"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 27 de junio de 2014

4.20. ¿Por qué tanto miedo los medios?

   Los prolegómenos de la nueva manifestación se inician en la forma que había previsto Pascual Tormo. Los promotores de la protesta hacen circular por los mentideros locales que van a volver a manifestarse y que no tienen ningún miedo a los esquiroles de la banda de los “pepes”. No será con sus groseros insultos como los van a parar repiten a quien quiera oírles. Entre la gente que, por muy diferentes motivos, arropa a los constructores nadie parece reparar que la frase encierra todo un reto: tendréis que hacer algo más que injuriarnos para reventar nuestra protesta. Solo hay una persona que ventea el peligro, Agustín Badenes que así lo confiesa a su socio José Ramón Arbós:
- No me gusta ni un pelo el cariz que está tomando lo de la próxima manifestación.
- Tranquilo, Agustín, no son más que chiquilladas. Pasará como la otra vez, saldrá a la calle un grupito de estudiantes acompañados por unos cuantos jubilados, lanzarán sus panfletos, armarán un poco de revuelo y luego se volverán por donde vinieron. Y hasta es posible que haya menos asistencia, de momento mi hija Chelo no acudirá, me lo ha prometido.
- Bueno, ojalá sea como dices. Ahora solo cabe rezar para que ese hatajo de esquiroles, que teledirigen los hombres de BACHSA, no meta la pata y se líe la parda.

   La nueva manifestación acoge a un número de personas similar a la anterior, la composición de los manifestantes también es parecida, solo hay un par de diferencias respecto a la última vez: hay un cámara en espera de acción para grabarla, un radiofonista haciendo entrevistas y un par de plumillas atentos a cualquier hecho que sea noticiable. El problema es que no pasa nada que lo sea, la otra diferencia es que la masa de los contra manifestantes es sensiblemente superior a los que trataron de reventar la anterior movida.
   El desarrollo de la protesta está discurriendo por los cauces previstos: los que abanderan la manifestación recorren el itinerario marcado por la autoridad,  enarbolando sus pancartas y coreando los eslóganes contra la urbanización de la Marina, mientras los esquiroles los abuchean y les lanzan toda clase de insultos, cuanto más vejatorios mejor. Todo parece transcurrir dentro de la nerviosa atmósfera que suele rodear a esa clase de actos, hasta que un confuso incidente, que posteriormente nadie fue capaz de averiguar quién lo inició, es el desencadenante de un rifirrafe en el que ambos grupos se lían a porrazos y aquello acaba como el rosario de la aurora. Ahora sí que los periodistas presentes tienen materia noticiable.
   Al día siguiente todos los medios regionales recogen la reyerta en sus informativos presentándola como si aquello hubiese sido un sangriento enfrentamiento, cuando no pasó de ser una pelea callejera que se saldó con un brazo roto, algunos cortes y varias contusiones de menor importancia. Quizá el hecho de que el día padezca una acusada sequía de noticias es la causa de que la información también llegue a los medios de ámbito nacional, la primera cadena de Televisión Española recoge la información en sus telediarios. Y lo que es más trascendente, el periódico El País, el primero que suelen leer los políticos, le dedica un editorial poniéndola como ejemplo de lo que el nuevo gobierno de los populares piensa hacer con la costa española: llenarla de hormigón, cargándose al mismo tiempo todos los parajes que deberían ser protegidos por el valor de su flora y fauna.

   Los que primero acusan la noticia son los especialistas de marketing que trabajan para BACHSA. El director de la empresa llama a capítulo a Eliseo Lavilla, quien hasta ahora ha teledirigido la estrategia de los contra manifestantes.
- Eliseo, ¿viste anoche el telediario de la uno?
- Sí, jefe, lo vi. Y esta mañana lo primero que hice fue llamar al secretario de AJOTSE y ordenarle que cierre la sede la asociación y que tanto él como el otro tipo que la dirigía se reintegren a sus anteriores trabajos. Y que todo lo hagan de la forma más discreta posible.
- ¡A buenas horas, mangas verdes! – exclama el jefe visiblemente contrariado -. ¿Pero no les dijiste a esos melones que nada de violencia?
- Claro que lo dije y les insistí mucho en ello. De hecho, hasta ayer no se había producido ningún altercado de esta clase. Y todavía no me explico cómo ha podido pasar éste.
- ¿Has pensado que puede ocurrir si algún medio los entrevista?
- Si he de ser sincero, no había caído en esa posibilidad. De uno de ellos, Sergio, sé que sabría capear el temporal, pero el otro es más bruto que un arado, será capaz de soltar cualquier burrada.
- Haz lo siguiente: además de cerrar la sede, págales un mes de sueldo con la condición de que se larguen del pueblo durante ese tiempo y que cuando vuelvan mantengan la boca cerrada. Y recemos para que el asunto acabe ahí.

   El asunto de la Marina no acaba donde impetraba el experto en mercadotecnia. Por el momento, y siguiendo la sugerencia de Pascual Torno que sigue manejando bajo cuerda los entresijos de la protesta, los manifestantes con algún tipo de lesión han presentado denuncia en los juzgados de primera instancia e instrucción de Gandía. Por otra parte, diversas organizaciones y grupos ecologistas se han puesto en contacto con los responsables de la manifestación mostrándoles su apoyo y solidaridad y pidiéndoles más información para estudiar de qué manera y a través de qué cauces pueden ayudarles.

   En la sede valenciana del PP la noticia no despierta ninguna inquietud. En la del PSOE se limitan a llamar al comité local y únicamente les indican que deberían aprovechar el incidente para calentar los próximos plenos municipales. El asunto podría haber acabado su recorrido ahí, hasta que en los despachos de la calle Génova, sede nacional de los populares, y de la calle Ferraz, donde radica el aparato nacional de los socialistas, alguien da la voz de alarma. Casi al mismo tiempo se descuelgan los teléfonos y desde los órganos centrales tiran de las orejas a las respectivas directivas regionales.
- Juan Ignacio, ¿qué pasa con el lío ese de Senillar? – pregunta el secretario ejecutivo de Política Autonómica del PP al vicesecretario de Política Territorial de la comunidad.
- ¿Un lío en Senillar? – se pregunta más que responde el vicesecretario, dándose tiempo para encontrar una respuesta que sea medio congruente -. Ah, sí, ahora caigo. Nada que deba preocuparnos, el típico follón pueblerino
- Una noticia que sale en El País y a la que dedica un editorial es cualquier cosa menos un follón pueblerino. Mándame por fax toda la información que tengas sobre el pueblo y sus asuntos urbanísticos y diles a los de allí que no den un solo paso ni hagan una puñetera declaración a los medios sin consultarte antes. Estaremos en contacto.
   Desde la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE quien descuelga el teléfono es el secretario de Relaciones Internacionales y Política Autonómica. El vicesecretario de Organización de la calle Blanquerías, sede de la dirección de los socialistas valencianos, es quien le atiende.
- Paco, ¿has leído El País de esta mañana? ¿Qué coño pasa en ese pueblo?
   El vicesecretario le da toda la información que tiene sobre el asunto; toda, no. Le oculta que la noche anterior tuvo una larga charla con el secretario general del partido en la localidad y al comunicarle que iban a aprovechar el incidente para denunciar al gobierno municipal del PP por su desastrosa, y quizá corrupta gestión urbanística, tuvo que escuchar como su correligionario se negaba en redondo a ello.
- ¿Cómo que te niegas? Esta es la ocasión que estábamos esperando para coger a esos advenedizos de la calle Quart por los mismísimos y retorcérselos hasta que revienten.
- Ni se os ocurra - es la tajante respuesta del secretario local.
- ¿Pero en qué clase de partido crees que militas?
- En el partido que, cuando gobernaba Senillar, fue el que autorizó el PAI de la Marina. Como comprenderás, compañero, no podemos ahora salir a los medios diciendo que está mal lo que yo, como alcalde que era, aprobé hace cuatro días. Al menos, conmigo no contéis, antes dimito. La verdad es que no sé por qué tenéis tanto miedo a los medios.