a su alrededor edificar una ciudad residencial, una especie de Ampuriabrava. Recuerdo cuando presentaron la maqueta en el Ayuntamiento – rememora Tormo -, era preciosa, el puerto y sus múltiples canales y dársenas con sus barquitos amarrados en los atraques, junto a unas espaciosas viviendas unifamiliares; en segunda línea varias filas de apartamentos adosados y en último lugar bloques no excesivamente altos. Todo ello salpicado de hoteles, centros comerciales, zonas recreativas... En fin, lo que conlleva una urbanización de ese tipo. Lo publicitaron como el cuerno de oro de la economía local, lo que iba a traer a la localidad trabajo y prosperidad para todos. Durante meses casi no se habló de otra cosa en el pueblo. La Marina de Senillar, que así la bautizaron, fue el tema de conversación en todos los corrillos.
- ¿La Marina es lo mismo que la marjalería?
- La Marina es el nombre de la partida del término municipal que comprende el marjal y las zonas aledañas.

   Todavía le queda al periodista una pregunta más:
- Evidentemente, el proyecto de La Marina no se llevó a cabo, ¿cuáles fueron las causas?
- El proyecto tuvo una historia con muchos altibajos, pasó por distintas fases y provocó muchas y variadas reacciones. En su inicio fue ilusionante porque parecía que iba a dar a la localidad una dimensión muy diferente al del típico pueblo costero cuya oferta se centra únicamente en sol y playa de una calidad más bien modesta. La marina residencial que se proyectaba tenía visos de algo mucho mejor y con una ocupación no meramente estacional. Luego se pasó a la etapa de la controversia, aparecieron los ecologistas y comenzaron a cuestionar la bondad del proyecto. Aquello provocó una suerte de cisma local al dividir a la población en dos bandos irreconciliables: los que estaban a favor y los que se oponían. Separó a gente que se conocía desde siempre, a amigos de toda la vida y hasta destrozó familias. Fue muy doloroso porque se mezclaron los intereses meramente económicos con los políticos, se confundió lo público con lo privado…- De pronto, e inexplicablemente, Tormo, se siente cansando y decide dar un golletazo a la explicación que está ofreciendo -; en fin, fue una historia en la que hubo capítulos que no desmerecerían en una película de Hitchcock, pero es larga de contar.
- O sea, qué es una historia de suspense.
- De mucho suspense y cuyo final todavía no está escrito. Y ya está bien por hoy.