"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

martes, 31 de diciembre de 2013

2.37. ¡Para maná éste!

   Los miembros del consejo de administración de BACHSA, Rodrigo Huguet e Íñigo Arechabaleta, vuelven a desplazarse a Senillar para evaluar sobre el terreno el enfoque y desarrollo de la campaña de compra de terrenos. En la reunión que mantienen con sus apoderados locales, José Ramón Arbós y Amador Garcés, concretan más detalles de la operación.
- Como ya os dijimos, hay que seguir comprando fincas en los sectores del norte. De momento necesitaremos, aproximadamente, un millón de metros cuadrados. ¿Lo veis factible? – inquiere Huguet.
- Sin problemas – contesta Arbós, quien a su vez plantea –. Esto ya os lo pregunté anteriormente, pero vuelvo a insistir en ello, ¿en la partida de La Marina, no pensáis comprar? – a José Ramón no le importa repetirse pues, junto con su oculto socio Badenes, tiene mucho invertido en terrenos de ese sector.
- Por supuesto pero, como también ya os indicamos, de manera discreta, sin forzar la mano. Eso sí, marjal que se os ponga a tiro lo adquirís. Otra cuestión, ¿cuál es el procedimiento habitual en el pueblo en la compraventa de fincas? – quiere saber Huguet.
- Aquí las fincas se venden y se compran por fanegas, que es la medida agraria que se ha utilizado toda la vida – responde Arbós.
- Y la fanega ¿cuánto mide y cuál es el precio medio que se suele pagar por una? pues – pregunta Arechabaleta.
- Una fanega tiene ochocientos treinta y tres metros con treinta y tres centímetros, cuadrados naturalmente. Si es de secano venía a costar unas doscientas cincuenta mil pesetas, la de regadío algo más. Naturalmente, me refiero a los precios que regían antes de que la gente se oliera la tostada – informa Garcés.

   Arechabaleta hace un rápido cálculo mental:
- O sea, que suponiendo una finca que tenga cuatro fanegas y la convertimos en metros sale algo más de tres mil trescientos metros, lo que a mil pesetas el metro supone más de tres millones, el triple que antes. Por consiguiente no deberíais tener ningún problema para comprar el terreno que de momento necesitamos pues.
- Siempre que se cumpla la premisa – precisa Arbós - de que el precio se mantenga en las mil pesetas metro, que eso está por ver.
- Y que esa empresa fantasma, que está comprando fincas, no se nos adelante o aumente su oferta. Si es así, nos puede tocar los huevos, pero que bien tocados – se lamenta Garcés.
- Nos dijisteis que ya no pagan al contao como al principio. Ahí tenéis vuestro punto fuerte. Nuestros corredores irán con el dinero en mano y ante la vista de los billetes no es fácil resistirse pues – afirma con rotundidad Arechabaleta.
- Entonces, ¿nos mantenemos en las mil por metro? – inquiere Garcés.
- En efecto, por ahora ni una peseta más – confirma Huguet -. Manejad el dato que daba antes, que los precios ya han subido el trescientos por cien y que es difícil que suban mucho más. A ello debéis añadir que os han marcado un tope para la compra de terrenos, dad la cifra de unos doscientos cincuenta mil metros, y por consiguiente en cuanto se haya alcanzado esa cota posiblemente no habrá más compras y en consecuencia los precios bajarán. Quien no venda ahora puede quedarse compuesto y sin novia.

   Como han pedido los representantes de BACHSA a sus comisionistas éstos aceleran la compra de terrenos. De entrada los corredores encuentran el mercado un tanto alborotado por las adquisiciones que ya ha realizado la empresa foránea, y de cuyos propietarios nada se sabe. El precio que ofrecen es goloso, mil pesetas por metro son muchas pesetas, y más teniendo en cuenta el valor que tenían las fincas unos meses antes. Son muchos los que optan por vender, especialmente los propietarios de los campos de secano cuya rentabilidad es bajísima. Hay otros que especulan con una futura escalada de precios y se resisten a vender. A veces ocurre que dentro de la familia propietaria hay posturas encontradas, como pasa con la de Pascual Tormo. Sus padres tienen una pequeña finca en la partida de Albalat y, según cuenta en casa el cabeza de familia, les han hecho una oferta.
- Hoy ha venido a verme Laureano, dice que tiene un comprador para el campo de almendros de Albalat. Me ha ofrecido mil pesetas por metro – le cuenta Vicente Tormo a su mujer – y ha añadido que un precio así es como robar el dinero.
- ¡A mil pesetas! Eso es un dineral, le habrás dicho que sí.
- ¡Qué va! Le he contestado que me lo pensaré, pero creo que no voy a vender, estoy convencido de que los precios se van a disparar y podemos sacar mucha más tajada.
- La codicia rompe el saco, Vicente. No seas avaricioso y véndelo. Nunca veremos tanto dinero junto. Además, la almendra ya no es lo que era, ahora vale bien poco. Siempre te estás quejando de que no sacamos ni para los impuestos.
- A lo mejor tienes razón, pero me da en la nariz que el precio que me ha ofrecido Laureano no se va a quedar ahí. De hecho, ayer me contaron en el casino que hay corredores de fuera que ya ofrecen algo más de las mil pesetas, pero con el inconveniente de que son compras con los pagos aplazados.
- Vicente, hazme caso, no le des más vueltas y vende. Que son más un millón y medio de pesetas, ¿cuándo hemos visto tanto dinero junto?
- No te preocupes, mujer. Vamos a esperar un tiempo y a ver qué pasa.

   Las compras, al principio, han ido razonablemente bien, pero pronto el ritmo se ralentiza, los propietarios se resisten a vender a mil pesetas metro. Para hacerse con el volumen de terreno que BACHSA necesita será necesario subir el precio de la oferta. La compañía da su visto bueno y el nuevo tope se fija en las mil quinientas pesetas metro. La enorme subida del valor de la tierra apenas si se nota en el mercado, las ventas siguen estancadas. Quien más quien menos se dice que si de un día para otro el coste se ha disparado un cincuenta por ciento, si espera un tiempo el precio puede subir aún más. Los constructores optan entonces por otra estrategia: negociar la compra de cada finca de manera individualizada sin ponerse un límite concreto. El resultado de esa política de compras tiene un efecto perverso: los precios entran en una espiral vertiginosa que parece no tener fin. La escalada de los costes le inspira a Garcés una idea que se apresura a consultársela a Badenes.
- Agustín, se me ha ocurrido que con esta locura de precios, en la que lo que hoy vale diez mañana cuesta veinte, podríamos incrementar nuestros beneficios si cocinamos un poco las cuentas que presentamos a los de BACHSA.
- ¿Qué quieres decir con cocinar las cuentas?
- Cargar, por ejemplo, un diez por ciento de más al precio real que hemos pagado por una finca. Además de la comisión nos llevamos otro pico. Nuestros beneficios se dispararían.
- No es mala idea, pero eso también supone jugar a la ruleta rusa, ¿te has planteado qué pasaría si los de BACHSA se enterasen?
- No llegarán a saberlo, los corredores que tengo son gente de absoluta confianza y no se irán de la lengua porque, además de la comisión de corretaje, se sacarán un plus con el sobrecoste. Lo tengo todo calculado. Además, con esa política que han marcado de negociar finca a finca nos lo están poniendo como a Fernando VII.
- Tu idea es tentadora, Amador, pero creo que por el momento es mejor ser prudente y no arriesgarnos, no sea que vayamos a matar a la gallina de los huevos de oro. Aunque no descarto que, cómo el tobogán de precios siga tan loco, algún día la pongamos en práctica.

   El precio de los terrenos, lo que serán los futuros solares, sigue escalando cotas hasta que al llegar a las cinco mil pesetas metro parece tomarse un respiro. Recibir mil duros por un metro cuadrado de tierra, en la que caben poco más que media docena de macetas, les parece a muchos de los labradores locales una locura, pero si hay gente dispuesta a pagarlos allá películas. Y son muchos los que venden sus campos por ese precio, ¡nada menos que mil duros! Como cuenta el bueno de Chimo el Saurí, de profesión pocero y demóscopo de vocación, a sus compañeros de dominó:
- Toda la puta vida arrastrándome por esos andurriales alumbrando aguas para ganarme las habichuelas y resulta que el mejor pozo lo tenía al lado ¡y yo sin enterarme! ¿Sabéis cuántos millones me han dado por el baldío que tengo en la partida de Freginals, mejor dicho que tenía, y que estaba abandonado porque es poco más que un roquedal? Mejor no os lo digo porque os puede dar un patatús de envidia. Cuando vi la morterada de billetes encima de la mesa me acordé de aquello que nos contaba mosén Arcadio de la travesía de los judíos en el desierto, lo del maná que les llovía del cielo. ¡Pues para maná, éste!

viernes, 27 de diciembre de 2013

2.36. Se acabó el dilema

   Las conversaciones entre Lorena y Sergio han pasado a ser monotemáticas, ella insistiendo en que puede trabajar en la construcción como electricista y él aduciendo que no está preparado para ese oficio. Lorena es cada vez más terca, en cambio Sergio está cediendo en su negativa ante el empuje y la tenacidad que demuestra la joven.
   Llega un momento en que la situación se torna tan tensa que coloca a Sergio ante el mayor dilema de su existencia: o renuncia a su carrera, y en cierto modo a su familia, o renuncia al amor de su vida. Sabe que no hay componenda posible. A la disyuntiva de por qué opción decidirse se une otra cuestión que ha ido posponiendo hasta ahora: hablar con sus padres, a los que ni siquiera ha dicho que está saliendo con Lorena. Algo que resuelve hacer antes de que sus progenitores retornen a Madrid.
- Papá, mamá, tengo que hablar con vosotros de un asunto muy importante para mí.
   La parca introducción es suficiente para que a su madre le dé un vuelco el corazón. Su instinto maternal le dice que su hijo les va a dar un disgusto mayúsculo y que la causante será el pendón de la chica de los Vercher. El padre, en cambio, no sospecha nada y es quien recoge el envite:
- Tú dirás, hijo, pero quiero añadir algo a lo que acabas de decir. Cualquier asunto que sea importante para ti has de saber que también lo es para tus padres.
- Eso ya lo sabía, papá. Veréis, hace ya unos años conocí a una chica de aquí, al principio solo fue una más de las amigas de verano, pero con el tiempo pasó a ser alguien muy especial para mí…; en fin, lo que quiero deciros es que me he enamorado.

   El padre queda un tanto desconcertado, no esperaba una declaración de ese tipo, en cambio la madre se ha quedado lívida y aprieta con fuerza los dientes como para que no se le escape el lamento que le sube a la boca desde las entrañas.
- Enamorado…, eso son palabras mayores, pero bueno, estás en edad de amoríos y las vacaciones son el mejor momento para eso – opina Lorenzo dando a su comentario un tono de trivialidad.
- No es un simple amorío de verano, papá, os estoy hablando de la mujer de mi vida, de la mujer con la que quiero estar, de la mujer sin la cual no puedo vivir.
- Hijo, sí que te ha dado fuerte. ¿Y por qué no nos lo has contado antes? Porque, a ver ¿cuánto tiempo hace que sales con esa chica? Y otra cosa, todavía no has dicho quién es. ¿La conocemos? Si he de ser sincero, todo esto me parece, no sé cómo calificarlo, un tanto precipitado. Ni siquiera sabíamos – Lorenzo mira a Lola que sigue tan callada como pálida – que estabas saliendo con alguien.
- Llevo saliendo con ella bastante tiempo. Se llama Lorena y es de aquí. Y no creo que la conozcáis. Quien sí la conoce es el abuelo y… - de pronto Sergio se corta, no se atreve a contar a sus padres el verdadero dilema en el que está metido -. Bueno, luego os contaré más, ahora tengo que irme que me está esperando Lorena.

   No es cierto que le espera Lorena, realmente la joven lleva varios días esquivándole, pero Sergio sabe dónde encontrarla.
- Mi vida, tenemos que hablar.
- Mira, Sergio, ya nos hemos dicho todo lo que teníamos que decirnos.
- Un profesor del Santa Ana siempre repetía que hablando se arreglan las cosas y que…
- Tú y tu cole de curas – le ataja Lorena -. Yo sólo he ido a la escuela del pueblo, pero no es necesario ser un cerebrito para saber que hay momentos en que las cosas no se arreglan con palabras sino con hechos y, sobre todo, con sentimientos. Hemos llegado a un punto en que lo único que vale es que, de una vez por todas, te aclares: ¿me quieres o no me quieres? Todo lo demás no importa.
- ¿Cómo puedes dudar de mi amor si estoy loco por ti? – protesta Sergio.
- Mira, bonito de cara, mi padre dice que los hombres de verdad se miden por lo que hacen, no por lo que dicen. O sea, que aplícate el cuento. Y lo que hay que hacer está claro como el agua clara. O te vuelves con tus papaítos, tus libracos y tus Madriles o te quedas conmigo. Lo que hagas demostrará de qué pie cojeas, si eres un tío de los que se visten por los pies o sólo eres un monicaco.
- Pero mi amor…
- Ni mi amor ni leches – le corta Lorena, aparentemente hecha una furia -. Toda tu palabrería no es más que una excusa para justificar que te quieres volver a Madrid y dejarme compuesta y sin novio. Al fin y al cabo no soy más que una tonta de pueblo que confío en ti y que te dio lo que una mujer sólo puede dar una vez en la vida. No eres más que un malparido que me has deshonrado y me vas a dejar tirada. ¿Sabes qué? No quiero saber más de ti. Ni eres hombre ni vales nada.
   Lorena da media vuelta y se marcha sin dar tiempo al chico a reaccionar. La jugada es peligrosa y puede salir mal, pero ha sido un riesgo calculado. Ella sabe que lo tiene bien cogido. A estas alturas de la relación son muchas las redes en que la joven lo ha envuelto. A medida que Lorena le ha ido iniciando en nuevas experiencias sexuales, el deseo de Sergio llega a alcanzar cotas inimaginables. Beso a beso, caricia a caricia, postura a postura la joven le va convirtiendo en un adicto al sexo y le va a resultar muy difícil desengancharse. También está comenzando a emporrarlo. Él que apenas fumaba algún que otro cigarrillo, ahora se está aficionando rápidamente a darle al canuto.

   La frase de ni eres hombre ni vales nada, que Lorena le ha repetido más de una vez, cala hondo en el ánimo de Sergio y, sorprendentemente, es la que precipita que el dilema que ha sido su pesadilla en los últimos tiempos deje de serlo. La jugada le sale bien a Lorena. Al día siguiente Sergio le está esperando a la salida del chiringuito donde trabaja. Su actitud dice más que mil palabras, está completamente entregado. Hará lo que ella le pida sin rechistar. Trabajará en lo que sea. Lorena se hace de rogar, pero al fin le perdona. Le explica que Verónica le habló a su tío de él y de sus estudios y el hombre aseguró que en menos de una semana se comprometía a convertirlo en un instalador electricista fetén. No sólo eso, sino que le iba a dar trabajo en su empresa y que si curraba duro ganaría un montón de pasta, no menos de doscientas mil pesetas mensuales. Y todavía le dijo más: si cogía obras a destajo el monto de la paga podía llegar a los sesenta mil duros y aún sobrepasarlos.
- ¿Crees que seré capaz? – todavía pregunta un dubitativo Sergio.
- Tú eres capaz de todo. Y a dónde no llegues, yo te ayudaré a conseguirlo.
- Tendría que dejar la carrera – se lamenta el joven.
- ¿Y para qué quieres una carrera? En la construcción vas a ganar más pasta que de ingeniero y te la embolsarás ya mismo, no dentro de tropecientos años. No lo dudes, cariño, el futuro está en el ladrillo, eso es lo que dice todo el mundo y todos no pueden equivocarse.

martes, 24 de diciembre de 2013

2.35. Comienza la cuenta atrás

   La acusación del consejero delegado de BACHSA de que desde Cajaeuropa se ha filtrado la noticia del interés de la empresa en la urbanización del litoral de Senillar es rechazada de plano por el director general adjunto de la caja. Como Oriol Bricart no puede probar la imputación, su enfrentamiento con Gaspar Moltó queda en tablas. Ambos directivos hacen de la necesidad virtud y concluyen en que lo mejor para sus respectivas entidades es acortar los tiempos e impulsar los trabajos previos a la urbanización de la costa lo más rápidamente posible. Les urge iniciar la compra de terrenos antes de que los desconocidos compradores que se les han adelantado adquieran las mejores fincas y, al mismo tiempo, encarezcan notablemente el precio de las mismas.

   Rodrigo Huguet e Íñigo Arechabaleta son los dos directivos que la empresa constructora envía a Senillar con el encargo de poner inmediatamente en marcha la operación de compra de terrenos e iniciar los contactos previos para incoar el proceso de recalificación de los mismos. Los constructores se reúnen con sus representantes en la población, Amador Arbós y José Ramón Garcés.
- Supongo que tendréis preparao todo el operativo para la adquisición de terrenos, es así, ¿no? – ante el mudo asentimiento de sus comisionados, Arechabaleta les insta –. Explicarnos los detalles pues.
   Es Garcés quien le da cumplida respuesta:
- Hemos formado un equipo de cinco corredores de fincas, es como aquí se llama a los agentes de la propiedad inmobiliaria – aclara innecesariamente -, para que comiencen a ponerse en contacto con los propietarios de terrenos que se encuentren en la franja de un kilómetro y medio a partir de la línea costera.
- A ese equipo – añade Arbós -, que dirigirá Amador, me sumaré yo cuando haya algún propietario que se muestre especialmente reacio a vender. Por tanto vamos a ser siete personas las que nos dedicaremos a la compra de fincas.
   Interviene Huguet para conocer otros detalles que afectan al operativo:
- ¿Qué pasa con esos misteriosos compradores que se nos han adelantado, se han hecho con muchas fincas?
- No tantas cómo pretendían – informa Garcés -. En ello han sido decisivos los rumores que hice circular sembrando dudas entre la gente sobre la solvencia de unos compradores que siguen sin dar la cara. En los primeros días compraban con suma facilidad porque pagaban a tocateja, pero se ve que han tenido problemas de tesorería, pues en cuanto han dejado de poner los billetes encima de la mesa y han ofrecido pagar a plazos las ventas se han ralentizado considerablemente.
- ¡Una idea cojonuda lo de sembrar bulos! ¿Y a cuánto está ahora el metro cuadrao? – pregunta Arechabaleta.
- Empezó pagándose a quinientas el metro, eso duró unos días, luego comenzó a subir el precio y en este momento está estancado en mil pesetas, aunque temo que esa cota pronto quedará atrás – contesta Garcés.
- Pues hay que aplicarse en las compras antes que los propietarios se suban a la parra. Debéis comenzar comprando en la partida de El Torreón, será el primer sector en el que construiremos – informa Huguet, que añade-. Al estar algo más alejado de la costa y ser fincas de secano podréis adquirir los terrenos a precios más bajos.
- ¿Comprar en El Torreón? – pregunta un desconcertado Arbós -. Yo…, nosotros creíamos que lo que más os interesaba era la partida de La Marina, que es donde están los marjales.
- Por supuesto que nos interesa, y finca que se ponga a tiro en ese sector no hay que dejarla escapar, pero creo que hemos empezado mal. Lo primero que deberíamos haber hecho es contaros los principales acuerdos que aprobó hace unas fechas el consejo sobre la estrategia a seguir en Senillar. A ver, Íñigo, hazles un resumen a nuestros amigos.

   Arechabaleta hace una breve sinopsis de los acuerdos tomados por el consejo de BACHSA respecto a la urbanización del litoral:
- Como ha dicho Rodrigo, empezaremos a construir en la zona norte, en lo que aquí llamáis la partida de El Torreón. Además de lo que él ha contao, hay otro factor a tener en cuenta: según nuestros técnicos, ese es el sector que tiene más probabilidades de que la recalificación del suelo sea más fácil de conseguir. Respecto al humedal, de momento ni mencionarlo, no hay que levantar la liebre, aunque, como también ha dicho Rodrigo, comprar todos los marjales que os ofrezcan, pero sin pagar una peseta de más respecto a las ofertas que hagáis en otras zonas.
- Perdona que te interrumpa, Íñigo, - se excusa Garcés -, pero no creo que nos vendan una sola finca a menos de mil leandras el metro.
- Mil pesetas es un buen precio – admite Huguet -, apalancaros en esa cantidad todo el tiempo que podáis. Haced correr la especie de que no estamos dispuestos a pagar ni una peseta de más por encima de las mil. Y mientras sea posible aguantad el tirón.
- Bien, prosigo – continúa Arechabaleta -. Lo primero que construiremos serán urbanizaciones de bajo coste para poder vender a precios más baratos que en Albalat y, sobre, todo, que en Benialcaide. En una fase posterior, y cuando los figuras del marketing hayan lograo que el público sepa situar a Senillar en el mapa, edificaremos apartamentos de mejores calidades y emprenderemos igualmente la construcción de plazas hoteleras. Otra cuestión, las adquisiciones se harán a tocateja, lo cual os debería facilitar enormemente vuestra labor y de paso chafarles la guitarra a esos compradores desconocidos que nos han querido madrugar. ¿Entendido, pues? Rodrigo, ¿me he dejao algo en el tintero?
   Huguet toma el relevo de su socio en las explicaciones a sus representantes locales:
- Correcto, Íñigo, sólo añadir que, en principio, además del nombre de BACHSA, también aparecerá el de una empresa inmobiliaria, que acabamos de constituir, denominada Mercantil Urbanizadora Senillar, sociedad anónima, que será la encargada de urbanizar. Por cierto, su acrónimo es MUSSA, os lo digo para que os vayáis familiarizando con el nombre. Y hay otro asunto de la mayor trascendencia del que aún no hemos hablado: la cuestión de la recalificación de los terrenos. Tenéis que poneros en contacto inmediatamente con vuestros amigos del Ayuntamiento para instarles a que recalifiquen cuanto antes, sobre todo, los terrenos de la partida de El Torreón. Recordadles, en petit comité, que hay mucho dinero a ganar, e insistir en que habrá pasta para todos. Como sé que todo ello no siempre es fácil de manejar con la debida discreción, y no es que dude de vuestra capacidad, lo mejor será que nos organicéis una reunión con la gente del consistorio.
- Mejor que sea una comida, Rodrigo, con la panza llena es cuando se hacen los mejores negocios pues – sugiere Arechabaleta quien, dado el diámetro que tiene su cintura, tiene toda la pinta de ser un adicto a la buena mesa.

   Terminada la reunión, y una vez que se deshace de Garcés, lo primero que hace Arbós es llamar a Badenes:
- Agustín, me parece que nos hemos columpiado. ¿Sabes lo que nos acaban de confirmar los tíos de BACHSA?, pues que van a comenzar a construir en la partida de El Torreón.
- ¡No jorobes! Este es el segundo palo que nos dan en pocos días. Primero fueron los cagados del departamento de créditos de la central llamándome la atención por la cuenta de crédito que te concedí y obligándome a recortarla y ahora esto. También es mala suerte, con lo bien que iba todo.
- ¿Qué hacemos? – pregunta un Arbós al que la camisa no le llega al cuello.
- De momento, que no compren ni un marjal más, pero que sigan ofertando por fincas de la zona de El Torreón, siempre que la operación sea a plazos. El cash que nos queda en la cuenta ya es muy poco, pero tranquilo, José Ramón – el bancario intenta levantar la moral de su oculto socio -, que la cuenta atrás ya comenzó y verás cómo nos vamos a forrar.

viernes, 20 de diciembre de 2013

2.34. Que Dios te dé suerte

   Sergio se debate en un océano de dudas. Por un lado está Lorena y la irresistible atracción que siente por ella. Por otro, su carrera, sus padres, su futuro. No sabe qué hacer, está hecho un verdadero lío. En ocasiones así es cuando más echa en falta no tener un hermano con quien poder compartir sus dudas e inquietudes. Lo que quiere la mujer de la que está enamorado lo tiene claro, pero sólo de pensar en el disgusto que puede darles a sus padres se le abren las carnes. Sabe lo orgullosos que están de él y de cómo lleva sus estudios. Y aunque su padre se lo prohibió, es conocedor que su madre anda presumiendo por el pueblo que su hijo va para ingeniero. No se engaña, a él también le gustaría terminar la carrera y obtener el diploma de ingeniero superior. Y su padre, pese a su postura de no alardear de ello, también reventaría de satisfacción. Todo se ve agravado por el hecho de que no encuentra con quien confesarse. Al final se decide a hacerlo con la persona que sabe que no le va a fallar.
- Abuelo, si te contara algo y te pidiera que no se lo dijeras a mis padres, ¿me prometes que así lo harás?
   El señor Andrés el Punchent se queda mirando al chico. De toda su prole es su nieto preferido y haría cualquier cosa por él. Más que por la pregunta en sí, es por el tono con que la ha formulado y por la gravedad de su semblante lo que le da la pista de que el muchacho está hablando muy en serio. Debe de tener algún problema – piensa -, lo más probable es que haya una muchacha por medio. Su respuesta no puede de ser otra:
- Prometido. Lo que me cuentes, sea lo que fuere, queda entre abuelo y nieto. Algo así como cuando dicen en la tele lo de que esta confidencia queda entre abogado y cliente.
- Gracias, abuelo. Sabía que podía confiar en ti. Lo que no sé es por dónde empezar.
- Hay un sistema que no suele fallar. Comienza por el principio.
- No sé si por el principio o por el final, pero la verdad es que estoy hecho un verdadero lío. Tengo un rompecabezas gordísimo y no encuentro manera de solucionarlo.
- Siempre hay formas de solucionar los problemas, sean los que fueren.
- Ya lo sé, pero la cuestión es que opte por la solución que opte voy a hacer sufrir a personas a las que quiero.

   La inicial sospecha del abuelo de que su nieto tiene un lío de faldas se resquebraja. No debe ser un problema con alguna muchacha, debe de tratarse de algo más gordo y decide allanarle el camino para que vea que él también se ha encontrado ante tesituras espinosas:
- Verás, hijo, siempre es duro hacer sufrir a alguien que te quiere, pero en ocasiones la vida nos pone en el disparadero de tener que hacerlo. Llegado ese momento lo que hay que procurar es hacer el menor daño posible y, si se tiene la oportunidad o se puede, intentar explicarlo a la persona a la que has perjudicado. Te voy a poner un ejemplo personal por si te sirve. Cuando aconsejé a tu madre que aquí no tenía futuro ninguno y que lo mejor para ella era que se marchara a la ciudad, sabía que con mi consejo iba a hacer sufrir a tu abuela. Lola era la única hija que teníamos y la abuela contaba con ella para que nos cuidara en la vejez. Le expliqué que la muchacha tenía derecho a tener una vida y un futuro mejor que el de quedarse en el pueblo. Tu abuela, que era muy suya, no lo entendió y me armó una zapatiesta de aquí te espero Baldomero. Yo me tragué la bronca, pero insistí a tu madre que lo mejor era que se marchara y que no se preocupara por la abuela, ya la se pasaría.
- ¿Y se le pasó? – pregunta Sergio interesado por el relato de su abuelo.
- Tardó muchos años, pero cuando llegaron tus padres a enseñarnos el niño que habían tenido y cuando la abuela te tuvo en sus brazos, en ese momento supe que el enfado se le había pasado. El tiempo es un poderoso ungüento capaz de cicatrizar la mayoría de las heridas.

   Tras escuchar el relato de su abuelo, Sergio le cuenta el dilema en el que se debate. La primera opción, la que sabe que es más razonable, es volver a Madrid, continuar sus estudios, tener contentos a sus padres, pero que si la elige perderá a Lorena. La otra alternativa es quedarse en el pueblo, trabajar en lo que pueda, posiblemente en la construcción, e irse a vivir con la joven. Si opta por lo primero hará sufrir a su amada. Si se decide por lo segundo, serán sus padres los que sufrirán. Y elija una u otra opción él también lo pasará mal porque hará padecer a personas a las que quiere.
   El abuelo piensa que su primera sospecha era cierta: mujer habemus, aunque el problema se las trae.
- Vamos a ver, Sergio, ¿desde cuándo conoces a esa muchacha?
- Desde hace tres veranos, pero salir con ella desde el año anterior.
- Poco tiempo es ese – sentencia el abuelo.
- Pues a mí me parece que ha pasado un siglo.
- ¿Y tanto la quieres?
- Más que a mi vida, abuelo.
   Las últimas palabras del chico le han dado al señor Andrés la referencia de que el asunto es serio y que no resultará sencillo darle la vuelta a la tortilla.
- Te voy a decir algo que no voy pregonando por ahí, pero que sospecho que ya sabes. De entre todos los nietos que tengo tú eres mi preferido. Hagas lo que hagas contarás siempre con mi apoyo – el señor Andrés hace una pausa meditando cómo proseguir -. Dices que la quieres más que a tu vida, ¿y ella cuánto te quiere, también más que a su vida?
- Ella también me quiere muchísimo, abuelo. Me lo ha demostrado.
- ¿Cómo?
- No te lo puedo contar, pero cuando una mujer hace lo que ella ha hecho es porque quiere a un hombre de verdad.

   El abuelo duda en decir lo que piensa, pero es mucho lo que se juega su nieto y decide lanzar un tiro a ciegas y ver qué pasa:
- ¿Se acostó contigo?
   Sergio también vacila, hay ciertas intimidades que no deben contarse ni siquiera al abuelo de uno, pero puesto en la senda de la franqueza se sincera:
- Sí. Y fue el primer hombre que conoció.
- ¿Cómo lo sabes?
- Porque me lo dijo ella.
- ¿Y tú la creíste?
- Naturalmente, abuelo. Lorena jamás me engañaría.
   El señor Andrés se queda mirando a su nieto y piensa que tan cándido como es va a recibir muchas bofetadas en la vida y muchos disgustos de las mujeres, pero estando tan enamorado como se le ve, ¿qué diablos va a aconsejarle?
- Mira, hijo, la verdad es que no sé qué aconsejarte porque en asuntos de sentimientos siempre resulta difícil acertar por una sencilla razón: el que quiere el consejo lo pide con el corazón y el que aconseja suele hacerlo con la cabeza y eso es algo como intentar mezclar el agua con el aceite. Lo único que se me ocurre es que no deberías tomar tu decisión en caliente, tómate tu tiempo – Y el abuelo añade para sus adentros: y que Dios te dé suerte que la vas a necesitar.

martes, 17 de diciembre de 2013

2.33. ¿Quid prodest?

   Uno de los agentes inmobiliarios, a quien ARBOGAR ha contratado para la compra de suelo cuando se dé el pistoletazo de salida al proyecto de urbanización en Senillar, es quien alerta a Amador Garcés:
- Han comenzado a comprar terrenos.
- ¿Quién? – pregunta un alarmado Garcés.
- Un comprador de fuera. Me lo ha dicho Granell, que ha vendido un campo de almendros que tiene en la partida de Albalat.
- ¿Y te ha dicho con qué fin se lo han comprado?
- No lo sabe, el que le ha hecho la oferta no es más que otro agente de la propiedad inmobiliaria. Lo único que le ha comentado es que trabaja para una empresa de Madrid, pero apuesto a que van a construir porque por lo que me cuentan no es el único propietario al que han tanteado.
- ¿Qué quieres decir con lo de han tanteado, es qué hay más de un corredor comprando?
- Eso parece.

   Garcés, presa de gran nerviosismo, telefonea inmediatamente a Badenes:
- Agustín, ¿sabes algo de unos corredores que están comprando terrenos en el pueblo?
- Estaba a punto de llamarte – responde el bancario -. Acabo de enterarme ahora mismo. ¿Qué información tienes? – pregunta Badenes tan cauto como de costumbre.
- Ninguna salvo lo que me acaba de contar uno de los corredores que he fichado para ARBOGAR. ¿Tú crees que están comprando para construir?
 - Saberlo, como te he dicho, no lo sé, pero seguro que es para construir, para qué va a ser si no. Para mí que alguien se ha ido de la muí y algún listo nos está haciendo la santísima – se queja farisaicamente el bancario.
- ¿Y qué hacemos? – quiere saber Garcés -. ¿Doy la orden de que empiecen a comprar?
- Vamos a hacer las cosas con cabeza, Amador. Lo primero es tranquilizarnos y no empezar a dar palos de ciego. Lo segundo, llama a Arbós por si él supiera algo y luego ponte en contacto con los de BACHSA y les informas. Por mi parte, ahora mismo telefoneo a la central y les cuento lo que está sucediendo para que me den instrucciones. En cuanto sepas algo más me lo dices en seguida. Yo haré lo mismo.

   Las llamadas entre el consejero delegado de BACHSA y el director general adjunto de Cajaeuropa casi se cruzan. Como ninguno de ambos tiene otra información que la que, desde Senillar, les han facilitado Garcés y Badenes, deciden que vaya Rodrigo Huguet acompañado de Manolo Toresano, el arquitecto, para averiguar qué diablos está ocurriendo.
   Los enviados de BACHSA se reúnen con Arbós y Garcés y no sacan mucho en limpio. Arbós confirma que la compra de fincas se acelera por horas y, como consecuencia, los precios se están disparando. A su vez, Garcés les informa que en el pueblo corren mil y un rumores: que si van a construir un campo de golf y a su alrededor van a edificar una urbanización de lujo, que si son unos inversionistas alemanes que tienen la intención de construir una ciudad residencial para jubilados de su país, que si se trata de la mafia rusa que está lavando dinero con la compra de bienes inmuebles en todo el levante español, que… Hay bulos para todos los gustos, pero ninguno parece lo suficientemente consistente para darle mucha credibilidad.

   Moltó, que no se fía mucho de la capacidad inquisitiva de los representantes locales de la constructora, encarga a Badenes que hable con los clientes de más confianza y si necesario fuera que tire de la lengua a sus múltiples conocidos aunque no operen con la caja, pero que es de todo punto imprescindible enterarse de quien hay detrás de las compras de terrenos que se están llevando a cabo. No es que sean todavía muy importantes, pero si han tenido la virtud de alertar a los propietarios lo que ha supuesto un notable incremento de los precios. Unas horas más tarde, el director local de Cajaeuropa llama a su superior:
- Gaspar, soy Agustín. He revuelto Roma con Santiago y no he conseguido sacar nada en limpio.
- ¿Has preguntado a todos tus contactos?
- Como te he dicho, no he dejado piedra sin remover pero sorprendentemente nadie parece saber nada y si alguien lo sabe no suelta prenda.
- Resulta increíble, Agustín, que en un pueblo tan pequeño no se haya filtrado nada. Algo tendrán que decir los que están comprando.
- Sólo cuentan que están efectuando las operaciones para unos inversores de Madrid, pero que ni siquiera ellos saben quiénes son. Y de ahí no hay quien les saque.
- ¿Y no has detectado operaciones anómalas en tu oficina?
- Ninguna.
- Bueno, en cuanto tengas la más mínima información me llamas inmediatamente. Este asunto es prioritario.

   Cuando Huguet y Toresano cuentan al resto de los miembros del directorio de BACHSA la escasa y, sobre todo, confusa información que han conseguido, el desconcierto, primero, y el enfado, después, es unánime.
- Alguien se ha ido de la lengua y estoy convencido de que no ha sido ni un desliz involuntario ni una casualidad – sospecha Bricart.
- Puedes echar un órdago a chicas que así ha sido pues – corrobora Arechabaleta.
- ¿Y quién habrá sido el hijo de puta que nos la está jugando? – se pregunta Huguet.
- Como dijo Lucio Longino ¿quid prodest? – la cita la ha soltado Cardona.
- Coño, Juan Antonio, habla en cristiano – se sulfura Bricart, a quien las expresiones cultas de su socio le suelen poner de mal humor.
- ¿A quién beneficia esta situación? Eso es lo que hay peguntarse – traduce Cardona.
- Evidentemente, a la competencia, pero ¿a quién concretamente?, porque hablar de la competencia así en abstracto no nos da ninguna pista – puntualiza Huguet.
- En mi opinión – interviene Cardona -, que se haya precipitado la operación de compra de terrenos y el consiguiente encarecimiento de los mismos, más que a otra u otras constructoras a quien más beneficia es a la caja. Y el razonamiento es simple: cuanto más caros tengamos que comprar los solares más tendremos que recurrir a su financiación y mayores van a ser sus beneficios.
- Por una vez estoy de acuerdo contigo, Juan Antonio. Seguro que esto es obra del estreñido de Moltó que de esa forma, además de sacarnos los cuartos con su bonus, le sacará más rédito al que le van a dar en la caja. Esto exige un cara a cara de inmediato, algo que os pido que dejéis de mi cuenta. ¡Se va enterar el niñato ese lo que cuesta un peine!

   La reunión de Bricart con Moltó, es tormentosa. El constructor acusa abiertamente al representante de Cajaeuropa de que alguien de la caja le ha soplado a otra compañía de la competencia el proyecto de urbanizar Senillar y que están repensando lo de llevar adelante la operación. El banquero considera una ofensa a su prestigio y a la profesionalidad de su personal semejante acusación y reta al constructor a que pruebe lo que dice o que retire la inculpación de inmediato. El enfrentamiento acaba en tablas, pero la relación de cordialidad queda tocada.

   Gaspar Moltó vuelve a telefonear a Agustín Badenes para conocer las últimas averiguaciones que haya podido hacer su subordinado.
- Nada, Gaspar, no he conseguido enterarme de nada. En los años que llevo en el pueblo no había visto nada parecido. Lo único que corre por los mentideros son los rumores que te comenté, pero que, en mi opinión, son escasamente creíbles.
- O sea que, como dicen los mejicanos, alguien nos ha madrugado.
- Más o menos así parece ser – certifica el director local de la caja mientras una sonrisa sarcástica se plasma en sus labios.
   En cuanto cuelga el teléfono Badenes llama a Arbós:
- ¿Puedes hablar? – pregunta con su habitual cautela.
- Sí, estoy solo. ¿Pasa algo?
- No, no pasa nada. Te llamo para reiterarte que es fundamental que nadie sepa que detrás de las compras de terrenos estamos nosotros dos. Si llegara a saberse se iría todo al garete. No te canses de recordarle al gerente, cada vez que hables con él, que la discreción es lo más importante en esta empresa. ¿Entendido?
- Descuida, Agustín, así lo hago.
- Fenomenal, José Ramón, mientras siga así los primeros beneficiados de este negocio seremos nosotros.

viernes, 13 de diciembre de 2013

2.32. Tiran más dos tetas…

   Sergio no ha dicho a sus padres que está saliendo con Lorena, intuye que no les va a gustar, sobre todo a su madre que no tiene gran opinión sobre la mayoría de sus paisanas. Le ha oído comentar, en más de una ocasión, que las senillarenses de adolescentes sólo piensan en pasárselo bien, de jóvenes con lo único que sueñan es con casarse y de adultas todo se les va en criar hijos, engordar y abandonarse.
   Como Senillar no deja de ser un villorrio, se cumple una vez más esa ley no escrita pero inexorable que, en los pueblos pequeños, todo se acaba sabiendo. Pese a que la familia de los Punchent no es muy extensa, en cuanto la madre de Sergio llega al pueblo a pasar las vacaciones es una prima suya la que le va con el cuento de con quién está saliendo su hijo.
- Lola, ayer vi a tu chico muy acarameladito.
- ¿Sí?, ¿y quién era la afortunada?
- La chica de los Vercher. Del padre igual no te acuerdas, pero seguro que de la madre sí. Hasta es posible que fuerais al mismo tiempo a la escuela, es María Antonia la Torramans.
- Claro que sí, fuimos compañeras, al menos un par de años, en la clase de doña Alfonsina. No recordaba que tuviera una hija, aunque tampoco es tan raro que no lo sepa, debe de hacer un montón de años que no la he visto. Creo recordar que cuando se casó estuvo algún tiempo viviendo en Carcaixent.
- Así fue, pero cuando heredó la casa de sus padres volvió al pueblo. De eso hace ya unos cuantos años.
- ¿Y qué tal es la chiquita?
- Es mona y está hecha toda una mujer.
- Habrá salido a su madre, era bastante guapetona, pero la chiquilla ¿qué tal es?, me refiero al tipo de vida que lleva, si estudia o trabaja; en fin, esa clase de cosas, ya sabes.
- Si quieres que te diga la verdad no sé mucho de ella, sólo puedo decirte que está o estaba de aprendiza de peluquera en un establecimiento de Albalat, aunque algo me suena de qué si lo dejó. También sé que tiene fama de ser una descarada, pero eso se puede decir de más de la mitad de las chicas del pueblo. No puedes ni imaginarte cómo sube la juventud de hoy en día. Y como te veo interesada, habla con Rosario la Maicalles. Lo que no sepa ella no lo sabe nadie

   Efectivamente, la Maicalles se conoce al dedillo la vida y milagros de la chica de los Vercher y se la cuenta a la buena de Lola, sin omitir ni una coma, incluidos su distintos amoríos. Termina su explicación haciendo algo que nadie le ha pedido, dar su opinión sobre la moza pero es que la chismosa tiene sus razones para ello:
- … también te digo, Lola, que chicas como la Lorena hay mil en el pueblo. No es ni peor ni mejor que la mayoría, pero otra cosa también quiero decirte: no es mujer para tu Sergio. Un chico que va para ingeniero se merece algo mejor, una muchacha más educada, con más mundo, con más saber estar; en fin, como mejor formada. Porque un ingeniero supongo que necesita a su lado una mujer que sepa estar a la altura de la gente de copete con la que, más pronto que tarde, se codeará. Y desde luego la Lorena de buenas maneras está en ayunas y de cultura y de todo lo que debe de saber una señora, cero patatero. No ha estudiado nada, ni siquiera cultura general, sólo lo que haya podido aprender en la escuela. Tampoco ha salido nunca del pueblo. Por eso digo que no es mujer para tu hijo. Al menos, ese es mi parecer.
- Más de acuerdo contigo no puedo estar, Rosario. Si esa chica es como me has contado no es que no valga para mi Sergio, es que no vale para ningún hijo de buena familia. Menuda pájara está hecha y ¡tan jovencita cómo es! Razón tienes, hay que ver cómo sube ahora la juventud.
- Tu chico es que ha tenido mala pata al fijarse en la hija de los Vercher. Con la de buenas mozas que hay en el pueblo y algunas de casas muy fuertes, con muchas fincas y sus buenos duros en el banco. Ya se podría haber prendado de alguna de ellas.
- Siempre pasa lo mismo, Rosario, hay ojos que se enamoran de legañas.
   Al llegar a este punto, tal es la cara de desconsuelo de la pobre Lola que Rosario intenta aguar el vino de su cruda exposición:
-  Aunque también te digo que yo no me preocuparía demasiado, al fin y al cabo lo más seguro es que no sea más que uno de esos amoríos de verano que comienzan a principios de julio y suelen acabar, como muy tarde, a finales de agosto.

   Pese a la predicción de la Maicalles sobre las relaciones veraniegas, Lola queda muy preocupada. Sabe que su hijo no tiene ninguna experiencia sobre el sexo femenino, no le ha conocido ninguna novia en plan serio, apenas algunas amigas esporádicas de la vecindad. Y teme lo peor, se figura cómo se las puede gastar una jovencita tan resuelta como parece ser la pequeña de los Vercher, contra cuyas mañas malamente se podrá defender el pardillo de su retoño. Algo tendría que hacer, ¿pero qué? De entrada, descarta lo de hablar con Sergio, sabe que es muy sentimental y, si se ha enamoriscado de la muchacha como parece, prohibirle que la siga viendo podría ser como echar gasolina al fuego. Sopesa lo de contárselo a su padre. Abuelo y nieto se llevan muy bien y quizá él sería capaz de persuadir al chico de lo contraproducente de la relación. Al final no lo hace, su padre está achacoso y no es una buena idea cargarlo con otras preocupaciones. A quien sí le cuenta sus temores es a su marido, éste trata de tranquilizarla:
- No te preocupes, mujer. El chico está en la edad de que le gusten las mujeres, lo contrario sí sería para preocuparse. Y en el pueblo aparte de ir a la playa hay pocas cosas más con las que pasar el rato. Es lo más natural del mundo que salga con alguna jovencita, que sea de aquí o de fuera es lo de menos. Estoy seguro de que esa relación no será más que el clásico amorío de verano. Y en cuanto se vuelva a Madrid, a los cuatro días se habrá olvidado de la muchacha.  Por tanto, no le des más vueltas y deja de obsesionarte.
- Sí, pero es que ya has oído que clase de chica es. Una tunanta de mucho cuidado, con más malas artes que una suripanta. Una chica así, tan experimentada como parece ser la Lorena esa, es muy capaz de sorber el seso a nuestro hijo que en lo que atañe a las mujeres está más verde que el perejil.
- Bueno, bueno, en los pueblos se suele exagerar mucho. Tú me has contado muchas veces que el chismorreo es una de las ocupaciones favoritas de tus paisanos. Por eso no me extrañaría que de lo que te han contado más de la mitad no fuera cierto.
- Aunque sólo sea cierto la mitad de lo que me ha referido la Maicalles es suficiente para preocuparse. Esa chica es más ligera de cascos que yo que sé y puede malbaratar a nuestro hijo – insiste Lola que, patentemente, parece muy preocupada.
- Vamos, mujer, no será para tanto. Lo que debes de hacer es olvidarte del asunto y no darle más vueltas, porque como te obsesiones con ello lo único que vas a conseguir será amargarte el verano. Además, Sergio está muy formado, ha madurado mucho desde que va a la universidad, es un chico de sólidos principios y no va a perder la cabeza fácilmente.
- Ay, Lorenzo, que ingenuo eres y que poco conoces a la juventud de ahora. Como la desvergonzada esa se le abra de piernas, ya verás a dónde van a parar los principios de tu hijo ¿o es que has olvidado el dicho de que tiran más dos tetas que dos carretas? – parece que en lo tocante al refranero Lola la Punchenta ha salido a su padre.

martes, 10 de diciembre de 2013

2.31. El santo advenimiento está al llegar

   El estudio hecho por la empresa norteamericana sobre la planificación urbanística del litoral de Senillar no ha gustado a la mayoría del consejo de administración de BACHSA que termina rechazándolo. La siguiente decisión que toma es encargar el trabajo a un viejo conocido, el arquitecto Manolo Toresano.

   Los técnicos del estudio se ponen manos a la obra. En cuanto tienen el primer diseño lo presentan al núcleo duro del directorio de la empresa. La primera medida que proponen es ordenar el proyecto en dos fases. En la primera los esfuerzos de la empresa se centrarán en la construcción de urbanizaciones de bajo coste y, por ende, de regular calidad. La principal finalidad será poder vender los apartamentos a precios que sean competitivos con los de las urbanizaciones de Albalat y Benialcaide que se benefician de los muchos años que llevan en el mercado inmobiliario y de que las localidades en que se asientan tienen unas señas de identidad ampliamente conocidas.
- Si construimos viviendas de bajo coste sólo podemos esperar que los compradores también sean de menor poder adquisitivo y eso, de alguna manera, puede influir en el devenir de la globalidad del proceso urbanizador. El hecho de que los primeros vecinos de estas urbanizaciones sean de una clase socioeconómica u otra posiblemente condicionará la evolución de lo que construyamos después – augura Cardona.
- Es posible, pero de lo que en principio se trata es de construir rápido y con costes que no repercutan excesivamente en el precio final. Es la manera más efectiva de hacer caja para poder afrentar otros retos de mayor enjundia pues – explica Arechabaleta.
- Además, cuanto antes nos liberemos de las leoninas condiciones de Cajaeuropa mejor cuadraremos las cuentas. Esos cabrones de la caja como te descuides te sacan hasta las entrañas – acusa Bricart.
- Antes de pasar al siguiente punto tengo una pregunta – formula Huguet -, el plan presentado sólo habla de apartamentos, pero ¿acaso no vamos a construir hoteles? Sabéis mejor que yo que sin plazas hoteleras no podremos consolidar una clientela vacacional de un cierto pedigrí, y digo esto haciéndome eco de la anterior queja expresada por Juan Antonio.
.- La construcción de establecimientos hoteleros está prevista para una fase ulterior – aclara el arquitecto Manolo Toresano que es quien presenta el plan.

   La segunda propuesta de los técnicos que encabeza Toresano es comenzar a construir en la zona norte de la costa. Es el sector en el que, al estar algo más alejado del mar y ser tierras de secano, el precio del terreno será mucho más barato y, sobre todo, tiene más probabilidades de que la conversión de suelo rústico en urbanizable se logre con mayor facilidad. El consejo de administración también acepta la propuesta.
- ¿Esa zona tiene algún nombre concreto? – pregunta Arechabaleta.
- Se denomina la partida de el Torreón – informa Toresano -, así llamada porque hay restos de una torre vigía medieval. Está ubicada en la costa norte del pueblo y conformada, en su mayor parte, por fincas de secano en las que se alternan campos de almendros, olivos y algarrobos, también hay terrenos que están en barbecho.
- Habrá que comunicar a nuestros apoderaos en el pueblo que comiencen a comprar terrenos ya mismo, antes siquiera de que los mendrugos del Ayuntamiento lo recalifiquen pues – apunta Arechabaleta.
- Sin prisas, Íñigo, - le calma Cardona que es la cabeza financiera del equipo -. No hay que invertir un duro hasta que el flujo de crédito de la caja sea una realidad.
- Toresano – interviene Huguet, dirigiéndose al arquitecto -, creo que tienes una última propuesta, ¿no?
- En efecto, la última. Dejar para una fase posterior la consecución de que el Ayuntamiento elabore un Plan General de Ordenación Urbana para facilitar la conversión del suelo de todo el término municipal.
- El gabinete jurídico – interviene Cardona – también ha presentado algunas recomendaciones. Sugiere que sería oportuno constituir una Agrupación de Interés Urbanístico y hasta proponen un nombre para la misma: la AIU El Torreón de Senillar que, posteriormente, inscribirán en el Registro de Entidades Urbanísticas Colaboradoras. Asimismo, considera imprescindible crear una nueva empresa inmobiliaria a la que, a reserva de nuestra aprobación, la ha denominado: Mercantil Urbanizadora Senillar, SA.
- ¿Y por qué llamar a la Agrupación de Interés Urbanístico El Torreón? Basta con denominarla de Senillar pues, o mejor aún de El Marjal – sugiere Arechabaleta.
- Íñigo, cuanto menos hablemos del marjal mucho mejor nos irá. Una cosa es urbanizar fincas de secano que apenas valen algo y otra muy distinta es pretender construir en un humedal. Por tanto, creo que lo de el Torreón nos vale por ahora – replica Huguet.
   El directorio aprueba por unanimidad todas las propuestas.

   Oriol Bricart, como consejero delegado, se pone en contacto con Gaspar Moltó, el flamante director general adjunto de Cajaeuropa, para transmitirle los acuerdos tomados por el consejo y mantener una reunión más para terminar de precisar los flecos que han quedado en el aire en el pacto entre BACHSA y la caja. No tienen mayores problemas para cerrar el acuerdo. La caja financiará  tanto la compra de suelo como la construcción de las primeras urbanizaciones y también será la que conceda los préstamos hipotecarios a los futuros compradores. La reunión es menos complicada de lo que preveía Bricart porque en lo que más interesado está el banquero es precisar las condiciones de su bonus, el que arrancó a los constructores al inicio de las conversaciones para formar la alianza entre la empresa constructora y la caja.

   Moltó comunica inmediatamente al director local de la caja que el acuerdo, a falta de algunos pequeños detalles, está cerrado, aunque no le explicita todos los aspectos de lo tratado. A Badenes le falta tiempo para ponerse en contacto con Arbós:
- José Ramón, la cosa está hecha. Nuestra empresa tapadera debe comenzar a comprar terrenos. Ni que decir tiene que deberá hacerse todo de la forma más discreta posible. Si llegara a descubrirse que ambos estamos detrás sería nuestra ruina. Por tanto, insístele al gerente que toda discreción será poca y que si alguien pregunta la respuesta es que se trata de unos inversores de Madrid cuyos nombres tiene prohibido hacer públicos y punto.
- Tranquilo, Agustín, que lo tengo todo muy controlado. Otra cuestión, como habíamos quedado las compras serán a tocateja, ¿no?
- Por descontado, con lo desconfiados que son tus paisanos a buena hora iban a vender a unos desconocidos sin que previamente vieran los billetes encima de la mesa – comenta Badenes con ironía.
- Oye, ¿y hasta que límite ordeno comprar?, me refiero al monto total de las adquisiciones.
- Por eso de momento no te preocupes, con el crédito que he puesto a tu disposición, y teniendo en cuenta al precio que está ahora la fanecà, vas a poder comprar medio término municipal.

   A continuación, Badenes llama a Garcés:
- Amador, me dicen de la central que el acuerdo final entre la caja y los constructores es cuestión de días. Comienza a reclutar corredores puesto que en cualquier momento tendrán que estar operativos.
- ¿Empezamos a comprar fincas?
- Espera a que los de BACHSA nos den luz verde, aunque Moltó dice que pueden dar el okey de un día para otro.
- Es que si comenzamos ahora - insiste Garcés – podremos comprar mucho terreno por cuatro perras y ganaríamos un pastizal.
- ¿Y con qué dinero íbamos a comprar sin acceder a la línea de crédito que la caja abrirá a BACHSA?
- La caja podría dar un crédito blando a ARBOGAR que…
   Badenes le interrumpe:
- Amador, no tengo capacidad para eso, la central aún no me ha otorgado poderes para dar créditos de la cuantía que sería necesaria para las compras.
- No estoy hablando de mucho dinero – reitera machaconamente Garcés -, se podría dar una señal y cerrar las operaciones en cuanto te den el visto bueno para…
- No insistas, Amador – vuelve a cortarle Badenes -, lo que no puede ser, no puede ser. Ya sé que vamos a dejar de ganar bastante dinero, pero con las fenomenales perspectivas que tenemos por delante no podemos desbaratarlas por hacer unas operaciones antes de tiempo que iban a cantar mucho. Como te he dicho, es cuestión de días. Paciencia, que para nosotros el santo advenimiento está al llegar.

viernes, 6 de diciembre de 2013

2.30. Ni eres hombre ni vales nada

   Siempre que Sergio hace alusión de que no tiene la menor posibilidad de ganar dinero hasta que no termine la carrera, lo utiliza Lorena para rebatir los argumentos del joven y le brinda el resquicio para comenzar otra fase de su plan: convencer al chico de que si puede ganar lo suficiente para poder vivir juntos.
- Siempre hay posibilidades de ganar pasta, como casi todo sólo es cuestión de proponérselo – afirma Lorena de forma tajante.
- No creas que no lo he pensado. Cuando vuelva a Madrid voy a dar clases particulares de matemáticas que se pagan muy bien y comenzaré a ahorrar.
- ¿Y cuánto vas a ganar dando clases?, ¿unos cientos de pesetas al mes?, ¿y qué vas a conseguir con eso? Yo te lo diré, nada de nada. Una pareja para vivir con cierto desahogo necesita bastante más. Y eso no lo conseguirás haciendo unas cuantas horas extras de profesor particular. Tendrías que tener un curro a tiempo completo. Y para que veas que no me quedo en la mera palabrería como tú, yo estoy dispuesta a hacer lo mismo.
- Es que no imagino otra cosa en la que podría currar ahora – a Sergio ya se le va pegando el vocabulario de la muchacha -, pero te prometo que en cuanto termine tercero voy a buscarme un trabajo de becario o de colaborador a tiempo parcial en empresas de electrónica y en los que te puedes sacar un dinerillo curioso. Algún profesor ya nos lo ha comentado.
- A ti no se te ocurre nada que sea para ahora, todos tus planes para buscarte la vida siempre se remontan a un mañana que cada vez lo veo más lejano y siempre sin salir de Madrid. Así no vamos a ninguna parte – y Lorena añade con voz compungida -.Tú no me quieres de verdad, Sergio.
                                                            
   Los diálogos entre ambos jóvenes sobre qué podría hacer el chico para ganar dinero y quedarse en Senillar para iniciar una nueva vida como pareja son cada vez más frecuentes. Él ya no sabe qué decir y qué hacer para que ella le crea. En cambio Lorena no hace más que tensar la cuerda hasta casi provocar la ruptura. Es una jugada  arriesgada, pero tiene que romper el punto muerto al que han llegado. Es muy consciente de cuáles son las ataduras que ligan al muchacho: principalmente sus padres y su carrera, por eso si las menciona es como algo negativo, como la prueba evidente de que el amor del chico no es tan sincero como pregona.
- Mira Sergio, no podemos seguir así. Yo, al menos, no lo soporto. Te quiero demasiado para que nos pasemos el día discutiendo sobre nuestro futuro. Yo, por ti, sería capaz de todo, si es necesario hasta robaría. Haría cualquier cosa con tal de estar siempre a tu lado. Para mi desgracia veo que tú no me quieres del mismo modo, no estás dispuesto a que vivamos juntos. La única solución que tenemos es dejarlo. Tú te vuelves a Madrid con tus padres y tus estudios y yo, pobrecita de mí, me quedaré en el pueblo, seguiré trabajando de camarera y, con mucha suerte, quizá encuentre a un muchacho que esté dispuesto a cargar conmigo aunque ya no pueda ofrecerle lo que tú me quitaste.

   Es más de lo que Sergio puede soportar. Se arrodilla ante ella y, casi con lágrimas en los ojos, le ruega, le suplica, le implora que no le deje, que él hará lo que fuere necesario para que puedan seguir juntos. Se lo jura por lo más sagrado.
- Lo que no sé, mi amor, es de qué vamos a vivir, en qué podría trabajar – se lamenta.
   Era lo que Lorena estaba esperando oír.
- Si de verdad estás tan decidido como juras a qué vivamos juntos hay bastantes posibilidades de que encuentres trabajo y de ganar un buen dinero. Más que suficiente para poder vivir, hasta podríamos ahorrar pensando en el día de mañana.
   Lorena le explica al chico que en la construcción se gana dinero a espuertas y no tendría que irse de Senillar. Por el momento hay trabajo a manta en los pueblos costeros limítrofes y, por las noticias que circulan en los mentideros locales, pronto lo habrá también en la localidad. La mayoría de los chicos del pueblo se han enrolado en las cuadrillas que se afanan en levantar un bloque de apartamentos tras otro. Suelen trabajar a destajo, por lo que si echan muchas horas ganan sus buenos dineros. Y las urbanizaciones costeras crecen a tal velocidad que siempre faltan manos para satisfacer la demanda de un mercado laboral que tiene el mayor índice de crecimiento del país.
- ¿La construcción? – Sergio se ha quedado atónito -. Ya hemos hablado de eso, yo no sé nada de ese sector. ¿Tú me ves trabajando de albañil?
- Parece mentira que estudies para ingeniero, Sergio. Sabes mejor que yo que en la obra intervienen un montón de oficios. Y una persona con estudios como  tú, estoy segura que podría encajar en más de uno – Lorena tiene muy estudiado en qué oficio encajaría mejor el chico, pero se abstiene de mencionarlo. Para que la fruta madure hay que darle tiempo, pero de todos modos insiste -. Y parece que se confirma que en poco tiempo aquí comenzarán a construir a lo bestia. Maribel me ha dicho que lo sabe de muy buena tinta.
- Hace unos días el abuelo me comentó lo mismo, que si van a construir en la playa, pero todavía no he visto que se haya levantado alguna grúa – apostilla Sergio.
- Que vayan a construir o no en el pueblo es lo de menos, porque tanto en Albalat como en Benialcaide hay trabajo de sobra. Aunque si no tienes tus sentimientos tan claros como los tengo yo es mejor que lo dejemos correr.

   Apenas si pasan unos días, Lorena vuelve a insistir en que, trabajando en el ladrillo, va a ganar más dinero que con cualquier otra ocupación y no tendrá que romperse los codos estudiando unos libracos que deben de ser unos pestiños. La respuesta del joven sigue siendo la misma: que no sabe nada de la construcción, pero Lorena ha preparado su estrategia y tiene respuestas para dilucidar todas las dudas del chico. Y vuelve a repetir que claro que no iba a trabajar de albañil. Su amiga Verónica tiene un tío que es subcontratista de montajes eléctricos y suele quejarse de lo difícil que resulta encontrar buenos  oficiales. Podría currar de electricista, parece que cobran buenos sueldos.
- Yo no sé nada de instalaciones eléctricas, mi vida.
- ¿Cómo que no sabes nada? – la cara de la muchacha es el vivo retrato de su fingido asombro -. ¿No me has dicho que estudias electrónica?
- Sí, pero no es lo mismo aunque tenga muchos nexos. Además, imagino que los electricistas que se necesitan en las obras son para realizar instalaciones de baja tensión y yo dudo estar preparado para el trabajo de un instalador electricista.
- Ves, como tengo razón, tú no me quieres. Cada vez que se me ocurre algo para que podamos vivir juntos, no haces más que poner inconvenientes. Lo que tú quieres es volver a Madrid y a la tonta del pueblo que confío tanto en ti, que te dio su flor, que la zurzan. ¿Sabes que te digo? Que te vayan dado, a ti y a todos los malnacidos como tú, que deshonran a una mujer y luego la dejan tirada. Ni eres hombre ni vales nada 

   Frases como la de ni eres hombre ni vales nada se clavan como una navaja cabritera en el corazón de Sergio. Las rememora una y otra vez y hasta tiene pesadillas en la que una Lorena se va alejando entre un mar de negros nubarrones mientras las sigue repitiendo. El dilema en el que el chico se debate no parece tener una solución fácil, al menos él no es capaz de encontrar una salida. 

martes, 3 de diciembre de 2013

2.29. Somos constructores, no ecologistas

   El ladrillo mueve ingentes inversiones y el dinero es un poderoso caballero capaz de convencer a toda clase de personas, pero los constructores saben que, de todos modos, hay que trabajarse a los políticos y de eso se encargan  sus muñidores locales.
   Como acostumbra, José Ramón Arbós deja que sea su socio quien haga el trabajo a pie de obra. Amador Garcés se reúne con el director local de Cajaeuropa, Agustín Badenes, que es otro valedor de los constructores, aunque hasta cierto punto enmascarado. Garcés, pese a su amplia experiencia en los entresijos de la política municipal, tiene algunas dudas sobre cómo conseguir el favor de los políticos locales, incluso en el caso de que tuviesen que forzar de alguna manera la reglamentación o, lisa y llanamente, saltársela. El bancario le tranquiliza:
- No te preocupes, Amador. Casi todo el mundo es íntegro hasta que deja de serlo. Hay mucho honrado por ahí, pero porque nadie le ha puesto en el brete de dejar de serlo. Y hay múltiples medios, directos unos, indirectos otros, para conseguir que políticos, técnicos y quienes sean acepten colaborar, aún en contra de sus teóricas convicciones.
- Sí, pero lo de recibir un maletín lleno de billetes puede resultar algo difícil de aceptar para alguno de nuestros políticos – sigue recelando Garcés.
- Lo de los maletines casi es más leyenda que realidad – replica Badenes -. Suelen ser más eficaces los medios indirectos. Por citar algunos de los más socorridos están: los regalos en especie, otro es hacer aportaciones destinadas al partido, el dinero va al fondo común partidista. En ambos casos, la conciencia, hasta de los más honestos, suele quedar apaciguada por el hecho de no recibir los billetes en mano. Y otro muy eficaz, aunque su aparente inocuidad sólo cuela la primera vez, es regalar unos décimos de lotería premiados después de que el sorteo se haya realizado, alegando que se los tenías reservados al fulano de turno y aparentando ignorar el premio. Y podría estar enumerando tretas similares hasta el hartazgo.
- Visto así… - admite Garcés.
- Empecemos por el alcalde, tú que le conoces mejor, al fin y al cabo sois correligionarios, ¿cuál sería la mejor forma de entrarle?
- De lo que has dicho, quizá donde menos problemas pondría sería en lo de las aportaciones al partido. Nunca tenemos un duro. En cuanto a recibir directamente algún tipo de comisión, recompensa o como lo queramos llamar tengo mis dudas.
- Vamos a ver, ¿sabes qué le gustaría tener a Pellicer y que hasta el momento no ha podido conseguir?
- Se pirra por los coches de lujo. Le encantaría tener un Mercedes o, mejor aún, un BMV o un Porsche, aunque también dudo que vaya a aceptar un regalo de ese porte – cuestiona Garcés.
- ¿Y quién habla de regalos? Hay otras formas de conseguir que pilote un automóvil de alta gama. Por ejemplo: uno de nuestros amigos de BACHSA le deja su coche para que lo pruebe, en principio por unos cuantos días, pero luego le dirá que él no lo necesita y que se lo presta una temporada. Verás cómo en cuanto le coja el gusto a manejar un cacharro así lo de la temporada se puede prolongar indefinidamente.
- Planteado de esa forma, puede ser que cuele – acepta Garcés.
- En cuanto a las aportaciones al partido – prosigue Badenes -, es una forma de actuar muy extendida. De cada contrato que se firme en las obras del pueblo, al menos de los más jugosos, se destina un porcentaje, de cuantía a discutir, para el partido. Como se trata de dinero negro, nunca hay recibos ni contabilidad ni papeles. Una consecuencia de ello es que quien recibe el dinero, en nombre del partido, acaba teniendo la irresistible tentación de quedarse para sí una parte del mismo, a veces la parte del león, sin que nadie pueda saberlo. Bueno, podría saberse si quien lo ha dado informara al partido qué cantidades ha facilitado, pero como comprenderás quien unta no está dispuesto a dar dos cuartos al pregonero. Si no conozco mal al género humano, te digo que es poco menos que imposible que alguien se mantenga incólume ante el hecho de ver pasar por sus manos cantidades sin ninguna clase de control y no terminar pringándose. Y en cuanto lo has hecho una vez, las demás se hacen casi sin darte cuenta. Por ahí es por dónde más fácil será pringar a tu conmilitón.
- ¿Y con Armengol, qué hacemos? – plantea Garcés.
- Déjalo de mi cuenta que a ese gato lo tengo ya en el talego – asegura el bancario.

   Como había anticipado Badenes, en lo que atañe al concejal de urbanismo todo ha sido bastante simple. Cajaeuropa le ha facilitado un crédito blando que le ha servido para instalar un restaurante a precios muy asequibles, y que espera que se llene diariamente con los trabajadores de las obras. Se le ha ofrecido un apartamento de los que se van a construir y de cuyo precio ya se hablará en su momento, pero se le asegura que no debe preocuparse por ello. En cuanto a la financiación de su partido, Armengol recibirá periódicamente, a través de Badenes, un maletín con billetes destinados a las arcas del partido. Lo que haga después ya no es problema de los generosos promotores.

   Con la seguridad de que los proyectos que emprendan no van a encontrar ningún obstáculo por parte del Ayuntamiento, el directorio de BACHSA da otro paso para el desarrollo de su magno plan, encarga a una prestigiosa empresa norteamericana, especializada en estrategias de planificación urbanística, un primer diseño del plan global de urbanización de toda la costa, incluida la zona de los marjales. Tras un exhaustivo estudio de las variables poblacionales, económicas, sociales, culturales y territoriales de la localidad, los expertos de la consultora diseñan un plan director, como instrumento de la planificación, que contiene un conjunto de disposiciones relativas a la ordenación del territorio, uso del suelo, redes de infraestructura, servicios, normas de edificación, medidas de protección, conservación del suelo, defensa del medio ambiente y un largo etcétera.

  La reunión del consejo de administración para decidir si encomienda a los yanquis el diseño definitivo del proyecto pone de relieve la enorme diferencia de criterios existentes entre los consejeros.
- Estos amiguetes tuyos, Juan Antonio, igual se han creído que en vez de empresarios somos una ONG – apunta Bricart rezumando ironía.
- Más que un informe para una empresa urbanizadora, parece que es para los de Greenpeace – se cachondea Huguet.
- Sólo con la lectura del prólogo dan ganas de vomitar – añade Arechabaleta y, engolando la voz, lee - La planificación urbana contiene aspectos ideológicos, políticos y variables como los espaciales, poblacionales, económicos, sociales, culturales, territoriales, y otros… capaces de orientar la toma de decisiones para promover el desarrollo y hacer legítima la gestión del suelo. Por ello la planificación debe concebirse en su integridad, como principio rector del desarrollo, bajo un proceso participativo y concertado de los agentes socio- económicos, como un principio y un fin en sí mismos… Y no sigo porque es todo más de lo mismo.
- Pues es la empresa más prestigiosa del mundo – se defiende Cardona.
- Tendrá todo el prestigio que quieras, pero este documento no nos sirve ni para limpiarnos el ojete – dogmatiza Bricart con su habitual rudeza -. Ya dije que esto había que encargárselo a la gente con la que hemos trabajado siempre y que sabe muy bien lo que queremos. ¡Coño, Juan Antonio, que somos constructores, no ecologistas!