"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 31 de julio de 2015

6.11. Cariño, eres un genio



    Tras el cambio de impresiones entre José Vicente y Lola sobre el candidato buscado para relevar a Vives, él se marcha a la cooperativa y ella a la Moda de París. Uno de los acuerdos que tomaron antes de casarse fue que, mientras no llegaran los hijos, ella seguiría ayudando a su madre en el modesto establecimiento de modas. Realmente hace más que ayudar, es Lola quien lleva prácticamente el negocio. Las tareas de la casa nunca le gustaron demasiado y, por el momento, cuenta con una muchacha, Laurita, que se encarga de los trabajos más rudos. Continuar tratando a las clientas le permite mantener un contacto fluido con el mujerío local, aspecto a cuidar por parte de la esposa de quién se ha convertido, prácticamente, en el cacique del lugar.
   Cuando a mediodía Gimeno vuelve a casa, tras dar un par de besos a su mujer le cuenta lo que ha pensado sobre como arropar al candidato a alcalde que han elegido con concejales idóneos:
- Lola, ¿sabes en quién he pensado cómo posible concejal? En Julio Bosch. ¿Qué te parece?
- Le tengo poco tratado, pero, hasta donde sé, creo que tiene muchos de los perfiles que dibujamos para los candidatos. Lo que ya no sé es si será de los que termine creyéndose que un concejal manda. También desconozco de qué pelaje es su mujer.
- A él le conozco bastante bien. Es hombre tranquilo, serio, poco dado a ponerse plumas y más bien apolítico. En el pueblo tiene fama de buena gente y está bien considerado, tan es así que ostenta el cargo de vicepresidente de la comunidad de regantes del coto arrocero. Si contáramos con él tendríamos el apoyo, al menos indirecto, de los arroceros. En cuanto a su mujer, la verdad es que poco puedo decirte de ella. 
- En principio me parece un buen candidato. De su mujer no te preocupes, ya me encargo de enterarme de dónde le aprieta el zapato. ¿Has pensado en más gente?
- Sí, pero no acabo de decidirme.
- En cuanto a Bosch, ¿piensas hablar en seguida con él?
- De momento no le diré nada. No sea que comience a correr el rumor y la liemos. Voy a esperar a hablar con el Gobernador a ver qué me dice. No sea también que Germán se haya pasado de revoluciones y tengamos una desagradable sorpresa. ¿No lo ves así, Lola?
   Como le sopló el secretario de la Jefatura Provincial, Gimeno es convocado a Valencia y el Gobernador, sin demasiados preámbulos, le comunica que ha resuelto nombrarle alcalde. José Vicente, que ha preparado exhaustivamente la entrevista al alimón con su mujer, explica a su jefe que, naturalmente, está a disposición de lo que ordene el mando, pero que entiende que sería más oportuno, en estos momentos, que los dos cargos más importantes de la localidad no concurriesen en la misma persona. Por eso se permite el atrevimiento de proponer el nombre de una persona de absoluta confianza política, un hombre de derechas de toda la vida, y que tiene buena fama y mucho prestigio en el pueblo. Responde de él y le garantiza al jefe que si le designa alcalde se acabarán los problemas políticos en Senillar. Termina convenciendo al preboste y sale del Gobierno Civil con su propuesta aceptada. Inmediatamente se pone a trabajar para reunir a un equipo de concejales lo más compacto y aparente posible. Al pensar en ello a Gimeno se le ocurre otra idea:
- ¿Sabes qué he pensado, cielo? Que voy a hablar con Lapuerta a ver si le convenzo para que acepte formal parte del nuevo Ayuntamiento como concejal.
- ¡Caramba, José Vicente, esa si qué puede ser una buena jugada! Don Manuel es el hombre con mayor prestigio en el pueblo. Nunca habría pensado en él.
- Ya ves que tu marido está haciendo progresos.
- Y es bien cierto. Aunque te adelanto que no te va a resultar fácil convencerle. Don Manuel es un hombre complejo. ¿Sabes qué decía de él aquel maestro del que te hablé?, que era uno de los espíritus más libres que había conocido, pero que también era un hombre lleno de contradicciones.
- De todos modos lo voy a intentar, todo será encontrarle una gatera por donde entrarle.
   El médico, como apuntó Lola, resulta un hueso duro de roer. A los argumentos que esgrime Gimeno, les da la vuelta con absoluta facilidad. No está dispuesto a servir de corifeo a un alcalde que, como sabe perfectamente, no será más que un títere en manos del joven político. José Vicente está a punto de abandonar su intento cuando recuerda algo del historial del médico que puede ser el portillo por donde penetrar en su fortaleza. Ya que no concejal tratará de persuadirle de que forme parte del poder local en otro puesto.
- Pues me das un disgusto al no aceptar, Manolo, pero respeto tu decisión, aunque, si he de serte sincero, no comparto muchos de los argumentos que expones. Y puesto que no concejal, le harías un gran favor al pueblo si aceptases ser juez.
   Lapuerta ya fue juez del pueblo antes de la guerra civil y nunca ocultó que no le importaría volver a serlo, le gusta y lo considera un cargo en el que se puede ayudar a la gente.
   En cuanto regresa a casa, a Gimeno le falta tiempo para dar a su mujer la buena nueva:
- ¡Albricias, Lola, lo conseguí en parte! Acabo de fichar al médico, pero para juez. Solo nos faltan tres nombres para completar el equipo. Uno de ellos he pensado que podría ser un Almiñana. Por un lado le pago los favores hechos y al mismo tiempo tendremos a nuestro lado una de las familias más largas del pueblo.
- Fantástico. A mí se me habían ocurrido dos nuevas posibilidades, a ver que te parecen. Opino que tendrías que proponer a un hombre de la confianza de los Arbós. Eso cubriría el flanco del clan y no alteraría el poder real en el Ayuntamiento. Siempre dices que los concejales poco o nada pueden hacer acerca de las decisiones que tome el alcalde.
- Cariño, eres un genio. El día que me dijiste que sí me toco una quiniela de catorce.
- No me adules tanto que me lo voy a creer. La segunda persona que te propongo espero que merezca tu placet. ¿Qué te parece el nombre de José Vicente Gimeno para concejal?
- ¿Yo, concejal? – El asombro de Gimeno es patente -. Me convenciste para no ser alcalde, ¿y ahora pretendes qué sea concejal? Eso es un contrasentido.
- Lo he pensado muy detenidamente. Antes sabías de lo que se trataba en el Ayuntamiento porque Severino Borrás te lo contaba y también te informaba de cuánto se decía en el grupúsculo de los amigos de Vives. Ahora esperemos que sea Marín quién te cuente lo que se dice y se hace en la corporación, pero no podremos estar seguros si nos dice todo lo que hablan de forma oficiosa o fuera de los plenos. En cambio, si formas parte del Ayuntamiento estarás al cabo de la calle de todo. Dicho de otro modo, será mejor estar dentro del consistorio para poder controlar más eficazmente todo cuanto ocurra. Además, así podrás vender a Fernando y al resto de concejales que la mejor demostración de que estás con ellos al cien por cien es que serás uno más del equipo. Otro dato a tener en cuenta es que puede ser una excelente escuela para aprender de manera directa cómo se maneja el Ayuntamiento.
   Algunos días después se constituye el ilustrísimo Ayuntamiento de la villa de Senillar, con la siguiente composición:
Alcalde-Presidente: Fernando Marín
Concejales: Diego Almiñana
                     Julio Bosch
                     José Vicente Gimeno
                     Antonio Vidal

   El pueblo ha entrado en una nueva era, al menos desde una perspectiva política, y en esa era el matrimonio Gimeno-Sales son los indiscutibles reyes.