"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 28 de abril de 2023

Libro III Episodio 193. El ocaso de la monarquía

   Los Carreño están cosiendo a preguntas al recién llegado de su segundo viaje en el Juan Sebastián de Elcano, y a la pregunta de su madre de si se irá a Madrid con ellos, Álvaro les cuenta por qué no va a ser posible.

   -Ya me gustaría, mamá, pero primero tenemos que hacer en la Escuela los exámenes del curso. En cuanto los terminemos, si aprobamos, nos darán licencia en espera de que la Comandancia General de la Escuadra designe el destino de cada uno.

   -¿Por qué dices si aprobamos, es que tienes alguna duda de que no los puedas superar? –le interpela Julio, receloso.

   -No tengo ninguna, pero los profes no se casan con nadie y un tropezón lo puede tener el más pintado; pero, tranquilos, seguro que aprobaré.

  -¿Y cuándo apruebes qué serás, capitán? –interroga Ángela.

   -Seré alférez de navío que es lo mismo que teniente en el ejército de tierra.

   La charla prosigue en la sobremesa y luego en un café del centro de la ciudad, hasta que, al caer la tarde, los Carreño dejan a su primogénito en la ENM y se despiden hasta que le den la licencia, que Álvaro calcula que será a finales de junio. La familia vuelve a Madrid, donde esperan los hermanos que no han podido viajar a Cádiz, y que aguardan expectantes a que les cuenten todo lo que les ha relatado su hermano mayor.

   El verano se ha echado encima y uno de los aspectos que les comentó el anterior propietario de la farmacia se muestra como cierto. Debido a los calores y las vacaciones veraniegas, la clientela nacional ha disminuido, pero en cambio han aumentado los clientes extranjeros. Pilar ve con agrado que, de todos sus coyunturales mancebos, Eloísa es quien mejor se desenvuelve en estos casos, aunque Jesús tampoco lo hace mal, pero es más eficaz ordenando la rebotica. A pesar de que, como la mayoría de los comercios, las farmacias suelen tener el horario de nueve a catorce, y de dieciséis o diecisiete a veinte horas, los Carreño, tras debatirlo, han optado por tener la botica abierta a mediodía y, en lugar de cerrar, se turnan, de modo que uno de ellos atiende a los clientes. Tener un horario más amplio, unido a que es raro que un cliente salga sin el producto que ha pedido, propicia que las cajas, que todas las noches contabilizan después del cierre, sean cada día más cuantiosas; a ello se añade que la familia sigue siendo tan ahorrativa como ya lo era en Plasencia, lo que ocasiona que Julio, que es quien lleva la contabilidad, pueda contar al resto de la familia:

   -Hijos, como sigamos vendiendo como hasta ahora, vamos a poder pagar los plazos de la farmacia sin mayor problema.

   -Ves cómo era cierto lo que te contamos, papá, que la farmacia sería un modus vivendi más rentable y seguro que la droguería –le recuerda Pilar.

   Hacia el veinte de junio llega Álvaro a Madrid. Ha terminado, y aprobado, los exámenes del tercer año de guardiamarina en la Escuela Naval Militar de San Fernando, con lo que solamente le falta el examen de fin de carrera para su ascenso al empleo de alférez de navío. Cuando eso ocurra, el Comandante General de la Escuadra le asignará, al igual que a sus compañeros de curso, su nuevo destino.

   -¿Y sabes dónde te destinarán? –le interpela Julio.

   -Ni idea, papá. Aunque lo más probable es que sea en alguno de los buques de la flota, pero igual puede ser en la flota del Cantábrico, que en la del Atlántico o del Mediterráneo. De momento, en lo único que pienso es en descansar y divertirme, aunque si tengo que echaros una mano en la farmacia estoy a tus órdenes, mi comandante –y poniéndose firmes hace el saludo reglamentario a su padre ante las risas de los demás.

   Resulta que, tal y como se ofreció, Álvaro ha podido echarles una mano. Es el único de la familia que habla con cierta fluidez una lengua extranjera, en su caso el inglés. Por eso cuando entra en la farmacia un extranjero al que no hay forma de entender, acuden al primogénito para que hagas las veces de intérprete. Del suceso, Álvaro extrae una conclusión de la que hace partícipe a sus hermanos.

   -Si algún día os casáis y tenéis hijos, algo que deberíais hacer es que aprendan idiomas, especialmente inglés, es la lengua que tiene más futuro. Para eso tendríais que matricularlos en una escuela bilingüe.

   Los días pasan rápidos y a mediados de septiembre llega a casa de los Carreño una carta certificada con acuse de recibo. Es una comunicación oficial del Ministerio de Marina en la que se comunica al alférez de fragata don Álvaro Carreño Manzano que ha sido destinado al crucero Príncipe Alfonso, que se encuentra fondeado en el puerto de Santander, y en el que debe embarcar en el plazo de setenta y dos horas a contar desde la fecha de recepción del comunicado. Álvaro cuenta a su familia lo que recuerda del buque.

   -Es un crucero de la clase Cervera. Fue botado en 1927 en los astilleros de la Sociedad Española de Construcción Naval de Ferrol, y comenzó sus pruebas de mar el mismo año. Se trata de un buque de los más nuevos de la flota española. Desde el Príncipe Alfonso, el año pasado observó su majestad el Rey las maniobras nqvqles del verano que tuvieron lugar en Santander y las grandes maniobras de otoño en aguas del Mediterráneo.

   El marino se marcha a Santander desde donde escribe a la familia su primera carta para contarles que el 23 de septiembre partirán hacia Ferrol, ciudad desde la que escribe la segunda misiva en la que les informa que, con base en el puerto ferrolano, harán prácticas de artillería naval y ejercicios de torpedos a lo largo de las costas gallega y cantábrica, prácticas que durarán hasta finales de abril del próximo año.

   Este estío, los Carreño no veranean como están acostumbrados, no pueden permitírselo, pero los padres consuelan a los chicos explicándoles que, si las ventas de la farmacia siguen el ritmo que están llevando, en 1931 podrán volver a marcharse a la costa veinte o treinta días, tal como hacían antes.

   Mientras, la situación de la monarquía española va degradándose, a pesar de que, tras la dimisión de Primo de Rivera, el rey nombra presidente del gobierno al conocido general Dámaso Berenguer con el propósito de retornar a la normalidad constitucional, lo que genera un ácido comentario de Pilar.

   -Actúa como si la Corona no hubiese estado implicada en la violación de la Constitución cuando el golpe de Primo de Rivera.

   Y en efecto, los políticos republicanos y los que se llaman monárquicos sin rey, así como numerosos juristas, denuncian que la vuelta a la normalidad constitucional es imposible. Posición que el periódico monárquico ABC -el que lee Julio- censura duramente. Así se va fraguando la convergencia de partidos republicanos cuyos líderes se reúnen en San Sebastián el 17 de agosto. De dicha reunión, promovida por la Alianza Republicana y a la que asisten representantes de casi todos los partidos republicanos, solo se sabe, a través de una nota oficiosa que publica al día siguiente el diario El Sol, que se hace un llamamiento a las demás organizaciones políticas y obreras para que se sumen a la acción contra el actual régimen político. En definitiva, se establece la base de una estrategia para poner fin a la monarquía de Alfonso XIII y proclamar la Segunda República. Posteriormente, se suman al pacto las dos organizaciones socialistas, el PSOE y la UGT.

   Julio, y otros muchos españoles con él, observa la situación con preocupación puesto que los cambios políticos unas veces sirven para mejorar el estado de la nación, pero en otras lo empeoran y, cuando eso sucede, los primeros en resentirse son los negocios. Y a los Carreño esa posibilidad les asusta, más ahora que les están yendo tan bien las ventas. Los republicanos y los socialistas tienen el propósito de organizar una huelga general que vaya acompañada de una insurrección militar que meta a la monarquía en los archivos de la historia y establezca la república sobre la base de la soberanía nacional representada en una Asamblea Constituyente, tal como se explica en el manifiesto hecho público a principios de diciembre. Para dirigir dicha acción se forma un comité revolucionario integrado por eminentes personalidades republicanas y socialistas. Sin embargo, la huelga general no llega a declararse y el pronunciamiento militar, previsto para el 15 de diciembre, fracasa porque los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández sublevan la guarnición de Jaca el 12 de diciembre. Tras el fracaso de la sublevación, los dos capitanes insurrectos son fusilados, y de momento las aguas parecen remansarse, pero la crispación social y política subyace.

   A los chicos Carreño, como a la inmensa mayoría de la gente joven, no les interesa la política, por lo que apenas si se enteran de lo que está ocurriendo, salvo algún comentario de su padre en las sobremesas. En cambio, Álvaro vive los hechos prerrevolucionarios que suceden en el país de manera apasionada. La Marina española tiene claras tendencias conservadoras y es lógico que gran parte de su oficialidad esté preocupada por el rumbo que muestra la situación política. Y en las cartas que Álvaro escribe a la familia suele haber un apartado en el que comenta las actuales circunstancias.

   A la farmacia Carreño, como empieza a ser conocida en el barrio, acuden muchos de los propietarios de los comercios sitos en la Gran Vía, a la que Pilar y sus hermanas confieren un trato especial, trato que es correspondido cuando son ellas las que van a comprar a otras tiendas. Uno de dichos propietarios, dueño de una perfumería ubicada en la acera de los números impares de la calle, se ha fijado en las maneras que muestra la joven Eloísa tras el mostrador y hoy le ha llamado la atención el hecho de que esté dando consejos a una clienta sobre cremas para la piel, lo que le lleva a interrogarla.

    -Eloísa, ¿cómo siendo tan joven sabes tanto de cremas dérmicas?

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro III, La segunda generación, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 194. Un país que se acuesta monárquico y se levanta republicano