"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

lunes, 3 de septiembre de 2018

*** Fiestas patronales en la Torreblanca de nuestros días


   Si hace unos días les hablaba de las fiestas patronales en la Torreblanca de hace 70 años, hoy les voy a describir como son las de ahora. Muchos aspectos han cambiado, pero los toros siguen siendo la clave de los festejos y las ganas de divertirse de mis paisanos son las mismas que en 1950.
   Ahora el prólogo de las fiestas comienza con la elección o designación de las reinas infantil y juvenil y sus respectivas damas de la corte de honor, a lo que habría que añadir los correspondientes acompañantes. Todos ellos ataviados con trajes tradicionales valencianos de gran gala porque no creo que ningún antepasado de esta bendita región fuera a labrar o a recoger naranja vestido de tal guisa. Algunos años no hay reina porque el  Ayuntamiento no encuentra una familia que esté dispuesta a gastarse los dineros que cuesta el efímero reinado y que pueden ser facturas de hasta cinco dígitos.
   Las fiestas propiamente dichas no comienzan el 24 de agosto, día de San Bartolomé, sino que suelen hacerlo uno, dos y hasta tres días antes. Este año empezaron el 22 con La Crida (la llamada), acto que tuvo el acompañamiento de una batalla de confeti, la concentración de todas las collas y la crida, acto amenizado por una charanga y finalizado con un disco-móvil popular.
  El 23 fue el día de El Pregó (el pregón) que consiste en una cabalgata encabezada o ultimada por el pregonero que es quien lee montado en un imponente caballo el pregón de las fiestas. Después desfilan grupos de danzas, collas de dulzaineros y atabaleros, las carrozas participantes, destacando las carrozas de las reinas y damas del año. Por la noche la verbena amenizada por una orquesta, generalmente de la provincia.
   El 24, día de San Bartolomé, hubo por la mañana un ciclo-indoor masterclass (los anglicismos también han llegado a mi pueblo), luego la solemne misa en honor del patrón finalizada con la procesión del santo. A las 19 ofrenda floral al Santísimo Cristo del Calvario, la mayor devoción del pueblo, para terminar con una ronda de bailes populares en la Plaza Mayor. Sobre las 21 una ginkana popular por las calles del pueblo y a partir de las 00 horas una verbena amenizada por la misma orquesta del día anterior.
   El 25, el día del Santísimo, antes era una fecha de nítido fervor religioso, ahora se ha hecho menos eclesial. A las 12 bingo popular y volteo de campanas. A primera hora de la tarde la tradicional subasta de carros y carafales, una tradición que se mantiene. Luego otra ginkana. Después solemne misa y procesión. Hacia las 23 velada musical y por la noche la inevitable verbena. Mis paisanos siempre han sido muy bailones.
   Del 26 de agosto al 1 de septiembre el programa de las fiestas es muy parecido con ligeras variantes. El 26 se construye la artesanal plaza de toros en la que los antiguos carros de los labriegos han desaparecido y han sido sustituidos por unos armazones prefabricados. Luego vienen los diversos masterclass, la entrà, la pròba, la exhibición de vaquillas para terminar con la verbena de todas las noches.
   A partir del 27 se añade otro festejo diario que tiene mucho tirón popular: la torrà y el vi (es una  barbacoa de sardinas acompañada de vino de bota). Su gancho popular estriba en que es gratis. Por la noche de ese mismo día hay otra variante, se celebra la nit de la xulla (la noche de la chuleta) acompañada por un concurso de all i oli (ajoaceite). El 28 la variación más destacada es la celebración de una fiesta temática flamenca. El 29, hay un festejo también muy popular: el día de las paellas. A mediodía en el Raval, la calle principal y más larga del pueblo, el Ayuntamiento cada x metros proporciona una gavilla de leña, una litrona y unos melones y las distintas collas de amigos y familiares cocinan una paella al aire libre poniendo ellos los ingredientes. Realmente es una fiesta espectacular ver unos trescientos y pico de metros de calle con una gran hilera de paellas elaborándose al unísono. Según me han contado este año había apuntadas para participar 2.800 personas, todo un récord pues supone la mitad de la población. El 30, por la mañana hay un concurso de elaboración de cocs (empanadas con carne) y en la que los cocineros son niños. Por la tarde hay un campeonato de parchís y sobre las 21 h. hay una cena popular de pa i porta (literalmente de pan y lo que traigas). Un bonito detalle es que se pide a los participantes que aporten un kilo de comida para los más necesitados. Las variantes del 30 son un campeonato de guinyot (guiñote, un juego de cartas) y una fiesta temática de disfraces. Y finalmente llegamos al 31 donde el cierre oficial de las fiestas es un castillo de fuegos artificiales que se dispara en medio del pueblo.
   Si se acuerdan de cómo describía las fiestas patronales de hace 70 años en un post anterior comprobarán que los cambios han sido muchos, unos para mejorarlas, otros para vulgarizarlas. Vaya una cosa por la otra. Me quedo con las de mi niñez, aunque reconozco que no puede ser de otra forma. Hace todos esos años era un crío y disfrutaba mucho con los festejos. Hoy soy un anciano y las fiestas no son para viejos. O tempos o mores.