La manifestación contra el PAI de la Marina
no ha vuelto a suscitar el interés de los medios y Senillar deja de ser noticia.
Sin embargo, los grupos ambientalistas no han tirado la toalla y uno de ellos,
Ecologistas Valencianos en Lucha, más conocido por su acrónimo EVEL, ha hecho algo
más que dar su apoyo moral a la protesta, ha presentado un recurso de alzada
ante la Generalidad Valenciana sobre la aprobación del PAI. Ante el recurso, y dado que el eco de la
protesta parece haberse extinguido, las direcciones nacionales de los dos
grandes partidos estatales, el PSOE y el PP, dejan las manos libres a sus
terminales autonómicas para que decidan lo que sea más conveniente para sus
intereses.
En el PSPV dudan, no acaban de resolver si
unirse a los recurrentes, oponerse a ellos u optar por una tercera vía, la de
apoyarles en sus reivindicaciones, pero sin meterse en demasiados charcos. Les
pesa el aviso de la directiva local de que fueron los socialistas, cuando
gobernaban el municipio, quienes aprobaron el PAI de la Marina. Al final se
decantan por la última opción, apoyarán las protestas, pero con la boca pequeña.
En cuanto al PPCV respalda decididamente a
su ejecutiva local, puesto que entiende que serán muchas más las bondades y los
beneficios de todo tipo que acarreará el proyecto que no salvaguardar la
existencia de unos cuantos bichos más o menos en peligro de extinción. Valoran
el hecho de que en el país los verdes todavía representan a un escaso número de
votantes.
Pese a todo, algunos de los promotores del
PAI están intranquilos y alarmados. En una reunión de urgencia del directorio de
BACHSA debaten la estrategia a seguir ante la nueva deriva que ha tomado el
proyecto. Es el consejero delegado quien pone encima de la mesa el motivo por
el que ha convocado al resto del núcleo duro del consejo:
- Ya
sabéis que los de Territorio y Medio Ambiente están estudiando el recurso de
alzada de esos tocahuevos de ecologistas. Por lo que me han contado, no tienen
muy claro qué responder. Esta reunión es, fundamentalmente, para que decidamos sugerirles
lo que deberían hacer con el recurso de marras.
- Yo
les sugeriría que hicieran una de estas dos cosas: tirarlo a la papelera o
utilizarlo para limpiarse el ojete pues – opina Arechabaleta.
- Me
conformo con que lo desestimen o, si no, que lo archiven – comenta Huguet.
- Si
lo desestiman o responden con el silencio administrativo, es muy probable que
los demandantes presenten recurso contencioso-administrativo y entonces nos
meteremos en un lío de tres pares de narices. El proyecto se habrá judicializado
y si hay algo que funciona mal y tarde en este país es la justicia – objeta
Cardona.
- ¿Y
no es possibile convincere a los que
poner recurso de ritirarlo? – la
pregunta la plantea el letrado Montofarni, representante de los nuevos socios
calabreses.
- ¿Y
cómo se convence a una partida de chiflados que creen que es más importante la
vida sexual del samaruc que la
construcción de una ciudad residencial? - inquiere Bricart ante el asombro del
italiano que no ha entendido el sentido del interrogante ni su carga sarcástica.
Algo de lo que se da cuenta el consejero delegado que se apresura a preguntar -
¿Tú, cómo los convencerías, Enrico?
- Ci sono molte maneras per convincere – responde Montofarni y añade
– Lasciatele a mio carico.
- Dice
que los dejemos de su cuenta – traduce Bricart.
Los demás miembros del directorio se miran
entre sí y alzan los hombros.
Pascual Tormo es quien da la noticia al
grupito de estudiantes que encabezan las protestas contra el urbanismo
desaforado en el pueblo: han agredido al presidente de los ecologistas que ha
sido el firmante del recurso de alzada contra el PAI de la Marina.
- Le han
pegado una paliza a Toño Alvear, le han partido las piernas y le han roto la
mandíbula. Está ingresado en el hospital universitario de la Fe. El pronóstico
es grave, aunque los médicos no temen por su vida.
- ¿Se
sabe quiénes son los que han hecho esa salvajada? – pregunta una de los chicas
que está verdaderamente consternada.
- Por
ahora, no. Alvear no puede hablar dado como le han dejado el maxilar y la
policía dice que está trabajando en varias líneas de investigación, pero a
través de un compañero de la facultad me ha llegado una información
preocupante. Los policías encargados del caso no han hecho público, ellos
sabrán por qué, el hecho de que los asaltantes pintarrajearon en el pecho de Toño,
con su propia sangre, la palabra bocasas, supongo que se referían a bocazas.
-
¿Bocazas? ¿Piensas lo mismo que yo? – inquiere Chelo Arbós dirigiéndose a
Tormo.
- Me
temo que sí. Solo hay una interpretación posible: intentan amordazar y
atemorizar a los que han presentado el recurso. ¿Quiénes son? También solo
puede haber una respuesta: cui prodest,
¿a quién beneficia el silencio en este caso? – pregunta retóricamente Tormo.
- ¡A
los cabrones del ladrillo! – contesta uno de los estudiantes.
- Ahora
lo importante es no perder la calma y seguir con la misma estrategia, pero
ojito a esto: en adelante vais a tener que vigilar vuestra espalda, procurad ir
siempre acompañados, alejaros de los lugares solitarios y mejor que no salgáis
por la noche – aconseja Tormo.
- ¿Los
compañeros de Alvear piensan hacer algo? – quiere saber Chelo.
-
Aparte de presentar la correspondiente denuncia, me han confirmado que seguirán
adelante y si la administración no les contesta o lo hace negativamente estudiarán
la posibilidad de plantear recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal
Superior de Justicia de la comunidad, aunque tienen el mismo problema que todos
los grupos conservacionistas: andan escasos de fondos y un contencioso puede
resultar gravoso, hay que contratar abogados, procuradores, técnicos para los
pertinentes informes periciales, etcétera.
La agresión sufrida por el presidente de una
de las asociaciones ecologistas más combativas de la región vuelve a despertar
la atención de los medios. El incidente se convierte en noticia de primera
plana en los periódicos y merece lugar destacado en los informativos de la
televisión y la radio. A ello se añade otra noticia: la administración
autonómica ha desestimado el recurso de alzada. La junta directiva de EVEL convoca
una rueda de prensa en la que, a preguntas de los enviados de los distintos
medios, explican cuál va a ser la estrategia a seguir:
- No,
no sabemos quiénes han podido ser los agresores de nuestro presidente, pero
sospechas tenemos.
Una decena de manos se levantan pidiendo la
palabra. El periodista a quien han pasado el micrófono formula la pregunta que
está en la mente de todos:
- ¿De
quién o quiénes sospecháis?
- Lo
siento, pero no podemos contestar a eso. No podemos acusar sin pruebas, cuando
las consigamos seréis los primeros en saberlo.
- Una
vez que han desestimado el recurso de alzada, ¿vais a presentar el contencioso?
– inquiere otro corresponsal.
-
Estamos estudiándolo – Lo que no cuentan a los periodistas es que lo que están
buscando es cómo financiar el recurso.
Otro actor, que anteriormente ya jugó su
papel en el desarrollismo de Senillar, entra en acción. Se trata del grupo
Presslor Investment. El hedge fund de
Singapur, tras perder la oportunidad de entrar en el accionariado de BACHSA,
se planteó la posibilidad de presentar una opa hostil para comprar la empresa
constructora. Desecharon la idea por su alto riesgo. Ahora han encontrado un
medio más maquiavélico, y mucho más barato, para intentar adquirirla:
financiando a quienes van a plantear un recurso contencioso que, de prosperar,
puede dejar tocada a la compañía constructora. Un bufete madrileño se ha puesto
en contacto con la directiva de EVEL y les informa que hay un filántropo, protector
y amante de toda clase de espacios verdes, que está dispuesto a sufragar los
gastos derivados del contencioso, solo exige quedar en el anonimato. Los
ecologistas aceptan sin hacer más indagaciones y, acto seguido, convocan una
nueva rueda de prensa.
- Os
confirmamos que vamos a presentar el recurso contencioso-administrativo. El
bufete que nos asesora ya lo está redactando. Otra primicia que podemos daros
sobre el nuevo recurso: los abogados recomiendan que no tenga un solo firmante,
sino que lo firmemos cuantas más personas mejor.
- ¿Qué
finalidad tiene eso? – pregunta alguien.
- Una
muy clara. Es un mensaje a los criminales que han querido taparnos la boca
atacando a nuestro presidente. Tendrán que partirnos las piernas a todos y aun
así no conseguirán callarnos.