"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 20 de junio de 2014

4.18. Lo que faltaba, los calabreses

   Llegan dos representantes de la Società di Gestione Grazzi para establecer los primeros contactos con los directivos de BACHSA. Lo primero que plantean es que un delegado de la sociedad italiana entre a formar parte del consejo de administración de la empresa constructora. Tras un medido tira y afloja, más para salvaguardar las apariencias que otra cosa, el directorio aprueba la petición.
   En la primera reunión del consejo de administración de BACHSA se aprueba el nombramiento del representante de la sociedad calabresa, se trata del avvocato Enrico Montofarni. A continuación, el consejero delegado da la palabra a Juan Antonio Cardona quien, como responsable de las finanzas de la compañía, expone el actual estado financiero de la empresa. Comienza con la noticia que más temen los empresarios: habrá que rascarse el bolsillo:
- Lamento informar a los señores consejeros que, pese a la reciente ampliación de capital, seguimos padeciendo una creciente falta de liquidez debida fundamentalmente a las crecientes exigencias de Cajaeuropa respecto a refinanciar la masiva compra de nuevos solares.
- Eso no dice nada a favor de cómo se lleva la planificación financiera. Hicimos una ampliación hace cuatro días y ¿ya estamos ante otro cuello de botella? Pido una explicación y que sea convincente – exige un consejero representante de un fondo de inversión.
- La explicación, caballeros, es simple. Nos hemos visto obligados a comprar la mayor parte de los solares del PAI de la Marina antes de que lo hiciese la competencia. Esos terrenos se han encarecido notablemente porque los propietarios son conscientes de lo que valen y porque, como acabo de decir, hay otras empresas muy interesadas en el desarrollo del PAI. Resultado: pese a la nueva capitalización que ha supuesto la ampliación nos encontramos con un preocupante déficit de caja. Y no veo más que tres soluciones: inyectar nuevo capital, vender parte de los terrenos adquiridos o aceptar las, en mi opinión, inaceptables condiciones de la caja.
- Lo de inyectar nuevo capital me huele a otra ampliación. Si lo hiciéramos, ¿qué clase de mensaje estaríamos mandando a los hipotéticos inversores? Pues que BACHSA no es una empresa solvente. Me parece muy poco serio y alguien debería pagar por ello – acusa otro de los miembros del consejo.
- Si me permiten los señores consejeros, explico lo que ha ocurrido - vuelve a intervenir Cardona -. Cuando planeamos la ampliación todavía no habían llegado las nuevas exigencias de la caja respecto a la refinanciación. Si lo hubiesen hecho antes, la salida al parqué hubiese sido con un mayor volumen de acciones. En todo caso – Juan Antonio saca de su lujoso attaché un documento -, aquí está el escrito de mi dimisión como responsable de la gestión financiera y, si el consejo también lo creyera pertinente, mi renuncia como miembro del comité directivo.

   La renuncia de Cardona a sus cargos directivos produce una pequeña conmoción en el consejo traducida en el barullo que sigue a su dimisión. Nadie parece tener muy claro la postura a adoptar, hasta que interviene el consejero delegado, a quien Cardona explicó detalladamente la situación financiera de la empresa hace ya varios días:
- Señores, lo que acaba de explicar Juan Antonio Cardona es la situación real ante la que nos encontramos y de la que él no es el único culpable. Les recuerdo que la ampliación se aprobó por unanimidad, así como antes habíamos aprobado la adquisición de algo más de un millón de metros cuadrados en el sector de la Marina de Senillar. Sobre ambas resoluciones, Cardona es tan culpable como el resto de los que componemos este consejo. Dicho esto, he de añadir que si los terrenos se han encarecido por encima de nuestras proyecciones o si Cajaeuropa ha incrementado exageradamente la comisión que nos quiere cobrar por sus anticipos crediticios no es culpa de nadie de los que se sientan en esta mesa, Cardona incluido. Por consiguiente, no es de recibo la petición de cortar cabezas, sino el momento de aportar soluciones y nuestro hombre de las finanzas ya nos ha adelantado cuales son las tres opciones que tenemos. Eso es lo que hay que debatir, elegir la mejor o, si lo prefieren, la menos mala para nuestros intereses – concluye Oriol Bricart.
   Después de la parrafada del consejero delegado, Rodrigo Huguet, uno de los máximos responsables de la masiva compra de terrenos, toma la palabra, así lo ha convenido previamente con Bricart:
- Caballeros, me reafirmo en lo que siempre mantuve en anterior reuniones del consejo. Comprar suelo en las costas mediterráneas es un valor tan seguro como tener una cuenta en el Banco de España. ¿Dónde van a seguir pasando sus vacaciones la gente de la Europa central, de las islas británicas, de los países escandinavos, de la gélidas estepas rusas? Pues en nuestro litoral. ¿Dónde van a pasar los fríos inviernos europeos los cada vez más numerosos jubilados del norte de los Pirineos? Pues en nuestras costas. Tener solares en el litoral del Mare Nostrum y edificar ciudades residenciales en los mismos es una apuesta tan segura como apostar a que nuestro común amigo Arechabaleta, y permítanme la humorada, es capaz de ganar a cualquiera de nosotros en una partida de mus.

   La última frase de Huguet consigue arrancar una pálida sonrisa a alguno de los consejeros. Serenados los ánimos del consejo y, tras la no admisión por el mismo de la renuncia de Cardona, el debate se centra en el problema expuesto por el hombre de las finanzas y las posibles soluciones al mismo. La mayoría opina que si el desarrollo urbanístico continúa con su imparable evolución los terrenos adquiridos se pondrán a precio de oro. Y si no encontrasen una buena solución al inmediato déficit de tesorería, siempre tendrán suelo que poco a poco podrían ir vendiendo, posiblemente con elevadas plusvalías. El consejo parece ir decantándose por esa solución, bien que provisional y mientras duren los problemas de cash, hasta que de forma inopinada pide la palabra el signore Enrico Montofarni, flamante representante de los nuevos socios italianos, quien se expresa en un español trufado de párrafos itálicos:
- Señores, después de escuchar con il massimo rispetto las diversas intervenciones de los consiglieri, tengo una offerta que podría solucionar inmediatamente los actuales problemi de tesorería que afectan a nuestra empresa – el letrado Montofarni ha conseguido hacerse con la presta atención del resto de consejeros. Prosigue -. Estoy absolutamente accetto que la solucion de acceder a las attestazioni de la caja y la de vender terrenos son male, la única buena es inyectar más capitale a BACHSA. Mio rappresentato son disposti a aportar más soldi siempre que se amplíen sus diritti políticos en la empresa.

   Las palabras del abogado calabrés, pues de esa región italiana es natural il avvocato Montofarni, producen reacciones de todo tipo: desde caras de sorpresa hasta gestos de asentimiento o de rechazo. Los únicos que se mantienen imperturbables son los cuatro miembros del directorio pues ya  conocían previamente la oferta italiana, que fue patrocinada por Oriol Bricart y que, en principio, contó con el frontal rechazo de Juan Antonio Cardona, a quien los transalpinos le parecen unos socios potencialmente peligrosos. No ha conseguido que sus contactos internacionales le confirmen la pertenencia de la sociedad Grazzi a la Ndrangheta, la poderosa y temible organización mafiosa calabresa, pero la mayoría de los indicios apuntan a esa posibilidad. En esta ocasión, Cardona, que no ha hecho partícipe de sus sospechas a ningún otro consejero, no se atreve a votar en contra de la propuesta que es aprobada por el consejo tras escuchar el caluroso respaldo de la misma hecho por el consejero delegado. El núcleo duro de BACHSA cuenta desde ahora con un socio inesperado. Y como musita Cardona:
- Lo que faltaba, los calabreses – y añade siempre en susurro -. Que no nos pase nada.