"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

domingo, 26 de agosto de 2018

*** En verano hay gente que se cree inmortal, como algunos automovilistas


   Con este post termino la mini serie sobre la idea, cuestionable por supuesto, de que en verano hay gente que se cree inmortal. Hoy les toca a algunos automovilistas que, por como conducen, parecen pertenecer a esta especie de secta.
   No sé si hay estadísticas acerca de en que estación del año se producen más accidentes automovilísticos, supongo que sí aunque como digo lo desconozco, pero en mi opinión creo que los accidentes de tráfico se disparan en verano. En cierto modo es lógico porque los desplazamientos veraniegos se cuentan por millones y las operaciones de comienzo de las vacaciones y de los retornos ocasionan que las estadísticas de accidentes se disparen.
   Y una de las causas, poco o nada estudiada, que produce ese aumento de heridos y muertos es porque algunos conductores en verano se creen inmortales o poco menos. Relato a continuación algunas de las conductas irregulares y peligrosas de las que he sido testigo durante muchos años en la pequeña población en la que paso mis veranos.
   Como expliqué en mi post sobre los ciclistas, a mi casa veraniega solo se puede acceder a través de un camino rural pobremente asfaltado que se llama el Camí del Campàs y que une dos núcleos turísticos de cierta importancia, sobre todo el primero, Alcossebre y Torrenostra. Por ese camino, que es francamente estrecho, pasan diariamente en verano, como mínimo, un par de centenares de automóviles en ambas direcciones. La velocidad máxima permitida debe de ser de 60 kmh, pero algunos conductores rebasan con mucho esa limitación. No es la primera vez y supongo que no será la última que me he tenido que meter en un sembrado para no darme contra uno de esos pseudopilotos que deben creer que están corriendo por un circuito de Fórmula 1. ¿Deben suponer que por el hecho de que es verano son inmortales y por tanto pueden correr de forma tan temeraria? No lo sé, pero todo podría ser.
   Otra observación. Las contadas calles de Torrenostra que discurren paralelas al mar son relativamente largas y la mayoría de doble dirección. En cambio, las calles que las cruzan y que son perpendiculares al Mediterráneo son cortas, unos 50 ms. como mucho, y unidireccionales. De forma que para pasar a otra vía paralela al mar quizá tengas que recorrer dos y a veces tres manzanas para encontrar una calle por la que girar en la dirección correcta. Pues bien, en verano hay conductores que eso les debe parecer un trabajo ímprobo pues por el aquel de que las distancias son cortas se meten en contra dirección para evitarse un rodeo que en el peor de los casos les llevará tres minutos como mucho. Encontrarte un coche de cara, tanto si vas conduciendo como si vas en bici, supone un susto mayúsculo y sí solo es susto es lo de menos, el problema aparece si es algo más. Incluso he sido testigo del caso de dos coches, uno en dirección correcta y otro en la incorrecta en la que el conductor kamikaze se ha negado a hacer marcha atrás alegando que ya había hecho más de la mitad del recorrido. Sin comentarios. Esos automovilistas que probablemente sean unos habituales cumplidores de las normas de tráfico, ¿por qué se las saltan en verano?, ¿acaso creen que en el estío se vuelven inmortales?
   Y una última postal. Si no recuerdo mal, en los debidamente señalizados pasos cebra o de peatones son estos los que tienen prioridad de paso. Es así según el Reglamento General de Circulación, pero en verano hay conductores que se mofan del reglamento y parece importarles poco que un anciano, como el que esto escribe, se enfade cuando un coche casi se te echa encima en un paso cebra. Este verano no me ha ocurrido, pero sí el año pasado donde un coche a mayor velocidad de la permitida casi se me lleva por delante cuando cruzaba uno de esos pasos. ¿Acaso esos conductores son de los que creen que en verano la gente es inmortal? No lo sé, pero todo podría ser.
   Y aquí lo dejo. Sigan ustedes, a buen seguro que conocen muchas más historias.