"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

domingo, 5 de agosto de 2018

*** En verano hay gente que se cree inmortal, como algunos bañistas


   Posiblemente, no estén de acuerdo conmigo, pero yo así lo creo: en verano hay gente que se
cree inmortal. ¿En qué me baso? En la observación del comportamiento de grupos de
personas que realizan distintas actividades habituales durante todo el año y que suelen
intensificarse especialmente en verano. Me refiero a grupos tales como los bañistas, los
peatones, los ciclistas y los automovilistas, entre otros.
   En este post dominical me referiré concretamente al primer grupo: los bañistas. No he
encontrado datos oficiales, pero en alguna parte he leído que en 2017 murieron ahogadas en
España unas quinientas personas. En esa estadística se incluye, al parecer, los que fallecieron
en las playas, las piscinas y los parques acuáticos. Son casi la mitad de los muertos en
carretera. Y así como los accidentes viales suelen levantar gran polvareda mediática cada vez
que se publican sus datos, sin embargo los ahogados en las playas apenas si merecen un suelto
en las páginas interiores de los periódicos. No me pregunten el porqué de ese doble rasero de
la prensa. No lo sé.
   En general, la inmensa mayoría de los bañistas son gente sensata que no se arriesga
fácilmente. Si uno observa cualquier playa comprobará que casi todos los que toman las aguas,
como se decía antaño, están en la zona que va desde donde mueren las olas hasta que el agua
llega a medio pecho o poco más. A ello contribuye el hecho de que en España el porcentaje de
los que saben nadar debe de ser bajísimo[ZR1] . Me baso en el dato de que en las playas pueden
haber cientos de bañistas, pero sobran dedos en la mano para contar los que se arriesgan más
allá de donde cubre el agua. Ese es el comportamiento de la gran mayoría, pero luego está el
grupo de los que en verano se creen inmortales. Estos son otra historia.
   Todos sabemos que en los puestos de socorristas de las playas hay unas banderas que indican diariamente, y a veces hasta por horas, el riesgo de baño en el mar. La verde, buenas condiciones. La amarilla, hay que tomar precauciones. Y la roja, prohibido bañarse. Pues bien, por mucho que las autoridades locales recomiendan respetar las banderas, seguir las normas de seguridad establecidas y las indicaciones de los socorristas, hay alguna gente, los que en verano se creen inmortales, que pasa olímpicamente de los avisos. Varios Ayuntamientos hasta han aprobado ordenanzas para multar a quienes se bañen cuando hay bandera roja con discretos resultados.
   El grupo de los que en verano se creen inmortales se pasan las normas y las banderas por el forro. Todos hemos visto en más de una ocasión a un mar embravecido y pese a enfrentarse con unas peligrosas olas hay gente que se juega la vida metiéndose mar adentro. O estando el mar en calma, podemos ver viejos decrépitos o niños con escasas fuerzas adentrándose en el mar. O gente que después de atiborrarse de paella o cualquier otra delicia gastronómica de esta tierra levantina se mete en el agua sin miedo a lo que pueda pasar.
   Siempre me he preguntado ¿por qué se juegan tan alegremente la vida? Les prometo que en cuanto lo sepa se lo contaré sin dilación. De momento, esos bañistas forman parte de la gente que en verano se cree inmortal.


 [ZR1]